Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta
eBook - ePub

Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta

  1. 496 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Fedro emprende un viaje en moto. Mientras recorren las carreteras de Estados Unidos, el arte del mantenimiento de la motocicleta pasa a ser una bella metáfora de cómo conjugar el frío y racional mundo tecnológico y el cálido e imaginativo mundo del arte. Como en el Zen, se trata de concentrarse, observar y apreciar los detalles, hasta llegar a fundirse con la propia actividad, ya sea ésta una caminata por el bosque, escribir un ensayo o tensar la cadena de una motocicleta. El viaje, entendido como el anhelo de recorrer diferentes lugares del mundo pero también como una travesía interior, sirve a Pirsig para guiarnos en las cuestiones filosóficas del arte y la técnica, el valor y la utilidad, la dialéctica y la retórica, guiado por los guiños de la carretera.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta de Robert M. Pirsig en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literatura y Literatura general. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
Sexto Piso
Año
2018
ISBN
9788416358328
Categoría
Literatura

SEGUNDA PARTE

CAPÍTULO 8

Son casi las diez de la mañana y todavía estoy sentado junto a la moto en el fresco y sombreado borde de la acera, en la parte trasera de un hotel que hemos encontrado en Miles City, Montana. Sylvia está con Chris en una lavandería encargándose de toda nuestra ropa. John ha salido en busca de un pico de pato para poner en su casco; creía haber visto uno en un taller de motocicletas cuando llegamos ayer al pueblo. Me dispongo a afinar un poco el motor.
Nos sentimos bien ahora. Llegamos por la tarde y recuperamos mucho sueño. Fue bueno que nos detuviéramos. Estábamos tan embrutecidos de puro cansancio que no nos dábamos cuenta de lo fatigados que nos sentíamos. Cuando John trató de registrarnos en las habitaciones no se acordaba siquiera de mi nombre. La recepcionista nos preguntó si éramos dueños de aquellas «estupendas» motocicletas que estaban frente a la ventana y ambos nos reímos con tantas ganas que la chica se preguntó si había metido la pata. Era una risa idiota, por exceso de cansancio. Estamos más que contentos de aparcarlas y dar una caminata para variar.
Y de darnos un baño. Una hermosa y vieja bañera esmaltada, que se apoya sobre unas garras de león en medio de un suelo de mármol está esperándonos. El agua estaba tan suave que parecía que no podríamos quitarnos el jabón. Después paseamos por la calle mayor de arriba a abajo como si fuéramos una familia…
He afinado tantísimas veces esta moto que se ha convertido en un ritual. Ya no tengo que pensar gran cosa sobre cómo hacerlo. Sólo fijarme si hay algo raro. El motor hace un ruidito como si tuviese un taqué flojo, pero podría ser algo peor, así que decido afinarla y ver si desaparece. El ajuste de taqués tiene que hacerse con el motor frío, lo que significa que donde te detengas a pasar la noche es donde trabajarás a la mañana siguiente, y por eso estoy en esta acera sombreada en la parte trasera del hotel en Miles City, Montana. En este momento, a la sombra, el aire es fresco y durará así otra hora, hasta que el sol se asome por las ramas de los árboles, lo que es bueno para esta tarea. Es importante no afinar estas máquinas a pleno sol ni al atardecer, cuando ya tienes la mente nublada, porque aun cuando lo hayas hecho cien veces antes, tienes que estar alerta para encontrar cualquier fallo.
No todos comprenden lo completamente racional que es este proceso, este mantenimiento de la motocicleta. Piensan que es una «maña» o algún tipo de «afinidad con las máquinas» en funcionamiento. Tienen razón, pero la maña es un proceso de razonamiento puro, y la mayor parte de los problemas son causados por lo que los veteranos radiómanos llamaban un «cortocircuito entre los auriculares», es decir, no saber usar la cabeza de manera adecuada. Una motocicleta funciona enteramente de acuerdo con las leyes de la razón, y un estudio del arte del mantenimiento de una motocicleta es en realidad un estudio en miniatura del arte de la racionalidad misma. Dije ayer que el fantasma de la racionalidad era lo que Fedro perseguía y lo que lo llevó a la locura, pero para profundizar en eso es vital aferrarse a buenos ejemplos de racionalidad, a fin de no perderse en generalidades que nadie más puede entender. Hablar de racionalidad puede hacerse muy confuso, a menos que se incluya también aquello con lo que opera la racionalidad.
Estamos ahora frente a la barrera clásico-romántica, donde de un lado vemos una moto tal como aparece de forma inmediata —siendo ésta una forma importante de verla—, y de otro podemos empezar a verla como lo hace un mecánico, en términos de forma subyacente —y ésta también es una forma importante de verla. Estas herramientas, por ejemplo esta llave inglesa, tienen cierta belleza romántica, pero su propósito es siempre puramente clásico. Está diseñada para cambiar la forma subyacente de la máquina.
La porcelana dentro de la primera bujía está muy oscura. Eso, clásica o románticamente, es feo, porque significa que al cilindro le está llegando demasiada gasolina y no el suficiente aire. Las moléculas de carbón en la gasolina no están encontrando bastante oxígeno con el que combinarse y están allí incrustadas, recargando la bujía. Al entrar al pueblo ayer, sentí un petardeo que es síntoma de lo mismo.
Para comprobar si es sólo un cilindro el que está recargado reviso el otro. Ambos están igual. Saco un cortaplumas, recojo una varilla tirada en la calle y afilo su extremo para limpiar las bujías, tratando de imaginar cuál podría ser la causa de este enriquecimiento. No debería tener nada que ver con bielas o válvulas. Y es muy raro que los carburadores se desafinen. Los surtidores principales son de gran tamaño, lo que provoca enriquecimiento a altas velocidades, pero con los mismos surtidores las bujías antes estaban mucho más limpias. Esto es un misterio. Siempre estás rodeado de ellos. Pero si intentaras resolverlos todos, jamás terminarías de arreglar la máquina. No existe una respuesta inmediata, así que dejo la pregunta en suspenso.
El primer taqué está exacto, no requiere ajuste, así que paso al siguiente. Queda mucho tiempo antes de que el sol sobrepase esos árboles… Siempre me siento como si estuviera en la iglesia cuando hago esto… El calibrador es una especie de icono religioso y estoy realizando un rito sagrado con él. Es miembro de una serie llamada «instrumentos de precisión», lo que tiene profundo significado en un sentido clásico.
En una motocicleta, esta precisión no se mantiene por razones románticas o perfeccionistas. Simplemente las enormes fuerzas del calor y de la presión explosiva dentro del motor sólo pueden ser controladas mediante el tipo de precisión que dan estos instrumentos. Cada vez que se produce la explosión, empuja una biela contra el cigüeñal con una presión de superficie de muchas toneladas por centímetro cuadrado. Si el ajuste de la biela al cigüeñal es preciso, la fuerza de explosión será transferida suavemente y el metal podrá soportarla. Pero si el ajuste está suelto por una distancia de sólo unos pocos milímetros, la fuerza se liberará de repente, como un mazazo, y la biela y la superficie del cigüeñal pronto quedarán aplastados, creando un ruido que al principio suena como si los taqués estuvieran sueltos. Ésa es la razón por la que estoy revisándolos. Si es una bujía suelta y trato de trepar las montañas sin un ajuste, pronto el ruido se hará más y más fuerte, hasta que la biela se afloje por completo, golpee contra el cigüeñal en rotación y destruya el motor. A veces las bielas rotas se meten en el cárter del cigüeñal y derraman todo el aceite en el camino. Entonces lo único que te queda por hacer es empezar a caminar.
Pero todo esto puede prevenirse con un ajuste de milésimas de centímetro, cuya precisión dan los instrumentos de medición, y en ello consiste su clásica belleza —no en lo que ves, sino en lo que significan—, de lo que son capaces en términos de control de la forma subyacente.
El segundo taqué funciona bien. Me cambio al otro lado de la máquina y empiezo con el otro cilindro.
Los instrumentos de precisión están diseñados para lograr una idea, la precisión dimensional, cuya perfección es imposible. No existe ni jamás existirá una parte de la motocicleta que esté perfectamente formada, pero cuando te acercas tanto como te permiten estos instrumentos suceden cosas notables, y te vas volando a través de la campiña bajo un poder que podría ser llamado mágico, si no fuera porque es completamente racional en todos los sentidos. Lo fundamental es el entendimiento de esta idea racional intelectual. John mira la motocicleta y no ve nada más que acero en diferentes formas, y tiene sentimientos negativos hacia tales formas y se desliga de todo el asunto. Yo ahora miro esas formas de acero y veo ideas. Él piensa que estoy trabajando con partes. Yo estoy trabajando con conceptos.
Ayer estuve hablando de estos conceptos cuando dije que una motocicleta puede dividirse según sus componentes y según sus funciones. Cuando lo dije, creé súbitamente un conjunto de casilleros con el siguiente ordenamiento:
MOTOCICLETA
COMPONENTES
FUNCIONES
Y cuando dije que los componentes pueden subdividirse en un conjunto de energía y un conjunto móvil, de pronto aparecieron otros casilleros:
MOTOCICLETA
COMPONENTES
FUNCIONES
CONJUNTO ENERGÉTICO
CONJUNTO DE MARCHA
Y vemos que cada vez que hago una nueva subdivisión, aparecen nuevos casilleros basados en estas divisiones hasta tener una enorme pirámide de casilleros. Finalmente, vemos que mientras yo estaba fragmentando la moto en partes más y más finas, estaba a la vez construyendo una estructura.
Esta estructura de conceptos se denomina formalmente jerarquía, y desde tiempos remotos ha sido una estructura básica para todo el conocimiento occidental. Los reinos, imperios, iglesias, ejércitos han sido todos estructurados en jerarquías. También los negocios modernos. Los índices de referencias a materiales están estructurados del mismo modo, y los conjuntos mecánicos, el software computacional, al igual que todo el conocimiento científico y tecnológico —tanto es así que en algunos campos como el de la biología, la jerarquía de reino-filum-clase-orden-familia-género-especie es casi un icono.
El casillero «motocicleta» contiene las casillas «componentes» y «funciones». El casillero «componentes» contiene las casillas «conjunto energético» y «conjunto móvil», y así sucesivamente. Hay muchos tipos de estructuras producidos por otros operadores tales como «causas», los que producen largas cadenas estructurales de la forma Acausa a Bque causa a Cque causa a D, y así sucesivamente. Una descripción funcional de la motocicleta usa esta estructura. Los operadores «existe», «iguala» e «implica» producen aún más estructuras. Estas estructuras normalmente están interrelacionadas en patrones y vías tan complejas y enormes que ninguna persona puede entender más que una ínfima parte de ellas durante toda su existencia. El nombre general de estas estructuras interrelacionadas, de cuyo género la jerarquía de contenido y estructura de causalidad son sólo especies, es el sistema. La motocicleta es un sistema. Un sistema real.
Referirse a ciertos gobiernos e instituciones del establishment como «el sistema», es hablar de un modo correcto, dado que estas organizaciones están fundadas sobre las mismas relaciones estructurales y conceptuales que una motocicleta. Están sostenidas por relaciones estructurales, incluso cuando han perdido todo propósito y significado. La gente llega a una fábrica y realiza una labor carente de significado desde las ocho hasta las cinco, sin hacerse ninguna pregunta, porque la estructura lo exige así. No hay un villano, ni un «tipo ruin» que desee que ellos lleven una existencia anodina, es sólo que la estructura, el sistema, lo exige y nadie está dispuesto a echarse al hombro la formidable tarea de cambiar la estructura por el hecho de que ésta carezca de significado.
Pero derribar una fábrica, rebelarse contra un gobierno o evitar reparar una motocicleta por el hecho de que sean sistemas equivale a atacar los efectos en lugar de la causa; y en tanto el ataque se lance tan sólo sobre los efectos, ningún cambio será posible. El verdadero sistema, el sistema real, es nuestra actual construcción del propio pensamiento sistemático, de la racionalidad misma, y si se derriba una fábrica pero queda en pie la racionalidad que la produjo, tal racionalidad sencillamente producirá una nueva fábrica. Si una revolución destruye un gobierno sistemático pero se dejan intactos los patrones sistemáticos de pensamiento que produjeron tal gobierno, tales patrones se repetirán en el gobierno que le suceda. Mucho se habla del sistema, pero se comprende muy poco.
Eso es todo lo que es la motocicleta, un sistema de conceptos desarrollados en acero. No hay una sola de sus partes, una sola de sus formas que no haya salido de la mente de alguien… El taqué número tres también está bien. Sólo queda uno. Ojalá sea éste… He observado que algunas personas que jamás han trabajado con acero tienen problemas para verlo; la motocicleta es, antes que nada, un fenómeno mental. Asocian el metal con ciertos diseños —cañerías, barras, vigas, herramientas, recambios—, todos ellos fijos e inviolables, y piensan en él como en algo esencialmente físico. Pero una persona que hace trabajos de maquinaria, de fundición o de soldadura ve el «acero» como algo carente de forma. El acero puede tener la forma que desees si tienes la habilidad necesaria, pero si te falta destreza tendrá cualquier forma menos la que deseas. Las formas, como este taqué, son las que tú logras, las que tú das al acero. El acero no tiene más forma que esta acumulación de suciedad en el motor. Todas estas formas provienen de la mente de alguien. Es importante darse cuenta de ello… ¿El acero? Diablos, incluso el acero ha salido de la mente de alguien. No hay acero en la naturaleza. Cualquiera que viviera en la Edad del Bronce podría habértelo dicho. Todo lo que tiene la naturaleza es el potencial para el acero. Nada más. Pero ¿qué es «potencial»? ¡Eso también está en la mente de alguien más…! Los fantasmas.
Eso es a lo que Fedro se refería en realidad cuando decía que todo está en la mente. Parece una locura cuando saltas y lo dices sin ninguna referencia a algo específico como un motor. Pero, cuando lo relacionas o lo aplic...

Índice

  1. PORTADA
  2. NOTA DEL AUTOR
  3. PRIMERA PARTE
  4. SEGUNDA PARTE
  5. TERCERA PARTE
  6. EPÍLOGO
  7. INTRODUCCIÓN PARA LA EDICIÓN DEL VIGÉSIMO QUINTO ANIVERSARIO
  8. NOTAS