Capítulo 1
De la crisis económica a la crisis política
La crisis económica
Un suceso como el de la gran crisis de 2008 era una imposibilidad para todos aquellos economistas que llevan el supuesto de racionalidad de los agentes económicos hasta el extremo. Robert Lucas, uno de los padres de la teoría de las expectativas racionales, afirmó en el discurso que pronunció en calidad de presidente de la Asociación Americana de Economía en 2003:
La macroeconomía nació como un campo propio en los años cuarenta, fue parte de la respuesta intelectual a la Gran Depresión. El término se refería entonces a un cuerpo de conocimiento que nos permitiría prevenir la ocurrencia de este tipo de desastres económicos. La tesis que quiero defender en esta conferencia es que, en este sentido original, la macroeconomía ha triunfado. El problema central de cómo evitar una depresión en las próximas décadas ha quedado resuelto a todos los efectos.
Los economistas ortodoxos no se dieron cuenta de que se había formado una burbuja gigantesca que terminaría por explotar. Por supuesto, hubo unos pocos académicos y expertos que sí advirtieron lo que se le venía encima a Estados Unidos, pero dichas advertencias no fueron tomadas muy en serio toda vez que no estaban fundamentadas en las teorías con mayor aceptación en los círculos académicos, financieros y políticos.
Esta especia de ceguera ante las burbujas resulta muy sorprendente, pues la economía norteamericana, al igual que la de muchos otros países desarrolladas, viene desarrollándose desde hace unas décadas mediante la expansión del crédito y la inflación de activos (ya sean acciones o viviendas), lo que el historiador Robert Brenner ha llamado asset-price Keynesianism (keynesianismo del precio de los activos), en el que la economía crece gracias al estímulo que supone la revalorización de los activos. Dicha revalorización se produce como consecuencia del aumento del crédito en la economía y de la progresiva “financiarización” de esta. Este modelo de crecimiento genera, inevitablemente, burbujas, es decir, estructuras especulativas piramidales. Dean Baker, un economista neokeynesiano, ha reconstruido la historia de la economía estadounidense de los últimos 20 años como una concatenación de dos burbujas sucesivas, la burbuja de la bolsa en los años noventa y la burbuja inmobiliaria de los primeros años del siglo XXI.
Para mostrar de la forma más directa posible la incidencia de las burbujas en Estados Unidos, voy a recurrir a los datos de Robert Shiller, reciente premio Nobel de Economía. En su libro de 2000, Irrational Exuberance, cuyo título toma prestada la expresión que Alan Greespan acuñó para describir la euforia financiera de Wall Street, ya advertía de la explosión inminente de la burbuja bursátil, como de hecho acabó sucediendo. Usando sus datos, se pueden elaborar dos gráficos que muestran con claridad la evolución de las dos burbujas, la de la bolsa y la de la vivienda.
Gráfico 1
Evolución de la ratio precio-ganancias en Estados Unidos
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos
de Robert Shiller en www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
A partir de mediados de los años ochenta, se constata un aumento vertiginoso del valor de las acciones en bolsa. La subida del precio de las acciones, sin embargo, no guarda relación con los beneficios de las empresas cotizadas. Mientras que los beneficios subían moderadamente, el precio de las acciones crecía de forma exponencial. El gráfico 1 refleja la evolución de la ratio entre precios de las acciones y beneficios empresariales. Cuanto más altos son los valores de la ratio, mayores son los precios con respecto a los beneficios. Pues bien, el gráfico indica de forma muy clara que ha habido dos periodos históricos en los que la ratio ha aumentado de forma espectacular. Uno corresponde a los años veinte del siglo pasado y dio lugar al crack del 29. Otro, a los años 1985-2000. En 2001 hubo una primera corrección fuerte, con el estallido de la burbuja de las empresas puntocom de Internet, corrección que ha se hizo aún más profunda con la crisis de las hipotecas subprime en 2007.
A su vez, la crisis de 2008 se explica fundamentalmente por los efectos colaterales de la explosión de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos sobre el sector financiero internacional. No es que solo hubiera burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, también la hubo en Gran Bretaña, Irlanda y España. Pero fue en Estados Unidos donde primero explotó. El gráfico 2 refleja un crecimiento sin precedentes de los precios de la vivienda en Estados Unidos durante los primeros ocho años del siglo XXI. Dicho crecimiento no se corresponde ni con el aumento de los costes de construcción de la vivienda ni con la evolución demográfica del país. Fue más bien fruto de la expansión del crédito y de tipos de interés en niveles muy bajos que favorecieron la formación de una inversión piramidal en vivienda.
Gráfico 2
Evolución del precio de la vivienda en Estados Unidos
Fuente: Robert Shiller en www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
Las familias se aprovecharon de las facilidades para obtener préstamos y decidieron endeudarse comprando viviendas y bienes de consumo. Se ha comentado en ocasiones que el endeudamiento masivo fue una respuesta natural a los aumentos de desigualdad en Estados Unidos. A partir de los...