Comunicación política
eBook - ePub

Comunicación política

  1. 240 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Comunicación política

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Aunque los discursos en torno al poder han existido en todas las sociedades, en rigor solo podemos hablar de comunicación política a partir de la instauración de las democracias representativas, con la aparición de la opinión pública vinculada a las libertades de información y expresión y de los medios de comunicación de masas; en la actualidad, los mass media (prensa, radiotelevisión) y los new media (Twitter, Facebook). De sus conexiones y de sus efectos paradójicos trata este libro para intentar plantear en qué medida asistimos a una mediatización de la política o a una politización de lo mediático y comprender cómo se lograr pasar del inmediato y sorpresivo "golpe de efecto" al converso "acto de fe". Un ensayo de sociología política que reflexiona sobre la evolución reciente de la democracia, de su transformación y de sus crisis a causa del exceso de eficacia de la comunicación política, sobre todo a partir del recurso a las técnicas de marketing electoral, que han obligado a modificar la naturaleza de los partidos políticos y el desarrollo de campañas electorales. Para ello, traza la genealogía de la comunicación política, explicando su naturaleza y sus principales paradigmas y su caja de herramientas retóricas, hecha de discursos y rituales, de relatos y encuadres, de himnos y eslóganes, de acontecimientos y performances.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Comunicación política de Enrique Gil Calvo en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Ciencias sociales y Estudios de medios. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2018
ISBN
9788490975176
Enrique Gil Calvo

Comunicación política

Caja de herramientas

diseño de cubierta: Estudio Joaquín Gallego

© Enrique Gil Calvo, 2018

© Los libros de la Catarata, 2018

Fuencarral, 70

28004 Madrid

Tel. 91 532 20 77

www.catarata.org

comunicación política.

Caja de herramientas

ISBN: 978-84-9097-554-1

E-ISBN: 978-84-9097-552-7

DEPÓSITO LEGAL: M-31.974-2018

IBIC: JH/JFD/JPVL

este libro ha sido editado para ser distribuido. La intención de los editores es que sea utilizado lo más ampliamente posible, que sean adquiridos originales para permitir la edición de otros nuevos y que, de reproducir partes, se haga constar el título y la autoría.

INTRODUCCIÓN

Del golpe de efecto al acto de fe

El 28 de diciembre de 1997 se inauguró en la Royal Academy of Arts de Londres la exposición “Sensation”, que exhibía la colección de Jóvenes Artistas Británicos, propiedad del magnate publicitario Charles Saatchi. ¿Quiénes eran los Young British Artists (YBA)? Su jefe de filas era Damien Hirst, la principal estrella de la cuadra Saatchi desde que alcanzó la fama con su célebre urna con un tiburón y una oveja (por Dolly), titulada A Thousand Years. Y otras celebrities del mismo establo eran Gary Hume, Gavin Turk o Tracey Emin, que presentó una tienda de campaña con los nombres de todas las parejas con quienes tuvo sexo. Pero la obra que despertó mayor indignación moral fue la de Marcus Harvey, que exhibió un retrato pintado con huellas de palmas de mano infantiles de Myra Hindley, la tristemente célebre “asesina del pantano”, conocida en todo el Reino Unido por haber violado y asesinado a cinco niños con su cómplice Ian Brady. El otro centro de atracción fue la madonna negra pintada con excrementos de elefante y aureolada con un collage de fotos arrancadas de revistas porno que presentó Chris Ofili, un artista afro. Y la tercera piedra de escándalo fueron los maniquíes infantiles con nariz-de-pene y boca-de-vulva que exponían Jake y Dinos Chapman. Por supuesto, semejante vernissage provocó un escándalo “sensacional” (valga la redundancia, según la consagrada expresión formularia que reiteran una y mil veces los periodistas). Tan airadas fueron las reacciones de protesta que la Royal Academy se abarrotó con colas interminables hasta que concluyó, y fue inmediatamente trasladada primero a Berlín y luego a Nueva York, donde su alcalde Giuliani (el de la lucha contra el crimen mediante la “tolerancia cero” contra las “ventanas rotas”, hoy abogado de Trump) amenazó con retirar la subvención municipal.
¿Quién era Charles Saatchi? Se hizo mecenas y marchante de arte gracias al éxito obtenido como genio publicitario titular de la agencia Saatchi & Saatchi, cofundada con su hermano Maurice. Y su golpe más sonado fue haber diseñado y producido la campaña de marketing electoral que en 1979, tras lustros de predominio laborista, llevó al poder a la “dama de hierro”, Maggie Thatcher (la premier que aplastó a los sindicatos e inventó el neoliberalismo), bajo el slogan “El labour no funciona” como lema de campaña (USP). Por eso no resulta sorprendente, aunque suene paradójico, que casi veinte años después Saatchi fuera el árbitro de la innovación vanguardista en la cool britannia de Tony Blair, el flamante creador del new labour, y de la “tercera vía” interclasista, que acababa de ganar sus primeras elecciones el 1 de mayo (¡el Día del Trabajo, sagrado para los sindicatos!) de ese mismo año, devolviendo al laborismo al poder por mucho tiempo. Pero es que el viejo labour al que venció Thatcher, abriendo así la nueva etapa histórica de la “democracia de mercado”, no tenía nada que ver con el “nuevo laborismo” que fabricó Blair, transformando un sólido “partido de masas”, constructor del británico welfare state, en un líquido (por decirlo a la maniera de Bauman) partido “atrápalo-todo” (catch-all party), imitado por doquier.
Sobre este cambio de época y sobre este cambio de política versa el libro que ahora comienzo, para narrar la transformación de la democracia representativa por obra del marketing electoral. Y si lo he iniciado trayendo a colación la exposición de Saatchi, “Sensation”, no ha sido solo para utilizarla como señuelo ilustrativo, sino además porque ese concepto ideado por un mago de la publicidad representa muy bien el sentido mismo de lo que aquí se va a investigar, que es el efecto buscado por las herramientas retóricas de las campañas electorales, cuando intentan captar y capturar la atención de los ciudadanos desatentos para convertirlos en votantes adictos y leales. Eso se logra causándoles una gran “sensación”, es decir, logrando acertarles con el impacto de un mensaje sensacionalista. Y para eso todo vale, con tal de que sorprenda e impresione, desde una exposición de presuntas obras de arte escatológicamente provocativas hasta la deliberada filtración de un soez comentario de Trump: “Cuando eres una estrella ya puedes agarrarles del coño porque te dejan hacerles lo que sea”. ¡Y funciona!
El campo de estudio académico que analiza estos asuntos es la “comunicación política”, que no solo investiga las campañas electorales, aunque estas sean su objeto prioritario de interés en el que se invierte la mayor parte de la financiación recabada, sino que abarca un horizonte mucho más amplio, como tendremos ocasiones de comprobar recorriendo su extenso repertorio de herramientas y aplicaciones prácticas, que están bastante diversificadas. Pero el común denominador de todos los fenómenos que vamos a considerar es la emisión de mensajes destinados a producir efectos sobre alguien con intencionalidad política. ¿Qué efectos?: causar “sensación”, como ya he dicho. Pero esa sensación se puede suscitar o provocar con un abanico de posibilidades bastante abierto, desde el simple “golpe de efecto”, impactante pero efímero, al más perdurable por converso “acto de fe”, por expresarlo de forma coloquial.
Veamos el más famoso golpe de efecto ocurrido en nuestro Congreso de los Diputados. Se escenificó el viernes 22 de enero de 2016, recién celebradas las elecciones generales del 22 de diciembre que habían arrojado una composición del Parlamento sin mayoría clara, mientras en la Zarzuela el monarca daba audiencia a los líderes políticos para ver quién se postulaba como candidato a presidente del Gobierno. Pues bien, cuando el líder del nuevo y flamante partido Podemos se presentó en el Congreso ante la prensa para dar cuenta de su audiencia real, y mientras el líder socialista Pedro Sánchez todavía continuaba reunido con Felipe VI, Pablo Iglesias tuvo la insolente osadía de proclamar, a espaldas del interfecto, que había propuesto al rey postularse a sí mismo como vicepresidente de un Gobierno de progreso presidido por Sánchez, en el que Podemos se reservaría los puestos más importantes. Excuso recordar lo asombroso, sorprendente y espectacular que resultó su golpe de efecto. Todos los medios se hicieron eco durante días del ridículo en que Pablo hizo caer a Pedro.
En efecto, la sensación provocada fue tal que durante toda esa legislatura finalmente abortada se tuvo la impresión de que a la próxima ocasión Pablo Iglesias le daría el sorpasso a Pedro Sánchez. Lo que al final no ocurrió, pues en las siguientes elecciones Podemos perdió un millón de votos mientras que el electorado socialista aguantaba el tirón pese a la defenestración de su líder. Y no solo eso, pues tras un sorprendente acto de fe, los militantes de base del PSOE llevaron a Sánchez en volandas para elevarlo de nuevo al poder en Ferraz, como si confiaran ciegamente en él. La lealtad partidista se había impuesto a la astucia marrullera y al cálculo estratégico.
Pero aún hay otros ejemplos de gestos sensacionalistas y confianza ciega que resultan mucho menos edificantes que estos. Pensemos en la campaña electoral del ya citado presidente Trump, que estuvo jalonada por resonantes golpes de efecto que le llevaron a proclamar con arrogante insolencia: “Podría disparar a la gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”. Y así parece ocurrir según los más recientes sondeos, pues tras dos años en el poder, con continuos desprecios a la prensa libre a la que ha designado como el “enemigo del pueblo”, frecuentes ataques y desplantes a sus aliados internacionales y cotidianos mensajes de Twitter en los que demuestra su más absoluto desprecio por la corrección política, no parece haber perdido ni uno solo de sus antiguos votantes, cuya confianza en su presidente no ha hecho más que afianzarse todavía más. Hasta el punto de que muchos lectores estarán preguntándose: ¿cómo es posible que alguien tan poco respeta...

Índice

  1. Autor
  2. Comunicación política