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Este segundo volumen contiene la correspondencia cambiada con motivo de las diversas negociaciones llevadas a cabo, bajo los auspicios de la mediación británica, para alcanzar la paz entre las Provincias Unidas y el Imperio. Hay en esa larga serie de notas mucho material, que complacidos entregamos a los investigadores del tiempo pasado.

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Información

Editorial
Eudeba
Año
2017
ISBN
9789502326733
Categoría
History
Categoría
World History
TRATATIVAS EN 1828 Y LA PAZ
PONSONBY A DUDLEY
Buenos Aires, enero 1o de 1828.
Excmo. señor: Enterado, de buena fuente, así como por lo que se dice en general, de que el señor gobernador ha declarado, por repetidas veces, su resolución de no hacer la paz sobre la base de la independencia de la Banda Oriental, me pareció eficaz tratar de traer al gobierno a una declaración explícita de su sentir y, con tal objeto, elevé la nota cuya copia tengo el honor de incluir.
También adjunto la contestación del general Balcarce y mi réplica a S. E. Mi propósito es conseguir medios de impugnar al coronel Dorrego, si llega a la temeridad de insistir sobre la continuación de la guerra, después de tener a su alcance los medios justos y razonables para hacer la paz.
Tengo el honor, etcétera, (firmado) John Ponsonby.
A S. E. el conde Dudley, etcétera.
PONSONBY A DUDLEY
Buenos Aires, enero 2 de 1828.
Excmo. señor: Una diputación de comerciantes británicos me visitó ayer y me entregó las resoluciones de las cuales envío a V. E. una copia, acompañada de algunas explicaciones hechas por el presidente, señor Duquid.
A las preguntas contenidas en el artículo 4°, si, en el caso de persistir los daños por parte del gobierno brasileño, se debiera hacer una consulta a Inglaterra, antes de que se corrijan, yo declaré mi imposibilidad de contestar y pedí se me enviara la memoria mencionada en la misma resolución.
Aseguré a la diputación, que haría todo lo que dependiera de mí para evitar dichos perjuicios, y que el señor Gordon, en Río, procedería del mismo modo.
Dejo que estos caballeros hablen por sí mismos y no molesto más a V. E. con mis observaciones al respecto; pero me parece oportuno acompañar una copia del acta, en la cual las razones asignadas para el decreto muestran la ineficacia del bloqueo.
He escrito al señor Gordon, informándolo sobre la urgencia de este asunto y le envío los mismos documentos que a V. E.
También he escrito al señor cónsul Hood, en Montevideo, recomendándole protestar contra cualquier atentado contra los intereses del comercio británico, y tratar de impedir que la propiedad británica caiga en manos brasileñas, de las cuales, parece, hay pocas probabilidades de recuperarla.
S. E. habrá sido informado por el señor Hood (si lo que se repite aquí es cierto) que los agentes americanos y el comandante naval (comodoro Biddle) en Montevideo, han insistido sobre la excepción, a los barcos americanos, en la aplicación de los decretos del gobierno brasileño, ya mencionados.
El decreto adjunto prueba la relación que tiene con el bloqueo, y presumo que la ley británica es aplicable a ellos, debiendo insistir para que Inglaterra obtenga el mismo tratamiento que cualquier otro neutral que no pueda invocar un trato especial, acordado.
Tengo el honor, etcétera, (firmado) John Ponsonby.
A S. E. el conde de Dudley, etcétera.
P. D. El documento que los comerciantes debieron mandarme, ha sido suspendido por el momento. P.
PONSONBY A HOOD
Buenos Aires, enero 2 de 1828.
Señor: He enviado por este correo, al señor Gordon, resoluciones y memorias de los comerciantes británicos, referentes a las acciones o amenazas de las autoridades de Montevideo en perjuicio del comercio británico. Los hechos son éstos: las mercaderías, ahora en las aduanas de Montevideo, para las cuales un prolongado privilegio de venta fue prometido por el emperador, y la exacción de vales de los barcos que salen de Montevideo, como condición de que no irán a Buenos Aires.
Le suplico que formule la más enérgica protesta contra cualquier acto irregular en estas decisiones y que trate de impedir cualquier venta, por las autoridades, u otras medidas que priven a los súbditos británicos de su propiedad y los exponga a la muy remota probabilidad de recuperarla de los brasileños.
Tengo el honor, etcétera, (firmado) John Ponsonby.
A S. S. F. S. Hood, Montevideo.
PONSONBY A DUDLEY
Buenos Aires, enero 2 de 1828.
Excmo. señor: Tengo el honor de incluir un extracto de una carta recién recibida de Río Grande y fechada el 12 de diciembre.
Doy crédito a sus afirmaciones, que coinciden con mis datos, excepto en que dan por menos numerosa la infantería brasileña.
Las apariencias, sin duda, están muy en favor de los orientales, si Lavalleja procede con prudencia, como creo lo hará. Su mayor peligro parece estar en las intrigas del gobernador Dorrego contra él.
He oído, de buena fuente, que el ministro de hacienda que ahora ocupa el puesto al cual renunció el doctor Moreno, dijo ayer que él sabía que Dorrego apoyaba a Fructuoso Rivera, aunque lo ocultaba.
Rivera ha ido hacia la Banda Oriental, y no carece de dinero, y espera juntar algunos cientos de hombres. Yo creo que está pago por el gobierno brasileño.
El ministro dijo que Dorrego está furioso por la independencia de la Banda Oriental, agregando que su política era mala e insoportable; que si la de Lavalleja era eficaz contra el enemigo, él sería bastante fuerte para desafiar a Dorrego; que, si era batido él (Lavalleja), como consecuencia de la conducta de Dorrego, se uniría al emperador para arruinar a este país. No puedo decir que esto sea imposible; pero no creo sucederá, porque me parece que Dorrego será desposeído de su puesto y poder, muy pronto. Sus amigos personales empiezan a abandonarlo. El partido opuesto a él, parece sólo esperar noticias de Córdoba para proceder contra él; la mitad de la junta se retira en febrero, o en la primera semana de marzo; la oposición confía en obtener completa mayoría en la próxima junta y procederá, en consecuencia, a su derrocamiento.
Parece ahora dudoso si la convención se reunirá en Santa Fe, o no se reunirá.
Bustos, gobernador de Córdoba, y Dorrego, los dos aspiran a la presidencia de la república. Tal vez cada uno trate de promover, o impedir que se reúna, de acuerdo con sus intereses particulares. El partido opuesto aquí a Dorrego, apoyará a Bustos, quien, si es elegido presidente, vendría a residir a Buenos Aires y sería, posiblemente, elegido gobernador de esta provincia. Pero esto último lo considero muy dudoso, conociendo, como conozco, los planes existentes.
El señor Parish ha enviado al ministerio de relaciones exteriores una memoria de los comerciantes. Desearía que V. E. la hojeara, pues contiene prueba poderosa de la verdad de mi opinión sobre muchos asuntos de aquí, como ya he tenido el honor de explicarlo a V. E.
Tengo el honor, etcétera, (firmado) John Ponsonby.
A S. E. el conde de Dudley, etcétera.
GORDON A DUDLEY
Río de Janeiro, enero 7 de 1828.
Excmo. señor: A la vez que debidamente grato a los conceptos halagadores con que V. E. se digna, en sus despachos del 10 y 24 de noviembre, aludir a mis modestos esfuerzos para alcanzar el cese de hostilidad con Buenos Aires, es motivo de verdadera pena para mí comprobar que éstos han sido tan ineficaces; y me temo que así continúe en tanto un armisticio sobre el principio del uti possidetis sea rechazado por Buenos Aires.
Si se toman en consideración todas las circunstancias relativas a la ocupación de Montevideo por los brasileños, parece, en efecto, poco razonable esperar que el emperador consienta en abandonar, en seguida, esa plaza como condición llana de un armisticio.
Creo firmemente que S. M. I. entraría gustoso en una negociación definitiva de paz, sobre la base de la independencia de la Banda Oriental; pero él, justamente, exige que esto se asegure sobre fundamentos cuya solidez garantiera la tranquilidad pública. Es claro que la evacuación inmediata de Montevideo importaría entregarla al general Lavalleja, que nominalmente actúa como general de la república. Sería entregar las vidas y propiedades de millares de personas a sus enemigos. No sería, en efecto, un acuerdo, sino una inexplicable cesión del verdadero y único motivo de la guerra.
Si el señor García, en el mes de junio, hubiera cumplido las instrucciones de su gobierno (y, con más energía, posiblemente lo hubiera hecho), la independencia de la Banda Oriental se habría obtenido en una convención preliminar; pero no se hubiera consumado sino después de la conclusión del tratado definitivo.
La demanda del gobierno de Buenos Aires, al presente, va más lejos, y mientras insistan en la evacuación previa de Montevideo, la guerra continuará. En verdad, si su persistencia en esta demanda no inclinara a suponer que la paz no es el objetivo del gobierno de Buenos Aires, se podría preguntar de parte del Brasil: ¿a quién se entrega Montevideo? Si un armisticio, sobre la base del statu quo, se pidiera por Buenos Aires, no desesperaría del consentimiento de este gobierno, pero hasta ahora las oberturas han partido de este lado, el más fuerte.
Algunos de mis últimos despachos habrán mostrado cuántas dificultades presenta ahora el tratar la cuestión de la pacificación con S. M. I.: no obstante, tendré el honor de comunicar por el próximo paquete el resultado de un nuevo esfuerzo que, con muy leve esperanza de buen éxito, he hecho después de recibir los últimos despachos de V. E., y es: comprometer al emperador a mantener las proposiciones ya enviadas a Buenos Aires, o sea su compromiso de entrar en negociaciones para una paz definitiva, sobre la base de la independencia de la provincia Oriental.
La promesa de negociar sobre estos términos llevaría a un inmediato cese de hostilidades; fallando esto, trataré de obtener del emperador su consentimiento para un armisticio sobre el principio del statu quo de los beligerantes, por el cual la mayor parte de la disputada provincia quedará ocupada por el ejército republicano. Tengo, etcétera, (firmado) R. Gordon.
A S. E. el conde Dudley, etcétera.
GORDON A DUDLEY
Río de Janeiro, enero 9 de 1828.
Excmo. señor: Lamento tener que manifestar, según cartas que acabo de recibir de Buenos Aires, que es probable que los intereses privados resulten un verdadero obstáculo a la pacificación con aquel gobierno, sobre cualesquiera términos, la que ahora sólo se obtendrá llegando, primero, a un avenimiento con el general Lavalleja. V. E. puede figurarse cuán grande es el dilema en que se ve el gobierno del Brasil, en común con los poderes neutrales que deseen colaborar en la obra de la pacificación.
Un simple acuerdo con las tropas enemigas en la Banda Oriental, no puede remover los dos grandes perjuicios de la guerra: la piratería y el bloqueo. Estos, que son las dos cosas principales que nuestras negociaciones tienden a eliminar, son enteramente independientes de la causa e intereses del general Lavalleja. La guerra desarrollada en la provincia es, relativamente, de poca importancia y, probablemente, continuará, con desafío de todos los tratados.
Aun suponiendo que se consiguiera la influencia del general Lavalleja para conseguir la paz con el gobierno de Buenos Aires, aun así, se está formando otro partido en la Banda Oriental que, en ese caso, se sostendría en contra suya, favoreciendo las vistas del coronel Dorrego y otros partidarios de la continuación de la guerra.
Aludo a Fructuoso Rivera, hombre de gran influencia, soldado y pronto a ponerse a la cabeza de ese bando en Canelones, en oposición al general Lavalleja.
Luego, pues, la única posibilidad de paz para el Brasil es llegar, primeramente, a un arreglo con la Banda Oriental, donde la guerra civil está por estallar, y actuar, conjuntamente con los que están divididos entre sí, contra el gobierno de Buenos Aires.
De nuevo tengo motivos para saber que hay grandes obstáculos en el camino de un arreglo entre este gobierno y el general Lavalleja, a menos que se afirme al último, por la intervención de la Gran Bretaña. Tengo, etcétera, (firmado) R. Gordon.
A S. E. el conde Dudley, etcétera.
BALCARCE A PONSONBY
(Confidencial – Traducción). Ministerio de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, enero 12 de 1828.
El que suscribe recibió, pero por enfermedad no le había sido posible hasta ahora contestarla, la nota confidencial que S. E. el señor ministro de S. M. B. tuvo la atención de dirigirle el 30 último, en la cual S. E. dice que no es su deseo reanudar las negociaciones sobre la totalidad de las proposiciones presentadas por el gobierno de la república sino sobre la base de la independencia de la Banda Oriental, pues, respecto a este importante punto, S. E. el ministro supone que los poderes beligerantes estarán completamente de acuerdo y que el gobierno de la república no puede sustraerse a él.
El que suscribe pide a S. E. el señor ministro que ponga especial atención en el sentido literal del artículo 4º de los que le fueron confidencialmente enviados por este ministerio el 15 de octubre, como que habiendo sido rescindidas las bases de la negociación del señor García, sería mejor, en opinión del gobierno, que S. E. considerara la idea de un armisticio, que se estipularía (en condiciones equitativas y recíprocas) a cuya sanción este gobierno está pronto a concurrir; lo mismo cree que S. M. I. el emperador del Brasil, desde que el marqués de Queluz hizo igual sugestión al señor Gordon, sobre el mismo punto que S. E. tuvo la deferencia de someter al gobierno, en setiembre.
Finalmente, el que suscribe tiene órdenes especiales de su gobierno de hacer saber a S. E. el señor ministro, que la república está dispuesta a atender las proposiciones relativas al cese de la guerra y que se felicitaría de terminarla, siempre que dichas proposiciones fueran compatibles con su honor e intereses.
A este respecto, el que suscribe no duda que S. E. el señor ministro hará todo lo posible para conseguir tan importante objeto.
El que suscribe tiene el honor, etcétera, (firmado) J. R. Balcarce.
A S. E. lord John Ponsonby, etcétera.
GORDON A DUDLEY
Río de Janeiro, enero 17 de 1828.
Excmo. señor: De acuerdo con mi propósito, anunciado a V. E. en mi despacho N° 3, de hacer otro esfuerzo para traer a este gobierno a concertar los términos de un armisticio con Buenos Aires, que obtendría, sin duda, el asentimiento de este gobierno, comuniqué confidencialmente al ministro de relaciones exteriores, el 11 del presente, el proyecto incluso que, si aprobado por el emperador, me comprometía a que recibiera todo el posible impulso de Inglaterra ante los círculos contrarios.
......................................................
Parece que S. M. I. se resiste mucho a hacer públicas sus intenciones de erigir a la Banda Oriental en estado independiente, y es posible que la causa de la demora se deba a los ardientes esfuerzos de sus ministros para convencerlo. No obstante, la opinión corriente aquí de que el general Lecor logrará seducir al general Lavalleja y su ejército y someterlos, me hace temer que yo no tenga ninguna contestación concluyente a mis proposiciones hasta que el resultado de la campaña que se inicia al Sur sea conocido por S. M. I. Tengo, etcétera, (firmado) R. Gordon.
A S. E. el conde Dudley, etcétera.
PONSONBY A BALCARCE
Buenos Aires, enero 17 de 1828.
El que suscribe tiene el honor de acusar recibo de la nota de S. E. el general Balcarce, fechada el 12 del corriente, de la cual se deduce que las notas del 26 y 30 último no han sido comprendidas por S. E., en el sentido en que el que suscribe las escribió.
El que suscribe, dejando de lado los puntos menores, llamará la atención de S. E. sólo sobre aquéllos de importancia.
S. E., al citar la nota del que suscribe, lo hace expresarse así: “que no es su deseo reanudar las negociaciones en la totalidad de las proposiciones presentadas por el gobierno de la república, sino sobre la base de la independencia de la Banda Oriental, pues respecto a este importante punto el ministro supone que los poderes beligerantes estarán completamente de acuerdo, y que el gobierno de la república no puede sustraerse a él”.
S. E. el general Balcarce encontrará en la nota del 26 de diciembre, del que suscribe a S. E., que allí dice: “Es altamente ventajoso para la causa de la paz, por lo cual el gobierno de S. E. está tan justamente deseoso, que se sepa claramente cuáles son, al presente, las intenciones del gobierno imperial, relativas a la base, al parecer única, sobre...

Índice

  1. Portada
  2. Legales
  3. Alvear a Canning
  4. Ponsonby en Buenos Aires
  5. Tratativas en 1827
  6. Tratativas en 1828 y la paz
  7. Tratativas en 1829