Capítulo II
Tópicos
Las memorias retórico-argumentales golpistas que apoyaron los sucesivos quiebres de la democracia en la Argentina durante el período 1930-1976 desplegaron una serie de tópicos que se anclaron en determinadas condiciones coyunturales. Memoria y acontecimiento se entrelazaron así en la trama discursiva de la prensa escrita ante los sucesivos golpes militares. De modo recurrente, dije, estos tópicos se expresaron en nominalizaciones y descripciones, que generaron un efecto típicamente ideológico, el efecto de evidencia (Pêcheux, 1975).
1. La memoria retórico-argumental golpista liberal
Esta memoria buscó la adhesión a los sucesivos golpes de Estado basándose en una red de tópicos que afirmó la violación del régimen institucional, democrático y constitucional por parte de los mandatarios depuestos, al mismo tiempo que sostuvo la naturaleza respetuosa de dicho régimen por parte de las Fuerzas Armadas.
En cuanto a sus discursos fundadores en 1930, numerosos historiadores, entre ellos Rock (1993b) y Romero (1996; 2003), han dado cuenta de una serie de elementos contextuales que funcionaron como condiciones de posibilidad para que esta tópica fuera esgrimida para apoyar el golpe militar de 1930 que derrocó a Hipólito Yrigoyen. En efecto, Romero (1993, 227) destaca que Yrigoyen se propuso “doblegar –sin violencia, pero con tenacidad– las voluntades adversas y constituir con sus partidarios una masa homogénea cuya acción no podía sino desvirtuar el juego de las instituciones”, agregando que implementó un gobierno fuertemente centralizado que intervino provincias no solo para depurar gobiernos de origen espurio sino, en algunos casos, como maniobra política para llevar al poder a hombres adictos a su partido. Rock (1993b, 272), por su parte, señala que desde 1929 los yrigoyenistas se habían enredado en “una larga lucha por la supremacía”, que los llevó a asesinar a Carlos Washington Lencinas, el líder de la oposición mendocina, y a impugnar con éxito la elección de Federico Cantoni y uno de sus seguidores como senadores por San Juan.
La práctica sistemática del fraude electoral durante la década del treinta hasta principios de los cuarenta, asimismo, vició el sistema democrático y constitucional contribuyendo al retorno de aquella tópica ante el derrocamiento de Ramón Castillo en 1943. Por otra parte, Romero (2003, 40) hace hincapié en que no solo Hipólito Yrigoyen, sino luego también Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi y Arturo Illia desestimaron al Parlamento como ámbito central de discusión y acuerdo en la política republicana democrática.
1.1. Los medios apuntan contra “el tirano” Hipólito Yrigoyen
En la revista estrella de la editorial del mismo nombre, Atlántida, y en uno de los diarios de mayor circulación, Crítica, se destacaron una serie de descripciones definidas que representaron al gobierno de Yrigoyen como una dictadura: “la dictadura derrocada”, “la dictadura entronizada”, “la sombría dictadura”, “la dictadura baja del personalismo”. En el caso de la revista Plus Ultra, el carácter no democrático del gobierno de Yrigoyen se implicitó en la descripción definida “la historia de nuestras conquistas democráticas”, usada para referirse a una manifestación de estudiantes que, el 4 de septiembre en Plaza de Mayo, exigió la renuncia de Yrigoyen y en la que resultó muerto Juvencio Aguilar, baleado durante enfrentamientos con la policía. La Razón fue más moderada en la acusación contra el ex presidente de no haber respetado la democracia, pues no empleó el lexema “dictadura” sino la descripción definida “los hombres que malograron el mandato del pueblo o que se volvieron contra él para degradarlo”.
La Prensa, por su parte, sostuvo:
Y toda revolución vencedora conduce a una consecuencia inevitable: la organización de un gobierno fuerte, capaz de realizar lo que en el sentido dicho se busca.
Así lo enseñan la historia y la vida presente. El testimonio está palpitante y frente a nuestros ojos: los estudiantes universitarios de Bolivia se lanzaron a la calle y, con el apoyo del Ejército, depusieron al dictador. Ese caso de civismo generó un gobierno marcial, con cuyos auspicios los más conspicuos representantes de los partidos que militan en el altiplano han convenido una fórmula electoral que pondrá en la primera magistratura a una de las más grandes personalidades civiles de la nación boliviana.
Con el asesinato de estudiantes universitarios, otro dictador provocó en el Perú la rebelión que lo sacó del poder usurpado y le está pidiendo cuenta de sus delitos. Allí t...