Nigeria
eBook - ePub

Nigeria

Las brechas de un petroestado

  1. Spanish
  2. ePUB (apto para móviles)
  3. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Nigeria

Las brechas de un petroestado

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Nigeria es el gigante económico de África Occidental, el principal productor de petróleo del continente negro y hogar de una de las poblaciones más empobrecidas de la Tierra. En la abundancia petrolera, elemento crucial en la edificación del Estado postcolonial, y en la configuración de su imaginario colectivo se hallan muchas de las claves que hacen de este país un paradigma de la desigualdad. Las múltiples brechas abiertas en su aparato institucional llegan hasta la fractura en el delta del río Níger, donde se encuentra el carburante de la economía nacional. Allí, la explotación del oro negro y las controversias suscitadas por su control han dibujado un escenario de conflicto permanente. Este libro es un viaje por la historia del petroestado nigeriano y un homenaje a quienes tratan de reconstruir sus cimientos.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Nigeria de Aloia Álvarez Feáns en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia africana. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2012
ISBN
9788483197400
Categoría
Historia

Capítulo 1. Imaginando Nigeria: la construcción de un petroestado

La aparente mascarada de desarrollo, democracia y gestión es una fachada que oculta el estancamiento real con el consumismo, el corporativismo y la arbitrariedad: sueños más que planes.
Julius O. Ihonvbere y Timothy M. Shaw[7]
Los 923.768 kilómetros cuadrados[8] que comprende el territorio de Nigeria se extienden en la región de África Occidental, en la frontera norte del Golfo de Guinea. La zona norte y centro del país se encuentra dominada por la sabana y el sur por la denominada selva umbrófila. Los dos principales ríos que lo atraviesan, Níger y Benue, confluyen y desembocan en el conocido como Delta del Níger, el más grande del mundo. Con una población total en 2008 de 151,5 millones de habitantes y con una proyección de alcanzar los 298,7 millones en el año 2050[9], Nigeria se sitúa en el primer puesto de los países africanos más poblados y en el octavo del mundo. Debido a su evolución histórica, en términos identitarios el territorio se encuentra fragmentado en tres regiones. En lo que se refiere a su administración política y territorial, Nigeria es una república federal presidencialista conformada por 36 estados y el Territorio de la Capital Federal, Abuja.
Según su Ministerio de Recursos Petroleros, Nigeria cuenta en la actualidad con 159 campos petroleros y 1.481 pozos operando. La zona más productiva es la cuenca del Delta del río Níger, donde se encuentran 78 de esos campos. De únicamente 16 de ellos se extrae el 37,9 por ciento de toda la producción nacional[10]. En el año 2008, el país fue, según la EIA (Energy Information Administration), el décimo quinto del mundo en lo que a producción de petróleo se refiere. De los 117.064 miles de millones de barriles estimados en todo el continente africano en 2009 en cuanto a reservas probadas de crudo, 36.220 le correspondían a Nigeria; y de los 494.078 billones de pies cúbicos en reservas gasíferas con los que se estimaba que contaba toda África en 2009, 184,160 se encontraban en territorio nigeriano[11]. La mayoría de estas reservas se localizan en la zona del Delta del Níger y offshore.
El ‘complejo petrolero’ nigeriano
La asignación de las rentas petroleras es muy vertical en el sistema nigeriano, lo que afecta especialmente al control de los recursos por parte de las comunidades productoras. Las rentas “aíslan al Estado de la responsabilidad sobre los ciudadanos en general, y sobre las comunidades en las regiones productoras de petróleo en particular. La abundancia de petróleo provoca un déficit de democracia y potencia la corrupción y la violencia”[12], según se desprende de la amplia literatura existente al respecto.
Atendamos brevemente a los principales actores que juegan en dicho complejo. Para empezar, la Constitución federal, vigente desde 1999, establece que “toda la propiedad y control de todos los minerales, aceites minerales y gas natural sobre o bajo cualquier tierra de Nigeria, o sobre o bajo las aguas territoriales y la Zona Económica Exclusiva de Nigeria deben estar en manos del Gobierno de la Federación”[13]. Desde la década de 1970, el Gobierno Federal, a través de la Nigerian National Petroleum Corporation (NNPC), controla todo el crudo nigeriano gracias a la participación en forma de joint ventures con las compañías extranjeras que operan en el país. Cinco empresas transnacionales dominan el sector: la angloholandesa Shell, las estadounidenses ChevronTexaco y ExxonMobil, la italiana Agip y la francesa Total. Entre todas poseen el 98 por ciento de las reservas y los activos que se encuentran operando en Nigeria. Alrededor de unas 50 firmas, más pequeñas, completan el círculo. El 95 por ciento del petróleo producido en el país depende de estas joint ventures, mientras que el 5 por ciento restante le corresponde a empresas más pequeñas que operan en campos marginales[14]. Hay seis terminales de exportación, dos de las cuales son propiedad de Shell, y el resto (Mobil, Chevron, Texaco y Agip) tienen una cada una. Todas las transnacionales que operan en Nigeria siguen las reglas del Estado y se han convertido en subentidades de la principal.
El petróleo ha sido desde mediados de la década de 1970 el principal generador de PIB en el país, que gracias a él ha venido creciendo ininterrumpidamente. En el año 2008, el PIB nigeriano alcanzó, según el Banco Mundial, los 212.08 mil millones de dólares[15]. Pese a lo halagüeñas que puedan parecer esas grandes cifras macroeconómicas, en 2005, 71,1 millones de nigerianos carecían de acceso a la electricidad[16]. A pesar de que el consumo y la demanda de petróleo en Nigeria crece un 12,8 por ciento cada año, tanto este recurso como sus productos derivados son, paradójicamente, caros y no accesibles para la mayoría de la población, puesto que casi todo el crudo debe ser exportado para ser refinado en el exterior. En el país hay tan sólo cuatro refinerías de cierto tamaño, pero operan a bajo rendimiento: su capacidad de refino es de 445 millones de barriles al día[17]. De hecho, en el año 2005, el 78 por ciento del abastecimiento energético en toda Nigeria le correspondió a la biomasa[18]. ¿A qué responde esta contradicción?
Nigeria ocupa el puesto número 158 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD. Según datos de este organismo, el 34,1 por ciento de la población nigeriana vivía por debajo del umbral, nacional, de la pobreza entre los años 1990 y 2007[19], y la renta per cápita en este territorio cuatro veces mayor que el Reino Unido fue, en 2006, 35 veces menor que la de su ex metrópolis[20]. Y esto es así porque la historia del petróleo en Nigeria es la historia de una ilusión. Y se trata, como veremos a continuación, de una ilusión entendida en todas las acepciones del término. Ilusión como la “viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.”. Ilusión, también, como aquella “esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo”, y por último, ilusión en el sentido de “imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”[21]. Bajo aquella complacencia y movidos por esa esperanza han caído en esta imagen engañosa todos los actores que definen el presente del país: sociedad civil, compañías petroleras, fuerzas de seguridad del Estado, milicias paramilitares, militantes armados y redes criminales, que, de un modo u otro, tratan de capturar el bienestar derivado del control sobre los beneficios reportados por la explotación de los recursos hidrocarburíferos.
Para entender las causas y consecuencias del papel jugado por el petróleo en el Estado postcolonial nigeriano será preciso que realicemos una aproximación histórica, y evitar así ser confundidos por los espejismos. Sería una tarea estéril tratar de dilucidarlas sin analizar las dinámicas generadas por la extracción petrolera que definen el presente de Nigeria, enmarcadas en su proceso de configuración como Estado soberano. Como veremos, estas dinámicas están inmersas en una serie de lógicas transnacionales que atraviesan su escenario, y que encuentran su origen en el impacto que la presencia colonial ha tenido en su territorio y en su imaginario colectivo.
La colonización británica: la antesala de un Estado extravertido
Hasta la llegada de los europeos a su territorio, cuando Nigeria aún no era Nigeria, la ganadería, la agricultura o la pesca aseguraban la autosubsistencia de las comunidades que habitaban la región, y las actividades comerciales, el mantenimiento de una estructura económica regional. Estas actividades fueron desmanteladas durante la colonización de este territorio de África Occidental por parte del Imperio británico. Desde el siglo XV hasta finales del XIX, momento en el que se empieza a concretar la colonización efectiva del territorio de la actual Nigeria al calor de la coyuntura continental, portugueses, británicos, franceses y alemanes fueron dejando su impronta en la denominada Costa del Oro sin realizar grandes incursiones en el continente. En los siglos XVI y XVII, el comercio de esclavos se convertiría en la actividad económica más lucrativa de la región y, por ende, en el principal aliciente para la presencia europea. Durante este tiempo fueron arrancados de sus tierras en África Occidental alrededor de 24 millones de esclavos, lo que supuso “un desastre económico y social sin precedentes para la costa Oeste en general y para Nigeria en particular”[22]. Finalmente, en el año 1807, el Imperio británico fue el primero en decidir abolir el comercio de esclavos, lo que tuvo “implicaciones políticas y socioeconómicas de envergadura en lo que hoy es Nigeria y también en las bases de la relación económica de Gran Bretaña con toda la región de África del Oeste”[23]. Inaugurado el siglo XIX, los británicos decidieron reemplazar la trata por actividades comerciales lícitas, en simultáneo al crecimiento de la demanda europea de oleaginosas. Pronto el aceite de palma producido por las llamadas Casas africanas se convertiría en el principal bien de exportación legal.
Ya a finales del siglo XIX, con el fin de servir a sus intereses comerciales, los británicos inauguraron la navegación a vapor por el Bajo Níger, al tiempo que comenzaron a destinar cónsules en la región conocida como Oil Rivers (Ríos de Aceite). En 1879 constituyen la United African Company[24] y seis años más tarde imponen un régimen de protectorado. En 1886 le otorgan una concesión a la United African Company (que gracias a la obtención de carta real pasaría a llamarse Royal Níger Company) con la función de defender sus intereses en la zona, que pasaría a denominarse Oil Rivers Protectorates. El 1 de enero de 1900 el Imperio británico toma, por fin, el control de toda el área para, seis años más tarde, crear los protectorados de Nigeria del Norte y Nigeria del Sur, territorio este último que comprendería el país Yoruba y el país Igbo y que se administraría junto a la colonia de Lagos. En 1914 Nigeria del Norte y Nigeria del Sur conforman una federación, que configurará el nacimiento de la actual Nigeria.
Para los británicos, la región del Bajo Níger constituía, sin duda, un mercado altamente lucrativo. Entre los años 1820 y 1884 el volumen de comercio de aceite de palma extraído de allí llegaría a doblarse[25]; por lo que a mediados del siglo XIX se pone fin al “imperio informal”, en gran medida, debido a la necesidad de ejercer un control directo sobre las materias primas. En 1856 había alrededor de unas 200 firmas con negocios en el Delta, por eso, según Ihonvbere y Shaw, “el cambio al control político directo se abrió dada la falta de capacidad de los cónsules para subyugar por completo a la población local o llevar a término las sanciones impuestas a quienes interferían con el comercio libre[26]. Este fenómeno marcará, para estos autores, “el comienzo de la periferialización de Nigeria y su incorporación en el sistema capitalista mundial y la introducción concreta de relaciones capitalistas de producción e intercambio”[27]. El Imperio británico se concentraría a partir de ahora en la conquista por la fuerza de la región del Norte, donde adopta a principios del siglo XX la política del Indirect Rule, una forma de Administración indirecta que pretendía conservar las instituciones políticas preexistentes.
Obviamente, la colonización provocó transformaciones fundamentales en la estructura social previa. Desde el principio emergieron fuertes contradicciones entre los colonizadores y los colonizados, e importantes fricciones entre los gobernantes y los súbditos entre los autóctonos. Dados los intereses económicos de Gran Bretaña en Nigeria, “la primera meta del gobierno indirecto era la destrucción de la sociedad tradicional y la promoción de un comercio orientado a la exportación”[28]. El Gobierno colonial se mostró siempre muy preocupado por la eficiencia en la producción de cultivos comerciales, fundamentalmente cacao, cacahuetes, caucho, palma y algodón. Los agricultores locales eran incentivados para producir estas materias primas frente a los cultivos alimentarios tradicionales, viéndose así introducidos de lleno en la economía moderna. Entre 1865 y 1889 el total de producción de aceite de palma subió de 10.552 a 31.589 toneladas y las exportaciones, de 5.288 a 8.718 toneladas[29].
El Acta de Desarrollo Colonial, un plan de desarrollo, según Ihonvbere y Shaw, poco coherente, dejó la base para “un crecimiento capitalista sin desarrollo en Nigeria”[30]. El país quedó completamente abierto al capital extranjero, mientras que los inversores locales se encontraban con toda clase de impedimentos para llevar a cabo sus actividades económicas. En pocos años se desmantelaron las Casas comerciales del Delta y el Gobierno declaró una política de protección estatal para el capital foráneo. La aparición del petróleo, coincidente con la obtención de la independencia política de parte del Imperio británico, significó un estancamiento en la base productiva de la economía que se ha ido destruyendo gradualmente, a medida que Nigeria se ha ido configurando como una economía de exportación petrodependiente. El petróleo se encuentra, por ese motivo, en el centro de todas las miradas, y en la raíz de muchas de las fricciones que definen el presente nigeriano.
El petróleo entra en escena
En 1908, con casi todo el territorio bajo administración británica, la empresa alemana Nigerian Bitumen Corporation ya había empezado a explorar petróleo en el oeste nigeriano, en la zona de Araromi. Estas actividades se interrumpirían en 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial, al tiempo que el Gobierno colonial británico declaraba su derecho soberano sobre los recursos petroleros nigerianos a través de la Mineral Act, que habilitaba al gobernador general para conceder licencias de exploración a las compañías británicas. En 1937 el consorcio anglo-holandés Shell-D’Arcy Exploration Parties, propiedad de Royal Dutch Shell y BP (después llamado Shell-BP Petroleum Development Company of Nigeria), comienza sus exploraciones en el Delta. Un año más tarde, Shell BP recibe una licencia de exploración de Petróleo que inicialmente cubre toda la superficie de Nigeria (aunque ésta sería reducida en 1957 hasta los 103.599 km2). S...

Índice

  1. Prólogo
  2. Introducción. La Nueva frontera petrolera, en combustión
  3. Capítulo 1. Imaginando Nigeria: la construcción de un petroestado
  4. Capítulo 2. La lucha por el control de los recursos en el Delta del Níger
  5. Capítulo 3. Conclusiones: petróleo y violencia, el dilema de la seguridad
  6. Bibliografía