Dimensiones humanas en acción : Ser para saber obrar

Hacia una dirección integral de vida -fundamentos y marco conceptual-

Andrés González Duperly

• Editorial: Universidad Externado
• Año: 2021
• ISBN:
  9789587905106
• Categoría: Ciencias sociales
• Categoría: Antropología

Los cuatro conceptos dimensionales de la propuesta: intencionalidad, inte­ractividad, voluntad y creatividad se perciben y sienten como en movimien­toincesante y decidido; mantienen una correlación justa con el aforismo Ser parasaber obrar. Se presentan como un tejido que cubre una distancia para quien seautorreconoce como individuo interior en los procesos de la dirección integralde vida.El resultado de estas líneas es una propuesta para pensarcon sentido poco común sobre los fundamentos ontológicos, epistemológicos y gnoseológi­cos, esencias de las competencias colaterales y organizacionales, las virtu­descardinales, las facultades endógenas y las trilogías en calidad de hilosconductores, factores que sugieren una guía para fortalecer las habilidadestransversales necesarias para el desarrollo personal y profesional con salidaética en entornos empresariales e institucionales desde la lente hu­manista.El deseo es que estas líneas sean para el lector semillasque estimulen sus sentipensares, que salga un tanto más aprehendido de sí, coninterés de profundizar -desde los sabios no saberes- en otras verdades. Ladidácti­ca utilizada se basa en la trilogía comeniana de comprender, retener y apli­carllevando las cargas de la vida con éxito desde las dimensiones y dejar ejemplosde futuro en las luchas de toda la noche de la vida.

CAPÍTULO CUARTO

OBRAR PARA TRASCENDER Y GENERAR VALOR

Nunca es blanco donde vibra la flecha clavada; sino aguda flecha en el viento.

Nicolás Gómez Dávila

FUNDAMENTOS

Obrar es intrínseco a toda acción humana; es el efecto de causas engendradas en la intención, en procesos conscientes, como los relativos a la voluntad, que se despliegan a partir de la iniciativa, la intuición, la imaginación y la inteligencia. Las ideas en la acción humana afloran y se trabajan a partir de los pensamientos y la psique en pro de uno o más resultados intencionados. En obrar está la razón del ser; es el móvil del acto; clama una realización porque no solo es menester, interesa, se desea o apasiona, sino que jalona el Dasein para alcanzar algo tangible o intangible que las mismas causales requieren de los efectos en términos generales. Obrar tambián obedece a una o más decisiones –procesos para alcanzar fines, objetivos y metas según la complejidad de las cosas reales o ideales que ocupan al ser humano–.

El gobierno de sí-mismo en la unicidad ciertamente es un fenómeno complejo en las tijeras del tiempo lineal, el que mide duraciones de los actos en espacios y movimientos en la acción humana. Este gobierno le corresponde al ser racional que sabe qué es y que sabe que sabe que debe obrar por los cambios que se imponen en la complejidad, en las tendencias que apuntan a los casos por la fragilidad de los sistemas de vida y los del mundo material. El sentido de la gobernabilidad se activa en el fuero interno por la intención y ello implica conducir la acción a las cosas en su perpetuo movimiento para lograr resultados, es decir, los efectos deseados. Es un reto en la inteligencia discernida y razonada cuando las intenciones del obrar están puestas en:

I) La consciencia reflexiva, fluida.

II) La interactividad, dinámica (propia y ajena).

III) La voluntad, ejercida con propiedad.

IV) El sentido auténticamente creativo, en la pluridimensionalidad.

Nos acompañan reflexiones con salidas hacia la gobernabilidad del sí-mismo que naturalmente repercuten en nuestro entorno; en esencia siete áreas en las que se concentra la atención y son ventana del mundo que se percibe en las búsquedas por significar. Y significar implica hacer, actuar y obrar. Referente al obrar, Frankl (2012) comparte las palabras “más concisas y precisas” de Hillel, el sabio judío que dijo: “Si yo no lo hago, ¿quién lo hará?; y si no lo hago ahora, ¿cuándo lo haré?; pero, si lo hago solo por mí mismo, ¿qué soy?” (p. 61). Frankl lo tiene claro: el verdadero, auténtico ser humano es respuesta porque se esfuerza frente al sí mismo, que es “la cualidad autotrascendente de la existencia”, de la acción inteligente y oportuna que se refleja en la singularidad que le pertenece a cada quien.

La supervivencia (conservación de la vida), los beneficios (de todo orden de intercambios en la interactividad) y el crecimiento (personal y el de los demás) resume tres grandes objetivos del Directivo Integral de Vida que sabe obrar con ojos de entendimiento y en la intuicion está pendiente de su Estrella Polar del navío que gobierna mediante su sabio individuo interior en la cotidianidad. Además, mediante introspecciones que se deben dirigir con discernimiento tiene en cuenta las Dimensiones Humanas en Acción que le pertenencen y con ellos los entenderes maduran en comprensión. La diferencia entre entender y comprender es significativa; entender es “tener idea clara de las cosas”, mientras que comprender es “abrazar, ceñir o rodear por todas partes algo” (RAE, 2017).

¿Y será que los tres objetivos identificados arriba son los mismos para una organización, empresa o negocio, que traducidos al entorno productivo leen: supervivencia, rentabilidad y crecimiento? El directivo integral se encuentra entremundos en las actividades en un mar de expectativas y acciones recíprocas. Las habilidades transversales y respectivas competencias colaterales y organizacionales, con las virtudes y facultades, internalizadas desde las dimensiones son guías permanentes que contribuyen para dar respuesta integral, para actuar y alcanzar los objetivos y metas, no solo en la sostenibilidad temporal, sino también para la perdurabilidad en las contingencias.

El directivo integral gobierna porque entiende sus limitaciones y atributos; se ocupa de entender la esencia de cambios a nivel personal, así como los del entorno anticipando devenires en las tendencias con visión holística y a la vez en los frentes que lo ocupan, como mirando el presente desde futuros anticipados, mediante las Dimensiones Humanas en Acción que el directivo integral maneja al aprehenderlos y con ellos obrar con prudencia para mantener la homeostasis, autorregulándose desde su fuero interno en el sí-mismo. El directivo integral comprende el significado de ser preactivo para que de verdad sea proactivo y ocuparse con alegría en los futuros de los cambios de los continuos presentes-presentes en los antes y después como sobre ellas reflexionamos más adelante. Las dimensiones y las competencias operan integradamente. En la eficacia de la gestión (gobierno) de los cambios –en atención a las contingencias que se traducen en todos los ámbitos de la cotidianidad– los riesgos requieren de gestión, en particular en los entornos productivos (risk management), herramientas para obrar oportunamente con lo que corresponde en las actividades concatenadas junto con otras se resuelven las fuerzas restrictivas mediante la toma de decisiones, entendiendo sus esencias para aplicar las herramientas, entre los demás atributos del individuo interior, alma del Directivo Integral de Vida.

A través de actos de valor inteligentes, preintencionados (para evitar la imprevisión) para hacer frente, a tiempo, a las disrupciones, en particular, por ejemplo, en las fuerzas restrictivas de las tecnologías de la información. Es por ejemplo, sector dinámico en los cambios (como señalamos en la introducción de estas líneas), generando transformaciones digitales en los enormes beneficios. Por ejemplo, hoy un botón o una nevera tienen conectividad a la Internet de las Cosas (Internet of Things, IOT) y tienen aplicaciones en todos los campos del conocimiento humano. Sin embargo, las (super)inteligencias artificiales estarán siempre huérfanas de consciencia y carecerán de las lógicas humanas. Además, estas tecnologías representan grandes riesgos, por ejemplo, los relacionados con los quiebres de la privacidad, la desinformación y el hecho de que pueden llegar a sustituir la memoria y a privar a los usuarios de su voluntad racional. Por tanto, la llegada de estas tecnologías hace necesario que los directivos tengan una visión integrada de las cosas de la vida; que sean individuos interiores con sensibilidades conscienciales y razonamiento lógico que les permitan dar pasos en la direccionalidad y evitar el debilitamiento del sentido de eticidad individual y los quiebres continuados en los valores morales, consecuencia de estados de consciencia frágiles, con anemia espiritual.

Los cambios acelerados son realidades del presente-presente y de los presentes-futuros, intrínsecos a los valores, las actitudes y los comportamientos en las diversas conductas humanas (en el obrar). Las acciones son necesarias por las mismas causas que los propician, así también con los consiguientes efectos y las respectivas nuevas causas en el continuo de las cosas. Consideramos que estos actos no deberían estar huérfanos de filosofía, en particular, en discernimientos e investigaciones serias de reflexión-acción vestidas de ética en los cuestionamientos relacionados con las biotecnologías, bioideologías, bioneuroéticas…, en fin, sí, hay que avanzar con precaución en las transformaciones, con consciencia clara por parte del directivo integral sensible al bien común, y hay que obrar en los telos en las equidades, sensibles a nivel local, comunitario, societario, nacional, transnacional y universal-planetario. Así, se espera que esos cambios unan (en vez de atomizar) a la humanidad mediante estratagemas en las fuerzas vivas de la geopolítica y en la gobernabilidad colegiada a cualquier nivel los “deber ser” de la coexistencia en la mutualidad. Es de esperar que esos cambios que se ven, se sienten y que en las inconsciencias están invadiendo espacios sensibles en las relaciones. Es de esperar también la adopción de principios universales básicos como la verdad y la equidad que rigen al ser interior, en las múltiples formas en deber ser y en el cómo pueden ser en las que un directivo integral participa frente a sí primero y con los demás. En síntesis, la singularidad consciente y a que cada quien actúe para mantener los equilibrios en cada una de las siete Áreas de Concentración Individual en el arte de vivir con salidas en los roles, teniendo en cuenta que cada rol en cada área se relaciona con varias responsabilidades en la autotrascendencia.

UNICIDAD Y SENTIDO DE VIDA

Con referencia a lo expuesto a título de introducción al enfoque del saber obrar desde varios referentes, los actos en los cambios y los cambios que los propician, cuando se los comprende desde los principios de las causas y efectos en los futuros de estos en las transformaciones, pareciera que comienzan sigilosos, inadvertidos y despacio, a menos que sean ocasionados por una eventualidad en las fuerzas restrictivas de la vida. Y los cambios comienzan en el ser, con cada sí-mismo y en los diversos niveles de consciencia espiritual, reflexiva y cotidiana. Siempre hay respuestas y estas son en los actos, en la dimensión que sugerimos en la interactividad y conectividad. Y aquí, un paréntesis para aclarar los “aquí-ya” del acto en un mensaje de Frankl (1991), quien sugiere comparar el arte con el ser humano, ambos como “unidad en la pluralidad”. Y esto ya lo había resumido Aquino al decir que la existencia humana es unitas multiplex (Frankl, 1991, p. 139), y Frankl lo amplía a otras latitudes cuando se afirma que “la característica de la existencia humana es la coexistencia entre la unidad antropológica y las diferencias ontológicas, entre el modo de ser humano único y las variadas maneras de ser de las que participa” (pp. 138-139).

Primeramente, cuando Frankl dice: “entre el modo de ser humano único y las variadas maneras de ser de las que participa”, se infiere que habla de diferencias físicas y psíquicas en y entre cada ser (nótese que en la unicidad referida de cada quien, Frankl excluye las diferencias espirituales), a lo que añade que “cuando se trata de la existencia humana, no conviene ni el pluralismo ni el monismo” (p. 139). Agregamos que estos planteamientos también valen en las reflexiones sobre los actos humanos en los cambios que nuevamente confrontamos en infinitas maneras en las dualidades paradójicas y en las diferentes formas de interpretarlas, como vimos en el capítulo anterior. Y en tal sentido, en la infinitud de las diferencias de la existencia humana, consideramos la salida en la dialógica de Morin (1997) con su concepto de “unidualidad” o, como veremos más adelante, en el cuadrado de los valores (que también un concepto aristotélico de tomar el camino de la mitad en la dualidad). Y así, en las explicaciones con salidas prácticas del directivo integral, cada quien con los “nuevos yo” le hace frente a los cambios frente al sí-mismo en lo psíquico en la interactividades, interfaces de toda naturaleza y las frecuencias con la cotidianidades y exigencias de ejercer roles –y con ellos las responsabilidades que los acompañan –, en las valoraciones que cada quien tiene para consigo mismo y con los demás en las variables de acción recíproca en los cambios, como veremos en el esquema, abajo.

En segunda medida, con respecto a las diferencias en la unicidad de cada quien en la infinitud de diferencias en la naturaleza humana consideramos que, en el ejercicio de una Dirección Integral de Vida, necesariamente se incluye a los congéneres en la independencia, dependencia e interdependencia, con tantas facultades y definidos defectos que todos poseemos. Además, consideramos que cada uno de nosotros, comenzando por el sí-mismo, con base en las esencias de los principios, orientamos los valores (en particular los morales), demostramos actitudes y gobernamos conductas y actos que conllevan a las obras diferenciadas con “aportes que son como pedazos de nosotros mismos, muestras de nuestro ADN completo como individuos, piel que vamos dejando” (Arciniegas, 2019). Se trata de entregas en los actos vivos en los que cada quien, desde la inmanencia hasta la transcendencia kantiana en el verdadero sentir de la vida, encuentra el sentido de esta en Frankl.

Tercero, al profundizar en la praxis, las habilidades transversales en las competencias que recorren distancias por “saberlas” aplicables a todas las facetas de la vida y desde las dimensiones humanas en acción, se dinamizan por nuestras capacidades de producir cambios al dar pequeños saltos a las realidades continuadas en actos que se imaginan y gobiernan de infinitas maneras en las dualidades. Por ello, presentamos más adelante algunos ejemplos de la integralidad a nivel organizacional-productivo con enfoques diferenciados para mirar (intelectivamente) las realidades desde otras perspectivas, “entre el modo de ser humano único y las variadas maneras de ser de las que participa”, incluyendo diferencias intelectivas y e...

Índice

• CUBIERTA
• PORTADILLA
• PORTADA
• CRÉDITOS
• CONTENIDO
• PRESENTACIÓN
• AGRADECIMIENTOS
• PREFACIO
• PRÓLOGO
• INTRODUCCIÓN
• CAPÍTULO PRIMERO: FUNDAMENTOS DEL SER PARA SABER OBRAR: HACIA UN PANORAMA
• CAPÍTULO SEGUNDO: HACIA EL SER INTEGRAL: RAÍZ EN BUSCA DE LA RAMA
• CAPÍTULO TERCERO: LA CONSCIENCIA DEL SABER INTENCIONADO
• CAPÍTULO CUARTO: OBRAR PARA TRASCENDER Y GENERAR VALOR
• CAPÍTULO QUINTO: SÍNTESIS, EJEMPLOS Y CONCLUSIONES
• EPÍLOGO
• BIBLIOGRAFÍA
• GLOSARIO
• NOTAS AL PIE
• CONTRACUBIERTA