Las hormigas
José Manuel Vidal Cordero
Prólogo de Xim Cerdá Sureda
Colección ¿Qué sabemos de?
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Prólogo
El autor del libro que tienes entre manos, José Manuel Vidal Cordero, es un apasionado estudioso de las hormigas que, además, transmite excepcionalmente bien el objeto de su pasión a cualquier público. En mi adolescencia, tuve la osadía de pensar en convertirme en el Rodríguez de la Fuente de las hormigas, pero al final me dediqué a la ciencia. En cambio, es bastante probable que J. Manuel sí que llegue a serlo, que él sí consiga llevar las hormigas a todos los hogares españoles. Y este libro es su primer o segundo o tercer paso. Sin ánimo de adelantar ninguno de los temas que se encontrarán en este libro, diré, simplemente, que habla de las hormigas. Unos seres que, aunque a simple vista nos puedan parecer absurdos, porque pensamos siempre en esas filas de hormigas a las que imaginamos haciendo un aburrido y monótono trabajo, tienen una enorme diversidad de formas, de comportamientos, de modos de reproducción, de alimentación.
En ciencia siempre debemos huir del antropocentrismo; hay que evitar interpretar el comportamiento de los animales como si fueran humanos, no debemos ponernos en su lugar ni debemos establecer peligrosas comparaciones que puedan llevarnos a interpretaciones absolutamente erróneas. Este era uno de los consejos que mi amigo Raphaël Boulay daba siempre a sus estudiantes. Pues bien, J. Manuel no parece haberle hecho mucho caso. O eso es lo que parece leyendo el índice de este libro. Como sé que J. Manuel admiraba mucho a Raphaël, aquí voy a echarle un cable: los escritores tienen lo que se llama “licencia poética” o “licencia artística”. Y así es como debemos entender algunas de las frases de este libro en que su autor se toma estas licencias para hacer llegar mejor su mensaje a todos los públicos. Porque si algo me ha quedado muy claro desde que conozco a J. Manuel es su gran capacidad de comunicación, cómo es capaz de destilar el mensaje científico y contárselo a niños y mayores con unas palabras que todos entienden y que seguro que no van a olvidar. Por eso, en su caso, es aceptable y muy aconsejable que se tome algunas licencias artísticas. Todo sea por conseguir que entendáis a las hormigas y su mundo.
Xim Cerdá Sureda
PARTE I. Mirmecodiversidad
Capítulo 1
Formicidae: mi familia y otros animales
En 1758, con la publicación de la décima edición de su catálogo de todas las especies de plantas y animales conocidas hasta ese momento, Carl von Linné (1707-1778) crea la nomenclatura zoológica moderna. En este sistema, la unidad básica de clasificación biológica es la especie, cuyo nombre es binomial, es decir, está compuesto de dos palabras: la primera, que siempre empieza con mayúsculas, corresponde al nombre del género, mientras que la segunda, siempre en minúsculas, es el nombre o epíteto específico. Linné citó en dicho catálogo aproximadamente 4.200 especies de animales de entre las cuales 17 eran hormigas.
Ha llovido mucho desde entonces, y los dos siglos y medio siguientes han sido testigos de un enorme progreso en la teoría y la práctica de la clasificación biológica. Gracias a la ciencia que estudia la clasificación de los seres vivos, conocida como taxonomía, hoy día podemos elaborar una buena definición de la palabra hormiga. Solo basta con comprender algunos de los escalones en la ordenación jerarquizada y la sistemática de los grupos de animales hasta llegar al grupo que engloba a las hormigas, la familia Formicidae. De esta manera, en este capítulo, cuyo título pretende hacer un guiño a la famosa novela de Gerald Durrel Mi familia y otros animales, vamos a comenzar nuestra andadura por este formidable mundo animal, comenzando por la definición de sus protagonistas, las hormigas.
Por tanto, podríamos empezar diciendo que las hormigas son animales, de la misma manera que lo son clases de vertebrados tan conocidos como los mamíferos, las aves, los reptiles o los anfibios, todos y cada uno de ellos comprendidos dentro del reino Animalia. Dentro de este reino, encontramos el filo Arthropoda, el filo de animales más numeroso y diverso que existe en el planeta. Arañas, escorpiones, cangrejos, cochinillas, escarabajos, saltamontes, ciempiés y las más de un millón de especies de artrópodos descritas, entre las que se encuentran las hormigas, tienen en común un esqueleto externo y unos apéndices articulados. Además, las hormigas pertenecen al subfilo Hexapoda (por tener seis patas) y, dentro de este, a la clase Insecta, que hace referencia a los segmentos en los que está conformado su cuerpo. Características fácilmente distinguibles en multitud de animales que estamos acostumbrados a ver en nuestro día a día, ya sea fuera de casa o, muy a pesar para muchas personas, dentro de esta.
Si seguimos descendiendo en su filogenia, nos toparemos con el orden Hymenoptera, del griego hymen, “membrana”, y pteros, “ala”. Ello es debido a que las hormigas, al igual que las abejas, abejorros y avispas, presentan dos pares de alas membranosas, pero solo las poseen un porcentaje muy...