Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen II
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Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen II

Integración con la psicología y la práctica de la salud mental

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Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen II

Integración con la psicología y la práctica de la salud mental

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La psicología no es más que una de las principales tradiciones de sabiduría que han intentado comprender a la persona. Otras fuentes de sabiduría, como la antigua tradición filosófica occidental y la tradición teológica judeocristiana, con sus tres mil años de antigüedad, también han contribuido de manera significativa a nuestra comprensión de la persona. Colectivamente, estas tres tradiciones —psicología, filosofía y teología— ofrecen percepciones únicas y complementarias de la persona, y la exclusión de cualquiera de las tres disminuye o distorsiona nuestra comprensión de la naturaleza humana. El objetivo principal de la presente obra es emplear estas tres tradiciones de sabiduría para conseguir desarrollar un marco integrador, sintético, integral y realista que permita comprender a la persona: el Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona (MMCCP). Y el objetivo final de la presente obra es demostrar cómo dicho Meta-Modelo puede enriquecer enormemente las ciencias psicológicas, así como la práctica de la salud mental.

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Información

Editorial
Editorial UFV
Año
2021
ISBN
9788418746352
Image

20

Principios para la formación*

WILLIAM J. NORDLING, HARVEY PAYNE Y CRAIG STEVEN TITUS
A Jesús, María y José, la Sagrada Familia, y a todas nuestras familias
P. C. V., W. J. N. y C. S. T.
Cuando el programa de formación de los profesionales de la salud mental se basa en una visión integral multidisciplinar sustentada en la fe de la persona, como es el caso del MMCCP, las metas, objetivos y prácticas formativas del plan de estudios deberán ampliarse más allá de los utilizados en sistemas de formación laica. Se trata de un proceso aditivo en su mayor parte. Los criterios existentes para la acreditación se mantienen en todos los casos, por lo que el MMCCP no implica ninguna reducción en los requisitos existentes, sino la ampliación a otros nuevos. Se mantiene lo anterior, por lo tanto, el MMCCP no significa una reducción de los requisitos existentes, sino la adición de otros nuevos. El MMCCP incorpora, y se basa en, las normas de mejores prácticas, en las leyes estatales y en las acreditaciones profesionales. Estas normas requieren una formación rigurosa en áreas como las ciencias psicológicas (por ejemplo, en desarrollo humano, estadística y diseño de la investigación), así como en el asesoramiento o la psicoterapia, la ética y la competencia multicultural. Este programa de formación basado en la fe no solo debe lograr la excelencia en estas áreas, puesto que es un programa de formación de estudiantes, sino que además debe ayudar a los estudiantes a entender y aplicar tales conocimientos y habilidades, de acuerdo con una visión cristiana de la persona. Los programas de salud mental que adoptan una perspectiva cristiana integradora en su formación han creído durante mucho tiempo que tal esfuerzo merecía la pena y quedaba justificado debido a que la fe y la ciencia se consideran compatibles y mutuamente enriquecedoras.
Aunque se ha producido una secularización de la cultura, y una desvinculación entre ciencia y religión (Taylor, 2007), en el trabajo y práctica de los profesionales de la salud mental existen inevitablemente numerosas visiones del mundo, así como diferentes sistemas de valores (Ashley, 2000, 2006; Bergin, 1980; Brugger et al., 2008; Jones, 1996; Shafranske, 2000). Asimismo, la labor del profesional de la salud mental no es simplemente la de un técnico, que aplica conocimientos y habilidades basados en hallazgos científicos, sino que está fuertemente influenciada por la necesidad de una comprensión fundamental de las personas, así como de una comprensión más específica de cada cliente en particular. Aunque para muchos profesionales clínicos, una o más de las numerosas teorías de la personalidad dentro del campo de la psicología pueden guiar su comprensión fundamental de la persona, estas teorías suelen ser opiniones parciales de la persona y frecuentemente se contradicen entre sí. Para desarrollar una comprensión funcional de trabajo de los clientes, los profesionales de la salud mental se inclinan por integrar otras fuentes de conocimiento, incluidas las consideraciones filosóficas (O’Donohue, 1989; O’Donohue y Kitchener, 1996) y las tradiciones religiosas, así como las derivadas de sus propios valores y visiones del mundo. Debido a esta inevitable combinación de fuentes de comprensión, es vital para los profesionales clínicos examinar cómo se ha formado su propia comprensión de las personas. Asimismo, la formación de la opinión de la persona no debe ser aleatoria, sino que debe desarrollarse de manera deliberada y disciplinada.
El MMCCP plantea que tal enfoque deliberativo y disciplinado debe incluir una rigurosa introducción a lo que las disciplinas de la psicología, la filosofía y la tradición católica dicen de la persona. Por lo tanto, para aprender a aplicar el MMCCP en la práctica, los profesionales de la salud mental necesitarán ser formados, prestando una especial atención a: a) qué influencias filosóficas y teológicas han formado su comprensión de la persona antes de entrar en el programa, b) la educación en las claras y bien desarrolladas tradiciones filosóficas y teológicas cristianas católicas, y c) las percepciones positivas y limitaciones de otras visiones del mundo, tanto religiosas como laicas. Asimismo, es necesario introducir, en una etapa temprana del programa, la formación en una comprensión claramente católica de la persona, del matrimonio y de la familia, así como en los principios éticos católicos, tal como se encuentran en el Meta-Modelo. El programa de estudios incluye necesariamente la adquisición de conocimientos y experiencias formativas en las nueve áreas siguientes.

BASADO EN EL META-MODELO CRISTIANO CATÓLICO DE LA PERSONA

El objetivo central de un programa educativo que utiliza el MMCCP es fundamentar todos los aspectos del programa de formación —su plan de estudios, el profesorado del programa, los supervisores clínicos in situ, los asesores de tesis, la administración y el personal de apoyo— en una introducción completa a la visión de la persona representada por el Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona. Necesariamente, la facultad del programa, los supervisores clínicos y, por supuesto, sus estudiantes necesitarán una formación intensiva (Scrofani y Nordling, 2011). Aunque esta visión comienza a nivel intelectual y teórico, debería integrarse rápidamente en el proceso de formación en competencias clínicas y habilidades interpersonales. El MMCCP no solo proporciona una comprensión de las personas en general, y de los clientes específicos en particular, sino que aporta también, a los estudiantes o personal de las facultades, una mejor autocomprensión. En resumen: debe pasar de ser considerado como solo un conocimiento útil para el trabajo clínico, a ser considerado también como una herramienta de comprensión de uno mismo, de forma que tanto los profesores como los estudiantes puedan ser personalmente transformados por esta formación. Esta transformación debería producir una mayor empatía con los clientes y más amor hacia los demás (incluyendo a la propia familia). Debería considerarse no solo como una forma de liberarse de aquellas cosas que desordenan y perturban los pensamientos y las elecciones, sino como algo que libera las capacidad de atender a las llamadas, como, por ejemplo, a ser un profesional de la salud mental eficaz, un padre cariñoso, un cónyuge fiel, un verdadero amigo y un buen vecino.
El programa de estudios (cursos y experiencias de formación) del programa de formación debe progresar de manera integrada: la planificación comienza cuando finaliza el entrenamiento de la mente (Wiggins y McTighe, 2005). El diseño de todo el programa conservando la finalidad en mente requiere que los educadores planeen las actividades de aprendizaje de forma secuencial, aumentando las evaluaciones de habilidades académicas y clínicas para poder documentar el aprendizaje deseado para los graduados. Este diseño bajo una visión de futuro requiere un aprendizaje práctico, experimental y auténtico. En particular, este tipo de aprendizaje tiene lugar mediante actividades que el futuro profesional de servicios de salud mental realizará regularmente como profesional. Cuando el diseño pedagógico se centra en la experiencia, el aprendizaje se vuelve práctico y auténtico. El objetivo de un auténtico aprendizaje se alcanza cuando se presta atención a la conceptualización de casos como actividad de aprendizaje (Herrington y Oliver, 2000).
Con el objetivo de formar a los estudiantes —así como a otros miembros de la facultad y el personal— el programa deberá estar secuenciado en tres niveles distintos. En el nivel 1 es necesario desarrollar la comprensión de las tradiciones de sabiduría teológica, filosófica y psicológica que apoyan las premisas del MMCCP. En el nivel 2 se debe integrar la comprensión del MMCCP con la base de conocimientos teóricos y empíricos, así como con las prácticas clínicas basadas en pruebas ya existentes en el ámbito de la salud mental. Por último, en el nivel 3, y dentro de un contexto ya de desarrollo del trabajo clínico, así como de práctica clínica real, es necesario aprender a aplicar el enfoque del MMCCP, enriquecido mediante conceptualización y tratamiento de los casos.

NIVEL 1. FORMACIÓN TEOLÓGICA Y FILOSÓFICA

El plan de estudios contiene cursos fundamentales, basados en la fe (teológicos) y básicos (filosóficos), que utilizan la fe y la razón para comprender la naturaleza humana a través del Meta-Modelo de la Persona. El curso filosófico y teológico proporciona un encuentro con las mejores fuentes relacionadas con la tradición católica cristiana (especialmente las Sagradas Escrituras, las fuentes patrísticas, magisteriales, así como otras fuentes teológicas, y las fuentes filosóficas de sabiduría), intensificando progresivamente los niveles de significado y entrando en diálogo con el pensamiento contemporáneo, así como con las teorías y las investigaciones sobre la persona y la familia. Esta formación en antropología teológica y filosófica introduce a los estudiantes en el estudio de los principales temas del Meta-Modelo Cristiano Católico. Desde una perspectiva religiosa o teológica, el estudio se dirige a la persona como creada (con dignidad innata y destinada a la realización), como caída (necesitada de enfrentarse a sus propios fallos y limitaciones) y redimida (llamada a la esperanza de una realización definitiva). Bajo una perspectiva de experiencia básica y filosófica, el curso aborda las dimensiones básicas de la persona: una unidad personal, relacional, sensorial-perceptiva-cognitiva, emocional, racional, y volitiva y libre, que además se realiza a través de las vocaciones (como la llamada a la bondad y a la santidad, y la llamada a la vida de soltero o de casado) y de la realización en las virtudes (como la fe, la esperanza, la caridad, el coraje y la paciencia). Otras partes del curso se centran en el desarrollo de la razón práctica y el carácter moral (virtud y vicio), así como las vocaciones relacionales (especialmente el matrimonio y la familia), y los desafíos espirituales del desarrollo y la madurez. Un aspecto importante de la formación de los estudiantes en este curso es el uso de historiales de casos reales de clientes, que permitan entender cómo el terapeuta debe aplicar la teoría abstracta de la persona para comprender a los clientes reales. También se instruye a los estudiantes sobre la forma en que la rica visión de la persona que el MMCCP aporta, modifica el alcance y profundidad de las preguntas hechas al cliente, en comparación con las interpretaciones hechas por teorías más reduccionistas de la persona. Esta práctica para entender las narraciones de la vida de los clientes, progresa hacia una conceptualización más formal de casos según progresa el plan de estudios. Pero, incluso en su fase inicial de formación, esta enseñanza permite al profesional clínico en formación entender cómo la aplicación del MMCCP excede rápidamente el nivel teórico. Lo ideal es que el trabajo de curso de formación temprana en el MMCCP se haga en equipo, de forma que toda la naturaleza multidisciplinar del Meta-Modelo quede representada en las clases: un formador que disponga de conocimientos filosóficos y teológicos, trabajando junto con otro formador que disponga de experiencia en el campo de la salud mental y, a la vez, de experiencia en un enfoque integrador católico de la práctica clínica. Este trabajo en equipo de los formadores permite a los estudiantes tanto apreciar la profundidad de los conocimientos teóricos que están adquiriendo, como verlos simultáneamente como algo práctico y aplicable a su propio su trabajo. Cuando los estudiantes pueden aprender de los modelos de conducta que se identifican con el MMCCP y los utilizan en su trabajo, el curso contrarresta el punto de vista tradicional de que la fe, la filosofía y la ciencia deben estar separadas. También, simultáneamente, permite a los estudiantes enfrentarse al desafío de la tarea de aprender a pensar filosófica y teológicamente.

NIVEL 2. FORMACIÓN CIENTÍFICA, TEÓRICA Y CLÍNICA

El plan de estudios contiene necesariamente cursos tradicionales sobre los fundamentos científicos y teóricos del campo (por ejemplo, desarrollo humano, bases biológicas del comportamiento, cognición y emociones) y cursos que enseñan habilidades clínicas (por ejemplo, cursos de psicopatología y diagnóstico, así como entrevistas, evaluaciones, terapias y asesoramiento) pero, a diferencia de los programas de formación laicos, estos cursos se basan en el Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona. Específicamente estos cursos examinan cómo las teorías contemporáneas y la práctica clínica en el campo de la salud mental, pueden ser enriquecidas e integradas mediante la comprensión de la persona que aporta el Meta-Modelo. Esta adición crea un enfoque católico verdaderamente integrado que permite trabajar con los clientes. Este enfoque es coherente con las mejores prácticas en la materia, así como con la identidad basada en la fe del profesional de la salud mental.
Los niveles, dentro de un plan de estudios, pueden adoptar una perspectiva integradora en diversos grados, según la naturaleza del curso. Por ejemplo, un curso en las áreas de psicometría, estadística o diseño de investigación, tendría una conexión mucho menos directa con el Meta-Modelo que los cursos de asesoramiento e intervenciones terapéuticas. Sin embargo, un curso de psicoterapia matrimonial tendría diferencias significativas en la forma de impartirlo. El Meta-Modelo propone una comprensión normativa de la persona, del matrimonio y la familia, que contrasta con las opiniones relativistas, en las que el matrimonio es visto como algo autodefinido por la pareja. Aunque se enseña a los estudiantes a respetar la autonomía y la conciencia de los cónyuges dentro del matrimonio, así como a ser conscientes de que los clientes pueden no compartir una visión normativa del matrimonio, los profesionales, en su trabajo clínico, se guían por principios basados en la fe:
1. El matrimonio tiene lugar entre un hombre y una mujer e implica un compromiso exclusivo de por vida.
2. Es esencial crear una unidad entre los cónyuges. Aunque las necesidades individuales sean importantes, la relación conyugal (vínculo matrimonial) es el cliente final.
3. Tres aspectos esenciales de la terapia matrimonial son: a) ayudar a las parejas a estar unidas en el matrimonio, b) ayudar a las parejas a apoyarse mutuamente de forma autorregulada, tanto en su vida diaria como en su vocación como padres, y c) en última instancia, ayudándose mutuamente a crecer en su realización (o santidad, desde una perspectiva cristiana).
4. Es importante ayudar a las parejas a establecer un equilibrio entre el tiempo necesario que tienen que dedicar a los hijos y su vida familiar, así como el tiempo que necesitan para desarrollar su relación conyugal o a sus actividades individuales y exigencias laborales.
5. La intervención terapéutica incluye el desarrollo de las virtudes de ambos cónyuges, como, por ejemplo, la paciencia, la empatía, la compasión, el valor, la prudencia y el perdón, ya que estas virtudes apoyarán la capacidad de los cónyuges de estar unidos entre sí y de convertirse en padres cariñosos y sabios, así como de ser eficaces en su vida de trabajo y servicio.
Esta no es una lista exhaustiva de la forma en que el Meta-Modelo influye en la planificación de un curso de terapia matrimonial, pero permite hacerse una idea de hasta qué punto el Meta-Modelo es diferente. Una vez más, es necesario subrayar que el Meta-Modelo proporciona una visión de la naturaleza de un matrimonio saludable, que guía la comprensión del profesional clínico de los problemas matrimoniales y de sus soluciones y que constituye una base para la colaboración posterior en el desarrollo de los objetivos de tratamiento. Este proceso de colaboración permite que el Meta-Modelo constituya una base del tratamiento y, a la vez, una protección contra la imposición por parte del terapeuta de su visión particular de la persona sobre el cliente.

NIVEL 3. CONCEPTUALIZACIÓN DE CASOS BASADA EN EL MMCCP

El trabajo de los cursos y experiencias de formación a través de un programa de estudios utiliza la conceptualización de casos como enfoque central de la formación basada en el MMCCP, tanto a nivel teórico como aplicado. A través del proceso de conceptualización de un caso concreto, el estudiante (y el terapeuta) deben llegar a comprender el problema (diagnóstico). También, deben comprender cómo se desarrolló el problema (formulación del caso), qué se puede hacer para resolver el problema, y cómo lograr la sanación y la realización. El proceso habitual de formación en la conceptualización de casos es sistemático y progresivo. La visión del MMCCP de la persona es más comprensiva y no reduccionista que la proporcionada por cualquiera de los actuales enfoques de la persona por escuelas laicas de terapia o psicoterapia, ya sea individualmente o en combinación. El Meta-Modelo solicita al terapeuta que reúna información más completa sobre los clientes (capítulo 21, «Conceptualización de casos»). Este enfoque más amplio sobre la conceptualización de casos aumenta e incorpora los conocimientos existentes en los enfoques tradicionales. El MMCCP constituye un marco que hace uso de múltiples teorías de la personalidad y, a la vez, de modelos de psicoterapia que permiten entender a la persona, sus problemas y sus fortalezas, en relación con cada una de las once dimensiones de la persona que el Meta-Modelo incorpora. Como ya se ha dicho, la formación inicial para comprender l...

Índice

  1. Portada
  2. Texto de contraportada
  3. Página de créditos
  4. Índice
  5. Parte III (cont.). Apoyo filosófico
  6. Parte IV. Apoyo teológico
  7. Parte V. Aplicaciones teóricas y clínicas del Meta-Modelo