Miradas reversas
eBook - ePub

Miradas reversas

15 historiadores cuentan su historia

  1. 180 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Miradas reversas

15 historiadores cuentan su historia

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Los entrevistados que concurren en esta compilación se adentran en la historia con sus propias ideas, cargando el bagaje de sus vidas. Se trata de hombres y mujeres de diferentes procedencias: venezolanos —caraqueños y de otras regiones— y extranjeros que se asentaron en el país. Hay católicos, uno de ellos sacerdote, y otros más bien escépticos. También hay quienes hablan desde la izquierda y otros tantos desde la derecha. Comelones y refinados. Con intereses diversos, públicos distintos y posiciones historiográficas confrontadas, criticadas y debatidas por ellos mismos. En fin, una amalgama de ciudadanos que nacieron, vivieron y padecieron el siglo xx, y que hoy sobreviven al siglo XXI. A todos los une el oficio de la historiografía. Muchos vienen de áreas afines; llegaron a la historia por casualidad, azar, luego de largas meditaciones. El tránsito histórico de Venezuela ha corrido por sus plumas, siendo actores de tres tiempos: del pasado sobre el cual escriben, del presente que les ha tocado vivir y del futuro que su legado alumbrará.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Miradas reversas de Jesús Piñero en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historiografía. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2021
ISBN
9788412420401
Categoría
Historia
Categoría
Historiografía
Miradas reversas
15 historiadores cuentan su historia
Jesús Piñero
Twitter: @jesus_pinero
Instagram: @jesuspinero
Editorial Alfa
136 | Colección Trópicos
© Jesús Piñero, 2021
© Editorial Alfa, 2021
© Alfa Digital, 2021
Reservados to­dos los de­re­chos. Queda rigurosamente prohibida, sin autorización es­cri­ta de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las le­yes, la reproducción parcial o total de es­ta obra por cual­quier me­dio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
Editorial Alfa
Apartado postal 50304. Caracas 1050, Venezuela
Alfa Digital
@editorial_alfa
@alfadigital_es
www.alfadigital.es
ISBN: 978-84-123371-9-8 (Edición impresa)
ISBN: 978-84-124204-0-1 (Edición digital)
Co­rrec­ción de estilo
Magaly Pérez Campos
Imagen de portada
© Felipe Rotjes, © Daniel Hernández, © Alejandro Cremades,
© Pablo Hernández, © Cristián Hernández y © Lisbeth Salas
Retrato del autor
© Diego Vallenilla
Diseño de cubierta
Uli­ses Milla Lacurcia
Jesús Piñero
(Caracas, 1993). Licenciado en Historia y Comunicación Social summa cum laude por la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde fue profesor hasta el año 2020. Actualmente se encuentra cursando estudios doctorales en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). En 2021, su trabajo de investigación José Rafael Pocaterra, periodista en Nueva York: la oposición a Gómez desde el exilio (1922-1923) obtuvo el segundo lugar del Premio de Historia Rafael María Baralt, auspiciado por la Academia Nacional de la Historia de Venezuela y la Fundación Bancaribe. Colabora en diferentes medios, entre ellos El Estímulo, Prodavinci, El Nacional, Cinco8 y La vida de nos.

Índice

Descubrir a los testigos
Por Víctor Amaya
Introducción
Inés Quintero:
La historia diáfana
Germán Carrera Damas:
Escribir para entender
Elías Pino Iturrieta:
El que no evoluciona es un idiota
Rafael Arráiz Lucca:
En busca del gran público lector
Tomás Straka:
De musiú solo el apellido
Margarita López Maya:
Por el centro a la izquierda
María Elena González Deluca:
Naturaleza reservada
Guillermo Morón:
La historia no se cambia
Catalina Banko:
El día de los vivos
Ocarina Castillo D'Imperio:
El sabor de la historia
Luis Ugalde:
Escribir historia con la sotana puesta
Carole Leal Curiel:
Historiadora por azar
Edgardo Mondolfi Gudat:
La agonía de escribir
Manuel Caballero:
Confesión y testimonio del siglo xx
Simón Alberto Consalvi:
Una conversación con Diego Arroyo Gil
A Marielba, mi profesora de entrevistas;
y a Jacobo, quien me ayudó a presentar estas.

Descubrir a los testigos
Por Víctor Amaya

El nombre de Gregorio Marañón engalana una estación del Metro de Madrid, y también un hospital de renombre de la capital española. Su actividad pública, concentrada en la primera mitad del siglo XX, estuvo dedicada principalmente a la medicina. Como endocrinólogo, se convirtió en pilar de la disciplina en el Hospital Central de Madrid. Pero también fue historiador. De hecho, se lo recuerda como un gran biógrafo. Con su verbo, plasmó las vidas de Enrique VI de Castilla, del Padre Feijoo, del conde-duque de Olivares, de Tiberio y de Luis Vives. Además, fue individuo de número de la Real Academia de la Historia, una de las cinco que integró.
Y de Gregorio Marañón bastante se ha dicho y escrito, siendo uno de los intelectuales españoles fundamentales de su tiempo. Se sabe que fue hijo de abogados, que fue el cuarto de siete hermanos, que estudió en España y luego en Alemania, que se casó y tuvo cuatro hijos, que se instaló en París al estallar la guerra civil española y volvió a su tierra en tiempos del franquismo, que se declaraba liberal.
En términos periodísticos, Gregorio Marañón es un personaje inigualable. Por eso se sigue escribiendo de él, y por eso más de uno quisiera haber podido entrevistarlo alguna vez. Después de todo, lo que se sabe de él pudiera estar explorado más a fondo, y con sus propias palabras.
El rol del periodista es uno bastante debatido, especialmente cuando se trata de reseñar, escribir, ahondar no en sucesos o eventos, sino en la vida de protagonistas, incluso cuando no creen serlo. Pero el rol del historiador no ha estado fuera de definiciones y expectativas.
“Es el historiador quien da sentido a la experiencia colectiva, a esa necesidad del ser humano de conocer su historia; su papel es fundamental para entender el pasado”, escribió Josefina Manjarrez Rosas en 2015 en la revista Saberes y Ciencias, publicada en México. Desde Colombia, Marixa Lasso ha dicho, en una columna de El Espectador de 2016, que la profesionalización de la historia “buscaba construir una historia que fuera menos anecdótica y más analítica, una historia que se relacionara más estrechamente con los métodos de otras ciencias sociales como la sociología y la antropología. Una historia que evitara el anacronismo y que usara de manera seria y profunda los documentos de archivos”, según escribió en una reflexión titulada: “¿Por qué y para quién escribimos los historiadores?”.
El historiador Edward Hallett Carr habla y teoriza sobre todo esto ya en el año 1961, cuando en su obra ¿Qué es la historia? escribió que “la Historia requiere la selección y el ordenamiento de los hechos referidos al pasado, a la luz de algún principio o norma de objetividad aceptado por el historiador, que necesariamente incluye elementos de interpretación. Sin esto, el pasado se disuelve en un informe montón de innumerables incidentes aislados e insignificantes, y no es en modo alguno posible escribir la historia. Por tanto, no se debe aceptar ‘la objetividad absoluta e intemporal’ por ser una ‘abstracción irreal’”. De allí que Ignasi Vidal afirme que los historiadores no son los que saben de historia, sino los que la interpretan.
Pero los historiadores son más que eso; son personas con sus propias historias. Vidas adultas construidas en torno al estudio del pasado, en la búsqueda de comprensiones del presente y, a solicitud la mayoría de las veces, faros que intentan brindar luces sobre los acontecimientos por venir. Después de todo, quien sabe lo que pasó antes puede tratar de elucubrar lo que pasará a futuro si ciertos patrones, elementos, variables se reeditan.
La historia no es cíclica. En todo caso, sus lecturas pudieran parecerlo. La historia vive de la memoria, de la vivencia del humano, de las huellas y evidencias. Es el historiador el llamado a explorar la madeja, darle sentido, entender sus bemoles, sus principios y finales en constante cambio; y a explicarla desde su propio tiempo, espacio y lugar.
Y allí viene un aspecto fundamental: la vivencia humana. Porque el historiador no solo recopila, estudia y divulga aquella de las sociedades y momentos históricos que decide escudriñar, sino que lo hace con todo el peso que tiene la suya propia. La subjetividad propia del ser se cuela siempre en la labor asumida, en la manera de contar, en las decisiones de qué mirar y explorar. Por eso es valioso tener la oportunidad de conocer a quienes se han convertido en los relatores de la historia en la Venezuela contemporánea, a quienes mantienen la historia viva desde espacios académicos, pero también populares, a quienes han tenido que registrar y contar episodios de la vida nacional no solo viendo por el retrovisor sino saliendo a la calle, viviendo la historia en presente.
La Academia Nacional de la Historia de Venezuela ha incluido entre sus miembros a destacadísimos investigadores del pasado nacional desde hace casi 132 años. En estos tiempos modernos, sus sillones resisten el modus vivendi que soporta el país, y sus ocupantes asumen el reto de mantener los pilares. Pero no solamente en esos salones hay historias que contar, las del devenir nacional y las de quienes ocupan los espacios, sino también extramuros. Es justamente el reto que ha asumido Jesús Piñero desde que se propuso indagar en las personalidades de quienes han enfocado sus vidas en contar las ajenas.
En estas páginas queda retratada Carole Leal Curiel admitiendo que en algún momento entendió que ya no le interesaba la vida de los vivos, sino la de los muertos. “Quería saber todo: qué pensaban, qué comían, cómo eran. Allí nació la pasión que conservo hasta ahorita”, dice la actual directora de la Academia Nacional de la Historia, hasta 2021, cuyo sillón albergó antes a Ramón J. Velásquez. También encontramos a Germán Carrera Damas, no solo compartiendo un diálogo con ese historiador convertido en presidente de la República por azares de la política, sino incluso haciendo las paces con la institución con la que tanto polemizó a partir de su crítica, sostenida y vigente cinco décadas después, al culto a Simón Bolívar que, afirma, pululaba por aquellos rincones.
En el volumen que construye Piñero, en tanto periodista e historiador, descubrimos a una Inés Quintero llegando al estudio histórico por accidente y por descarte, y luego desarrollándolo por amor “a primera vista”; pero también a una Ocarina Castillo que opta por una historia sin rigidez y con mucho sabor, condimentada no solo por el destino sino por los ingredientes que han construido nuestra manera de ser y actuar en tanto venezolanos; así como a un Rafael Arráiz Lucca que asume con hidalguía la dilatancia de sus intereses, dejando atrás los rigores de la academia para abrazar las pasiones del estudio libre de la Historia. “No trabajo para historiadores”, reta a quien lo cuestione.
Son historiadores a los que les ha tocado vivir y contar una contemporaneidad acelerada, determinante para el devenir nacional. Se han convertido en relatores de un pasado muy reciente, estudiosos de algo que han atestiguado. Incluso de eventos en los que han participado. Porque cuando Elías Pino Iturrieta le habla a la “tía Amelia” lo hace a un país entero a través de plataformas digitales; cuando dice que estudió Historia sin saber en qué se estaba metiendo pero motivado por lo que vio y sintió con la caída de Marcos Pérez Jiménez, y cuando explica po...

Índice

  1. Descubrir a los testigos Por Víctor Amaya
  2. Introducción
  3. Inés Quintero: La historia diáfana
  4. Germán Carrera Damas: Escribir para entender
  5. Elías Pino Iturrieta: El que no evoluciona es un idiota
  6. Rafael Arráiz Lucca: En busca del gran público lector
  7. Tomás Straka: De musiú solo el apellido
  8. Margarita López Maya: Por el centro a la izquierda
  9. María Elena González Deluca: Naturaleza reservada
  10. Guillermo Morón: La historia no se cambia
  11. Catalina Banko: El día de los vivos
  12. Ocarina Castillo D'Imperio: El sabor de la historia
  13. Luis Ugalde: Escribir historia con la sotana puesta
  14. Carole Leal Curiel: Historiadora por azar
  15. Edgardo Mondolfi Gudat: La agonía de escribir
  16. Manuel Caballero: Confesión y testimonio del siglo xx
  17. Simón Alberto Consalvi: Una conversación con Diego Arroyo Gil