El teatro de la mente
eBook - ePub

El teatro de la mente

  1. 192 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

El teatro de la mente

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

El teatro de la mente es un conjunto de ensayos sobre escritores que comparten la cualidad de imprimir en otra mente una sensación de "inquietante extrañeza".Los escritores referidos en este libro son extraños a su propia manera y abrieron caminos que ellos mismos clausuraron. La literatura de lo extraño difiere de la literatura de horror y de la literatura fantástica y se asemeja un tanto a la comedia negra, al surrealismo de Buñuel, y a la sensación de lo inminente que nunca ocurre.Pessoa, Thomas de Quincey, Kafka, Poe, Bierce, Arreola, y otros escritores son analizados de manera singular en este Teatro de la mente: una especie de pantalla, dentro de nuestra cabeza, donde ocurren las cosas verdaderamente importantes.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a El teatro de la mente de Bruno Estañol en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Languages & Linguistics y Creative Writing. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
Cal y arena
Año
2021
ISBN
9786078564545

La extraña realidad de Jorge Luis Borges

… mis cuentos son realistas, para usar la nomenclatura hoy en boga. Observan, creo, todas las convenciones del género, no menos convencional que los otros y del cual pronto nos cansaremos o ya estamos cansados. Abundan en la requerida invención de hechos circunstanciales...
Prólogo a El informe de Brodie
Jorge Luis Borges
“En un vida dedicada más a leer que a vivir”, con esta frase escribió Borges su más auténtico documento autobiográfico. Esta vida sin duda lo marcó para siempre, y aunque Jorge Luis Borges haya sido considerado un escritor emblemático de cuentos fantásticos, desde sus inicios como narrador escribió cuentos cuyo contenido eran entrañablemente realistas. Se ha escrito mucho que Borges como cuentista utilizó elementos del ensayo, y como ensayista, elementos de la ficción; sin embargo, justo es reconocer que muchos cuentos fantásticos de Borges están enraizados en detalles concretos de la realidad y algunos cuentos realistas contienen un elemento fantástico. El motivo inicial del cuento “El Aleph” es el duelo de haber perdido a la mujer amada; el motivo secundario es el odio hacia Carlos Argentino Daneri, que quizá la poseyó; el lugar privilegiado desde donde se puede ver cada uno de los puntos del universo, el inefable Aleph, es símbolo del infinito y el elemento fantástico del cuento. Es difícil saber si para Borges era más importante el relato del Aleph como símbolo o si en realidad el relato es sobre una pérdida esencial, ya que con el Aleph puede ver y recuperar a Beatriz Viterbo. El cuento está lleno de los rasgos circunstanciales de su relación con Beatriz Viterbo y con el odiado y caricaturizado Carlos Argentino. Los cuentos que se analizan forman parte de los libros: Historia universal de la infamia (1935), Ficciones (1944), El Aleph (1949), El informe de Brodie (1970), El Libro de Arena (1971) y La Memoria de Shakespeare (1983) Los minicuentos de El Hacedor, Los conjurados y otros libros no se analizan, ya que tal vez requieren otro tratamiento. Es por lo demás delicioso analizar los cuentos de Jorge Luis Borges no sólo por el placer que da su lectura o relectura sino porque él mismo escribió sobre sus cuentos en varios prólogos y epílogos. Es muy interesante el prólogo que pone en 1954 a Historia universal de la infamia, su primer libro de cuentos publicado en 1935. En la primera edición interpone un prólogo pequeño, pero en 1954, cuando ya ha publicado Ficciones y El Aleph, escribe un largo prólogo en el que, como siempre, dice muchas cosas con pocas palabras. Cita la frase bíblica: quod scripsi, scripsi (lo escrito, escrito está), (Juan, 19, 22). Es característico del autor no decir que el autor de la frase, de acuerdo con el evangelio, fue Poncio Pilato. Éste es un ejemplo de la omisión conspicua tan importante en la obra de Borges. Aquí la utiliza en un prólogo que es un tipo de ensayo. Hay una reflexión autobiográfica: “El hombre que lo ejecutó era asaz desdichado, pero se entretuvo escribiéndolo; ojalá algún reflejo de aquel placer alcance a los lectores”. En el prólogo de El Informe de Brodie de 1970 expresa su concepto de sí mismo como cuentista y del cuento en general: “Sólo quiero aclarar que no soy, ni he sido jamás, lo que antes se llamaba un fabulista y ahora un escritor comprometido. No aspiro a ser Esopo. Mis cuentos, como los de Las mil y una noches, quieren distraer y conmover y no persuadir”. Borges es fiel a sus obsesiones más íntimas y narra lo que a él le place narrar. Ese placer lo transmite a sus lectores. El cuento borgeano no tiene afán didáctico, religioso, político o ideológico. Sin embargo es a veces difícil clasificar los cuentos de Borges en realistas y fantásticos, aunque él así lo hizo. Historia universal de la infamia (incluyendo “Hombre de la esquina rosada”), “El Sur”, “Emma Zunz”, y los cuentos que integran El Informe de Brodie fueron clasificados por él como realistas. En el prólogo a El informe de Brodie dice: “mis cuentos son realistas, para usar la nomenclatura hoy en boga. Observan creo, todas las convenciones del género, no menos convencional que los otros y del cual pronto nos cansaremos o ya estamos cansados. Abundan en la requerida invención de hechos circunstanciales...”. Del cuento “El Sur”, que es una fantasía de su propia muerte, escribe en el prólogo a Ficciones: “De ʽEl Surʼ, que es acaso mi mejor cuento, básteme prevenir que es posible leerlo como directa narración de hechos novelescos y también de otro modo”. Él sabe que una muerte heroica y novelesca le pudo haber sucedido pero nunca le sucedió, y sí pudo haber muerto en un accidente banal. Justamente la narración del accidente y la prolija descripción de su estancia en el hospital son totalmente autobiográficos. En el epílogo de El Aleph, que él reconoce como integrado por cuentos fantásticos, dice: “Fuera de ʽEmma Zunzʼ (cuyo argumento espléndido, tan superior a su ejecución temerosa, me fue dado por Cecilia Ingenieros) y de la ʽHistoria del guerrero y de la cautivaʼ, que se propone interpretar dos hechos fidedignos, las piezas de este libro corresponden al género fantástico”. Borges, a lo largo de su carrera narrativa, deliberadamente escribió cuentos realistas. Los dos volúmenes en los que utiliza este género son: Historia universal de la infamia y El informe de Brodie. Con el primero inicia su carrera narrativa y el último lo publica cuando tiene ya 70 años y más de 20 de no publicar libros de cuentos. Ficciones, El Aleph, El libro de arena y La memoria de Shakespeare son, creo, de índole fantástica aunque algunos cuentos realistas están insertados en ellos. Después de El informe de Brodie, Borges publica en 1971 El libro de arena, cuyos textos son o aparentan ser fantásticos. Los últimos cuentos de Borges: “25 de Agosto, 1983”, “Tigres azules”, “La rosa de Paracelso” y “La Memoria de Shakespeare” fueron cuentos de intención fantástica.

Historia universal de la infamia

Los primeros cuentos que escribió Borges fueron de prestado. Están basados en anécdotas históricas. No eran historias muy ocultas sino más bien anécdotas que pertenecieron a la imaginación popular y a los periódicos norteamericanos. Sus héroes son asesinos rurales y urbanos, impostores que engañan a madres cuya credulidad se debe al pensamiento deseoso (wishful thinking), inciviles maestros japoneses de ceremonias que agotan la paciencia, leprosos enmascarados que se hacen pasar por profetas, viudas chinas piratas. Los cuentos están basados en hechos reales y en personajes reales. Ninguno de estos personajes es latinoamericano. Casi todos son norteamericanos. Este libro constituye lo que el crítico norteamericano Russell M. Cluff ha denominado una secuencia cuentística. El hilo conductor que los une es lo que se podría llamar el realismo atroz. Estos cuentos deliberadamente barrocos integran el espléndido libro Historia universal de la infamia. En el prólogo que escribe casi veinte años después, en 1954, Jorge Luis Borges define el estilo barroco con la siguiente frases: “barroco es aquel estilo que deliberadamente agota (o quiere agotar) sus posibilidades y linda con su propia caricatura”. Y también: “es barroca la etapa final de todo arte, cuando éste exhibe y dilapida sus medios”. El principal protagonista de estos cuentos es un lenguaje ostentoso, variado y sorprendente. Narra personajes atroces y hechos ciertamente infames. Bill Harrigan, bandido del oeste norteamericano, neoyorquino trasplantado, quien mata imparcialmente indios y norteamericanos, ya que los mexicanos no cuentan, es definido como el asesino desinteresado. Tom Castro que suplanta a un hijo perdido, ante la madre que nunca perdió la esperanza de encontrarlo, es el impostor inverosímil. Cada uno de estos personajes es emblemático y definido en su maldad con lacónica precisión. Los cuentos están escritos en tercera persona por un narrador omnisciente y juguetón. Sabe que los hombres son malos pero que pueden ser todavía peores. Borges no se atrevía entonces o no quería usar la primera persona tan característica de su segunda etapa como narrador. Este libro dice: “es el irresponsable juego de un tímido que no se animó a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar (sin justificación estética alguna vez) ajenas historias”. El narrador implícito describe los hechos circunstanciales con admirable detalle pero el lenguaje barroco le da cierta distancia a lo narrado. El psicoanalista francés Didier Anzieu, en su libro El cuerpo de la obra, dice que la carrera narrativa de Borges se inicia después de los 39 años. En la Navidad de 1938 se corta la frente con el batiente de una ventana al subir la escalera del edificio donde vivía Estela Canto. Cae enfermo con septicemia y se debate entre la vida y la muerte. Es hospitalizado durante varias semanas y durante ese tiempo le mantienen la cabeza y los ojos vendados. Ese año le suceden muchas cosas: muere su padre en febrero, inicia por primera vez un trabajo en una biblioteca municipal (antes de esa fecha nunca tuvo un trabajo formal y su padre lo sustentaba) y tiene este accidente que por poco le cuesta la vida. Anzieu considera que Historia universal de la infamia todavía no muestra al verdadero narrador. Durante la convalecencia Borges tiene miedo de haber sufrido daño cerebral y de haber perdido su capacidad creativa. Le pide a su madre que le lea y después de un tiempo decide dictarle el cuento “Pierre Menard, autor del Quijote”. Disiento con Anzieu porque uno de los libros que ha deparado mayor placer estético a muchas personas, incluyéndome a mí, es Historia universal de la infamia. Este goce estético es quizás el mejor indicador del valor de un libro. Anzieu considera que Borges no había encontrado su propia voz y tenía que pedir historias prestadas. Sin embargo, aunque las historias son ajenas, la voz, el tono y el estilo son nuevos y ya de Borges. La estructura de los cuentos también ya es borgeana. No intenta asombrar con el final de la historia sino con el lenguaje, y con algo más que por lo pronto no sabemos qué es. Falta todavía por indagar el porqué escogió estas historias atroces. El encuentro del autor con su tema es misterioso, y más cuando las historias son de otros o están simplemente tomadas de la realidad. Es probable que las haya escogido simplemente porque pensó que eran anécdotas de interés. Sin embargo debe existir una correspondencia secreta entre la historia y el autor. Años después volverá, en El informe de Brodie, al realismo atroz con los cuentos: “La intrusa”, “El otro duelo” y “El Evangelio según Marcos”. En el prólogo de 1935 Borges dice que los cuentos de la Historia universal de la infamia derivan del cine y de sus lecturas de Chesterton y de Stevenson, y que los finales son un ejercicio visual y no de sorpresa.

Hombre de la esquina rosada

El primer cuento que escribe Borges en primera persona es un cuento realista: “Hombre de la esquina rosada”. El cuento es vertiginoso en su complejidad estructural. Utiliza el lenguaje popular y propio del compadrito de los suburbios de Buenos Aires que Borges no vuelve a utilizar sino hasta en su penúltimo libro de cuentos en “Historia de Rosendo Juárez”. Esta historia es, por cierto, una aclaración sobre “Hombre de la esquina rosada”. El narrador implícito es un compadrito joven cuyo nombre nunca se menciona. Está escrito con la preceptiva de Edgar Allan Poe de que un cuento debe tener un final sorprendente y que desde la primera palabra debe estar pensado para la revelación final. Es un cuento que recrea la atmósfera del burdel con una admirable precisión. El tango y el baile forman parte esencial de esa atmósfera. Se sabe que Borges había escrito dos versiones anteriores del cuento y que las había publicado en diversas revistas. La versión final queda insertada en Historia universal de la infamia por razones no muy claras. “Hombre de la esquina rosada” es un experimento singular que Borges nunca repitió. Borges siempre manifestó cierta reticencia sobre este cuento. La historia y la estructura son espléndidas. Un cuchillero matón del norte de la ciudad, Francisco Real, se presenta en un burdel de un suburbio del sur. Real entra a la casa rosada y atropella con desdén al narrador sin nombre. El motivo de la visita de Real es retar a Rosendo Juárez, compadrito célebre del sur; éste no responde. La mujer de Juárez, la Lujanera, no resiste la humillación y le saca el cuchillo filoso de la sisa del chaleco y se lo pone en la mano. ‟Creo que lo estarás precisando”, le dice. Rosendo Juárez tira el cuchillo por la ventana y sale de la habitación y de la historia para nunca volver. La mujer de Juárez, la Lujanera, abraza a Real y salen juntos de la casa. El narrador sin nombre sale también un momento, al parecer apabullado por la cobardía de su héroe, y regresa al poco rato. Poco tiempo después retorna Francisco Real con la Lujanera. Después de unos pocos pasos cae de bruces en el centro de la pieza. Tiene una herida mort...

Índice

  1. El teatro de la mente
  2. Literatura de lo extraño: espejo y espejismo
  3. Fernando Pessoa, tengo varios genios en mí
  4. Antón Chéjov, médico, enfermo, melancólico y escritor de genio
  5. Poe, el desamparado
  6. Jorge Luis Borges y sus dobles
  7. Sergio Pitol, “Victorio Ferri cuenta un cuento”
  8. Franz Kafka, caminante sin camino y sin destino
  9. Juan José Arreola, el mejor artesano
  10. Nathaniel Hawthorne, el puritano despiadado
  11. Sigmund Freud, lo siniestro y lo extraño
  12. Otto Rank estudia a Don Juan y al doble
  13. Ambrose Bierce, lexicógrafo del Diablo
  14. Robert Louis Stevenson, un doble soñado
  15. Marcel Schwob, el hombre imaginario
  16. Guy de Maupassant, relator de su propia locura
  17. Nicolai Gógol, la burocracia y la locura
  18. Thomas de Quincey, los aldabonazos en el portón en Macbeth
  19. Gérard de Nerval, el sueño es una segunda vida
  20. La extraña realidad de Jorge Luis Borges
  21. Marcel Proust y el yo dividido
  22. Giovanni Papini, el hombre poliédrico
  23. La grafomanía de Juan Domingo Argüelles
  24. La creatividad y el caso de los niños dotados
  25. La creatividad y el caso de los niños dotados