Periodismo y derechos humanos
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Periodismo y derechos humanos

Guía práctica para la formación de periodistas

Darwin Franco

  1. 286 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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Periodismo y derechos humanos

Guía práctica para la formación de periodistas

Darwin Franco

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Vivimos tiempos convulsos que han estado marcados por graves violaciones a los derechos humanos, entre las que se incluyen la desaparición forzada de personas, las ejecuciones extrajudiciales, los homicidios dolosos, los desplazamientos forzados, la tortura, los crímenes de odio y los feminicidios. Ante esto, el autor sostiene que las y los periodistas no pueden permanecer ajenos o distantes a tan dolorosa realidad, pues no solo tenemos el compromiso social, ético y moral de dar cuenta de estos crímenes, sino que también nos toca tomar una postura seria al respecto.El corazón práctico de esta guía para ejercer el periodismo con perspectiva de derechos humanos ejemplifica y recomienda cómo debe escribirse, desde cada uno de los géneros periodísticos, sobre personas privadas de su libertad; personas indígenas; niñas, niños y adolescentes; personas migrantes; personas en situación de pobreza; personas con discapacidad; personas adultas mayores; personas de la comunidad lgbtttig+, y familiares de víctimas de la violencia. Además, de manera transversal, enseña a hacer periodismo con perspectiva de género.

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Información

Editorial
Tintable
Año
2021
ISBN
9786078346615

Hacer periodismo con perspectiva de derechos humanos

Vivimos, sin duda, tiempos convulsos que han estado marcados por graves violaciones a los derechos humanos, entre las que se incluyen la desaparición forzada de personas, las ejecuciones extrajudiciales, los homicidios dolosos, los desplazamientos forzados, la tortura, los crímenes de odios y los feminicidios, esto tan solo por citar algunos de los delitos que a diario se comenten en países como México. Ante tal circunstancia, las y los periodistas no pueden permanecer ajenos o distantes a tan dolorosa realidad, pues tenemos no solo el compromiso social, ético y moral de dar cuenta de estos crímenes, sino que también nos toca tomar una postura seria al respecto.
Se ha dicho, quizá hasta el cansancio, que las y los periodistas debemos mantenernos neutrales ante la realidad, ¿pero de verdad se puede ser totalmente objetivo cuando se hace y ejerce periodismo en un país donde hay más de 300 000 homicidios, donde existen más de 85 000 personas desaparecidas o donde se cometen 14 feminicidios al día? Responder a este cuestionamiento resulta difícil y duro porque entre estas víctimas también están nuestras y nuestros colegas que han muerto o desaparecido en el ejercicio de informar, pues de acuerdo con la organización Artículo 19, del año 2000 a abril de 2021, 137 periodistas han sido asesinados y 23 se encuentran desaparecidos.12
Entonces, ¿cómo mantenerse objetivos? Los cánones del periodismo sugieren que esto debe hacerse apegándose a los hechos y dando voz a todas las personas implicadas, pero manteniendo una postura neutral frente al hecho y las personas involucradas, pues no hacerlo implica que la o el periodista está tomando parte y eso resta objetividad. Cuando en temas de violaciones a los derechos humanos la o el periodista asume una postura, por ejemplo, del lado de las víctimas de la violencia, algunos colegas fruncen el ceño y suelen decir: “ustedes ya no son periodistas, sino activistas”.
El activismo, en una definición simple, es: “la dedicación intensa a alguna línea de acción en la vida pública ya sea en el campo social, en lo político, ecológico, religioso u otro”; por tanto, se les considera activistas a quienes participan e inciden a favor del cambio en una causa social específica. ¿No es acaso esto lo que hace el periodismo cuando mediante la indagación, investigación y redacción de información busca incidir en la opinión pública para cambiar la realidad presente con sus trabajos y denuncias?
En el Consultorio Ético de la Fundación Gabriel García Márquez, un periodista realizó esta pregunta: “¿Cuándo un periodista se convierte en activista? ¿Es ético? ¿Está permitido sentir emociones o empatía cuando estamos ante el dolor ajeno?”.
Aquí algunas de las respuestas que los expertos en ética periodística de la fundación ofrecieron:
“Un periodista debe intentar ser objetivo y tener capacidad para analizar los testimonios y los datos. Pero eso no quiere decir que tenga que ser necesariamente equidistante. Para las situaciones a las que se refiere esta pregunta siempre utilizaré el consejo del gran reportero español Enrique Meneses: el periodismo debe ser fuerte con los fuertes y débil con los débiles”, Gumersindo Lafuente.
“El periodista puede tomar las banderas que desee cuando hace opinión, pero no cuando escribe información. La información debe exponerse con sentido crítico, sin omitir lo que es relevante, criticable, denunciable, pero de modo que los hechos hablen por sí mismos”, Álex Grijelmo.
“Las consecuencias de las violaciones a los derechos humanos en nuestros países son tan masivas y dramáticas, que se hace difícil mantener la debida distancia que debemos establecer como periodistas frente a hechos de esa naturaleza y magnitud. Más complejo aún mantener a raya nuestras emociones. No obstante, y precisamente por la enorme tarea que implica mostrar a los ojos de todos a los responsables de esas violaciones y cómo se expresa en el plano humano el balance de muerte y destrucción que dejan en las personas, es imprescindible hacer un esfuerzo mayor”, Mónica González.
“La actividad proselitista o de propaganda corresponde a los políticos y activistas, pero no al periodista. Las razones son las siguientes: porque lo suyo es la información y no la propaganda. Sobre derechos humanos, por ejemplo, una creíble y completa información motiva más eficazmente que el discurso, el sermón o la exposición académica sobre el tema. Un hecho vale más que cien discursos. La propaganda a una idea o a algún credo es excluyente. Se dirige a los que comparten o se disponen a compartir un mensaje. Los demás no cuentan. Sin embargo, toda información periodística debe ser universal; se hace con la intención de llegar y servir a todos, sin excepción. Por eso, el buen periodismo descarta cualquier técnica publicitaria y se esfuerza por informar a todos con la sola contundencia de los hechos”, Javier Darío Restrepo (Fundación Gabo, 2018).
Ciertamente, coincido con que el periodista debe tener suficientemente clara su labor y todos los límites que esta conlleva, pues la responsabilidad que tiene entre las manos es tal que no puede eludir (nunca debería de hacerlo) el peso de sus palabras y acciones en la manera en que las personas pueden comprender tal o cual hecho. Esto, como señala Mónica González, se hace cada vez más complicado cuando la violencia es cada vez más cruda y constante, y ahí es donde mi manera de hacer periodismo me ha hecho preguntarme si el periodismo no es un tipo de activismo social que busca señalar todas aquellas circunstancias, procesos y sistemas que perpetúan el no poder vivir libres y de manera digna, tal y como marca la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Entiendo, también, que desde el periodismo no se puede hacer proselitismo; sin embargo, el posicionarse a favor de las víctimas de la violencia —como señala Lafuente— no implica hacer proselitismo, sino tomar una postura frente a la realidad que estamos padeciendo. Postura que, desde luego, tiene que estar acompañada por el mismo rigor periodístico del cual hemos hablado en esta guía. Aquí quisiera señalar que este posicionamiento no parte solo de una postura personal, sino del reconocimiento colectivo de que todas y todos somos sujetos de derecho.
Esto implica reconocer, desde el periodismo, la existencia de tales derechos, así como la justa denuncia de sus violaciones y de todas aquellas circunstancias que impidan el libre ejercicio de los derechos humanos de todas las personas. De ahí que considere necesario repetir lo señalado en la introducción de esta guía: el periodismo con perspectiva de derechos humanos es aquel que centra su quehacer informativo en las problemáticas sociales y en las personas que han sido sistemáticamente vulneradas; por tanto, este tipo de periodismo tiene a la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un marco ético y normativo.
Al tener este horizonte, este periodismo humanitario reconoce que el derecho humano a la información es una condición central para el desarrollo no solo de la democracia, sino del ejercicio pleno de la libertad de quienes componen una sociedad. Por tanto, el periodismo con este enfoque tiene como objetivo contribuir al respecto de los derechos humanos y, a la par, tiene la obligación social de denunciar todas aquellas acciones que vulneren su libre ejercicio.

¿Por qué hacer un periodismo con perspectiva de derechos humanos?

El Manual de Derechos Humanos para Comunicadores y Comunicadoras del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH) señala que:
toda publicación periodística debe procurar el respeto a los derechos humanos de todas las personas aludidas individual o colectivamente, ya sea en forma directa o de manera tangencial. Esto significa comprender que todas las personas son iguales en dignidad y derechos, independiente de su raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole como origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Implica por lo tanto que los medios deben cautelar en el ejercicio de sus funciones que nadie sea menoscabado debido a alguna de estas distinciones (2016: 11).
Por su parte, Contextos de encierro, contextos de derechos: Guía para periodistas, comunicadores y comunicadoras, elaborado por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLDE), precisa que:
La omisión del enfoque de los derechos humanos en el debate mediático debilita el quehacer de la justicia y las acciones para suprimir la discriminación, la intolerancia, la desigualdad y la opresión. En razón de su responsabilidad fundamental frente al interés público, la producción de información por medios impresos, audiovisuales o virtuales asume la obligación de trabajar para que su trabajo no concurra en el impulso de dichas violaciones (2015: 12).
Si partimos de estas nociones y, sobre todo, si se recuerda que el derecho a la información forma parte del Artículo 19 de los Derechos Humanos, las y los periodistas tenemos la obligación de garantizarle a las personas este derecho a través de la información que día a día les hacemos llegar y, a la par, también tenemos que ejercer todas las acciones posibles para exigir el libre ejercicio de este derecho para todo el gremio periodístico:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Pero no hay que olvidar que en el Artículo 29, la misma Declaración señala que: “Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas”. Por tanto, no podemos exigir que se nos respete algo que ...

Índice

  1. Cubierta
  2. Medio Titulo
  3. Portada
  4. Créditos
  5. Índice
  6. Introducción
  7. ¿Qué es el periodismo y qué hace un periodista?
  8. Nosotros en los otros
  9. Escribimos sobre lo público
  10. La noticia está en la calle: técnicas de reporteo
  11. Los géneros periodísticos: múltiples formas de contar la realidad
  12. La nota periodística
  13. La entrevista periodística
  14. La crónica periodística
  15. Reportaje periodístico
  16. Periodismo de investigación y periodismo de base de datos
  17. Hacer periodismo con perspectiva de derechos humanos
  18. Conclusión e invitación abierta al debate por un mejor periodismo
  19. Fuentes