La prehistoria
La industria del gas natural se inició en España con cierto retraso en comparación con otros países europeos. Esos retrasos vinieron provocados, fundamentalmente, por dos factores. Por un lado, el no haberse alumbrado yacimientos autóctonos, tal y como se había producido a mediados del siglo pasado en Francia (Lacq, 1950), Italia (valle del Po, 1950) u Holanda (Groningen, 1959). Estos descubrimientos provocaron el desarrollo acelerado de infraestructuras gasistas, con lo que el gas natural tomó en esos países una participación muy destacada en el suministro energético. El segundo factor decisivo en la demora de la penetración del gas natural en España fue la conjunción del aislamiento económico del país en esos años, junto a la existencia del Monopolio de Petróleos en vigor desde 1928. La política autárquica que imperó hasta la década de los sesenta difícilmente propiciaba la importación de recursos energéticos y al mismo tiempo la existencia del Monopolio generaba un debate de fondo sobre qué organismo de la Administración era el responsable de la tutela sobre la non nata industria del gas natural. Aquellos que consideraban a este producto como un hidrocarburo similar al petróleo, defendían su encaje dentro del Monopolio y en consecuencia que fuera el Ministerio de Hacienda el organismo de tutela. Otros argumentaban que el gas natural no era un producto «monopolizado», y por tanto le correspondía al Ministerio de Industria establecer la política nacional en relación con esta nueva fuente energética.
Este debate sobre competencias ministeriales se mantuvo vivo durante muchos años, prácticamente hasta 1981 (más sobre este asunto en capítulos posteriores), y sin duda fue el elemento que más dificultó el nacimiento de la industria. La iniciativa privada se mostraba poco proclive a encontrarse en medio del fuego cruzado entre dos ministerios. La iniciativa pública tampoco se manifestaba, ya que por un lado Hacienda solo estaba interesada en defender su parcela de poder, e Industria (vía el Instituto Nacional de Industria, INI) actuaba con especial cautela al no tener garantizados los necesarios apoyos.
Las iniciativas que se describen a continuación –y que configuran lo que puede denominarse como la «prehistoria» de la industria del gas natural– tuvieron lugar desde el año 1955 hasta 1965, fecha esta última en la que una empresa privada, Catalana de Gas y Electricidad S.A. (en adelante Catalana), se decide a afrontar las mencionadas dificultades con un importante proyecto en Barcelona.La primera iniciativa sobre la que existe referencia estuvo a cargo de la Compañía Ibérica de Petróleos, empresa semiestatal con participación del Ministerio de Hacienda, del Banco Exterior y del Grupo Fierro. Esta empresa, –que contó con muy pocos medios–, destacó por su capacidad de emprender nuevos proyectos, participando entre otros en la exploración petrolífera del Sahara Occidental, en la compra de yacimientos en Venezuela, en la creación de Hispanoil, y en la promoción de la refinería de La Coruña. La misma llegó a plantear en 1955 a las autoridades argelinas la construcción de un gasoducto para evacuar hacia Europa, vía España, las reservas de gas descubiertas recientemente en Hassi R’mel. El proyecto contemplaba la construcción de un ramal a Jaén para poder suministrar la planta de Land Rover Santana, no existiendo ningún otro usuario potencial en todo el recorrido por el territorio nacional. El tema pudo parecer entonces como «ciencia ficción», y evidentemente no tuvo continuidad, entre otras razones porque Argelia no tenía capacidad de decisión al no alcanzar su independencia hasta 1962. Pero es notable que en época tan inicial se contemplara una infraestructura que acabaría materializándose, pero cuatro décadas más tarde.
Aunque en estos años iniciales no se descartaba que eventuales suministros de gas pudieran venir de Francia, los suministros argelinos siempre parecieron prioritarios. Antes de que Argelia se convirtiera en país independiente se había creado en Francia en 1955 un organismo denominado con las siglas de Assemi (Association Eurafricaine Miniere et Industrielle), cuyo objetivo era la puesta en valor de los territorios africanos de la Unión Francesa, y conseguir que los poderes públicos franceses propiciaran la presencia de inversores extranjeros en esos territorios, y de esta forma impulsar la integración entre África y Europa. En esta organización figuraban empresarios y pensadores de Francia, Alemania, Benelux, Italia y Suiza. Los descubrimientos de gas en Argelia iban a añadir un elemento de gran importancia a los objetivos de la asociación. Entre sus principales impulsores figuraba el general Georges Picot, vinculado a la empresa Compagnie Financiere du Canal de Suez, el cual se responsabilizó de invitar a algún organismo español a incorporarse a la asociación. Para ello utilizó su relación personal con el entonces responsable del Banco Urquijo, Juan Lladó, gestionándose así la incorporación de esta institución financiera a la Assemi en junio de 1960. El banco nombró a los responsables de dos empresas participadas, Pedro Durán (Catalana) y Jaime McVeigh (Tecnatom), como sus representantes en la asociación. A los pocos meses se constituyó dentro de la misma un comité para el estudio de la utilización del gas argelino en Europa, figurando en este comité las principales empresas gasistas (Ruhrgas, Distrigaz, Gaz de France, Montecatini, entre otras), uniéndose Catalana en la persona de Durán en noviembre de 1960. Este comité desarrolló un proyecto llamado Eurafrigas, consistente en un gasoducto desde Hassi R’Mel hasta Essen (Alemania), pasando por Mostganem en la costa argelina, Cartagena, Barcelona, Lyon y París, con un trazado total de 2.600 kilómetros, 200 de ellos submarinos. Se contemplaba una capacidad del gasoducto de 10 bcm/año, de los cuales 1 bcm/año se consumiría en España. Aunque el proyecto Eurafrigas no llegó a iniciar su andadura, sí supuso para Catalana su inmersión en la industria europea del gas natural. Como primera medida puso en marcha el estudio de la introducción del gas natural como materia prima en las antiguas fábricas de gas manufacturado, así como el análisis de la extensión de su red de distribución a lo largo de toda la costa mediterránea. En una conferencia pronunciada en 1989, Pedro Durán señaló que dentro del proyecto Eurafrigas Catalana había suscrito en marzo de 1962 un contrato de suministro de 1 bcm/año de gas argelino con la empresa Comes, filial de Gaz de France, pero que el mismo no llegó a entrar en vigor por producirse en ese mismo año la independencia de Argelia y la consiguiente «argelinización» de la industria.
Por su lado, la Administración española llevó a cabo alguna iniciativa. En concreto el Gobierno creó en diciembre de 1958 una Comisión Interministerial para estudiar los problemas de la conducción del gas del Sahara a través de la Península, consciente de que este asunto involucraba competencias de diferentes ministerios. Por un lado se trataba de un asunto relacionado con la política energética, y por otro, afectaba a la relación con países terceros. Necesariamente España iba a tener un protagonismo importante en este asunto por ser el punto de llegada a Europa del futuro gasoducto. La Comisión fue presidida p...