Profesionales en evolución

Méndez, Elena; Carril, Javier

• Editorial: LID Editorial
• Año: 2009
• ISBN:
  9788483565711
• Categoría: Education
• Categoría: Professional Development

Tanto si te sientes protagonista de tu trayectoria profesional, y quieres entender mejor cuáles son sus claves, como si deseas disfrutar de mayor libertad y autonomía, tienes en tus manos una obra que te ofrece una visión amplia y estratégica para tu desarrollo. Este libro es como un jardín con diferentes colores y perspectivas. Cada capítulo está desarrollado por expertos de la red enEvolución con enfoques complementarios y enriquecedores, con estilos diferentes, que aportan conocimientos y experiencia práctica de cada tema. Ésa es la riqueza de la diversidad. Algunas de las habilidades instrumentales que se tratan son la comunicación, creatividad, intuición o fluidez, las cuales se relacionan con el liderazgo, la gestión emocional de los equipos o la resolución de conflictos. Impulsar nuestro desarrollo es como cultivar una planta, requiere atención, constancia y cuidados, y si lo hacemos de la forma adecuada conseguiremos tener resultados vivos y, en muchos casos, espectaculares.

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¿Tu persona se cotiza en el mercado?
Por Prof. Dr. Fernando Giner de la Fuente

1. Desarrollo teórico

Estimado lector que ahora estás ojeando estas líneas, ¿te has preguntado alguna vez si tu perfil profesional se cotiza en el mercado? Sí, no te quedes perplejo, no pongas esa cara de sorpresa, ¿te lo has preguntado alguna vez?

Si ahora te quedases en el paro, o bien estuvieses pensando en cambiar de trabajo, ¿te has preguntado si te sería fácil o difícil encontrar otro trabajo y si tu salario iría al alza o a la baja?

Posiblemente te preguntarás ¿pero de que me están hablando? De algo muy sencillo, hablamos de la empleabilidad.

Te lo explico con una definición simple. La empleabilidad es la capacidad que debe tener el ser humano de gestionar su propia trayectoria intelectual, emocional y profesional, de tal forma que dichas variables sean cada vez, con cada trabajo, más ricas y de mayor valor para la persona.

Se puede decir de un modo aún más sencillo: empleabilidad es la capacidad del ser humano de gestionar su propio destino, de llegar donde quiera y no estar en manos de los vaivenes del viento y las incertidumbres políticas, económicas o sociales.

Ahora cabrían dos preguntas, que tal vez, estimado lector, te estás haciendo. ¿Por qué es necesario gestionar la empleabilidad? y ¿Eso cómo se hace?

Respondamos a la primera. Desde hace algún tiempo, pongamos a partir de los años ochenta del siglo pasado, las empresas fueron renunciando a poder garantizar niveles de empleo de por vida. Incluso las grandes corporaciones japonesas, Sony, Sanyo, Toyota, Honda y otras, que tenían a gala y a modo diferenciador cuidar del empleado desde que entraba en la corporación hasta que dejaba la vida laboral activa, tuvieron a principios de 2000 que renunciar a este compromiso.

Por lo tanto, en la actualidad, y presumiblemente en el futuro, lo de hacer una carrera en una única empresa, estar veinte años en ella, no es un hecho que a priori se dé por sentado, ni en los esquemas de la empresa, ni en los esquemas del empleado.

¿Se puede en la actualidad hacer carrera en una sola empresa? Por supuesto, pero ahí también juega la empleabilidad. Pero lo más probable es que la empresa tenga que hacer reajustes de plantilla en determinados momentos económicos. Lo estamos viendo este año en el que muchas grandes compañías están expulsando empleo al objeto de retomar la senda del crecimiento por parte de la empresa.

Además puede que a ti no te apetezca estar veinte años en una misma empresa, ni siquiera seis. ¿Por qué? Sencillo, por haber agotado el techo del aprendizaje en la empresa. Y aquí está uno de los secretos de la empleabilidad, el aprendizaje continuo.

Además te tengo que decir sinceramente que los trabajos interesantes, de valor, aquellos que traen aparejados altos retos profesionales, elevadas responsabilidades y, por lo tanto, elevados salarios, no son tantos como parecen. Los puestos de nivel en las empresas no abundan y suelen estar ocupados y los que están en ellos obviamente no se quieren ir. Hay que competir duro por ellos. Hay que desearlo y estar dispuesto a conseguirlo. Ahí está otra de las piezas clave de la empleabilidad.

Vemos hoy en día mucho trabajador mil eurista y nos preguntamos qué valor aportan a la empresa esos empleados y qué reto tiene el trabajo para ellos la labor que desempeñan. Lo más seguro es que sean sustituibles en su trabajo. Aquí reside otra clave de la empleabilidad.

Si tu trabajo lo puede hacer cualquier otro, eres sustituible y, por lo tanto, no aportas un valor a la empresa. No aportas conocimientos, ni habilidades ni actitudes diferenciales.

Veréis, en la actualidad conviven tres tipos de generaciones. Las del baby boom (nacidos entre 1946 y 1960), la generación X (nacidos entre 1961 y 1979) y la generación Y (nacidos a partir de 1980)¹.

Puede que las generaciones del baby boom lo tuvieran más fácil, ya que vivieron los años del desarrollo económico con largos períodos de estabilidad laboral y crecimiento. Su mentalidad era la del trabajo duro y la del empleo de por vida, hacer carrera en la empresa en la que entraron de joven. Creían en relaciones laborales de larga duración y en un compromiso entre la empresa y sus trabajadores. Claro, esta ilusión duró hasta que la crisis de 1993-1994 se llevo a muchos por delante, provocando reconversiones de sectores completos (industria, textil, acero y carbón), jubilaciones anticipadas o largos ciclos de paro.

Su sentido de permanencia en la misma empresa, su sentido del trabajo de por vida en la misma organización, les condujo a dedicar muchas horas de su vida al trabajo diario, en ocasiones rutinario, pero muy pocas horas o ninguna a seguir formándose y mucho menos a encontrar trabajos que les reportaran nuevos conocimientos y retos. Ahí residen otras claves de la empleabilidad.

La generación X se incorpora al mercado laboral entre 1979 y 2003. Vive épocas convulsas, de cambios, y en lo laboral experimentan cómo el compromiso de por vida se extingue y tienen que aprender en sus propias carnes que la supervivencia y continuidad laboral no consiste en permanecer en la misma empresa. Tienen que empezar a aprender, sin bajarse del tren, cómo gestionar su propia vida profesional, cuando nadie les había enseñado, y mucho menos prevenido. Su espejo había sido el de la generación del baby boom.

La generación Y, que empieza a incorporarse al mercado laboral a partir de 2003, es una generación por un lado desengañada. Tiene en su casa a la generación del baby boom, sus padres, y observa cómo un largo período de esfuerzo y fidelidad a una misma empresa ha tenido, en múltiples ocasiones, un resultado no demasiado bueno. Además, convive en su entorno con miembros de la generación X, a los que contempla estresados, angustiados y, por qué no decirlo, con miedo y desorientados: ¿si me quedase sin empleo podría encontrar otro del mismo nivel?

Por otro lado, la generación Y es acomodaticia. Ha vivido en un entorno de cierta confortabilidad, al amparo de sus padres incluso mucho más allá de la conclusión de los estudios, y lo que percibe no le gusta demasiado. Ve que sobre una población ocupada en España² de 20,4 millones de personas, aproximadamente 19 millones son mil euristas y el trabajo temporal se sitúa en el 31%, unos quince puntos por encima de la media europea.

El pensamiento que les puede venir a la cabeza a muchos es ¿qué futuro me espera? ¿Qué puedo hacer? ¿Después de los estudios qué hago? Te diré que no hay milagros, pero gestionar tu empleabilidad puede ser una buena herramienta.

Y aquí viene la respuesta a la segunda pregunta que planteamos al principio, ¿y eso cómo se hace? Ya dimos algunas pistas sobre la empleabilidad (desea las cosas con pasión, busca trabajos en los que puedas realizar un aprendizaje continuo y ascendente, no descuides tu formación continuada y ten dominio sobre tus emociones). Ahora proponemos unas pautas sobre cómo ensamblar la gestión de esas variables.

La gestión de la empleabilidad se cimenta en la gestión de un proyecto personal de vida profesional y afectiva. Es importante aprender desde temprana edad dónde están mis fortalezas y debilidades y articular un proyecto personal en torno a ello. Para lo cual, se pueden seguir las siguientes reglas:

1. Aprende a escucharte y a observarte a ti mismo. En fin, aprende a conocerte. ¿Y eso cómo se hace? Presta atención a lo que haces y con quién estás. Cuando estás ocupado estudiando o trabajando, obsérvate. ¿Qué es lo que te resulta más fácil y agradable? ¿Memorizar, o más bien razonar? ¿Te gusta lo analítico o lo espacial? ¿Eres un hacha en números o más bien en el razonamiento lógico verbal? ¿Disfrutas escribiendo o, por el contrario, hablando?. En fin, aquí tienes unas pistas que, si sabes oírlas, te irán indicando el camino en torno a cuáles son tus habilidades y capacidades.

Lo mismo ocurre cuando estás con otros. ¿Te gusta relacionarte con los demás o prefieres estar solo? ¿Te sientes mejor cuando puedes participar en la reunión o estás mejor escuchando? ¿Eres de los que siempre organizan a la pandilla o vas dónde dicen?

2. Sueña, visualiza dónde quieres llegar, en qué situación personal y profesional te gustaría estar cuando revises tu vida, varios años más adelante. Haz un esfuerzo por visualizarlo. ¿Te gustaría ser una persona reconocida profesionalmente o más bien amas la vida más sosegada? ¿Prefieres haber contribuido a ayudar a los demás y cultivar las relaciones? ¿Haber dado la vuelta al mundo? De esta visualización y sueño podrás obtener claves de hacia dónde orientar tu trayectoria profesional y personal.

Compara si tus habilidades que has descubierto coinciden con las exigidas por tu sueño. Si es así, enhorabuena. En caso contrario trata de ajustarlas.

3. Crea un círculo de relaciones. Cultiva desde niño las relaciones con otros y conserva las direcciones, teléfonos y correos electrónicos de las personas con las que mantengas una relación profesional o personal y, al menos una vez al año, actualiza los datos. Para que la relación no se pierda le puedes enviar una felicitación por Navidad. Ese círculo de relaciones, que ahora te puede parecer insignificante, es un gran paracaídas y una potente catapulta.

Nadie consigue nada en la vida por sí solo. Alguien te tiene que ayudar, dar el empuje creer en ti o avalarte en un momento dado. Ahí reside una clave importante de tu desarrollo personal y profesional.

Alguien de ese círculo de relaciones puede apostar por ti o te puede sacar de un agujero negro en otras circunstancias.

4. Domina lo emocional. Muestra siempre actitudes activas y positivas, empápate de ilusión y deseo por lo que haces y por lo que quieres lograr. A nadie le gusta relacionarse con una persona amargada y triste. Haz de lo emocional una herramienta de relación positiva.

5. Elige un camino, elige cómo vas a llegar desde dónde estás hasta ese sitio soñando y visualizado. ¿Llegarás de inmediato? Posiblemente no. Es más, puede que sufras y te decepciones por el camino. Sentirás muchas veces deseos de tirar la toalla.

2. Desarrollo práctico

Para que puedas comprender mejor lo que he tratado de comunicarte te recomiendo que veas la película En busca de la felicidad (Gabriele Muccino: 2006). Will Smith encarna en la pantalla a Chris Garner³, que llegó a convertirse en la vida real en una leyenda en Wall Street.

Garner, al comienzo, es un vendedor brillante y con talento, pero con un empleo muy por debajo de sus necesidades. Apenas llega a final de mes y se encuentra con que le echan, junto a su hijo de cinco años de su piso de San Francisco y no tienen ningún lugar al que ir. Cuando Gardner consigue hacer unas prácticas en una prestigiosa y competitiva correduría de bolsa, los dos protagonistas afrontan muchas adversidades en su búsqueda por hacer realidad su sueño de una vida mejor para ambos.

La película ilustra lo que es capaz de conseguir el ser humano, partiendo de dos hechos, que actúan como puntales o motores de empuje. Uno consiste en la capacidad de descubrir algo excepcional en nosotros, eso que hoy llamamos talento. Garner lo tiene en las relaciones comerciales con los demás. Si es capaz de mal ganarse la vida vendiendo unas máquinas médicas imposibles y obsoletas, ¿qué no sería posible de hacer si tuviera un buen producto o servicio? El otro motor es la enorme autoestima y confianza que tiene en sí mismo. Garner jamás tira la toalla por muy adversas que fueren las situaciones.

La película sigue casi milimétricamente el plan de acción que os he propuesto. Veamos:

1. Garner se conoce a sí mismo. Sabe que tiene algo, un don para relacionarse con los demás y tratará de encontrar la forma de convertirlo en algo diferencial y de éxito.

2. Garner sueña y visualiza dónde quiere llegar, aunque al principio no lo parezca. Pero un buen día, caminando por las calles, cargado con la máquina médica, y después de no haber conseguido una venta, se cruza con un señor elegante (Bob Bridges) que baja de un coche de lujo y le pregunta: «¿eso cómo se consigue?». El ejecutivo le señala que trabajando «ahí», en una correduría de bolsa (E. F. Hutton). A partir de ese momento Garner sueña con ser él, comenzando la visualización de su futuro. ¿Lo tiene fácil? Yo diría que imposible.

3. Garner crea un círculo de relaciones. Diríamos que sabe dar con la persona adecuada que considera que le puede dar un empujón importante. ¿Te acuerdas del personaje del punto anterior, el del traje y coche elegantes (Bob Bridges)? Sí, ese. Pues Garner hace lo imposible por hacerse el encontradizo con él varias veces, hasta que consigue conversar en un trayecto en taxi. Después de varios avatares logra que le consiga una prueba para un largo proceso de selección en la correduría de bolsa. Aquí empieza a cambiar el futuro de Garner, lo que le pase a partir de ahora sólo depende de él.

4. Garner domina lo emocional. Sí y mucho. La película está llena de situaciones que lo demuestran. Relataré una nada más. El día anterior a la entrevista crucial en la correduría de bolsa Garner es encarcelado por un asunto menor y pasa la noche en la cárcel. Lo sueltan por la mañana, pero está sucio y mal vestido, ya que antes de ser encarcelado estaba pintando su apartamento. ¿Qué puede hacer? Muchos otros posiblemente se hubieran ido a su casa y llamado a la correduría de bolsa dando una escusa, o ni siquiera eso, y se hubieran refugiado en su mala suerte. Garner no, corre para llegar puntual a la cita. Lo consigue, pero se encuentra mal vestido y sucio, ante una serie de señores serios y con corbata. En ese momento gestiona magníficamente su faceta emocional. Ante la cara perpleja de los otros Garner se anticipa y les cuenta lo que realmente le ha pasado y por qué viene con esa pinta. Es decir, ni miente ni se oculta y, como resultado, todos estallan en carcajadas y el proceso de evaluación comienza.

5. Garner sabe elegir un camino para llegar a donde quiere. Por supuesto tiene una enorme habilidad para gestionar las dificultades y adversidades, que son muchas, y una enorme voluntad de conseguir lo que quiere. Las dificultades no le apartan de su camino. Al final Garner logra el puesto, no sólo por su nota final, sino por el hecho de que en el largo proceso de selección queda patente que Garner es un luchador nato con talento.

Garner se podría haber quedado en la firma de correduría bursátil (Dean Witter Reynolds) durante largo tiempo, pero no lo hizo, su sueño iba más allá. En esta empresa aprendió lo suficiente sobre los entresijos de Wall Street y fue a por un reto mayor. En 1987 creó su propia firma bursátil, Gardner Rich & Co, en Chicago, Illinois. Su nueva empresa empezó en su pequeño piso con una inversión inicial de 10.000 dólares y una mesa de madera que servía para la hora de la comida en familia.

En 2006 vendió Gardner Rich & Co. mediante un trato multimillonario y se convirtió en fundador de Christopher Gardner International Holdings, con oficinas en Nueva York, Chicago y San Francisco. Sigue dedicado al mundo de la empresa y de las inversiones y crea muchos puestos de trabajo.

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¿Víctima o protagonista?: El poder de la visión
Por Ovidio Peñalver

1. Desarrollo teórico

Sin duda, hay muchos elementos que condicionan lo que somos, como los genes, nuestros ancestros, la época y la cultura en la que vivimos, nuestra familia, las vivencias y...

Índice

• Cover Page
• Title Page
• Copyright
• Índice
• Carta de presentación
• Introducción
• 1. ¿Tu persona se cotiza en el mercado?
• 2. ¿Víctima o protagonista?: el poder de la visión
• 3. ¡Emprende, inténtalo!
• 4. Conciliación e igualdad
• 5. Encuentra el para qué
• 6. Redes virtuales ¿te conectas?
• 7. Trabaja aquí y ahora
• 8. Elige tu puesto ideal
• 9. Afronta un nuevo reto ¿cómo asumir nuevas responsabilidades?
• 10. Quítate las gafas: nuestras gafas de ver condicionan nuestras relaciones humanas
• 11. La era Spiderman
• 12. El jardín de los pensamientos creativos: cultiva tu creatividad y resuelve tus asuntos de forma eficaz
• 13. La gestión emocional en los equipos de trabajo
• 14. El feedback constructivo
• 15. ¿Liderar por vicios?
• 16. Busca tus aliados
• 17. Imagen profesional y personal
• 18. ¿Tienes algún síndrome?
• 19. Outplacement. ¡Vuelve a subir al barco!
• 20. Ponte a punto
• 21. Tipos de despido y cómo afrontarlo
• 22. ¿Cómo negociar mi salario?
• 23. La resiliencia
• 24. Prepara la entrevista de selección
• 25. Habla en público sin miedo
• 26. Tus referencias profesionales
• 27. Actúa, no pienses
• 28. Coge el timón
• 29. Ideas a destacar
• Notas
• Bibliografía