Dos grados: networking 3.0
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Dos grados: networking 3.0

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Dos grados: networking 3.0

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Sonia Fernández te enseña cómo explotar tu red de contactos en Twitter, Facebook y Linkedin.

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Información

Editorial
LID Editorial
Año
2011
ISBN
9788483565414
1




¡Qué pequeño es el mundo!
«El libro no es sólo palabras o figuras sobre papel,
sino todo lo que yo imagino mientras leo».
Jostein Gaarder
Cuántas veces hemos oído esta expresión y cuántas veces hemos atribuido a la casualidad encontrarnos con alguna persona a través de algún contacto en común. Lo cierto es que conseguir contactar con ciertas personas que nos parecían muy lejanas a nosotros no es tanto un fruto de la casualidad, sino una realidad estudiada y constatada por sociólogos en todo el mundo.
La constatación de que cualquier persona en el mundo está relacionada entre sí por seis grados de separación es algo relativamente reciente. Los grados de separación indican el número de personas a través de las cuales estamos conectados con otra persona, de forma gráfica, hablamos de nodos que nos unen en la red que forman nuestros contactos. Esta constatación ha creado una serie de estudios sobre redes sociales y sobre cuáles son los factores que determinan nuestra posición dentro de cada red o grupo social al que pertenecemos.
Este libro pretende hacernos reflexionar sobre las siguientes preguntas:
• Qué importancia tienen para cada uno de nosotros las distintas redes sociales o grupos a los que pertenecemos?
• Cuál es nuestra posición y qué papel jugamos dentro de cada grupo?
• Cómo podemos mejorar la forma en la que nos relacionamos e influimos en estos grupos?
• Cómo podemos expandir nuestros contactos y servir de puente para que otras personas puedan acceder a los diferentes grupos a los que pertenecemos?
• Qué prácticas básicas tenemos que incorporar en nuestro día a día para conseguir aportar más valor a nuestra red de contactos?
• Cómo pueden las nuevas tecnologías e Internet ayudarnos y cómo podemos extraer mayor partido de las herramientas que existen en la actualidad?
• Por qué han significado las redes sociales en Internet un cambio tan radical en la forma de relacionarnos?
Habrá valido la pena leer este libro si al final de su lectura tenemos claro estos tres puntos básicos:
1. Es tan importante, o más, a quien conozco que lo que yo mismo sé.
2. Nuestra vida se define por el conjunto de grupos a los que pertenecemos y por la posición que ocupamos dentro de ellos.
3. Cultivar nuestros contactos y hacerlos crecer está en nuestra mano y sólo requiere ser conscientes de la necesidad de dedicarle tiempo e incorporar ciertos hábitos en nuestro día a día.
El hecho de que estés dedicando tu tiempo a este libro es un buen comienzo. Las historias y los ejemplos que vas a leer ahora pretenden servir para ayudarte a reflexionar y para que te des cuenta de que cultivar relaciones y hacer networking o socializar es una necesidad para mejorar como persona. La realidad es que el mundo es realmente muy pequeño y son nuestras relaciones y contactos los que determinan lo que acontece en nuestras vidas.
1. ¿Cómo empezó todo?
Hasta finales de los años sesenta nadie se había parado a pensar cómo estamos conectados con el resto de personas que nos rodean. Varios estudios en Estados Unidos habían analizado que el número máximo de personas que podemos llegar a conocer o recordar son 150. Parece ser que pasado este número la calidad de las relaciones que podemos tener con otras personas empieza a deteriorarse. Así, los responsables de Gore-Tex, fabricantes del tejido de prendas deportivas que llevan este nombre, decidieron que el número máximo de trabajadores que debían tener por fábrica era de 150 personas. Si se sobrepasaba este número, las relaciones entre los trabajadores cambiaban y se perdía la sensación de que todos se conocían entre sí. Para Gore-Tex, el coste de construir una nueva fábrica para no exceder este número máximo de trabajadores compensaba tener un nivel óptimo en la calidad de las relaciones entre los trabajadores.
Así, si existe un número máximo de personas a las que podemos conocer bien y hay millones de personas en el mundo, parecería difícil aceptar que realmente todos estamos conectados a través de un número sorprendentemente bajo de eslabones en la cadena de conexiones.
Stanley Milgram era un psicólogo controvertido de la Universidad de Harvard. Además de formular su famosa teoría de los seis grados de separación que ahora analizaremos, Milgram había realizado polémicos experimentos de psicología que le habían atribuido fama de excéntrico. Uno de estos experimentos a finales de los años cincuenta había consistido en evaluar la capacidad que tiene cualquier persona de seguir órdenes, aunque éstas sean extremadamente crueles. En uno de sus experimentos, el conjunto de individuos sometidos al mismo demostró poder suministrar descargas eléctricas a pacientes, siguiendo órdenes de los responsables del estudio, hasta niveles insospechados. Aunque las personas a las que se les suministraban estas descargas eran actores, los participantes en el experimento no lo sabían y los gritos de dolor no eran un freno para dejar de torturar siguiendo las órdenes indicadas. Sorprendentemente, el número de personas que se negaron a continuar pasado el límite en el que consideraron que las descargas eran excesivas, fue casi insignificante. Para la comunidad científica americana, con la experiencia de la Segunda Guerra Mundial muy reciente, era difícil aceptar que cualquier ciudadano pudiese exhibir comportamientos crueles si pensaba que estaba siguiendo órdenes dadas por personas que sabían lo que estaban haciendo.
Ésta era la personalidad de Stanley Milgram, una persona que investigaba y pretendía llevar al límite sus observaciones. En su faceta de sociólogo, Milgram pensó en 1967 realizar el siguiente experimento: procuraba averiguar cuántos nexos o enlaces serían necesarios para que un paquete enviado por una persona en Omaha, Nebraska, llegara a un corredor de bolsa en Boston. Pretendía llevar el experimento al extremo y por eso eligió a 160 granjeros de uno de los lugares de la América más profunda, Omaha, y un destinatario con muy poco que ver con aquel grupo, un corredor de bolsa en Boston. Cada uno de los remitentes de estos paquetes debería pensar en la persona que pudiese conocer con mayor cercanía posible al destinatario del paquete y pedirle que, a su vez, lo enviara a la persona que más cerca pudiese estar del corredor de bolsa. Antes de realizar el experimento Milgram dijo a sus colegas que predijesen el resultado. La mayor parte esperaba que se necesitasen hasta 100 intermediarios entre el granjero de Omaha y el corredor de bolsa en Boston. ¿Qué hubiésemos contestado nosotros? Yo no lo sé, pero intuyo que mucho más que seis.
La mayor parte de los paquetes llegaron al corredor de bolsa en un máximo de cinco o seis pasos y éste es el origen del famoso concepto de los seis grados de separación. Un aspecto interesante sobre este experimento, y que raramente se menciona, es que la mayor parte de los paquetes que llegaron al corredor de bolsa en Boston fueron entregados por las mismas personas. Malcolm Gladwell autor del libro The Tipping Point analiza este fenómeno y afirma que la teoría de los seis grados de separación no significa necesariamente que cualquier persona está vinculada con otra a través de seis puntos de unión. Lo que realmente significa es que un número relativamente pequeño de personas están conectadas con el resto en unos pocos grados y los demás estamos conectados con el resto del mundo a través de ellas. Estas personas son definidas por Gladwell como conectores. A partir del experimento de Milgram se han realizado varios estudios más para demostrar esta teoría de los seis grados de separación. El ejemplo más popularmente conocido es el llamado juego de Kevin Bacon.
En 1997, unos estudiantes universitarios en Pensilvania, Estados Unidos, seguidores (fans) del actor Kevin Bacon, popularizaron un juego en el que pretendían demostrar que cualquier actor está conectado con Kevin Bacon en menos de seis grados. Así, si un actor ha actuado en una película con Kevin Bacon, está conectado con él a través de un grado de separación, si otro actor ha actuado con este último, estaría conectado con Kevin Bacon a través de dos grados de separación y así sucesivamente. Sean Penn, por ejemplo, está conectado con un grado de separación a Kevin Bacon ya que actuaron juntos en una de sus últimas películas, Mystic River. Además, Sean Penn actuó en 2001 con Michelle Pfeiffer en la película Yo soy Sam, así Michelle Pfeiffer está conectada con Kevin Bacon a través de dos grados de separación.
La base de datos de actores de todo el mundo se cifra en unas 500.000 personas que han actuado en un total de 200.000 películas desde 1898 hasta nuestros días. Siguiendo el mismo experimento que realizó Milgram, los científicos Brett Tjaden y Glenn Wasson de la Universidad de Virginia realizaron el ejercicio de analizar los grados de separación de cualquiera de estos actores con Kevin Bacon. Así, demostraron que el número medio de grados de conexión entre cualquier actor y Kevin Bacon era inferior a tres grados (2,83). A pesar de que este juego de Kevin Bacon fuese idea de un grupo incondicional de seguidores del actor en Pensilvania, como podemos suponer no es que Kevin Bacon sea en efecto el centro del universo del cine americano, incluso puede haber personas que no sepan quién es o que nunca hayan visto Footloose.
Cuadro 1.1 Estudio sobre grados de separación con Kevin Bacon
Grados de separación
con Kevin Bacon
Número de actores Número acumulado
de actores
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
1
1.550
121.661
310.365
71.516
5.314
652
90
38
1
1
1.551
123.212
433.577
504.733
510.047
510.699
510.789
510.827
510.828
Fuente: estudio Tjaden y Wasson (Universidad de Virginia).
Tjaden y Wasson siguieron analizando la información sobre el universo de actores y descubrieron que, en efecto, Kevin Bacon no es el actor mejor conectado, es decir el actor cuya media en grados de separación con el resto de actores es la menor. De hecho el puesto de Kevin Bacon en ese escalafón es el número 669.
¿Quién será el actor con la media más baja? Una hipótesis válida, el actor que haya hecho más películas, John Wayne. No, su puesto es el 116 y su media 2,72. ¿Alguien ha oído hablar de Rod Steiger? Resultó ser el actor con la mejor puntuación, el más conectado de la historia del cine. A diferencia de John Wayne que realizó 179 películas en su carrera, Rod Steiger participó en muchas menos pero adoptó papeles de protagonista, secundarios, hizo drama, comedia y suspense. John Wayne desarrolló toda su carrera en el género del Oeste pero Rod Steiger fue capaz de adentrarse en diferentes géneros y en diferentes tipos de películas con mayor y menor éxito. Por lo tanto, Rod Steiger está conectado con un número mayor de personas que el mítico John Wayne.
En la terminología de Gladwell, Steiger es un conector, alguien que es capaz de pertenecer a diversas colectividades y de poner en contacto a personas que forman parte de grupos diferentes a través del nexo de unión que él representa para ambos grupos. Quizás Steiger hubiese sido una de esas tres personas que hicieron llegar el paquete al corredor de bolsa de Boston y, sin lugar a dudas, Steiger hubiera podido servir de puente para que muchos actores de géneros diferentes se pusieran en contacto.
La teoría de los seis grados de separación parece que sigue siendo válida tras el análisis de la comunidad de actores, un grupo de más de 500.000 personas que somos capaces de conectar a través de una media de tres personas. Si quieres comprobar qué relación tiene cualquier actor con Kevin Bacon lo puedes hacer de forma muy sencilla a través de la página Web oracleofbacon.org. Piensa en un actor poco conocido o alguien que quizás sólo haya hecho una película y pon a prueba la teoría. ¡Haz la prueba!
Este tema sigue siendo hoy en día objeto de estudio por sociólogos de reconocido prestigio. Duncan Watts es profesor de sociología de la Universidad de Columbia en Nueva York y autor del libro Six Degrees publicado en 2004. Watts ha conseguido replicar el experimento de Milgram a través de Internet. En la página del proyecto http://smallworld.columbia.edu se explica cómo se elaboró el proyecto. Se enviaron 60.000 mensajes cadena desde 163 países en búsqueda de 18 personas determinadas, llamadas personas objetivo, en todo el mundo. La finalidad era probar el número medio de grados de conexión entre cualquier persona en el mundo a través de Internet. El estudio de Watts demostró que el número medio de conexiones entre las personas que iniciaron el proceso y que encontraron a las personas objetivo fue entre cinco y siete. Sin embargo, según Watts, uno de los principales problemas del estudio fue el grado de apatía de las personas en realizar los envíos de correos electrónicos ante el alto grado de correo no deseado que se recibe actualmente. Su sensación es que en otras circunstancias el número de personas que podrían haber completado el estudio hubiera sido mayor. Aun así, quienes lo completaron llegaron a su persona objetivo en una media de seis pasos, sorprendentemente décadas después del célebre experimento de Milgram, Internet consigue replicarlo con idénticos resultados.
Watts reafirma a Milgram y nos ayuda a entender que las conexiones nos acercan mucho los unos a los otros. Los conectores como Steiger o una de las tres personas que hizo llegar el paquete a Boston son hoy en día superconectores, personas con un gran poder de unión entre diferentes grupos sociales, personas con blogs en la Red que son leídos por miles de personas en todo el mundo, o responsables de comunidades virtuales que son capaces de diseminar información a gran velocidad. El virus informático Melissa en 1999 o el de Anna Kournikova se propagaron por todo el mundo en sólo cuestión de horas. Además, hoy en día puedo saber a través de sitios como linkedin.com que estoy realmente muy cerca de personas tan influyentes como Pierre Omidyar, fundador de eBay, me separan sólo tres personas. Te invito a seguir leyendo.
2. Las redes sociales
Desde el experimento de Milgram hasta la actualidad, se ha hecho evidente que estamos cada día más conectados y que cada uno de nosotros forma parte de diferentes grupos o redes sociales que definen quiénes somos.
Empecemos por preguntarnos, ¿qué es una red social? Si tomamos la definición de Duncan Watts, una red no es más que una serie de puntos conectados entre sí. Es decir, una red social estaría constituida por una serie de puntos, personas en este caso, conectadas entre sí. Cada uno de nosotros pertenecemos a diferentes redes sociales claramente diferenciadas. No pensamos simplemente que tenemos amigos, sino que tenemos grupos de amigos que forman redes sociales en sí mismas. En cada uno de estos grupos pueden existir vínculos muy fuertes de unión entre sus miembros y vínculos débiles de unión con otros grupos diferentes.
Mark Granovetter fue el primer sociólogo en introducir el concepto de vínculo fuerte y vínculo débil. Pensemos otra vez en el caso práctico del juego de Kevin Bacon. John Wayne habría desarrollado vínculos fuertes con sus compañeros de rodaje después de más de 100 películas del Oeste. Estos vínculos se han forjado a lo largo del tiempo y dan a John Wayne un peso muy importante dentro de la red de actores de este género. Rod Steiger es un gran conector entre diferentes grupos de actores pero su vínculo con cada uno de ellos es probablemente débil, ya que su relación con la mayoría de estos actores pasa por haber intervenido con ellos en alguna que otra película.
¿Qué quiere decir esto exactamente? ¿Quién es entonces más importante, John Wayne o Rod Steiger? Como todo, la respuesta es: depende. John Wayne es un genio del cine y alguien con gran poder y relevancia entre los actores de su generación y su género. Sin embargo, si algún actor encasillado en el género del Oeste después de rodar varias películas con John Wayne conoce también a Rod Steiger, entonces quizás tenga ese contacto clave que le permita hablar con un director de comedia para conseguir una prueba.
Cada actor tiene un papel diferente dentro de su red social. Si llevamos este ejemplo a nosotros mismos, la estructura de las relaciones entre nuestros propios amigos o grupos de amigos juega un factor muy importante a la hora de determinar el alcance potencial de nuestra red social. Consideremos el siguiente ejemplo: mi amigo Juan tiene 10 amigos que a su vez tienen 10 amigos cada uno. Mi amistad con Juan me hace llegar a un total de 100 personas separadas solamente por dos grados de conexión.
Supongamos que mi otro amigo Luis tiene 20 amigos que a su vez tienen 10 amigos cada uno. Sin embargo, todos estos amigos se conocen entre sí. De mi contacto con Luis se generan solamente un grupo de 30 personas a las que acceder a través de dos grados de separación. La red de amigos de Luis es menos eficiente porque cada unión entre amigos ofrece un vínculo redundante, es decir, cada persona ofrece el mismo acceso al resto de personas en el grupo. Si una de estas personas se queda fuera del grupo podré seguir accediendo al resto de amigos de Luis.
En el caso de Juan, cada uno de sus amigos es un conector a otros 10 que no se conocen entre sí y pertenecen a grupos distintos. Si uno de estos vínculos desaparece, falla la conexión a ese grupo de 10 personas con las q...

Índice

  1. Prólogo de Ángel Cabrera
  2. Introducción
  3. 1 ¡Qué pequeño es el mundo!
  4. 2 Networkingo el arte de construir y mantener relaciones
  5. 3 Conclusión: cultiva tu red social
  6. 4 Nuevas formas de networking
  7. 5 Redes sociales
  8. 6 El futuro de las redes sociales
  9. Epílogo Ahora te toca a ti
  10. Notas
  11. Glosario
  12. Bibliografía
  13. Índice onomástico