Angela Merkel. Lo podemos hacer

Angela Merkel

• Editorial: Plataforma
• Año: 2021
• ISBN:
  9788418927058
• Categoría: Politics & International Relations
• Categoría: Politics

Figura emblemática de la política alemana y europea durante los últimos tres lustros, desde que en 2005 tomó las riendas de su país como canciller, Angela Merkel ha sabido superar con firmeza y serenidad momentos difíciles para su país y para el continente europeo. Los discursos pronunciados en diversas ocasiones oficiales dan fe del liderazgo de una mujer que se formó como científica en el mundo comunista en la antigua Alemania del Este, y cuya trayectoria política ascendente, refrendada una y otra vez por los ciudadanos, la han convertido en uno de los personajes más influyentes a nivel global. Este volumen recoge algunas de sus intervenciones más incisivas y memorables, entre los años 2014 y 2020, y nos permite entender los retos que la han acompañado durante su mandato: de los riesgos derivados del cambio climático al futuro de las nuevas generaciones, de las responsabilidades de Alemania con las víctimas de la Shoah a su papel fundamental en la Europa de hoy. Situando siempre la dignidad de las personas en un lugar preponderante de la política.

Discurso de la canciller federal Angela Merkel ante el Parlamento alemán (acta del Parlamento alemán)

27 DE NOVIEMBRE DE 2019, BERLÍN

Señor presidente,

queridos colegas:

Este año la OTAN cumple 70 años. Por este motivo, los jefes de Estado y de gobierno se reunirán en Londres la próxima semana, los días 3 y 4 de diciembre. Pienso que esta es una buena ocasión para volver un poco la vista atrás.

Creo que casi todos coincidimos en que, en sus primeros 40 años de existencia, durante la Guerra Fría, la OTAN fue baluarte de la paz y la libertad, y que contribuyó a que no hubiera más guerras en Europa. En este sentido, nos sentimos especialmente agradecidos con nuestros amigos estadounidenses.

Sin embargo, han pasado 30 años desde el final de la Guerra Fría.

Después de 1990 a la OTAN se le han encomendado misiones apasionantes y ha experimentado una época interesante. Tal vez, estos 70 años de existencia merecen un breve repaso.

A finales de la década de 1990 entró en el orden del día la cuestión de la ampliación. En el marco de la primera ronda para incorporar a tres países, se firmó el Acta Fundacional OTAN-Rusia. No sé si alguien más lo recuerda, pero el debate sobre la conveniencia de ampliar la OTAN fue bastante controvertido; al final se optaría por ello y la OTAN incorporaría nuevos socios en 1999, 2004, 2009 y 2017. En 1997, con vistas a la ampliación, se acordó el Acta Fundacional OTAN-Rusia, firmada en París, en virtud de la cual se limitaron los refuerzos de tropas en los nuevos Estados miembros —esto es, en los estados del Este—, se prohibió el emplazamiento de armas nucleares en esos países, y se reconocieron las fronteras de ese momento, es decir, la soberanía territorial. En el fondo, con todo aquello se pretendía establecer una relación más fructífera con Rusia de la que entonces había.

A finales de la década de 1990, la OTAN intervino en el conflicto yugoslavo, contribuyendo, en mi opinión, a la celebración de negociaciones pacíficas y a la aprobación del Plan Ahtisaari. Hasta el día de hoy la OTAN se ha consolidado como una fuerza de orden en los Balcanes Occidentales.

A principios de la primera década del siglo XXI, el 11 de septiembre de 2001, se produjo el primer gran atentado terrorista, el ataque al World Trade Center. El término «guerra asimétrica» pasó a estar en boca de todos. Entonces, por primera y única vez, Estados Unidos invocó el Artículo 5 de la OTAN, la obligación de defensa colectiva, que además fue concedido por los Estados miembros de la OTAN. Nosotros lo hicimos completamente convencidos.

La misión en Afganistán, en la que Alemania aún participa hoy en día, existe desde esa época. Me consta la tremenda conflictividad que había entonces. Por esto, me gustaría hacer llegar mi agradecimiento a nuestras y nuestros soldados que sirven y han servido allí durante todo este tiempo. Peter Struck3 siempre ha sostenido que nuestra seguridad se defiende en el Hindukush.

En la segunda guerra de Irak no hubo misión de la OTAN, ya que Europa estaba dividida y no llegamos a una posición común.

La segunda década del siglo XXI está marcada básicamente por dos acontecimientos: la Primavera Árabe y las reacciones a esta. Recordemos: en 2011 —entonces éramos miembro no permanente del Consejo de Seguridad— hubo la intervención de la OTAN para vigilar el espacio aéreo de Libia. Alemania entonces se abstuvo. Aquel mandato se aplicó de manera muy elástica. De hecho, fue uno de los últimos mandatos del Consejo de Seguridad. Desde entonces Rusia apenas ha participado, y el Consejo de Seguridad ha demostrado bastante incapacidad de actuación. En esa época vimos cómo el mandato se excedía, que Gadafi, por así decirlo, era expulsado, y que la inestabilidad estallaba en Libia. Actualmente no se vislumbra ninguna solución política.

A continuación, asistimos a la guerra civil de Siria. Allí la OTAN no ha intervenido. De forma lenta, pero segura, esa guerra civil se ha convertido en una guerra por delegación. Hoy debemos constatar que se trata de la situación humanitaria más terrible y grave desde el genocidio de Ruanda: 500.000 muertos, 12 millones de desplazados, la mitad de ellos internos, y los demás, refugiados fuera de Siria. También en este caso la solución política se está haciendo esperar.

Al mismo tiempo, en 2014, se produjo la anexión de Crimea por parte de Rusia, la invasión de la región oriental de Ucrania.

»—¡Está muy bien que sepan todo esto, pero aguarden un poco!

En aquella ocasión, la OTAN se comprometió a volver a centrarse sobre todo en la defensa de la Alianza, ya que los ataques habían alcanzado sus fronteras. En este sentido, la Cumbre de la OTAN en Gales constituyó un punto de inflexión. En aquel momento nos comprometimos a aumentar el presupuesto militar hasta alcanzar el 2 %, y eso es lo que llevamos haciendo desde entonces. El presupuesto para el próximo año contempla una cuota del 1,42 % para la OTAN, mientras que en Gales estábamos en el 1,18 %. Seguiremos avanzando de forma gradual: para 2024 está previsto el 1,5 %. La ministra de Defensa ha elaborado un plan para llegar al 2 % a principios de la década de 2030 con la mejora de nuestra capacidad de alianza y el aumento de nuestras dotaciones. Pueden contar con ello, señorías.

A la vista de lo expuesto, me parece que es hora de hacer un análisis: ¿Qué ha funcionado? ¿Qué no ha ido bien? Y, ¿qué significa eso para la OTAN y para el futuro?

Lo primero que quiero decir en este sentido es que la defensa de la Alianza para los países de Europa del Este ha funcionado. Somos nación líder en Lituania. Si me permiten referirme a la contribución alemana, actualmente participamos en la vigilancia del espacio aéreo.

Vemos a diario el nivel de amenaza híbrida, proveniente también de Rusia, a la que se encuentran expuestos nuestras y nuestros soldados allí. Señorías, también tenemos como punto positivo la Alianza, que aplicó el Artículo 5 y ayudó a Estados Unidos de América en Afganistán. Y podemos decir que hemos conseguido estabilizar los Balcanes Occidentales, lo cual tiene además una enorme importancia para nuestra propia seguridad.

De todos modos, también debemos constatar que, en Libia, al igual que en Siria, faltan soluciones políticas. Turquía se ha distanciado como miembro de la OTAN. A las puertas de Europa hay multitud de amenazas terroristas y Estados Unidos ya no asume automáticamente la responsabilidad cada vez que surgen problemas a nuestro alrededor. Por otra parte, existe un orden multipolar completamente diferente, en el que China tiene un papel destacado y que reclama también mucha más atención por parte de Estados Unidos.

Por eso, señorías, es importante lo que esto implica para nosotros y para nuestra postura respecto a la OTAN. Permítanme primero que les diga que, más aún que en tiempos de la Guerra Fría, hoy en día preservar la OTAN redunda en nuestro propio interés.

Porque —como ayer dijo también el ministro de Asuntos Exteriores—, en este momento, Europa no es capaz de defenderse por sí sola. Dependemos de esta alianza transatlántica, y por ello es oportuno que trabajemos a su favor y asumamos más responsabilidades.

Señorías, debemos aclarar de qué quiere responsabilizarse la OTAN. ¿Solo es responsable de la defensa de la Alianza, o también lo es de la seguridad de nuestro entorno? Creo que fue un acierto crear un brazo europeo de política de defensa que colaborase con la OTAN, la CEP, la cooperación estructurada en Europa, cuyo objetivo es llevar a cabo misiones conjuntas de manera independiente de la OTAN. Nunca para ir en su contra ni para reemplazarla, sino para establecer otro pilar europeo en caso de dudas en la Alianza.

También está la cuestión de los proyectos conjuntos de armamento. Debemos avanzar sustancialmente con Francia en este tipo de proyectos. En este sentido, doy las gracias a la ministra Federal de Defensa por marcar la pauta. Solicito al Parlamento alemán su colaboración en esta cuestión, tanto en el proyecto conjunto de avión como en el de tanque.

Así pues, en el futuro, vamos a tener que comprometernos de diversas formas: dentro de la OTAN, aunque a veces solo desde el lado europeo, pero en lo posible siempre con el apoyo de la ONU. El problema reside en que no es fácil establecer nuevas misiones de la ONU, ya que Estados Unidos se ha vuelto muy reacio precisamente en una zona de gran interés para nosotros, el Sahel. De momento, en esta zona no es posible obtener mandatos sólidos de la ONU para realizar misiones. Habrá que seguir trabajando en ello.

Para nosotros es importante —y tiene una significación muy especial— tener siempre un planteamiento común no centrado en lo militar, uno que diga: lo militar está presente, pero lo fundamental son las soluciones políticas, la cooperación al desarrollo, el poder económico que proporcionamos como regiones. Es lo que hemos dado en llamar «enfoque en red» y es el que hemos empezado a aplicar en Afganistán. Es bueno que, por primera vez desde 2019, Francia vuelva a estar plenamente comprometida con la OTAN. Ocurrió bajo el mandato del presidente Sarkozy y es algo que no se había dado desde hacía mucho tiempo. De este modo, ahora la OTAN puede trabajar de forma más política. Y las soluciones políticas son necesarias; por sí solas, las soluciones militares nunca serán suficientes.

Por supuesto, está también la cuestión de cómo relacionarnos con un socio tan difícil como Turquía. ¿Queremos mantenerlo dentro de la OTAN, o no? ¿Estamos trabajando en ello? Por supuesto, esto no significa no expresar la opinión de manera recíproca,...

Índice

• Cubierta
• Portada
• Créditos
• Discurso de la canciller federal Angela Merkel en el acto de clausura del proyecto «Una nueva narrativa para Europa» de la Comisión Europea
• Discurso de la canciller federal Angela Merkel con motivo del acto de conmemoración del Comité Internacional de Auschwitz en el 70 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau
• Discurso de la canciller Angela Merkel en la 368 ceremonia de graduación de la Universidad de Harvard
• Discurso de la canciller federal Angela Merkel ante el Parlamento alemán (acta del Parlamento alemán)
• Discurso de la canciller Angela Merkel sobre la presidencia alemana del Consejo de la UE de 2020 ante el Parlamento Europeo
• Notas
• Colofón