La conferencia de Algeciras
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La conferencia de Algeciras

  1. 105 páginas
  2. Spanish
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La conferencia de Algeciras

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Índice
Citas

Información del libro

La conferencia de Algeciras es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. En este caso, la trama se articula en torno a un supuesto centro de conferencias que sirve de tapadera para realizar timbas y juegos ilegales.-

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Información

Editorial
SAGA Egmont
Año
2020
ISBN
9788726508246
Categoría
Literatura

ACTO UNICO

CUADRO PRIMERO

Telón de calle. Es de noche. La acción en Madrid. Epoca actual.
–––
(Entran en escena, por la izquierda, algeciras y canseco . dos puntos como de cuarenta abriles. Algeciras viste de frac y copa: el frac le está muy estrecho. Trae al brazo algo que parece un abrigo. VENANCIO es un tipo bastante achulado. De esos de hongo y palasán. Vienen del brazo, y Algeciras, muy encogido, procura que alguien no le vea.)
Can. (Mirando hacia atrás .) Yérguete, que ya ha doblao la esquina.
Alg. (Respirando a pleno pulmón .) ¡Chico, qué susto!
Can. ¿Quién era?
Alg. Un tal Membrives; aquél que te conté, que le suscribí hace ocho meses al diccionario enciclopédico Espasa: me abonó la entrada, o sean cien pesetas, y si ha querido consultar algún vocablo, habrá tenido que ir a ver a don Francisco Rodriguez Marín.
Can. La verdad es que haces cosas, querido Algeciras, como para retirarte el saludo.
Alg. Bueno, ¿qué hora es?
Can. Espera: al pasar por Carretas miré en una relojería y eran las nueve menos cinco; ¿que habremos tardao?
Alg. Un cuarto de hora. Es temprano. La conferencia es a las nueve y media, y aunque no sea puntual, no importa: los conferenciantes siempre se hacen esperar. Además, que para la gente que ha de oirme...
Can. Bueno, ¿pero me quieres explicar cómo te has metido tú a dar una conferencia? Porque me lo has dicho en tu casa y, vamos, me he quedao de granito.
Alg. Pues chico, esta conferencia tiene su historia, como las naciones. Verás. Este Circulo Higienista Andorrano, a donde voy a perorar, es una chirlata indecente donde se juega a lo prohibido, y donde se dejan hasta los párpados un centenar de imbéciles. El presidente, don Jorge Sota y Rey, que es un punto más fresco que San Rafael, y que me perdone el santo, con el objeto de despistar a la jefatura, organiza cada lunes y cada martes una conferencia científica, a la que no asisten arriba de cuatro oyentes, pero él consigue por este procedimiento dos cosas: proteger a la ciencia y justificar la entrada en el Circulo de tantísima gente; porque hay que ver cómo se pone el local, querido Canseco; el salón de la conferencia vacio, pero el de juego, es una aglomeración que se comba el pavimento.
Can. No está mal la pantalla. Escucha: ¿y cuánto dan a los oradores?
Alg. Quinientas pesetas.
Can. Menos mal, puesto que el vicio ayuda en este caso a cuatro sabios menesterosos.
Alg. Ni que te lo creas.
Can. ¿Eh?
Alg. ¿No ves que el dinero te lo entregan antes de dar la conferencia? y, claro, como nadie te escucha, pues por no aburrirte, te vas al juego, y allí se quedan las quinientas del ala.
Can. ¿Te las han dado a ti ya?
Alg. ¡Anda! Ayer mañana. Ya no me quedan más que trescientas.
Can. Pues no seas loco y déjamelas, porque tú picas.
Alg. ¿Yo? Estás tú fresco.
Can. Emeterio, que tú picas, que te conozco de sobra. Trae esos tres pápiros.
Alg. Tienes razón; ahí van. (Le da los tres billetes .) Me haces un favor, porque yo, es verdad; veo un rey y me hago de la escolta.
Can. ¿De manera que tú estás seguro de que nadie acudirá al salón a oirte?
Alg. Hombre, si no estuviera seguro, no hubiera aceptado el compromiso. Ya sabes que temo más al ridículo que a una daga florentina. Mira, la última conferencia la dió el doctor Becerro de Quiroga, que iba a tratar de la cura de los forúnculos, por medio de la bicicleta. Bueno, pues a la hora de empezar, no había en la sala más oyentes que un ujier y un servidor, y yo asistí porque estaba intrigado por saber qué tendrían que ver los pedales con los diviesos del cogote.
Can. Escucha, ¿y te lo demostró?
Alg. No me lo demostró, porque a los dos minutos se encaró conmigo y me dijo: «Caballero. ¿le interesa a usted mucho esto?» Hombre, regular. «Pues vamos a hacer una vaquita si le parece» Vamos. Total, que me pasé toda la noche haciendo vacas con Becerro.
Can. Entonces me explico que des la conferencia, porque, ¿de qué ibas a hablar tú?
Alg. Figúrate; como no hablara de un tío mío.
Can. ¿Y qué tema has anunciado?
Alg. El tema se le ha ocurrido a Galindo, que, como sabes, es culto. Me dijo: «Anuncia que vas a hablar de la mosca, como vehículo de todas las enfermedades.» (Rie Canseco .) Tiene gracia, ¿eh?
Can. ¿Pero tú sabes algo de las moscas?
Alg. Quitármelas. Y sé además lo que me ha enseñado Galindo; que la mosca es.. aguarda... (Saca un papel y lee .) un insecto díptero aterícero, de la tribu de los múscidos.
Can. Oye, ¿pero te acordarás de todo eso?
Alg. Anda, te lo digo de carretilla. (Recitando de corrido como los chicos . La mosca es un insecto díptero, aterícero, de la tribu de los múscidos.
Can. Como el padre nuestro.
Alg. Lo más gracioso es que yo, para dármelas de naturalista exigente, vine ayer al Círculo y dije: Para la conferencia necesito que me pinten sobre un encerado un puñado de moscas diferentes; y me han pintado tres.
Can. ¿No serán pocas?
Alg. Eso creo yo, pero se conoce que el presidente habrá dicho: Buen puñado son tres moscas. (Ríen .)
Can. Lo que noto es que vienes de una elegancia, que más que a un camelo de conferencia, parece que vas a casa de la de Iturbe.
Alg. Apariencias. El frac es de Galindo, que milagro será que no me estalle por algún lao, porque fíjate.
Can. Oye, no te excedas en las reverencias.
Alg. Da chistera es de un palafrenero de pompas fúnebres, solo que le he quitao la escarapela. (Le enseña el sombrero .)
Can. (Leyendu el forro .) Pues tienes razón. Aquí dice R. I. P.
Alg. De Ramón Izquierdo Pardiñas. (Se cubre .)
Can. ¿Y ese elegante pardesú?
Alg. Un abrigo de mi patrona; (Lo enseña .) pero como no es más que para llevarlo al brazo, da el camelo. Chico, hay que presentarse bien, porque como tengo en perspectiva dos conferencias más, ya que no hable, que vean al menos que visto.
Can. Pero, ¿dices que dos conferencias más?
Alg. Si, hombre. Esta mina me la ha proporcionao Ramón el grupier, que ha hecho creer al presidente del Círculo, que soy un publicista del Paraguay, y que vengo a ser una especie de Benavente, Unamuno y Galdós en bloque. Anda, el presidente, que es un animal, me mira como a un genio.
Can. ¿Es posible?
Alg. No lo dudes. Y yo, que estoy en todo, traigo aquí apuntados más de treinta pensamientos profundos, para largárselos cuando hable con él y dejarlo ...

Índice

  1. La conferencia de Algeciras
  2. Copyright
  3. Other
  4. Other
  5. REPARTO
  6. ACTO UNICO
  7. Obras de Enrique García Alvarez
  8. Obras de Pedro Muñoz Seca
  9. Sobre La conferencia de Algeciras