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El cisne de Alejandría
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Información del libro
El cisne de Alejandría es una comedia teatral del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, se articula en torno a un malentendido amoroso y que propiciará numerosas situaciones de enredo, todas ellas presentadas bajo un prisma de profunda moral católica, en consonancia con la visión del mundo que tiene su autor.-
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Información
Categoría
LiteraturaCategoría
Crítica literariaACTO SEGUNDO
Salen Filipo, Teodora y Rufino
RUFINO Caminar a pie es tormento.
¿ Dónde vas mal prevenido?
Por Teodora lo he sentido,
que por mí... También lo siento.
970
¡Fiaste que un ángel es!
Son satisfacciones malas:
los ángeles tienen alas,
no caminan con los pies.
¿ Dónde tienes la litera?
975
¿ Dónde un rocín para mí?
TEODORA
El caminar no sentí;
sólo me da pena fiera
verte, Alejandro, callar.
RUFINO ¡Por Dios, que viene la aurora
980
y es menester que Teodora
se detenga a descansar!
TEODORA
Mi bien, mi esposo, mi dueño:
¿ silencio tan divertido
es haberte arrepentido?
985
FILIPO Es pesadumbre y es sueño.
TEODORA
Ya la aurora, hermosa y fría,
sale coronando montes
a vestir los horizontes
con el rosicler del día;
990
ya, sintiéndola venir
entre colores tan bellas,
van huyendo las estrellas
por los campos de zafir.
Apártate del camino
995
porque al sueño un rato des.
RUFINO ¿ Que caminen tres, sin tres
calabazas de buen vino?
FILIPO Pues el alba –con rocío
1000
en las plantas y en las flores–
va distinguiendo colores,
bien podrá mostrar el mío.
No soy Alejandro yo;
vienes, Teodora, engañada:
Desembózase
Filipo soy.
RUFINO [ Ap.] (¡Desdichada
1005
la madre que me parió!
Di en la trampa: soy perdido,
negra mi ventura está;
mas ánimo, y pensará
que no le hemos conocido).
1010
¿ Viniera yo sin un coche
a no ser tú majestad
y tener la voluntad?
[ Ap.] (¡Lindo picón le di anoche!)
TEODORA
Sin alma quedo ni aliento;
1015
cielos, hombres, plantas, fieras,
aves que cortáis ligeras
esas regiones del viento,
suspended en mi tormento
la voz mal articulada;
1020
no quede cosa animada
con su natural placer;
venga con lástima a ver
la mujer más desdichada.
Cualquiera cosa que seas
1025
–hombre, monstruo, rey, esclavo–
tus pensamientos alabo
si darme muerte deseas:
mátame, para que veas
una mujer de tal suerte
1030
desdichada en lance fuerte,
que en esta vida penosa
solo habrá sido dichosa
en los brazos de la muerte.
Y si no me quieres dar
1035
la infausta dicha que espero,
dame al menos ese acero,
que yo me sabré matar.
Corra mi sangre a ese mar,
lleven mis voces los vientos,
1040
y sean mis monumentos
los montes de esta ribera
porque mi desdicha muera
entre los cuatro elementos.
FILIPO Teodora, yo no pretendo
1045
tu muerte; tu vida estimo,
porque con ella me animo;
si te adoro no te ofendo.
Sombras son que están haciendo
tus luces desigualar.
1050
Resplandor: tú me has de dar
la vida que he deseado;
y no estoy desesperado
para quererme matar.
Una cosa te prometo
1055
por el alma que te di:
que siempre has de hallar en mí
estimación y respeto.
En público y en secreto,
cortés, no pienso ofenderte;
1060
una fortuna, una suerte,
habemos ya de correr;
mira si podré querer
ni mi muerte ni tu muerte.
TEODORA
Dime, porque el alma mía
1065
llore penas más constantes:
¿ quién te dio aquellos diamantes,
si Alejandro los tenía?
Ap. (Vergüenza tengo del día;
todo es en m...
Índice
- El cisne de Alejandría
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- [EL CISNE DE ALEJANDRÍA] [Del doctor Mira de Amescua]
- ACTO PRIMERO
- ACTO SEGUNDO
- ACTO TERCERO
- Sobre El cisne de Alejandría