Tanda de valses
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Tanda de valses

  1. 256 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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Tanda de valses

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Índice
Citas

Información del libro

Recopilación de relatos cortos del autor Salvador Rueda, en los que se aprecian varios de los rasgos distintivos de la obra del autor: el costumbrismo centrado en la vida andaluza de su época, la plasticidad del lenguaje, una sensibilidad inusitada a la hora de crear el estilo literario y el modernismo incipiente que caracterizó al autor.-

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Información

Editorial
SAGA Egmont
Año
2021
ISBN
9788726660050
Categoría
Literatura
Categoría
Clásicos

AL APLAUDIDO AUTOR CÓMICO

Don Francisco Serrano de la Pedrosa.

EL BAILE DE LAS NUECES

oy me han entrado ganas de dar que hacer á la pluma, en asunto relativo á fiesta y á jolgorio , y como supongo al lector dispuesto, ¡quien no lo está á toda hora! á echar una cana al aire, le suplico se coja de mi brazo, y se traslade conmigo á la plaza de mi pueblo, que esta noche está hecha lo que se llama un verdadero plantel de mozuelas, y también deja ver la lucida mata de mozos engalanados con vestido que trasciende á alcanfor y á manzanas, como que es fiesta de la Virgen, y no queda joven que pase de los quince que no saque los fondos del arca y se los cuelgue á su persona.
Ya desfiló la procesión del rosario con sus músicos pertenecientes á distintas murgas de la ciudad llegados hace cuatro horas al pueblo, su estropicio de cohetes y disparos, su imagen colocada en vistosas andas adornadas de campanillas de plata, y el plañir de los violines acompañando la voz del sacerdote y la del tenor, que con la cabellera partida en abundantes rizos y la cara propia del que anda en el teje maneje de las notas, fué el encanto y la risa de la mayor parte de la gente, y singularmente de los chiquillos.
En medio de la redonda plaza, sobre el tablado que se levanta á media vara del suelo, se prepara la fiesta que ha de seguir á la del rosario, y ya so ven acomodadas en numerosas filas donde retozan la risa y la alegría, cuantas personas tienen significación alguna en el pueblo.
Como noche que es de procesión, se bailará el baile de las nueces, tan deseado por mozos y y mozas, como que en él se hacen declaraciones de amor, escapa de labios cerrados durante el año la pasión que estuvo escarabajeando en lo hondo del pecho, y se pone, en fin, de manifiesto cuanto repudre el corazón, que sabe esconder, sin que suba una burbuja en forma de risa á los labios, la batalla que se libra en su fondo.
* * *
Aman por igual Bruno y Emeterio—y por igual serían correspondidos á no contar el primero más obradas de viña que el segundo, — á la moza, fresca como alcarraza cuajada de rocío, y linda como mata de claveles, llamada Sinforosa; y ella, que gusta llevar la vida por lo más blando y sabe guiar á su antojo el timón de cada cosa, de antemano ha dado el sí, á las viñas de Bruno en esa cuenta futura que ajustan dentro de su corazón las mujeres.
Ya forma algarabía la música en el tablado y concierta los instrumentos para romper con atronador estruendo en el toque alegre del fandango; ya hacen rueda los chiquillos en torno del bajo, entre asustados y curiosos, viendo aquella enorme boca dorada del instrumento lanzar su són grave y profundo; ya las mozas se estiran y sacan los bustos en las sillas; las madres traen á sus labios una risa de los tiempos que fueron; los mozos gallean y arrastran el ala por la fiesta, y todo se agita en la alegría que sube á tomar por asalto las cabezas.
Con el gozo también en el pecho, Sinforosa, lleno de caireles y flores el pelo, ostenta un cuerpo bien proporcionado, que luce en sitio preferente, y á cada moverse de su cabeza hace lanzar chisporroteos de luz á los bellos zarcillos que penden de sus orejas.
Cada mozo, colocado en derredor del espacio del baile, se empeña en ocultar á la vista grandes pañuelos de nueces que guarda para el momento oportuno. Ninguno aventaja en este punto á los pretendientes de la joven, que establecerán interesante pugilato antes de ser uno de los dos el preferido.
Saca, después que han bailado otras parejas, á la moza, un guapo labrador, cuya gordura no le impide dar con extraordinaria destreza á la punta y al tacón, y los modestos ojos fijos en el suelo; los pares de enaguas acabadas en rardas y trencillas componiendo en derredor de su cintura un cerco espléndido que deja entreabrir millares de tablas y de pliegues; en el cuello pequeña cruz pendiente de un lazo rojo, y las manos hundidas en el haz de lazos de los palillos, sale al sitio del baile Sinforosa, y golpeando los crótalos sobre la cabeza y haciendo agachamientos de cintura, rompe en el airoso paseo llevando tras de sí miradas y deseos.
«El dia en que tú naciste
nacieron todas las flores,
y en tu pila de bautismo
cantaron los ruiseñores.»
Así da comienzo á las coplas Emeterio, que es mozo todo pupilas y en ellas todo fuego, y cae á los pies de la bailadora, como una gala espléndida, la primera pañolada de nueces.
El ruido es semejante al que produce un carro que se vuelca.
Con los piés metidos en medio del resonante agasajo, hace la mujer varias piruetas en justa atención á la finura, y empieza á contonearse como pavo real que abre la cola y enseña la pomposa baraja de sus plumas.
Bruno canta, despechado, acariciando las puntas de un descomunal pañuelo de nueces:
«No hagas caso de palabras
que salen de c í erta boca,
que las palabras son viento
y en el viento se evaporan.»
Y antes de acabar la última fermata, un ruido parecido al que produciría el apaleamiento de un montón de castañuelas, aturde todos los oídos, y pone una exclamación en todas las bocas. Bruno ha tirado á los piés de la moza una espantosa carga de nueces.
La bailadora, no sólo ilumina su cara con la luz esplendorosa del triunfo, sino que sonríe, por un lado de la boca á los trozos de viña del mozuelo.
Emeterio, ante la atención del auditorio, solicitada ya por el torneo galante, contesta de este modo á su enemígo:
«Para hermosura y modestia
la linda moza que baila,
y para viento y más viento
el mozuelo que la canta.»
¡Cataplún! Costalada de nueces á los piés de la bailadora y un desparramamiento de ellas corre por el tablado produciendo el estruendo de una catarata.
Pero la gente está ya fija, más que en las nueces que cosecha la moza, en el sesgo que va tomando la fiesta. Hasta la misma joven, á pesar de su paso de triunfo por las tablas, desea ya otorgar el sí con la mirada al que prefiere, para dar por terminado el baile.
No tarda en venir á pelo ocasión, porque sintiendo Bruno un mar de agravios borbotar y hervir en su pecho, tira por medio de los trigos con esta otra copla, dispuesto á hacer una de pópulo bárbaro en la fiesta:
«De que me mires depende
que me pierda ó que me salve;
di de los dos cuál merece
de tu corazón la Have. »
Y á tiempo que los ojos de la moza se clavan en Bruno con una expresión de asentimiento, no el rumor de un solo pañuelo de nueces, sino el estruendo de cuantos le quedaban estalla á los píés de la bailadora, que ya se vé en medio de una pila enorme de fruto sin poder proseguir en sus mudanzas.
No está dispuesto á ocultar su despecho Emeterio. Con toda la bilis de su cuerpo en los labios y disparando chispas de lumbre por los ojos, echa la copla, terror de todas las fiiestas; el cantar, á cuyo son no queda otro medio, si resuena en la parranda, que romper de un golpe contra un muro la guitarra y salir en arrebatada dispersión; la copla, brutal, terrible, digna de estamparse en el papel, y de ser conocida, y que cuando se canta es con los garrotes en alto. Dice así:
« La hostia está en tenguerengue
en un tornillo na más;
como el tornillo se rompa
hasta el copón va a roar »
No rueda el copón, pero arremolinándose la gente entre las oleadas de nueces de que está absolutamente lleno el tablado, se produce una confusión y un atolondramiento imposibles de describir.
Emeterio y Bruno, se plantan en el centro de la fiesta, y la porra del primero dá en la cabeza del segundo levantando bronca detonación. Cada vez que uno hácese atrás para arremeter con más ímpetu, un colosal ruido de nueces y una oleada de ellas producen fragor profundo de batalla. La gente que huye ó se agita queriendo buscar salida por algún lado, machaca el fruto ó resbala sobre él, alzando confuso griterío. Uno cae en el suelo con el sonar de un muro que se hunde; otro dá de pechos, y lucha en vano por recobrar su equilibrio, y todo compone el fin más original y ruidoso de fiesta conocida.
Bruno, vencido casi de luchar, pónese en pie tras penosos esfuerzos, con la porra levantada, quiere arremeter á su adversario en un último arranque, y resbalando en el ancho tablado, dá un formidable golpe cayendo de espaldas sobre el suelo.
Desmayado lo alzan entre cuatro para conducirlo á su casa. Y al llevarlo como cadáver por medio de la fiesta, los piés van produciendo chasquidos siniestros sobre las nueces, como si fueran pisando sobre cráneos.

DESPUES DEL BAILE DE MÁSCARAS

LO QUE DICEN LOS ÁTOMOS DE POLVO

DESPUES DEL BAILE DE MÁSCARAS

ibró la última fingida voz en el aire, echó la sombra su párpado negro á la última luz, y el inmenso edificio del teatro cerró todas sus puertas y recobró su aspecto de quietud.
Allá adentro, sin embargo, donde en confusión extraña desfilaron disfraces y capuchones lujosos, se cruzan todavía la ráfaga de perfume aún no extinguido, el calor de cuerpo de mujer, grato y suave, la tibia emanación de la camelia, el rastro fragante que dejó en los aires el rizo dorado, como un incensario de oro, y la profusión de removidos átomos que libran su batalla en la sombra.
—«Yo estuve posado durante el baile—canta uno de los átomos con voz casi imperceptible— sobre el encaje que rodeó un seno blanquísimo. A la orla donde me agarraba para ver aquella tumultuosa agitación de nieve, fueron prendidos todos...

Índice

  1. Tanda de valses
  2. Copyright
  3. AL SEÑOR
  4. EL VALS DE LAS HOJAS
  5. EL CASTILLO DE SANTIAGO
  6. CUESTA ARRIBA
  7. LA BODA DE ESPECTROS
  8. EL DEBUT
  9. Á MI QUERIDO AMIGO
  10. LA MONEDA FINGIDA
  11. LA ALTERNATIVA
  12. Á MI ÍNTIMO AMIGO
  13. Á MI NOBLE AMIGO EL LAUREADO POETA
  14. ELEGÍA
  15. AL APLAUDIDO AUTOR CÓMICO
  16. DESPUES DEL BAILE DE MÁSCARAS
  17. ¡CIERVO!
  18. MARGARITAS Á PUERCOS
  19. EL ALMA EN PENA
  20. UNA VENGANZA CHUSCA
  21. «REMEMBER
  22. ¡QUÉ RARO!
  23. CARTA ABIERTA
  24. A VIRGILIO MATTONI
  25. TOQUE DE REBATO
  26. Sobre Tanda de valses