Cuadros de la ciudad
eBook - ePub

Cuadros de la ciudad

  1. 326 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Cuadros de la ciudad

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

"Cuadros de la ciudad" es una recopilación de cuentos y relatos de Fray Mocho, en ellos se suceden los retratos de tipos y personajes populares y costumbristas de la sociedad bonaerense de finales del siglo XIX, estos textos breves construidos a través de los diálogos y del lenguaje popular tuvieron mucho éxito en la revista "Caras y Caretas", editada por el autor.-

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Cuadros de la ciudad de Fray Mocho en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literatura y Clásicos. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
SAGA Egmont
Año
2021
ISBN
9788726641011
Categoría
Literatura
Categoría
Clásicos

NOBLEZA DEL PAGO

Lo encontré al tío viejo en su rancho y comenzamos así la conferencia... Atendé!
— Usté no lé la vida social de los diarios, mi tío?
— ¿Yo?... Poco sé ler, che!... Nunca he sido aficionao á la letura y aura, con los años, mucho menos... Lo que me gustab’antes, ¿sabés?... cuando recién me pobl’en La Colorada, era ver las figuras del Correo de Ultramar, que solía trair cosas lindas. Entonces me conocí casi todos los reyes y sus familias y también ví unas cabras que diz que servían pa lecheras y unos yuyos rarísimos, que comían carne...
— Bueno... mire!... Como aura los diarios han puesto de moda que las familias bien, desciendan de condes ó de marqueses ó de personas de quienes se haig’hablao en la antigüedá, nosotros necesitamos en casa saber algo de los viejos... Y yo venía por eso... A preguntarle lo que usté supiese d’ellos...
— Ah!... D’eso se bastante, che!...
— Qué suerte!... Bien lo decía yo á Mauricia qu’era imposible que usté no supiese alguna cosa...
— Pues bueno fuera que no... Si ha’bido gente de quien se haig’hablao es de la nuestra!... Mucho habrá sido calumnia... Pero algo ha de haber habido de verdá... ¿no te parece?...
— Ya lo creo!... Y después... tenga en cuenta lo qu’es la envidia de la plebe contra los nobles...
— Yo no sé, che, si eran nobles, pero sé que les caían y que con algunos hasta tuvo que ver l’autoridá, como le pasó á tu tío Ramón, que al fin se quedó en la calle, y á tu tía Robustiana, mal casada con un inglés que tenía el finao mi padre de puestero y que lo pilló cerdiandolé las yeguas á medias con el juez de paz...
— Bueno!... Pero de dond’era nuestro abuelo paterno?... El que nos dió l’apellido de García...
— Es’era santiagueñ’ó cordobés... Hombre bueno y de acción, según decía mi padre...
— Y nuestra’buela de dónd’era?...
— Vay’a saber uno!... De por ahí... del campo no más...
— Pero no dicen qu’era vasca española?...
— Tal vez... pero lo dudo! Más bien tirab’a pampa ó á correntina por l’habla... Si era bosalísima!... El viejo parece que se juntó con ella cuando andaba’é picador de carros, p’allá, pa la cost’el Salao, que fué de an’de comenzó á internarse pa l’Azul...
— Y de dónde sacó su apellido de Barroso, entonces?
— Y qué sé yo?... Quizás del charc’ó del jagüel en que lavaba sus pilchas... A ella, antes, la conocían en el pago por doña Pepa la mocha, porqu’era del rancho é Los Mochos, como le llamaban á la estancia’el viejo, que casi nadie sabía que fuese tal García...
— ¿Los Mochos?... Parece algo así como los Medichi... Sería lindo que resultásemos también como los Demarchi.
Y me contó lo siguiente, que es toda nuestra ejecutoria, Mauricia!
— Cuando el finao mi padre, qu’era hombre gaucho pero bien intencionao, se alzó con mama qu’era jovencita y codiciada en el pago, ganó campo afuera y fué á levantar su rancho casi entre los mismos toldos de un indio capitanejo, que decían las malas lenguas que venía á ser su cuñao... Y ahí vivieron, medio á lo cimarrón, hasta que un buen día los indios se fueron, corridos por los cristianos que empezaban á poblarse y cayó á Los Mochos un señor de Buenos Aires, que diz que había comprao los campos y venía á recorrerlos... Claro!... Habló con mi padre una noche que se quedó en el rancho y á la cuenta le gustó la gente, porque antes de despedirse le dijo:
— Quiere quedarse aquí, mi amigo?... Yo le doy mil vacas pa que las cuide al tercio... y pa que corra con el campo...
— Cómo no, señor... ¡Ya lo creo!
— Bueno!... Entonces... ¡vea!... Le v’y á dar dos mil vacas al tercio y los mochos á medias...
— Los mochos á medias?... No diga, señor!...
— Sí, señor! Los mochos no serán muchos... pero pa empezar...
— Qué no han de ser, señor!... Si es una fortuna!... Vea, señor... ust’es amigo’el gobierno?...
— Cómo no!... El gobernador es mi primo y el ministro es mi cuñao... conque figuresé!
— Qué me dice!... Y el comandante militar de aquí, no será también pariente?...
— No... pero es amigo y además lo puedo hacer recomendar por la gente de arriba...
Y así pasaron tres años hasta que un día el patrón volvió á su campo y se halló con una fortuna... Dicen que estaban sentaos cerca del rancho para ver desfilar los rodeos con toda comodidá:
— Amigo! Sabe qu’esto h’andao lindo?... Novillada flor... Y qué torada!
— Y, cómo no, señor!... Estas son las cuatro mil del tercio...
— Cuatro mil, eh? Y aquella polvareda que se ve allá?
— Son los mochos, señor...
— Los mochos?... No puede ser, hombre!
— Sí, señor... Parecen muchos pero no son tantos... Apenas habrá unos catorce mil...
— ¿Catorce mil?... Pero no puede ser, che... Has d’estar borracho!... Si estoy viend’un mont’e guampas!...
— Así es, señor... Gracias á su recomendación el comandante ha cerrao los ojos y yo no he dejao ternero en el vecindario que no haiga llevao la marca...
— Jesús!... Dios mío!... Pero qu’es esto?...
Y el hombre se persignaba viendo desfilar el vacaje y mirando la guampería’é los mochos, que relumbraba. Claro!... Liquidaron la sociedá, pero el viejo se quedó con ocho mil vaquitas, compró campo y s’hizo hombre... Ves?... Ese’s el origen de la fortuna é los García, tan mentada, y la gente’l pago, sabiendo la historia y d’envidiosa... le chantó el apodo al viejo...
— Ave María, mi tío!... Es decir que de nobles no nos quedan ni las ganas?...
— Yo no he dicho eso!... Conform’el viejo le cerró el lazo al terneraje orejano... cierrenselón ustedes al primer apellido que les guste y... hagansén los chanchos rengos... como tantos!
__________

ENTRE RENTISTAS...

Yo no alquilo, che, sino muy ligadito... Tres meses adelantaos y garantía personal á satisfacción y no hay tutía... Eso de gente bien y personas distinguidas... pa los pavos! No se hace puchero con pergaminos... ¿no te parece?
— Si yo hago igual, che... pero á veces se atraviesan cosas qu’embroman y no tenés más que dejarte cinchar... Fijate sino lo que me pasó con la propiedá’é la call’é Lavalle, en que se metió el doctor Fritanga y me partió como á queso... ¿quién lo iba decir?...
— Pero cualquiera... che!... Si la cosa s’estaba cayendo’é madura... Cres que nadies t’iba’lquilar semejante atorradero por doscientos pesos con intención de pagarlos?... Es preciso no dejars’enceguecer por la codicia, y saber con claridá lo que vale cada finca... Pa qué cargar la romana sabiendo que se ha’é romper? El rentista ha’é ser como el hombre mundo cuando trata con mujeres... No ha’é pedir sino lo que pueden darle!... No te debés olvidar, hijo, me solía decir mi padre, que la codicia en negocios es como la glotonería... El día menos pensao te deja mostrando el sebo!...
— Pues yo caí como un chorlito!... Y... á propósito... vos conocés un italiano corredor que se llama Bellagamba?... Uno bajito, medio tuerto, que siempre anda como estornudando pero que no estornuda nada.
— Buena persona!... Es amigo mío... Si vieras que modo’é tocar la flauta el de ese corredor, che!... Mirá... Es agarrar su instrumento y comenzar á sentir vos como que te alzan del pelo...
— No digo d’eso, che... digo p’al pago... Me anda por alquilar...
— Ah!... D’eso no sé... pero atento á que somos como chanchos te haré un cuentito, ¿sabés?, y vos sacá la consecuencia si conseguís atar cabos... A mí no me gusta desacreditar y menos á Bellagamba qu’es persona de mi aprecio... Ya sabés que yo no soy sino hombre de afectos y que poco me ha gustado andar metiéndome en canalladas ni difamando á la gente...
— Dejat’é bordoneos, hermano... Ya sabés que secreto qu’echás en mí es como si se cayese al río... No lo pescás ni con ré!...
— El hombre’s bueno, ¿sabés?, pero juega y á veces le falt’alpiste y d’eso es que le dimana...
— Ah! Ah!... Conque juega, no?... Mirá que ganga!... Bueno!... Y cuál es el cuento?
— Vez pasada, vivía con su familia en la call’e Chile y me llevó pa mostrarme su colección de orquídeas — porqu’es coleccionista — y cuando pasamos por junto d’unas gallinas que andaban en el fondo, noté que los animalitos conforme me miraban se tiraban al suelo y juntaban las patitas... Claro!... Me llamó l’atención la cosa y se lo hice notar, contestándome con la mayor frescura... ¿A qué no sabés qué?... — Mire, me dijo, es que lo han tomao por empresario é mudanzas y como están acostumbradas á que las aten pa trasportarlas, cada vez que cambiamos de casa, ya se l’echan no más... Por el hilo podés sacar el ovillo, si la cosa t’interesa... pero, ya sabés... yo no desacredito á nadies y menos á mis amigos.
__________

CONFIDENCIAS

Zu padre no cre nada, che, sino que sos sonso... Y la gracia es que hasta yo me voy convenciendo de lo mismo!... Mire que se necesita ser pavo pa preferir andar de atorrante á estar en la estancia cómodamente, trabajando en tus cosas y dandolé gusto al viejo, que lo que quiere es tu bien y nada más... qué diablos!... A qué demonios te has ido á meter en puebladas, exponiéndote á que te dejen seco de un palo?... Qué te va ni qué te viene en que Roca lo achure á Pellegrini ayudao por don Bartolo, ó en que don Bartolo lo estire á Roca, ó en que los tres se hagan tiras dejando güérfano al país, aunque sea por diez minutos?... Acaso vos vas á ser el tutor?...
— Dejat’é macanas, Santiago, y no te metás en lo que no entendés ni entenderá mi padre tampoco... Qué saben ustedes, pobres bichos, de ciertas cosas que ni sospechan que esisten?... Ustedes han nacido pa comer á gusto, che, pa trabajar á sus anchas, pa vivir sin pensar ni sentir, esperando que los negocios vayan adelante y que Dios les dé salud... Los dos son viejísimos, che, aunque no lo echen de ver y yo sería un loco, si me metiese á convencerlos... Decime... Vos jugarías plat’a mis manos si me vieras tráir un mancarrón de la estancia, cuidarlo como á potrillo y anotarlo p’al premio grande?...
— Che... che... che! Al fin veo la pata de que rengueás!... Vos estás enamorao com’un pichicho y sos romántico y te has llegao á convencer de que sos el único en el mundo que sabe lo qu’es querer... Pa que te ponés colorao?... No seas pipiolo, hombre, y canta claro... Mirá... Yo soy tu tío, pero soy muy macho, che... y aunque vos lo dudés tengo más música en l’alma de la que tal vez necesito... A ver, desembuchá!... Te has de estar atorando con alguna semillita que se te ha de hacer carozo...
— No arrugués que no hay quien planche!... P’cha que sos diablo... Por qué no te metés á divino?...
— Mirá, chiquilín... Esto va en serio... Es una macana lo que hacés de alzarte contra tu padrey resistir su mandao... Cres que por eso va ser más grande tu amor ni tampoco el que te tengan?...
— Pero si todo es una locura, Santiago!... Si yo mismo ni sé lo que ando queriendo!... Figurate que estoy enamorao... así... como se dice... de un sueño... Si ella no sabe nada...
— Pero por qué no se lo decís?... Mirá!... En estas cosas hay que ser práctico, che, y lo primero es lo primero...
— La facilidá!... Si yo lo único que hago es irme frente á su casa para verla cuando sale y no me animo ni á seguirla! Si cuando la veo, che, hasta las piernas me flaquean y... que me caiga muerto si miento!... hasta me dan ganas de irme por miedo de que vaya conocerme el juego y se me ría en las narices...
— No digás?... Pero vos no sos sonso, entonces, sino sonso y medio?... De qué nido te habrás caido, sobrino?...
— Y qué querés, Santiago?... Así ...

Índice

  1. Cuadros de la ciudad
  2. Copyright
  3. PROLOGO
  4. ALVAREZ ÍNTIMO
  5. ENTRE EL RECADO Y LA SILLA
  6. EN FAMILIA
  7. A LA HORA DEL TÉ
  8. CENTENARIOS DE HOJALATA
  9. PECHADORES
  10. DEL MISMO PELO
  11. QUÉ SUERTE PA LAS DE MIGUENS!...
  12. SIEMPRE AMIGO
  13. ¡EL POBRE AMIGO!
  14. FLIRT
  15. LOS TIEMPOS DE AURA
  16. PATRIOTISMO... Y CALDO GORDO
  17. CUATRERISMO VIVITO!
  18. ENTRE YO Y MI PERRO
  19. DE VUELTA DEL PARAGUAY
  20. FRENTE Á FRENTE
  21. ENTRE GENTES DE CONFIANZA
  22. DE BAQUET’A SACATRAPO
  23. DESPUÉS DEL RECIBO
  24. ¡VIVA CHILE… Y SIGA EL BAILE!
  25. EL CAZADOR DE TIGRES
  26. NOBLEZA DEL PAGO
  27. ENTRE RENTISTAS...
  28. CONFIDENCIAS
  29. LA ECONOMÌA ES LA MADRE DE LA RIQUEZA
  30. MI PRIMO SEBASTIÁN
  31. EN FAMILIA
  32. CALLEJERA
  33. EL CAFÉ DE LA RECOVA
  34. EN CONFIANZA
  35. MILICO VIEJO
  36. ROBUSTIANO QUIÑONES
  37. LA BIENVENIDA
  38. REGALOS DE BODA
  39. Sobre Cuadros de la ciudad