Historia romana. Libros L-LX
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Historia romana. Libros L-LX

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Estos libros de la Historia romana constituyen una fuente de primer orden, la más valiosa, para comprender el proceso histórico que condujo de la República al Imperio.Los libros incluidos en este volumen abarcan desde los preparativos de la batalla de Accio hasta mediados del reinado de Augusto. Precisamente los libros dedicados a este último constituyen una fuente de primer orden, la más valiosa, para comprender el proceso histórico que condujo de la República al Imperio. Sólo el relato biográfico de Suetonio sobre Augusto puede comparársele en importancia entre el escaso material que nos ha llegado.Dion Casio (c. 155-235 d.C.) llegó a Roma desde Bitinia al poco de la ascensión de Cómodo al trono (180), y ocupó destacados cargos administrativos en tiempos de Pértinax, Septimio Severo, Caracalla, Macrino y Alejandro Severo. Según cuenta él mismo, en un sueño se le apareció un genio que le ordenó escribir historia, y a raíz del incidente acometió la composición de la Historia romana, una de las obras más importantes sobre esta materia en lengua griega y fuente insustituible para el estudio de la evolución histórica y política de Roma, desde los orígenes legendarios de la ciudad hasta la época del emperador Alejandro Severo, contemporáneo del autor. Amigo y consejero del emperador, Dión se mostraba claro partidario de la monarquía, lo cual le diferencia de otros historiadores de época imperial.

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Información

Editorial
Gredos
Año
2016
ISBN
9788424937621

LIBRO LIII

Estos son los acontecimientos que figuran en el libro cincuenta y tres de la Historia romana de Dion:
1.De cómo se consagró el templo de Apolo en el Palatino.
2.De cómo César pronunció un discurso ante el Senado con la intención de renunciar a la monarquía y a continuación le asignó sus provincias.
3.Sobre la designación de los gobernadores que se envían a las provincias.
4.De cómo César recibió el título de Augusto.
5.Sobre los títulos que reciben los emperadores.
6.De cómo se consagraron los Septa.
7.De cómo César luchó contra astures y cántabros.
8.De cómo Galacia comenzó a ser gobernada por los romanos.
9.De cómo fueron consagrados el pórtico de Neptuno y los baños de Agripa.
10.De cómo se consagró el Panteón.
11.De cómo Augusto fue liberado de la obligación de someterse a las leyes.
12.De cómo se hizo una expedición contra la Arabia Feliz.
Periodo: seis años en los que fueron cónsules los que a continuación se enumeran:
Año 28 a. C.: César, cónsul por sexta vez, y Marco Vipsanio Agripa, hijo de Lucio, por segunda.
Año 27 a. C.: César, cónsul por séptima vez, y Marco Vipsanio Agripa, hijo de Lucio, por tercera.
Año 26 a. C.: César Augusto, cónsul por octava vez, y Tito Estatilio Tauro, hijo de Tito, por segunda.
Año 25 a. C.: Augusto, cónsul por novena vez, y Marco Junio Silano, hijo de Marco.
Año 24 a. C.: Augusto, cónsul por décima vez, y Cayo Norbano Flaco, hijo de Cayo y nieto de Cayo.
Año 23 a. C.: Augusto, cónsul por undécima vez, y Gneo Calpurnio Pisón, hijo de Gneo y nieto de Gneo.
Eso fue lo que ocurrió en aquel entonces. Al año siguiente, César desempeñó su sexto consulado y actuó siempre según lo establecido desde la más remota antigüedad. Otorgó a su colega Agripa 1 los haces de varas que le correspondían, mientras que él usó de los restantes 2 . Cuando terminó su mandato pronució [2] el juramento tradicional 3 . No sé si volvió a hacer lo mismo, pues a Agripa siempre le tributó honores extraordinarios. Por ejemplo, casó a su sobrina con él 4 , le preparó una tienda similar a la suya para cuando estuvieran juntos en campaña; además, cualquiera de los dos tenía potestad para dar el santo y seña del día. En aquel año, además de atender los demás asuntos como [3] acostumbraba, terminó el censo 5 y en él recibió el título de «Príncipe de Senado» 6 , exactamente como se acostumbraba durante el tiempo de esplendor del régimen democrático. Terminó y consagró el templo de Apolo en el Palatino 7 , el recinto sagrado que lo rodea y las bibliotecas 8 . En compañía de Agripa [4] celebró el festival que se había decretado para conmemorar la victoria de Accio 9 . Durante el mismo, organizó carreras de caballos [5] en las que participaron niños y adultos de la nobleza 10 . Ese festival se ha venido celebrando siempre, desde entonces, cada cuatro años. De su organización se han encargado los cuatro colegios sacerdotales por turnos 11 . Me refiero a los pontífices, augures y los llamados septemviros y quindecemviros. En aquella primera ocasión se celebró también una competición gimnástica para la que se levantó un estadio de madera en el Campo de Marte. Y también hubo combates de gladiadores en [6] los que participaron los cautivos. La celebración del festival duró muchos días y, en verdad, no se suspendió ni cuando César cayó enfermo 12 , sino que fue el propio Agripa quien lo sustituyó.
[2] Naturalmente, César empleó sus recursos propios en aquellos espectáculos 13 y, cuando al tesoro público le faltó dinero, él tomó prestada cierta cantidad y se la entregó 14 . Ordenó que, anualmente, se eligiera a dos antiguos pretores para su administración 15 . A la plebe le repartió una ración cuádruple de trigo 16 y regaló dinero a algunos senadores 17 . Muchos senadores se habían [2] empobrecido tanto que no querían ni ocupar la edilidad por la cantidad de gastos que suponía 18 . Las funciones de esta magistratura, especialmente las tareas judiciales, se encomendaron a los pretores 19 como era costumbre: las más importantes al pretor urbano y las restantes al pretor peregrino. Además, él en [3] persona asumió el nombramiento del pretor urbano, algo que volvió a hacer con cierta frecuencia. Canceló las obligaciones contraídas con el tesoro público anteriores a la batalla de Accio, salvo a las vinculadas con edificios 20 , y quemó los recibos antiguos donde figuraban las cantidades debidas al Estado 21 . No [4] admitió cultos egipcios dentro del recinto de la ciudad 22 , pero asumió el cuidado de los templos 23 . Ordenó a los hijos y descendientes de quienes habían levantado privadamente algún templo, si había alguno con vida, que lo restaurasen, mientras [5] que él mismo se encargó de todos los demás. No obstante, no les usurpó la gloria de aquellos edificios, sino que los devolvió a quienes los habían fundado 24 . Puesto que durante el periodo de desórdenes civiles y de guerra, especialmente mientras compartió el gobierno con Antonio y Lépido, había adoptado muchas medidas ilegales e injustas, las derogó todas con una sola orden, estableciendo como límite de su vigencia su sexto consulado 25 .[6] Celebrado y ensalzado por estas medidas, quiso también dar otra muestra de la grandeza de su espíritu para ser aún más honrado: que el pueblo, por su propia voluntad, le confirmara en la monarquía y que no pareciera que el pueblo, en contra [7] de su voluntad, se veía forzado a hacerlo. Y así, tras preparar a los más leales de entre los senadores, se presentó en el Senado siendo cónsul por séptima vez y leyó el siguiente discurso 26 .
[3] «Estoy convencido de que a algunos de vosotros, padres, os parecerá que he tomado una decisión increíble. Pues ninguno de mis oyentes quiere creer —ni siquiera hablando de otra persona— lo que ellos no están dispuestos a hacer por la razón principal de que, ya que todo el mundo siente envidia de todos los superiores, todos están especialmente inclinados a no creer esas palabras cuando con ellas nos superan. Además, estoy [2] también convencido de que quienes hacen proclamas que parecen increíbles no sólo no logran convencer a nadie sino que acaban pareciendo simples impostores. Pero si fuera a hacer alguna promesa que no estuviera dispuesto a cumplir de manera inmediata, mejor me debería contener y no anunciarla, para no convertirme en reo de acusación en vez de en digno de agradecimiento. Pero cuando voy a dar cumplimiento a mi promesa [3] inmediatamente después de su anuncio —hoy mismo incluso—, puedo estar absolutamente seguro de que no mereceré la vergüenza de la mentira, sino que superaré a todos los hombres en fama. Vosotros sabéis que en mi mano está gobernaros de [4] por vida. Pues todo el partido faccioso 27 , o bien ha cesado en sus acciones tras haberse impuesto la justicia, o bien ha recuperado la sensatez gracias a la clemencia 28 . El partido que tomó las armas en mi favor está aún más unido merced a las recompensas de los beneficios recibidos y se ha fortalecido por la comunidad de intereses 29 . De esta forma, nadie desea una nueva [2] revolución. E incluso si volviera a ocurrir, el partido que me apoya estaría todavía más preparado. Mi ejército está en su plenitud, tanto por su fidelidad hacia mi persona como por su poder guerrero 30 ; tengo dinero y aliados 31 y, lo que es más importante, tanto vosotros como el pueblo me demostráis tanto afecto que sin ninguna duda querríais que os gobernara.
[3] »No obstante, ya no seré por más tiempo vuestro caudillo y nadie dirá que fue con el afán de alcanzar el poder absoluto que llevé a cabo todo lo que hice en el pasado 32 . Renuncio a todo mi poder y, sencillamente, os devuelvo todo, tanto los ejércitos como las leyes y las provincias 33 , y no sólo aquellas que vosotros [4] me encomendasteis sino también aquellas otras que yo adquirí en vuestro nombre 34 . De esta forma aprenderéis de mis propios actos que mi aspiración original nunca fue la de convertirme en vuestro señor, sino que, en verdad, quise vengar a mi padre, cruelmente asesinado, y sacar a la ciudad de sus grandes [5] y continuos males 35 . Pues no debería haber sido necesario que asumiera aquellas responsabilidades; es decir, que la ciudad no debería haber necesitado de mí para una tarea semejante, sino que nosotros, a los que nos tocó vivir esta época, deberíamos haber podido vivirla en paz y concordia desde el principio, 2 como una vez hicieron nuestros padres 36 . Pero puesto que el destino, según parece, os condujo a tal situación que tuvisteis necesidad incluso de mí, a pesar de que por aquel entonces era todavía muy joven, y a mí me sometisteis a esa prueba, emprendí la tarea lleno de un ardor que incluso superaba mi edad. Y la llevé a cabo con mejor fortuna 37 de lo que mis fuerzas permitían y mientras la situación necesitó de mi ayuda. Ningún obstáculo [3] pudo nun...

Índice

  1. Anteportada
  2. Portada
  3. Página de derechos de autor
  4. Libro L
  5. Libro LI
  6. Libro LII
  7. Libro LIII
  8. Libro LIV
  9. Libro LV
  10. Libro LVI
  11. Libro LVII
  12. Libro LVIII
  13. Libro LIX
  14. Libro LX
  15. Genealogías
  16. Mapas
  17. Índice