Historia. Libros VIII-IX
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Historia. Libros VIII-IX

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Historia. Libros VIII-IX

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La obra de Heródoto prefigura ya muchos de los rasgos esenciales de la historiografía griega; de ella descienden en línea directa los grandes historiadores posteriores helenos (Tucídides, Jenofonte) y de Roma (Polibio; salustio, Tácito...).La obra de Heródoto fue compuesta en principio para ser escuchada, a diferencia de la de Tucídides (el siguiente gran historiador griego), que lo fue para ser leída. Es uno de los escasos rasgos arcaicos de su Historia; por lo demás, ésta prefigura ya muchos de los rasgos esenciales de la historiografía griega: a) multiplicidad de subgéneros (historia de Grecia, universal, de personajes destacados, constitucional, novela histórica...);b) concepción amplia de los contenidos historiográficos: político-militar, etnográfico, mitográfico, geográfico, religioso...;c) observación de estrictas reglas literarias tanto en el estilo como en la estructura;d) aspiración al carácter científico y a contar la verdad;e) interés por el presente o por el pasado próximo;f) búsqueda de las causas de los procesos históricos. Por este carácter formativo de la obra de Heródoto, está justificada la calificación ciceroniana de "padre de la historia": pues de él descienden en línea directa, admirativa y respetuosa los grandes historiadores posteriores griegos –Tucídides, Jenofonte– y romanos –Polibio, Salustio, Tácito...–.En el libro VIII, tras el avance de las tropas de Jerjes por la Grecia central, con la milagrosa salvación del santuario de Delfos, la acción llega al punto culminante. Los persas ocupan Atenas y la flota griega, anclada en la isla de Salamina, derrota a las fuerzas invasoras en aguas del estrecho, con lo que fuerza la retirada del monarca, quien deja a Mardonio en Tesalia con un nutrido ejército. Éste se ocupará de los preparativos navales y tratará en vano de que los atenienses abandonen la causa griega. La segunda guerra termina con el triunfo griego en Platea y Mícale (libro IX).

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Información

Editorial
Gredos
Año
2016
ISBN
9788424931698

LIBRO OCTAVO

URANIA

SINOPSIS

SEGUNDA GUERRA MÉDICA : FIN DE LAS OPERACIONES MILITARES DEL AÑO 480/479 A . C. (1 -144 ).
Batalla naval de Artemisio (1 -25 ).
Enumeración de los efectivos griegos. La cuestión del generalato (1 -3 ).
Intervención de Temístocles para evitar la retirada de la flota griega (4 -5 ).
Maniobra envolvente de la escuadra persa mediante el envío de un contingente a circunnavegar Eubea (6 -7 ).
Escilias de Escione informa a los griegos del plan persa (8 ).
Primer enfrentamiento naval, con victoria griega (9 -11 ).
Violenta tempestad que destruye el contingente persa destacado para rodear a los griegos (12 -13 ).
Segundo enfrentamiento naval, con victoria griega (14 ).
Tercer enfrentamiento naval, que termina con resultado indeciso (15 -17 ).
Retirada de la flota griega, informada del triunfo persa en las Termópilas. Artimaña de Temístocles para intentar conseguir que jonios y carios abandonen a Jerjes (18 -22 ).
La flota persa alcanza Eubea (23 ).
Jerjes exhibe los cadáveres de los griegos caídos en las Termópilas, ocultando a la flota la magnitud de sus propias bajas (24 -25 ).
Avance persa por Grecia Central (26 -39 ).
Nuevo ejemplo del talante de los griegos (26 ).
Excurso sobre la ancestral enemistad entre tesalios y focenses (27 -30 ).
Los persas conquistan Dóride y Fócide, penetrando en Beocia (31 -34 ).
Delfos se salva milagrosamente del ataque persa (35 -39 ).
La flota griega fondea en Salamina (40 ).
Evacuación del Ática (41 ).
Enumeración de las fuerzas navales griegas, con datos étnicos sobre los diversos contingentes (42 -48 ).
Los generales griegos celebran consejo, decidiendo, inicialmente, abandonar Salamina y dirigirse al Istmo de Corinto (49 ).
Jerjes ocupa Atenas, donde sólo la Acrópolis resiste por un tiempo (50 -55 ).
Pánico en la flota griega (56 ).
Temístocles, a instancias de Mnesífilo, persuade a Euribíades para que convoque una nueva reunión de los generales griegos (57 -58 ).
Pese a la oposición de Adimanto, Temístocles convence a los aliados para librar batalla naval en aguas de Salamina (59 -63 ).
Batalla de Salamina (64 -96 ).
Antecedentes inmediatos de la batalla (64 -82 ).
Los griegos se encomiendan a los dioses (64 ).
Prodigio, favorable a los helenos, acaecido en Eleusis (65 ).
La flota persa llega a Falero (66 ).
Jerjes celebra consejo con sus almirantes y, pese a la oposición de Artemisia, decide presentar batalla en Salamina (67 -69 ).
Primeros movimientos de la flota persa (70 ).
Los peloponesios fortifican el Istmo de Corinto ante un posible ataque del ejército persa (71 -73 ).
Digresión etnológica sobre el Peloponeso (73 ).
Descontento entre parte de la flota griega por la decisión de librar batalla en Salamina (74 ).
Estratagema de Temístocles para evitar que la flota aliada se retire al Istmo (75 ).
La flota persa inicia una maniobra envolvente y ocupa Psitalea (76 ).
Oráculo de Bacis favorable a los helenos (77 ).
Aristides informa a los generales griegos de la maniobra persa (78 -82 ).
Desarrollo de la batalla (83 -96 ).
Temístocles arenga a las dotaciones (83 ).
Maniobra griega para romper la formación enemiga (84 ).
Bravo comportamiento de los jonios (85 ).
Victoria griega (86 ).
Artemisia sobrevive al acoso adversario (87 -88 ).
Desorden entre las naves persas (89 ).
Calumnias de los fenicios contra los jonios (90 ).
Huida persa (91 ).
Incidente entre Polícrito y Temístocles (92 ).
Los griegos más destacados (93 ).
Comportamiento de los corintios (94 ).
Aristides, al frente de hoplitas atenienses, aniquila a los persas desembarcados en Psitalea (95 ).
Los griegos, vencedores, regresan a Salamina (96 ).
Jerjes proyecta huir de Grecia (97 ).
Excurso sobre el sistema de correos empleado en Persia (98 ).
Impresión causada en Susa por la derrota (99 ).
Jerjes, ante los consejos de Mardonio y Artemisia, decide retirarse dejando al primero en Grecia al frente de parte de las tropas (100 -103 ). Digresión sobre el eunuco Hermotimo (104 -106 ).
La escuadra persa zarpa de Falero (107 ).
La flota griega en persecución de la persa. Campaña de los aliados en las Cícladas (108 -112 ).
Mardonio decide invernar en Tesalia. Retirada de Jerjes (113 -120 ).
Los griegos se reparten el botín obtenido en Salamina. Temístocles es homenajeado en Esparta (121 -125 ).
Ante la sublevación de Palene, Artabazo toma Olinto y asedia Potidea (126 -129 ).
Preparativos persas y griegos para proseguir la guerra: la flota persa apareja en Samos y la griega en Egina (130 -132 ).
Mardonio, desde Tesalia, manda consultar los oráculos (133 -135 ).
Mardonio envía a Atenas, en calidad de embajador, a Alejandro de Macedonia para entablar negociaciones de paz (136 ).
Origen de los reyes de Macedonia (137 -139 ).
Atenas rechaza la oferta de Mardonio (140 -144 ).

VARIANTES RESPECTO A LA EDICIÓN OXONIENSIS DE HUDE

Batalla naval de Artemisio. Enumeración de los efectivos griegos. La cuestión del generalato
Los griegos 1 que integraban la flota [ 1 ] eran los siguientes 2 : ante todo, los atenienses, que aportaban ciento veintisiete naves 3 (pese a su inexperiencia marinera, los plateos 4 , haciendo gala de su valor y de su entusiasmo, figuraban entre las dotaciones de los navíos atenienses). Los corintios, por su parte, aportaban cuarenta naves, y los megareos, veinte [2] Los calcideos también equipaban veinte (quienes les facilitaban las naves eran los atenienses 5 ); los eginetas, dieciocho; los sicionios, doce; los lacedemonios, diez; los epidaurios, ocho; los eretrieos, siete; los trecenios, cinco; los estireos, dos; y los de Ceos, dos trirremes y dos penteconteros. Además, los locros opuntios acudieron en su ayuda con siete penteconteros 6 .
Estas eran, en definitiva, las fuerzas presentes en Artemisio 7 [ 2 ] (ya he indicado la cantidad de naves que aportaba cada Estado 8 ), siendo el número de los navíos allí reunidos, sin contar los penteconteros, doscientos setenta y [2] uno 9 . Por otra parte, fueron los espartiatas 10 quienes proporcionaron el general que poseía la autoridad suprema (se trataba de Euribíades 11 , hijo de Euriclides), pues los aliados habían manifestado que, si los laconios 12 no ejercían el mando, no obedecerían las órdenes de los atenienses, sino que renunciarían a la expedición que iba a organizarse.
Resulta que, en un principio 13 , antes incluso de enviar [ 3 ] emisarios a Sicilia para conseguir apoyo militar 14 , se había hablado 15 de que convendría confiar la dirección de la flota a los atenienses. Pero, ante la disconformidad de los aliados, los atenienses transigieron, porque su principal deseo era que Grecia se salvase 16 y porque comprendían —siendo su apreciación correcta— que, si se producía un altercado a propósito del mando, la Hélade sucumbiría, pues una disensión intestina es peor que una guerra que responda a un común objetivo, de la misma manera que la guerra es peor que la paz 17 .
Pues bien, en ese firme convencimiento, transigieron [2] sin oponerse, al menos 18 —como luego demostraron— mientras necesitaron imperiosamente a los aliados; de hecho, después de rechazar al Persa —cuando, a partir de entonces, pasaron a luchar por el control de sus dominios 19 —, privaron a los lacedemonios de la hegemonía so pretexto de los excesos de Pausanias 20 . Pero eso ocurrió posteriormente.
Intervención de Temístocles para evitar la retirada de la flota griega
Entretanto, en aquellos momentos, [ 4 ] cuando los efectivos griegos que, a la sazón 21 , habían acudido hasta Artemisio vieron que, en Áfetas 22 , habían atracado numerosas naves, y que todo estaba lleno de soldados, se aterrorizaron (dado que la situación de los bárbaros 23 se les antojaba bien distinta de lo que esperaban 24 ) y proyectaron huir del Artemisio rumbo a [2] Grecia Central 25 . Entonces los eubeos, al tener conocimiento de lo que proyectaban, rogaron a Euribíades que aguardase cierto tiempo, hasta que ellos pudiesen evacuar a sus hijos y a sus familiares. Pero, en vista de que no lograban persuadirlo, recurrieron a Temístocles, el general de los atenienses, y, mediante el pago de treinta talentos 26 , lo convencieron 27 para que permaneciesen donde estaban y libraran la batalla naval al norte de Eubea 28 .
Por su parte, Temístocles consiguió retener a los griegos [ 5 ] de la siguiente manera: de la citada suma entregó a Euribíades cinco talentos 29 , como si, en realidad, se los diese de su propio peculio.
Una vez que Euribíades quedó convencido por su gesto, como quiera que Adimanto (hijo de Ocito), el general corintio, era el único estratego 30 que se resistía, afirmando que iba a zarpar del Artemisio y que no se quedaría, Temístocles, en esa t...

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