Vidas paralelas IV
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Vidas paralelas IV

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Con las Vidas paralelas, Plutarco compuso un original conjunto de biografías de personajes destacados en los mundos griego y romano, que hoy se lee con sumo agrado e interés y que en su tiempo iba dirigido, con intención ejemplarizante, a jóvenes comprometidos en la administración.Las parejas aquí presentadas son Filopemen-Flaminio, Arístides-Catón y Pirro-Mario. En todas ellas Plutarco muestra un fino olfato psicológico a la hora de pintar sus retratos, a la vez que hace gala de su erudición histórica y científica, todo ello puesto al servicio del propósito moralizador de sus escritos biográficos.Filopemen, general y político, fue ocho veces estratego de la Liga Aquea e impulsó decisivamente como poder hegemónico en la Hélade, para lo que doblegó repetidamente a la rival Esparta, mientras que Flaminio, político y militar romano, liberó a Grecia del dominio de Filipo de Macedonia; Arístides, arconte y estratego ateniense durante las Guerras Médicas, fue apodado "el Justo" por sus acciones, Catón el Viejo llegó desde los orígenes plebeyos de su familia al elevado cargo de censor, cargo en el que se distinguió por su defensa de las tradiciones romanas y por la promoción de la guerra contra Cartago, rival de Roma en la pugna por la hegemonía en el Mediterráneo, y por añadidura fue el primer prosista destacado en lengua latina; Pirro, rey de Epiro y de Macedonia, fue uno de los generales que más resistió a la expansión romana, y llegó a combatir en suelo itálico y siciliano, aunque sus victorias parciales en batallas fueron a un coste muy elevado (victorias pírricas) y condujeron a su derrota final, Mario, elegido cónsul siete veces, reformó los ejércitos romanos y fue llamado, por sus servicios a su patria (Guerra de Jugurta, Guerra Civil), Tercer Fundador de Roma.

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Información

Editorial
Gredos
Año
2016
ISBN
9788424937300
ARISTIDES - CATÓN
INTRODUCCIÓN

I. ARISTIDES

La vida del ateniense Aristides (entre 537 y 467 a. C. aproximadamente) se desarrolló en el momento más brillante de la historia de Grecia: la creación de la democracia en Atenas, la victoria sobre los persas en las Guerras Médicas y el comienzo de la hegemonía ateniense y de uno de los períodos más fecundos intelectual y artísticamente de la humanidad. Contemporáneo de Temístocles, aunque mayor que él (Temístocles nació probablemente en el año 515), la rivalidad entre ellos va a durar casi veinte años, desde la batalla de Maratón (490), hasta el exilio de Temístocles (471/470).
Faltan en esta biografía detalles o anécdotas sobre los primeros años de la vida de Aristides (que sí aparecen, en cambio, en la de Temístocles), así como su caracterización física, tan usada por Plutarco en otras Vidas , como base del retrato moral del personaje. Los ejes en los que el autor se va a apoyar para su relato son la mencionada rivalidad entre Aristides y Temístocles, la voluntaria pobreza del personaje, su estricto sentido de la justicia que le valdrá el sobrenombre con el que fue conocido y que condiciona su irreprochable honestidad, y su destacado papel como jefe militar en las tres batallas principales contra los persas (Maratón, Salamina y, sobre todo, Platea), aunque en este punto Plutarco ha exagerado la importancia de Aristides, según sabemos por otras fuentes.
Las que él menciona corresponden a varios autores, cuyas opiniones acepta o rebate, casi todos ellos de los siglos IV a II a. C.: Demetrio Falereo, Panecio de Rodas, Idomeneo de Lámpsaco, Aristón de Ceos, el atidógrafo Clidemo, Teofrasto de Éreso, Esquines el socrático, Calístenes, sobrino de Aristóteles, Jerónimo de Rodas, Crátero de Macedonia, el músico Aristóxeno y, con dudas del propio Plutarco, el mismo Aristóteles; hay también referencias claras al Gorgias platónico y a Tucídides. Nuestro conocimiento de la mayoría de estos escritores es fragmentario, pero sí tenemos la obra de Heródoto, nuestra fuente fundamental para las Guerras Médicas, al que se cita en dos ocasiones, la primera atribuyendo a Aristides un hecho no recogido por el historiador, la segunda para criticar a éste (es bien conocida la antipatía de Plutarco por Heródoto, expresada por él mismo en su obra Sobre la malevolencia de Heródoto) , aunque ha debido tener su obra a la vista. Hay, con todo, discrepancias, más allá de situar en primer plano a Aristides en momentos en los que Heródoto ni siquiera habla de él, lo que ha llevado a pensar que Plutarco ha seguido a autores que no menciona, quizá Éforo, y, desde luego, Fanias de Éreso, sí citado en cambio en Temístocles .
Aparte de estas fuentes literarias, parece claro que Plutarco ha visto personalmente monumentos, como las tumbas de los muertos en Platea, el altar de Zeus Eleuterio, el templo de Atenea, o la procesión de Platea, cuya descripción minuciosa es la de un testigo presencial. Su interés por los oráculos, por las instituciones atenienses del momento o, incluso, por la astronomía, es evidente.
Igualmente lo es la simpatía que Plutarco siente por Aristides, al que, junto con la justicia como característica fundamental, añade la paciencia, no exenta de pedagogía, cuando soporta con calma su ostracismo, al tranquilizar a los atenienses en su disputa con los tegeatas por el lugar que ocuparían en el frente de batalla, en su calmada relación con el irascible rey Pausanias. Es el suyo el retrato de un hombre cabal, que, con ocasiones sobradas para haberse enriquecido, tuvo que ser enterrado a expensas del Estado.
El esquema seguido por Plutarco es el siguiente:
1) Origen y situación social de Aristides, 1.
2) Comienzos en la política. Su rivalidad con Temístocles, 2-3.
3) Su concepto de la justicia, 4.
4) Maratón, 5.
5) Insistencia en la virtud de Aristides, 6.
6) Ostracismo, 7.
7) El perdón y el regreso a Atenas ante la invasión de Jerjes. Salamina, 8-10.
8) Platea, 11-19.
9) Discrepancias entre los griegos tras la batalla. Institución de los Juegos Eleuterios, 20-21.
10) Regreso a Atenas. Plan de Temístocles frustrado por Aristides, 22.
11) Problemas con el rey espartano Pausanias. Los griegos pasan a Atenas la hegemonía, 23.
12) Aristides establece la cuantía de los impuestos a los aliados, 24.
13) Juicio de Calias, que demuestra la pobreza de Aristides, 25.
14) Muerte y enterramiento de Aristides. Situación en la que quedan sus descendientes, 26-27.

II. CATÓN

Marco Porcio Catón, apodado el Mayor (para diferenciarlo de su biznieto Catón el Joven o el de Útica) o el Censor por el cargo que ocupó, vivió aproximadamente entre los años 234 a 149 a. C. Es la época de la Segunda Guerra Púnica (218-201 a. C.), en la que Aníbal invadió Italia y estuvo a punto de acabar con Roma, de las victorias romanas sobre Filipo V de Macedonia (Cinoscéfalas, año 197 a. C.), sobre Antíoco III de Siria (Magnesia, 190 a. C.) y, en fin, sobre Perseo de Macedonia (Pidna, 168 a. C.), sin que faltaran tampoco otras luchas en Hispania o en la frontera con la Galia. Todo ello va a suponer el despegue del imperialismo romano en Occidente, fuera de las fronteras de Italia, y la creación de zonas de seguridad en el Mediterráneo Oriental.
Plutarco ha utilizado al comienzo de su obra, esta vez sí, la caracterización física para iniciar el retrato del personaje de Catón, el hombre de cuerpo y espíritu «casi de hierro», según la descripción que de él hace Tito Livio. Así describe sus primeros años en los campos sabinos que heredó de su familia, trabajando con sus propias manos, con una túnica corta en invierno, desnudo en verano, comiendo el mismo pan y bebiendo el mismo vino que sus servidores. Su fuerte constitución, acrecentada con este modo de vida y que mantendrá hasta una muy dilatada ancianidad, pronto va a probarse en los combates, ya que muy pronto (él mismo dirá que tenía 17 años cuando consiguió su primera distinción militar) participará en la lucha contra Aníbal, formando en el ejército que bajo las órdenes de Fabio Máximo recuperará Tarento (año 209 a. C.). Italia, España y Grecia serán los escenarios en los que desarrollará una carrera militar brillante, aunque lejos de los grandes triunfos de sus coetáneos, entre los que se encontraban algunos de los generales más capaces del momento (Fabio Máximo, Paulo Emilio, los Escipiones, etc.)
La actividad oratoria, iniciada también por Catón en su juventud en procesos de poca importancia, le llevará a desarrollar una carrera política en Roma que culminará con el consulado y, poco después, con la censura, en la que su estricta y muchas veces cruel actitud hará que sea conocido con el sobrenombre de Censor que siempre le acompañará. No descuida Plutarco mencionar su obra literaria, de la que su principal referencia, además de breves alusiones al tratado De Agri Cultura , serán los dos capítulos que dedica (8 y 9) a recoger frases memorables de Catón, que proceden de sus Sentencias , muchas de ellas tomadas de los griegos, según nos indica el autor, que las llama con el nombre de Apophthegmata .
Destaca también Plutarco la feliz vida privada de Catón y su elección de una esposa más noble que rica; resulta conmovedor el interés que pone en la crianza de su primer hijo, sin faltar jamás a su baño, salvo que se lo impidera algún negocio público. E, igualmente, su cariñoso cuidado en su educación, escribiendo con grandes caracteres, para que el niño pudiera leer, una Historia que le permitiera conocer las tradiciones de Roma. También fue para su hijo instructor físico, enseñándole todos los ejercicios necesarios para su futura actividad militar y reduciendo, cuando se vio que el muchacho no tenía la misma fortaleza física del padre, la dureza de los entrenamientos.
Y junto a estas buenas cualidades, se mencionan, sin ambages, las negativas: envidioso de la rancia nobleza romana, como típico homo novus , perseguirá sin descanso a los Escipiones; pagado de sí mismo, no vacilará en autoalabarse constantemente; censor implacable, expulsará del senado a un hombre por haber besado a su esposa a pleno día y delante de su hija; avaricioso y mezquino, recomendará librarse de los esclavos y los animales viejos (lo que da ocasión a Plutarco a contrastar esta conducta contando la anécdota, probablemente falsa, del buen trato que dieron los atenienses a las mulas que llevaron los materiales para construir el Partenón) o empleará su dinero, a través de un testaferro, en el préstamo marítimo, considerado el más usurario de todos, o en la compraventa de esclavos; en su casa, ante su hijo recién casado, no tendrá empacho en mantener relaciones con una esclava descarada ni, más tarde, en contraer un matrimonio indigno de su dignidad y edad . Y la que debe haber parecido, sin duda, la peor a Plutarco: su desprecio y odio hacia la cultura griega y hacia uno de sus hombres más ilustres como Sócrates.
Con todo, Plutarco intentará templar estos juicios negativos (al fin y al cabo, está contando, en Roma, la vida de uno de sus grandes hombres). Para ello, a veces deja al juicio del lector si fue grandeza de espíritu o mezquindad, p. ej., el haber dejado en Hispania el caballo del que se sirvió durante toda su campaña allí, con el fin de ahorrar al Estado romano el coste de su transporte. Y, especialmente, utilizará el diálogo Sobre la vejez de Cicerón para presentar una imagen amable del anciano Catón que alaba al joven Escipión Emiliano y le pronostica grandes triunfos ¡con un verso de Homero!
Ha usado, pues, Plutarco, la obra mencionada como una de sus fuentes; otra ha sido, sin duda, Tito Livio, al que menciona y con el que presenta discrepancias, como se indica en las notas correspondientes. Lo mismo cabe decir de Polibio, del que también hace una cita, además de relatarnos la peripecia de los ancianos rehenes de la batalla de Pidna, uno de los cuales era, precisamente, el historiador griego. Se ha pensado que Plutarco ha utilizado también la biografía que de Catón hizo Cornelio Nepote, ya que las primeras líneas de las obras de ambos coinciden tan exactamente que las palabras de Plutarco parecen traducción de las de Nepote, aunque ambos pudieron usar una fuente común perdida para nosotros.
El esquema de la obra es el siguiente:
1) Orígenes de Catón y sus primeros años, 1.
2) Carácter del personaje; comienzo de su carrera militar y de su formación, 2.
3) Amistad con Valerio Flaco que lo llevará a Roma. Empieza la rivalidad con Escipión Africano, del que es cuestor en Sicilia, 3.
4) Rasgos de su carácter: sobriedad o mezquindad, 4-6.
5) Elocuencia de Catón, 7
6) Sentencias y frases memorables, 8-9.
7) Consulado de Catón. La campaña en España. Continúan sus diferencias con Escipión, 10-11.
8) Legado en el Danubio. Tribuno militar en Grecia. La campaña contra Antíoco, 12-14.
9) Actividad judicial: ataques contra Escipión y su hermano Lucio. Censura de Catón, 15-19.
10) Vida privada. Su primer matrimonio y su actividad como hombre de negocios, 20-21.
11) Su hostilidad hacia la cultura griega. Su segundo matrimonio, 22-24.
12) Últimos años. Su embajada a Cartago y su decisión de destruirla. Descendencia de Catón, 25-27.

III. COMPARACIÓ...

Índice

  1. Anteportada
  2. Portada
  3. Página de derechos de autor
  4. ARISTIDES - CATÓN
  5. FILOPEMÉN - TITO FLAMININO
  6. PIRRO-MARIO
  7. Índice