Informes. Discursos.
  1. 250 páginas
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El senador y prefecto Símaco fue el último gran orador romano dentro de la tradición clásica.Quinto Aurelio Símaco (h. 340-h. 402 d.C.) fue, además de prefecto de Roma, un destacado orador y prosista. Perteneció a una de las más distinguidas familias senatoriales romanas, que poseía grandes territorios en África, Numidia, Sicilia y el sur de Italia. Se puso dos veces del bando de un emperador usurpador: Máximo en el 383 y Eugenio en el 392-4. En ambas ocasiones logró congraciarse con Teodosio después de la derrota y muerte del adversario (Teodosio necesitaba su apoyo, pues era una de las cabezas visibles de la clase senatorial). Símaco era pagano, y es una ironía de la historia que fuera él quien recomendara a san Agustín para el puesto de profesor de retórica en Milán.Los Informes están extraídos del libro décimo de su correspondencia. El más conocido de ellos es el que, en su calidad de prefecto, dirigió al emperador Valentiniano II, en el cual defiende las antiguas instituciones religiosas frente al auge del cristianismo. Le insta a devolver al edificio del Senado el Altar de la Victoria, símbolo de la grandeza de Roma donde los senadores ofrecían incienso al inicio de las sesiones desde tiempos de Augusto, y que Constantino II y Graciano habían ordenado retirar por considerarlo una ofensa al cristianismo. El famoso informe de Símaco es una equilibrada petición de tolerancia religiosa para evitar una uniformidad impuesta y de respeto por las tradiciones del pasado.En cuanto a los discursos, Símaco fue considerado uno de los grandes oradores de su tiempo. Se admiraba su erudición y su atención a los clásicos de la literatura romana. De los ocho discursos suyos que conservamos en estado fragmentario, dos son panegíricos dirigidos a Valentiniano, uno al hijo de éste y coemperador Graciano, dos discursos pronunciados en el Senado (proclaman el alivio de este órgano ante el nuevo acercamiento político entre el Senado y el emperador) y otros tres en el Senado en nombre de particulares. Por su correspondencia y por otras referencias sabemos de muchos otros discursos pronunciados por Símaco y tal vez reunidos en edición completa que no se conservan.

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Información

Editorial
Gredos
Año
2016
ISBN
9788424936921
INFORMES
INTRODUCCIÓN
I. VALOR DE LOS INFORMES
Gracias a los Informes, la prefectura romana de Quinto Aurelio Símaco constituye el mandato más conocido de un magistrado del Imperio tardío 1 . Sus textos no sólo nos permiten conocer la mayoría de los avatares de su ejercicio 2 , sino que nos aclaran las funciones del cargo en su época y sus tensiones con otras magistraturas, los problemas de la antigua capital y sus relaciones con la corte, la cuestión religiosa, el procedimiento judicial y otros muchos aspectos. A esta obra de Símaco no se le pueden formular los mismos reproches de vacuidad que se han dirigido en ocasiones a sus cartas.
II. LA PREFECTURA DE LA URBE 3
En época de Símaco hace ya tiempo que Roma ha dejado de ser la capital del Imperio Romano 4 . Tampoco es un centro comercial ni cuenta con una gran producción que pueda exportar. Por el contrario, depende para su supervivencia de la importación de los víveres más imprescindibles. Pero mantiene la mayoría de sus prerrogativas políticas, su brillo propio 5 y es una referencia espiritual para la romanidad 6 . Además es el centro de la religión triunfante.
No es extraño que conserve órganos de gobierno específicos, como Constantinopla, que nacida como la Nueva Roma es la capital indiscutible del Imperio Oriental y por ello la sede de la corte, el gobierno, la administración y los tribunales.
El mandatario supremo de Roma (y de Constantinopla desde 359) es el prefecto de la Urbe, al que nombra y destituye el emperador. Aunque contaba con precedentes 7 , la magistratura se remonta al gobierno de Augusto. En el siglo IV había sufrido reformas con anterioridad a su desempeño por Símaco.
Es un cargo de gran prestigio, apenas inferior a las prefecturas de pretorio 8 . En la ciudad es la autoridad judicial suprema, debe mantener el orden y encargarse de los servicios urbanos. Además dirige el senado, actúa como juez de primera instancia en Roma y en un radio de cien millas, e incluso como juez de apelación para un grupo de provincias de Italia 9 .
Su elección era comunicada oficialmente al magistrado por un diploma que le enviaba el oficio palatino. Se informaba simultáneamente al senado. El nuevo prefecto expresaba su agradecimiento a los emperadores 10 , y en una sesión del senado pronunciaba un discurso ante sus colegas. El pueblo era convocado para que conociera la identidad de su nuevo dirigente, al que aclamaba. El prefecto comparte algunos distintivos (toga pretexta, lictores, silla curul) con otras magistraturas. Llegó a ser conducido por la ciudad en una lujosa carroza oficial 11 . La ilustración correspondiente a este magistrado en la Notitia Dignitatum lo representa además con un libro de instrucciones imperiales y una efigie del emperador.
La unidad administrativa que depende directamente del prefecto es el llamado officium urbanum, que tenía su local central en el secretarium Tellurense o urbana sedes, en la zona de las Termas de Trajano. Servía igualmente de sede para el vicario, quien se encontraba a las órdenes del prefecto del pretorio. El departamento del prefecto urbano estaba dirigido por el denominado princeps officii, que era un agente nombrado por el emperador 12 . A sus órdenes se encontraban funcionarios de diversas categorías 13 .
No obstante, como el prefecto es el responsable de los servicios de la Urbe, gobierna en realidad un gran número de negociados menores con su magistrado al frente 14 . Entre tantas instancias las órdenes de la prefectura corren peligro de diluirse. Además eran frecuentes las fricciones con el vicario y con el princeps 15 . En última instancia el poder del prefecto está limitado por la corte, de quien depende su nombramiento y que dispone en cualquier momento su destitución.
III. EL MANDATO DE SÍMACO
Con su nombramiento en 384 como prefecto de la Urbe, Símaco culminaba su carrera administrativa, pues la obtención del consulado (en su caso en el año 391), era en este tiempo un remate simbólico. Nuestro autor había ejercido con anterioridad la gobernación de Lucania y el Brucio (364-365) y el proconsulado de África (373-374).
Su acceso a la prefectura se inscribe en una situación favorable para la facción pagana del senado. La política de Graciano, decididamente favorable a los cristianos, parece haber sido abandonada. Valentiniano II, o más bien quien lo asesorara 16 , había nombrado poco antes prefecto del pretorio de Italia, África e Iliria 17 al notabilísimo Vetio Agorio Pretextato, el personaje más prominente del grupo pagano 18 .
La duración exacta del mandato de Símaco es incierta: se ha propuesto una investidura en la primavera de 384, en mayo-junio o en junio-julio; para su fin se ha aceptado en general el mes de febrero de 385, aunque algunos llegan a situarlo entre el verano y el otoño del mismo año 19 . Sí hay acuerdo entre los estudiosos en distinguir dos fases: durante la primera Símaco se mantiene fuerte ante los cristianos 20 , lo que explicaría que se reclamase el restablecimiento del altar de la Victoria en el edificio del senado (informe tercero); en la segunda se ve impotente ante sus embates. La muerte de Pretextato en diciembre de 384 parece haber sido determinante para que Símaco solicitara el relevo 21 .
IV. ESTRUCTURA DE LOS INFORMES
Para designar las cartas oficiales emitidas por él mismo u otros magistrados, Símaco emplea la palabra relatio 22 . Pero puede referirse a sus informes de modo más general, litterae 23 , «carta». Las denominaciones no nos deben sugerir monótonos oficios de un funcionario a su superior: esta obra de Símaco posee una gran viveza; los textos más vehementes son el informe tercero, sobre la reposición del altar de la Victoria y de los privilegios del culto tradicional, y los que son respuesta a ataques contra el prefecto (21, 23 y 34).
Aunque los asuntos son variados, lo que provoca diferencias en la estructura, se puede distinguir una general:
Encabezamiento
1. Dirección 24 al emperador o emperadores 25 en dativo. Se nos han transmitido dos variantes:
a) A nuestro/s señor/es (nombre/s) siempre augustos. La más completa, aunque se observan errores o ausencias en la mención de los emperadores 26 . Esta dirección aparece en los informes 1-15.
b) A nuestros señores, sin otro título de respeto y sin el onomástico de los destinatarios (16-20 y 35).
El resto de informes ha perdido la dirección.
2. Intitulación del remitente. Aparecen en nominativo el nombre del remitente, su categoría y su cargo: Símaco, varón clarísimo, prefecto de la Urbe. Sólo se ha conservado en los informes que llevan la dirección a).
El formalismo de los encabezamientos amplios contrasta con la sencillez de los empleados en el epistolario del autor 27 .
Cuerpo del informe
1. Introducción de carácter general 28 . Carecen de ella los informes 42, 44, 45. La introducción suele servir de justificación de la acción del prefecto. Contiene una invocación que la cierra o aparece intercalada, salvo en 13, 45. Ésta presenta variantes, seguramente debidas en gran medida a la transmisión manuscrita:
a) Señor/es emperador/es (nombre), ínclito/s vencedor/es y triunfador/es siempre augusto/s (12, 24, 42-43, 46-47, 49). En 7 ha perdido una parte: (y triunfadores).
b) Señor/es emperador/es (1, 4-6, 8-11, 14-23, 25-41, 44, 48).
c) Señores emperadores nuestros (2, 3).
2. Núcleo. La exposición de los hechos o de la petición motivo del informe está muy bien enlazada con la introducción, por nexos de diversos tipos o por el sentido. En narraciones, como las de los avatares de procesos muy intrincados, Símaco es claro y ordenado. En sus exhortaciones a los emperadores, el autor, que como ellos sirve a la fama de una época feliz 29 , se apoya en precedentes y modelos no sólo de la Antigüedad 30 sino de tiempos próx...

Índice

  1. Anteportada
  2. Portada
  3. Página de derechos de autor
  4. INFORMES
  5. DISCURSOS
  6. ÍNDICE