BEAUVOIR Y DUFLO: DOS MILITANTES POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
Evelyne Diebolt
Estas dos mujeres son contemporáneas. Podrían haberse conocido dado que ambas estudiaron filosofía en la Sorbonne. Un gran acontecimiento en la vida de una de ellas es haber escrito Le deuxième sexe; para la otra, haberlo leído. Esta lectura reafirmó a Suzette Duflo y a las mujeres protestantes de su generación, reagrupadas en el Movimiento Jeunes Femmes (MJF), en su voluntad de militar por el mejoramiento de la condición de las mujeres (Sohn, 1995). ¿Cómo fue percibida Simone de Beauvoir por estas jóvenes mujeres?
Simone de Beauvoir y Suzette Duflo: dos recorridos educativos de jóvenes francesas del periodo de entreguerras
No podríamos imaginar dos infancias más distintas. La familia de Simone es católica, la de Suzette protestante. El padre de Simone, Georges Bertrand de Beauvoir (1878-1941), en su juventud es un católico ferviente y forma parte de un grupo de jóvenes militantes del patronato de Saint-Germain-des-Prés. En este contexto, participa en un grupo teatral. Después de la Primera Guerra Mundial, el desmoronamiento de los ingresos de los aristócratas, que vivían de sus rentas, los condujo a la pérdida de la fe y a una actitud cínica y desencantada. A la hora de su muerte, Georges Bertrand de Beauvoir se negó incluso a recibir a un sacerdote. El padre de Suzette, Emile Degrémont (1878-1947), nace y vive en el norte de Francia. Industrial en mecánica —tiene una empresa con un centenar de personas—, es masón y militante de las amicales laicas. Promueve la enseñanza técnica, que lo hace merecedor de la Legión de Honor en 1938. Es un notable con influencia en la ciudad de Cateau, donde vive. Cuando decide retirarse de su actividad profesional, reparte la empresa entre sus tres hijos, patrimonio considerable para cada uno.
La madre de Simone, Françoise Brasseur, hija de un banquero de provincia, está profundamente vinculada a un catolicismo muy tradicional. La madre de Suzette, Charlotte Goguel, hija de un pastor, dedica su juventud a labores domésticas, paralelas a sus estudios; profundamente creyente y atenta a los debates de ideas en el protestantismo. Charlotte se adhiere a las reformas propuestas por el protestantismo social. Simone, hija mayor, tiene una hermana, Hélène. Suzette es la más pequeña, tiene dos hermanos mayores: Etienne y Gilbert. En casa de Simone, su madre es practicante y todos los días lleva a sus hijas a misa; en la noche, reza con ellas. Suzette está próxima a sus raíces protestantes ya que sus abuelos maternos, el pastor Goguel y su esposa, viven cerca de ella; su madre la hace pasar por todas las etapas que debe transitar una joven protestante.
Françoise, la madre de Simone, ejerce una vigilancia muy estricta en las actividades y lecturas de sus hijas. De niñas, no pueden hablar con sus compañeras de escuela, hasta que su madre haya visitado oficialmente a sus familias; adolescentes, les clausura con alfileres las páginas de los libros que considera contrarias a la virtud y abre sistemáticamente su correspondencia. Es una educación coercitiva y desconfiada (Grellet y Kruse, 2004). Françoise parece un poco fútil. Aparte de las obligaciones mundanas que escasean, se dedica a la educación de sus hijas.
Charlotte, la madre de Suzette, da a sus hijos una educación estricta, inculcándoles de manera positiva los valores del trabajo y el sentido de las responsabilidades. En la adolescencia los deja libres, confiando en ellos. Desde muy jóvenes, los sensibiliza respecto a los derechos de las mujeres. Junto a su marido, educa de la misma manera a su hija y a sus hijos. No solamente ayuda a su esposo en esta tarea, también le redacta sus intervenciones para la logia masónica y es una gran lectora de autores protestantes. Lee de manera asidua revistas como Foi et Vie del protestantismo social, así como Esprit (Winock, 1996).
Las niñas Beauvoir pasan toda su escolaridad en un colegio católico privado, el Cours Adeline Désir, que se enfoca en la piedad, la obediencia y la buena conducta de las jóvenes de la alta burguesía, y les ofrece una sólida educación. Beauvoir estudia el bachillerato un año después en una institución con un nivel de estudios muy elevado: el instituto Sainte-Marie de Neuilly (Rocher, 2008). Suzette cursa toda su escolaridad en la enseñanza pública. Obtiene su bachillerato después de dos intentos.
El descubrimiento del mundo obrero
En torno a sus estudios en la Sorbonne, ambas viven la experiencia de una militancia que las pone en contacto con la clase obrera. En 1927, Simone tiene como maestro en el instituto de Neuilly al católico social Robert Garric (Diebolt, 2005). Se apasiona por sus cursos y asiste a los que Garric imparte en las universidades populares. Allí convive con obreros, pero se cansa pronto y deja de frecuentar estas universidades populares. En cuanto a Suzette, en 1931 se involucra con un grupo de estudiantes protestantes que animan grupos de discusión con militantes obreros, anarquistas, comunistas y socialistas. Este movimiento fue iniciado en Ivry, por Arnold Brémond, contratado en una fábrica durante algunos meses en 1925. Suzette está entusiasmada con esta experiencia.
El descubrimiento de la Sorbonne
Simone y Suzette realizan estudios de filosofía en la Sorbonne. La primera será agrégée y la segunda no terminará su licenciatura. En la Sorbonne, Simone conoce estudiantes, entre ellas a Simone Weil quien también recibe el diploma de la agrégation en 1931; conoce también a Paul Nizan, Jean-Paul Sartre y Maurice Merleau-Ponty, con quienes se une en amistad. Simone salta un año defendiendo su diploma de estudios superiores al mismo tiempo que aprueba la agrégation, en 1929, a los 21 años. Sartre, se recibe con el primer lugar y ella con el segundo. Este diploma le abre las puertas de la libertad porque, en adelante, tiene un salario. Aun siendo una excelente maestra, la enseñanza es sólo un sustento para Simone: su verdadera profesión es ser escritora. Participa en la creación y edición de Les Temps Modernes. Sartre y Beauvoir tuvieron dificultades para publicar su primer libro. En el caso de Simone, su primera novela, La invitada, se publicó hasta 1943.
Suzette, por su parte, comienza una licenciatura en filosofía, vive en el Albergue Internacional para mujeres jóvenes en el boulevard Saint-Michel, del barrio latino de París. Ahí, conoce a Pierre Duflo. Durante un año y sin que sus familias se enteren, Suzette y Pierre reciben a jóvenes desempleados. En 1931, Suzette sigue los cursos de la escuela de superintendentes, que forma asistentes sociales (Diebolt, 2001; Diebolt y Douyere-Demulanaere, 2001). Aprueba los exámenes en la primavera de 1932 y realiza prácticas en el medio obrero. La experiencia la apasiona. Luego dedica una parte de su tiempo a la militancia y es delegada del Comité Nacional de las uniones cristianas de mujeres jóvenes, es decir, un movimiento de la juventud protestante. Por sus vínculos familiares, Suzette está en contacto con intelectuales protestantes de primer plano, en cuyos hogares la reciben con regularidad. Por ejemplo, frecuenta a su primo Maurice Goguel, profesor en la Sorbonne y en la facultad de teología protestante.
Sus vidas sentimentales
La relación de Simone con Sartre es bien conocida. El primer empleo de Beauvoir como profesora es en Marseille, donde descubre con felicidad la región, mientras Sartre enseña y escribe en Le Havre. Beauvoir obtiene su transferencia a Rouen, para acercarse a él. En 1943 es destituida de la educación nacional, a consecuencia del escándalo provocado por su relación con una estudiante.
Como se mencionó anteriormente, Suzette conoció a Pierre Duflo. Estudiante protestante de derecho, con una familia de origen normando, proviene de la pequeña burguesía de provincia. Durante sus años de militancia se conocen y nace un idilio entre ellos. Se casan en diciembre de 1934. Pierre encuentra trabajo poco antes de su matrimonio. Suzette siempre ha querido trabajar, comparte con su marido la voluntad de un compromiso protestante, pero no encuentran un trabajo conjunto que se corresponda con sus ideales. De hecho, ella trabajará hasta la Segu...