La Singularidad Económica
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La Singularidad Económica

Inteligencia Artificial y Capitalismo de lujo totalmente automatizado

  1. 158 páginas
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La Singularidad Económica

Inteligencia Artificial y Capitalismo de lujo totalmente automatizado

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Información del libro

La singularidad económica tendrá lugar en el momento en que la mayoría de las personas no pueda encontrar empleo, porque las máquinas puedan hacer todo lo que los humanos pueden hacer por dinero a un menor costo, más rápido y mejor que ellos. Algunos dicen que esto nunca sucederá, pero la mayoría de los profesionales de la IA creen que sí, aunque no se ponen de acuerdo cuándo. La inteligencia artificial (IA) ya sobrepasa a los humanos en absorber y procesar información. Los robots se están volviendo cada vez más diestros, flexibles y seguros (excepto los militares). La IA es nuestra tecnología más poderosa y debemos comprenderla. Esta tercera edición del libro más vendido de Calum Chace se ha actualizado y ampliado sustancialmente. Sostiene que la singularidad económica es el desafío más importante que enfrentará la humanidad en la primera mitad del siglo XXI, y también su oportunidad más interesante. Los coches autónomos y los teléfonos inteligentes con los que puedes conversar pueden ser los canarios en la mina de carbón, lo que brinde una llamada de atención para todos aquellos que aún dudan de su inminencia. Todos los trabajos se verán afectados, desde los empleos de comida rápida hasta abogados y periodistas. La popular creencia de que la Renta Básica Universal es la solución es sólo parcialmente correcta. Probablemente vamos a necesitar un sistema económico completamente nuevo, y pronto deberíamos comenzar a planificar para prepararnos para la Singularidad Económica. Chace sostiene que el resultado puede ser muy bueno: un mundo en el que las máquinas hacen todos los trabajos aburridos y los humanos hacen prácticamente lo que les place. Pero advierte que existen grandes riesgos, que solo podemos evitar estando alerta a los posibles futuros y planificando cómo evitar los negativos. Chace ha estado escribiendo sobre IA desde 1980 y ha escrito dos libros de no ficción muy vendidos y también dos novelas sobre el tema. En 201

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Información

Editorial
Calum Chace
Año
2021
ISBN
9781667409771
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Capítulo 1 - ¿Qué es la inteligencia artificial?

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Inteligencia
Teniendo en cuenta la frecuencia con la que se usa el término inteligencia artificial (IA) resulta muy difícil definirlo con precisión. Podemos decir que se trata de la inteligencia mostrada por una máquina o por un software. El problema surge cuando tratamos de explicar lo que entendemos por inteligencia.
Como la mayoría de las palabras que se utilizan para describir lo que el cerebro hace, la palabra inteligencia es difícil de precisar y hay varias definiciones. La mayoría de ellas conllevan la noción de la capacidad para adquirir información y utilizarla para la consecución de un fin. Una concisa proviene del académico alemán Marcus Hutter y de Shane Legg, cofundador de una empresa llamada DeepMind de la que hablaremos más adelante. Declara que "la inteligencia mide la capacidad general de un agente para alcanzar objetivos en una amplio rango de entornos".[iii] Una definición más escueta dice que es: "un comportamiento adaptativo orientado a la consecución de objetivos".
Así como resulta difícil de definir, la inteligencia también resulta difícil de medir. Hay diversas clases de información que un ser inteligente podría adquirir y diversos objetivos que alcanzar.
El psicólogo norteamericano Howard Gardner distingue nueve clases de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, corporal, interpersonal, intrapersonal, existencial y naturalista[iv]. Mencionarlas es suficiente: no necesitamos entrar en detalles.
Todos sabemos que las personas varían en el nivel de inteligencia que poseen. Algunos son buenos para adquirir conocimientos fácticos como lo son las fechas de nacimiento de reyes y reinas, pero son incapaces de aplicar su conocimiento para, digamos, hacer nuevos amigos. A otros se les dificulta aprender cosas de libros, pero tienen facilidad para entender lo que otras personas quieren, en consecuencia, se vuelven muy populares. Cuando se piensa en la inteligencia, se asocian una serie de conceptos tales como: razonamiento, memoria, entendimiento, aprendizaje y la planeación.
La inteligencia es, por supuesto, el rasgo distintivo de los humanos: es la característica que nos diferencia de otros animales y nos hace más poderosos. Y somos mucho, mucho más poderosos que ellos. Genéticamente, somos casi idénticos a los chimpancés, y nuestro cerebro no es mucho más pesado que el de ellos por kilo de peso corporal. Pero la diferencia de estructura entre nuestros cerebros ha ocasionado que seamos siete mil millones y ellos solo unos pocos cientos de miles[v]. No pueden escoger su destino, que depende completamente de nuestras decisiones y acciones: probablemente sea una bendición para ellos que no sean conscientes de eso.
Nuestra inteligencia nos permite comunicarnos, compartir información e ideas y diseñar y ejecutar planes de acción. También nos permite desarrollar herramientas y tecnología. Un solo humano desarmado es presa fácil de un león, pero un grupo de humanos trabajando juntos, o un solo humano equipado con un rifle, puede invertir la situación de manera muy efectiva.
Máquinas
La segunda mitad de nuestra definición inicial de inteligencia artificial especificaba que la inteligencia debe ser mostrada por una máquina o por un software. La máquina en cuestión suele ser un ordenador, aunque podría ser cualquier dispositivo creado por humanos, o incluso por extraterrestres. Los ordenadores actuales utilizan procesadores hechos de silicio, pero en el futuro pueden entrar en juego otros materiales como el grafeno.
(“Computadora” es una palabra antigua que antecede en varios siglos a la invención de las máquinas electrónicas. Originalmente se refería a una persona que calculaba, y a principios del siglo XX las empresas contrataban a miles de empleados para que pasaran largos y tediosos días realizando tareas que podrían haber hecho en segundos si hubieran tenido las calculadoras de bolsillo actuales).
El software es un conjunto de instrucciones que le dice a las señales electrónicas cómo comportarse dentro de una máquina. La cuestión de si la inteligencia reside en la máquina o en el software es análoga a la cuestión de si reside en las neuronas del cerebro o en las señales electroquímicas que transmiten y reciben. La respuesta es que se requieren ambas cosas.
IA estrecha y general
Necesitamos diferenciar entre dos tipos muy diferentes de inteligencia artificial: inteligencia artificial estrecha e inteligencia artificial general (IAG[vi]), que también se conocen respectivamente como IA débil e IA fuerte.
La forma más sencilla de hacer esta distinción es decir que una IAG es un sistema de inteligencia artificial que puede llevar a cabo cualquier función cognitiva que pueda realizar un ser humano adulto. Durante mucho tiempo hemos tenido ordenadores que son súper inteligentes en tareas específicas: algunos pueden sumar mucho mejor que cualquier humano, y otros pueden jugar al ajedrez mejor que el mejor gran maestro de ajedrez humano. Pero los ordenadores están muy lejos de poder vencer a los humanos en cada actividad intelectual. Son una combinación interesante de inteligencia y estupidez: capaces de idear el movimiento de ajedrez más exquisitamente ingenioso mientras el edificio a su alrededor se incendia.
Una de las diferencias entre nuestra inteligencia general y la inteligencia limitada de las máquinas es que podemos aprender lecciones útiles de una actividad y aplicarlas a otra diferente. Aprender a jugar a las serpientes y escaleras hace que sea más fácil aprender a jugar al Ludo. Una máquina que aprende serpientes y escaleras tiene que olvidar eso para aprender a jugar al Ludo. A esto se le llama “olvido catastrófico” y es algo que los investigadores de IA están tratando de superar.[vii]
Una de las distinciones fundamentales entre la IA estrecha y la IAG implica el establecimiento de objetivos. La IA estrecha hace lo que le decimos, incluso si la ley de las consecuencias no deseadas signifique que a veces debiéramos haber expresado nuestras instrucciones de manera diferente. Una IAG tendrá la capacidad de reflexionar sobre sus objetivos y decidir si es necesario ajustarlos. Tendrá volición.
Inteligencia y conciencia
La inteligencia, la capacidad de procesar información y resolver problemas, es muy diferente a la conciencia, la posesión de la experiencia subjetiva. Valoramos mucho la inteligencia, ya que es la fuente de nuestro poder, pero valoramos aún más a la conciencia. A la mayoría de los humanos le parece bien sacrificar y comer animales que consideramos tienen un nivel de conciencia más bajo que el nuestro.
No hay razón para suponer que los humanos hayan alcanzado el nivel máximo posible de inteligencia, y parece muy probable que en algún punto crearemos máquinas que serán considerablemente más inteligentes que nosotros en todos los aspectos (asumiendo que no nos aniquilemos antes). Todavía no sabemos si esas máquinas serán conscientes, y mucho menos si serán más conscientes que nosotros, si es que esa pregunta tiene sentido. Mucha gente asume que una IAG tendrá autoconciencia y tendrá lucidez, pero esto es más una corazonada que una proposición que se pueda probar.
Terminología
A algunas personas no les gusta el término inteligencia artificial. Al señalar que los coches no son llamados caballos artificiales ni los aviones pájaros artificiales, prefieren términos como inteligencia de las máquinas o computación cognitiva. Simpatizo, pero al menos por el momento, el término inteligencia artificial, o IA, es el que entiende la mayoría de las personas. Usaré los términos inteligencia de las máquinas e inteligencia artificial como sinónimos y, en ocasiones, el término “máquinas” englobará los sistemas de inteligencia artificial.
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Capítulo 2 - Breve historia de la IA

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Mitos duraderos
Las historias sobre criaturas con inteligencia artificial se remontan al menos hasta los antiguos griegos. Hefesto (Vulcano para los romanos) era el herrero del Olimpo: además de crear a Pandora, la primera mujer, creó autómatas metálicos de aspecto realista.
Más recientemente, la ciencia ficción dio inicio con el Frankenstein de Mary Shelley a principios del siglo XIX, en el que el médico epónimo creó tanto la vida como la inteligencia artificial. Un siglo después, en 1921, la obra de teatro RUR (Robots universales Rossum) de Karel Capek introdujo la idea de un levantamiento en el que los robots eliminan a sus creadores humanos.
Alan Turing
El brillante matemático británico y descifrador de códigos Alan Turing es descrito a menudo como el padre tanto de la informática como de la inteligencia artificial. Pero su logro más famoso no tuvo nada que ver con ninguna de las dos: este fue romper los cifrados navales alemanes en el centro de desciframiento de códigos en Bletchley Park durante la Segunda Guerra Mundial. Utilizó complicadas máquinas conocidas como bombas, que eliminaron una enorme cantidad de soluciones incorrectas a los códigos para llegar a la solución. Se estima que su trabajo acortó la guerra en dos años, pero increíblemente, su recompensa fue ser procesado por homosexualidad. Le inyectaron estrógeno sintético que lo dejó impotente y murió dos años después. Pasaron 57 años antes de que el gobierno británico se disculpara por este bárbaro comportamiento.
Antes de la guerra, en 1936, Turing ya había ideado un dispositivo teórico llamado máquina de Turing. Consiste en una cinta infinitamente larga dividida en cuadrados, cada uno con un solo símbolo. Al operar de acuerdo con las instrucciones de una tabla de instrucciones, un lector mueve la cinta hacia adelante y hacia atrás, leyendo un cuadrado y un símbolo a la vez. Junto con su tutor de tesis doctoral Alonzo Church, formuló la tesis de Church-Turing, que postula que una máquina de Turing puede simular la lógica de cualquier algoritmo informático.
(La palabra algoritmo proviene del nombre de un matemático persa del siglo IX, Al-Khwarizmi.[viii] Significa un conjunto de reglas o instrucciones que debe seguir una persona o un ordenador. Es diferente de un programa, que le da a un ordenador instrucciones precisas, paso a paso, de cómo manejar una situación muy específica, como abrir una hoja de cálculo o calcular la suma de una columna).
Turing también es famoso por inventar una prueba de conciencia artificial que se conoce como la Prueba de Turing, en la que una máquina demuestra que es consciente al hacer que un panel de jueces humanos sea incapaz de determinar que no lo es. La idea original de Turing era permitir cinco minutos para la prueba, pero las versiones posteriores requieren un examen mucho más largo. A nadie se le ha ocurrido una prueba mejor, pero no podemos descartar la posibilidad de que una IA no consciente entrenada en un vasto corpus de conversaciones humanas pueda algún día llevar a cabo una conversación tan sofisticada con jueces humanos durante muchas horas que ellos sean incapaces de declararla no-consciente. Dicho esto, ¿puedes estar 100% seguro de que cualquier otro ser humano está consciente?
El nacimiento de la informática
El primer diseño de una máquina de Turing fue realizado por Charles Babbage, un académico e inventor victoriano, mucho antes del nacimiento de Turing. Babbage nunca terminó la construcción de sus dispositivos, aunque ahora se han construido máquinas de trabajo basadas en sus diseños. Su Máquina diferencial (diseñada en 1822) llevaría a cabo funciones matemáticas básicas, y la Máquina analítica (diseño nunca completado) llevaría a cabo cálculos de propósito general. Aceptaría como entradas las salidas de cálculos previos almacenados en tarjetas perforadas. Ada Lovelace, colaboradora de Babbage, ha sido descrita como la primera programadora informática del mundo gracias a algunos d...

Índice

  1. Título
  2. Derechos de Autor
  3. La Singularidad Económica
  4. Contenido
  5. Prefacio a la tercera edición
  6. Sobre el Autor
  7. Introducción
  8. Capítulo 1 - ¿Qué es la inteligencia artificial?
  9. Capítulo 2 - Breve historia de la IA
  10. Capítulo 3 - El Big Bang: aprendizaje automático
  11. Capítulo 4 - La IA está en todas partes
  12. Capítulo 5 - Los gigantes tecnológicos y más allá
  13. Capítulo 6 - ¿Qué tan buena es la IA de nuestros días?
  14. Capítulo 7 - Ética de la IA
  15. Capítulo 8 - Un día cualquiera
  16. Capítulo 9 - Conversión de información en conocimiento - a diferentes velocidades
  17. Capítulo 10 - El corto plazo: Amigos y Autos
  18. Capítulo 11 - Tecnologías relacionadas
  19. Capítulo 12 - Disrupción
  20. Capítulo 13 - Curvas Exponenciales
  21. Capítulo 14 - No es la cuarta revolución industrial
  22. Capítulo 15 - Singularidad
  23. Capítulo 16 - La historia de la automatización
  24. Capítulo 17 - Lo que la gente hace
  25. Capítulo 18 - Vehículos autónomos
  26. Capítulo 19 - ¿Quién sigue?
  27. Capítulo 20 - Lo siguiente: el dinero
  28. Capítulo 21 - Sí, esta vez será diferente
  29. Capítulo 22 - Argumentos escépticos
  30. Capítulo 23 - Desafíos: sentido de la vida e ingresos
  31. Capítulo 24 - Renta básica universal
  32. Capítulo 25 - Capitalismo de lujo totalmente automatizado
  33. Capítulo 26 - Pánico
  34. Capítulo 27 - Más allá de la singularidad económica
  35. Capítulo 28 - Cuatro escenarios
  36. Capítulo 29 - Escenarios protopianos
  37. Capítulo 30 - Resumen y conclusiones
  38. Apéndice 1: Proponentes | (escritores que se toman en serio la perspectiva del desempleo tecnológico)
  39. Apéndice 2: Escépticos | (escritores que descartan la perspectiva del desempleo tecnológico)
  40. Agradecimientos
  41. [i] Notas finales