Historia de la Revolución Mexicana. 1914-1917
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Historia de la Revolución Mexicana. 1914-1917

Volumen 2

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Información del libro

En la década de los cincuenta del siglo pasado Daniel Cosío Villegas integró a un grupo de historiadores para elaborar la Historia moderna de México, finalmente publicada en diez gruesos volúmenes, resultado de diez años de investigación. Esta obra abarca desde la República Restaurada hasta el Porfiriato. El Colegio de México, fiel al compromiso de Cosío Villegas, decidió concluir los trabajos para ofrecer una historia integra de la primera mitad del siglo pasado. Así, lo que el lector tiene en sus manos, ahora en ocho volúmenes, es, finalmente, la conclusión del proyecto y el pago de aquella deuda con nuestra historia.

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Información

Año
2010
ISBN
9786075642468
Categoría
Historia

TERCERA PARTE
LA CONSTITUCIÓN DE 1917

I LA GIRA DE CARRANZA

EL PRIMER JEFE PUDO HABER REGRESADO DEL PUERTO DE VERACRUZ a la Ciudad de México desde mediados de agosto de 1915, tanto porque el día 2 la había capturado definitivamente Pablo González, como por la serie de victorias militares que había obtenido Álvaro Obregón por el centro del país, las cuales hicieron que Francisco Villa retrocediera progresivamente hacia el norte. El propio Carranza declaró el 2 de agosto que ya se disponía a regresar a la Ciudad de México porque “la reacción está vencida y el gobierno constitucionalista es fuerte”,1 pero no abandonaría el puerto sino hasta el 11 de octubre. Entre tanto, el 18 de agosto trasladó la residencia oficial de la Primera Jefatura del edificio de Faros a la fortaleza de San Juan de Ulúa, nombró secretario de Justicia a Roque Estrada, en sustitución de Manuel Escudero y Verdugo, y el coahuilense Jesús Acuña se hizo cargo de las de Gobernación y de Relaciones Exteriores.
Durante los últimos cinco meses que Carranza permaneció en Veracruz, aumentaron los precios de tal manera que el kilogramo de robalo que había costado 10 centavos subió a un peso y la pieza de pargo de 50 centavos a 10 pesos.2 Las autoridades tomaron varias medidas para contrarrestar el alza del costo de la vida que imponía el comercio, como la de organizar una Junta Filantrópica de Socorros para repartir víveres a los necesitados, especialmente a las familias de los soldados en campaña;3 que el gobernador del estado, Cándido Aguilar, aportara un millón de pesos para comprar alimentos y venderlos después a los precios módicos de 25 centavos el litro de maíz, a 30 el de frijol y a 1.15 pesos el de arroz; a 42.33 pesos el saco de 196 libras de harina y a 2.89 el kilo de manteca. Los comerciantes habían llegado a vender los dos últimos productos a 90.90 y 3.15 pesos, respectivamente.4 A su vez, la Cruz Roja Americana ofreció alimentos al pueblo veracruzano, pero éste los rechazó por las muertes y daños que les habían causado las tropas de aquel país un año antes y además acusaron a Woodrow Wilson de que pretendía invadirnos nuevamente con el pretexto del hambre.5 En cuanto al salario de los trabajadores que Cándido Aguilar había establecido en un peso diario en octubre de 1914 y que el Primer Jefe había ido elevando progresivamente hasta llegar a 1.60 pesos diarios en marzo de 1915, se tuvo que aumentar a dos y tres pesos en el mes de junio6 porque el costo de la vida siguió subiendo y varias agrupaciones de trabajadores del puerto, como los zapateros de La Constancia y los carretoneros, se habían ido a la huelga exigiendo mejores salarios.7 Otro tanto habían hecho los obreros de las fábricas de hilados y tejidos de Río Blanco y los de la Cervecería Moctezuma de Orizaba puesto que tenían que pagar cinco pesos por el kilo de manteca, 1.50 por el de arroz y el de café, un peso por el de carne y de azúcar, y 80 centavos por el de frijol; 50 centavos por el cuartillo de maíz, 30 por un vaso de nieve, cinco y 10 por una pieza de pan, y siete pesos por la caja de aspirinas.8 Al malestar económico se sumaron otros problemas, como el que significó la presencia amenazadora de cañoneros norteamericanos —ya que ese gobierno se atribuyó la defensa de todos los extranjeros desde 1914— porque unos bandoleros habían atacado las compañías petroleras británicas establecidas en Tuxpan y Minatitlán;9 o las muertes que entre julio y septiembre ocasionaron una epidemia de viruela y el desbordamiento de los ríos.10 A pesar del deterioro general de la situación, las autoridades pudieron realizar algunas obras para mejorar las condiciones sanitarias del puerto, entre ellas la de proporcionarle una mayor dotación de agua, y otras para embellecerlo. Algunas personas se permitieron el lujo de asistir a los espectáculos que presentaba el Teatro Eslava, pagando 40 centavos en luneta y 15 en galería, así como utilizar carruajes, lo que les costaba entre cuatro y seis pesos por hora.11
Carranza nunca tuvo a bien explicar su demora en volver a la antigua capital de la República ni el porqué de haber emprendido una gira por el país que habría de durar seis meses, en los que pasó por una decena de estados y visitó muchas ciudades y pueblos. Entre las varias versiones que se han dado para tratar de explicarla, destacó la de sus voceros: “se propuso conocer a fondo las necesidades de cada uno de los estados y dictar las medidas del caso, a fin de lograr… [su] mejoramiento material, social y económico…”.12
En cambio, para el “representante ad-interim del Departamento de Estado cerca de Carranza”, John W. Belt, la gira fue “una ingeniosa maniobra política” para terminar con los rumores que corrían sobre su distanciamiento de Álvaro Obregón, puesto que gran parte de ella la hicieron juntos. Su primer encuentro en Tampico el 12 de octubre de 1915, añadió Belt, causó “gran efecto a los generales” y toda la gira despertó “grandes muestras de entusiasmo… entre la clase media y la trabajadora”.13 Para el historiador Cumberland, el motivo de la gira fue que Carranza no quería verse obligado a iniciar el proceso tendiente al restablecimiento de un gobierno civil cuando la victoria final todavía no era un hecho consumado,14 ya que Emiliano Zapata empezaba de nuevo a reaccionar militarmente y Villa aún era poderoso al norte de Zacatecas. Nosotros nos inclinamos a creer que en la decisión del Primer Jefe se mezclaron las tres intenciones citadas: conocer y remediar las necesidades del país, demostrar que había cordialidad entre él y Obregón, y retardar el establecimiento de un gobierno constitucional, pero también pretendió atraer hacia sí el entusiasmo popular, semejante al que había despertado Francisco I. Madero en su campaña electoral de 1910.
Durante la gira del Primer Jefe hubo varios sucesos notables. En Torreón le comunicaron que el 19 de octubre el gobierno de Estados Unidos y los del ABC le habían concedido a su gobierno el reconocimiento de facto, noticia que Carranza recibió sin demostrar ninguna emoción; simplemente comentó que era de esperarse,15 y enseguida solicitó autorización para que sus tropas transitaran por Estados Unidos con el objeto de reforzar la plaza fronteriza de Agua Prieta, amagada por Villa. En Piedras Negras se entrevistó el Primer Jefe con tres hombres procedentes de Washington, su agente confidencial Eliseo Arredondo, y los norteamericanos John Lind y John R. Silliman, quienes le entregaron la nota oficial del reconocimiento de facto y hablaron sobre las incursiones de algunos mexicanos a través del río Bravo.16 En San Luis Potosí fue recibido con frialdad el 24 de diciembre, ya que los jefes militares de ese estado nunca sobresalieron como carrancistas. El 30 de diciembre llegó a la ciudad de Querétaro y dispuso que ésta fuera la residencia temporal del Poder Ejecutivo; además de que puso fuera de la ley a Villa porque sus gavillas habían asaltado el 10 de enero de 1916 a unos norteamericanos en Santa Isabel, Chihuahua, y también lo enteraron de la muerte de Victoriano Huerta, ocurrida en El Paso, Texas. Al mes siguiente decretó que la ciudad de Querétaro fuera la capital provisional de la República y él partió luego a Guadalajara, acompañado de 11 gobernadores, cuatro miembros de su gabinete y tres comandantes militares.17 Después fue a Manzanillo para despedir a Obregón y a Manuel M. Diéguez que partían a Sonora, el primero a casarse y el segundo para dirigir la campaña contra los yaquis. Cuando don Venustiano volvió a Guadalajara le comunicaron que Villa había atacado la población norteamericana de Columbus, Nuevo México, la madrugada del 9 de marzo, por lo que Carranza interrumpió la gira que hasta entonces había pensado continuar hacia el sur y el sureste del país; sólo se detuvo unos días en la capital provisional, Querétaro, durante los cuales tomó dos medidas importantes: las designaciones de Obregón y de Cándido Aguilar como secretarios de Guerra y de Relaciones Exteriores respectivamente, en sustitución de Ignacio L. Pesqueira y de Acuña. El Primer Jefe se presentó al fin en la Ciudad de México el 14 de abril de 1916 y le devolvió su carácter de capital de la República.18
Entre la decena de estados que visitó Carranza de octubre de 1915 a abril de 1916, estuvieron Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro, Jalisco y Colima. En términos generales todos ellos habían sido campo de batalla contra los villistas con la consiguiente paralización de la agricultura, el comercio y la industria; destrucción de cosechas y sacrificio de reses; imposición de préstamos forzosos, saqueos, emisiones ilimitadas de papel moneda, cierre de empresas, desempleo, aumento creciente de los precios; además de que hubo otros elementos ajenos a la guerra: epidemias, sequías o inundaciones. En fin, los pobladores de esas regiones se enfrentaron a una doble tragedia, la de las muertes ocasionadas por los combates y las provocadas por la escasez endémica de alimentos que los hicieron presa fácil de toda clase de enfermedades.19 Los rasgos más sobresalientes de esos estados, desde que los empezaron a ocupar las fuerzas carrancistas hasta abril de 1916 en que la Ciudad de México recuperó su carácter de capital del país, se pueden reducir a lo siguiente: los combates librados en los alrededores de Tampico a principios de 1915 no causaron daños a las compañías petroleras, ya que los jefes militares ordenaron no disparar hacia sus instalaciones y, contra su costumbre, aceptaron que se estableciera una zona neutral para refugio de los extranjeros; éstos sólo tuvieron que lamentar la ocupación temporal de algunas casas.20 Por otra parte, la población en general padeció las consecuencias de la destrucción de las cosechas, tanto por la escasez de alimentos como por la elevación del costo de la vida, a la que se sumó la falta de papel moneda de baja denominación.21 Para remediar la situación los sindicatos de alijadores, marineros y petroleros plantearon huelgas en las que exigieron aumento de salarios.22 La más importante de ellas, fue la que iniciaron los estibadores el 30 de marzo de 1916 con el apoyo de los obreros afiliados a la Industrial Workers of the World (IWW), y que las tropas de Emiliano P. Nafarrate disolvieron a balazos causándoles muertos y heridos.23 En Nuevo León mucha gente enfermó y murió a causa del hambre,24 por lo que las autoridades nacionales dispusieron que la Secretaría de Hacienda le enviara 200 000 pesos al gobernador para que adquiriera alimentos y permitieron la libre importación de víveres de Estados Unidos.25 Los comerciantes hicieron uso del permiso pero siguieron aumentando los precios de los alimentos. Abusos similares cometió con sus tarifas la Compañía de Agua, Drenaje y Gas, así como el servicio del tren expreso al quedarse con la mitad de las mercancías que le encomendaban.26 El problema más agudo, sin embargo, fue el que plantearon las compañías mineras norteamericanas y españolas al cerrar sus negociaciones para no verse obligadas a pagar los impuestos que decretó Carranza el 1 de marzo de 1915 y que se verán en detalle en el capítulo III de esta tercera parte, porque los consideraron confiscatorios, irracionales e injustos. Las protestas de los extranjeros fueron tan amenazantes, que la Secretaría de Hacienda se vio obligada a prorrogar el plazo para cumplir con dicho decreto.27 En Coahuila circuló “una enorme cantidad” de papel moneda falsificado por M. Cirilo y Compañía en connivencia con la Eagle Pass Lumber Company. Esta última y la Estrada Lumber Company exportaron también maderas sin pagar los impuestos correspondientes, y aunque las autoridades las multaron y les decomisaron sus productos, la presión que ejerció el gobierno norteamericano logró dispensas y devoluciones.28 Los coahuilenses sufrieron también por la escasez y carestía de los alimentos, pues aunque los salarios llegaron a ser hasta de cin...

Índice

  1. PORTADA
  2. TÍTULO DE LA PÁGINA
  3. PÁGINA DE DERECHOS RESERVADOS
  4. TABLA DE CONTENIDO
  5. PRESENTACIÓN
  6. INTRODUCCIÓN
  7. PRIMERA PARTE: LA REVOLUCIÓN ESCINDIDA
  8. SEGUNDA PARTE: LA ENCRUCIJADA DE 1915
  9. TERCERA PARTE: LA CONSTITUCIÓN DE 1917
  10. SIGLAS Y ACRÓNIMOS
  11. BIBLIOGRAFÍA
  12. ÍNDICE ANALÍTICO