De neuronas a galaxias.
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De neuronas a galaxias.

¿Es el universo un holograma?

  1. 540 páginas
  2. Spanish
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De neuronas a galaxias.

¿Es el universo un holograma?

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La ciencia, hoy en día, es más un proceso de colaboración que momentos "eureka" individuales. Mediante una serie de diálogos interconectados con destacados científicos, a los que se les pide que reflexionen sobre preguntas y conceptos clave en torno al mundo físico, la tecnología y la mente, se recrea aquí este tipo de sinergia. Estos pensadores aportan tanto observaciones específicas, como comentarios más amplios sobre las tradiciones intelectuales que se han ocupado de estas preguntas, y, al hacerlo, revelan una rica veta de ideas que interactúan entre sí. La persistente paradoja de nuestra era es que, en un mundo con una capacidad de acceso a la información sin precedentes, muchas de las cuestiones más importantes siguen sin resolverse. Estas conversaciones, conducidas por un veterano escritor científico, Adolfo Plasencia, reflejan esta circunstancia de la mano de científicos y humanistas que tratan temas como la inteligencia, la conciencia, el calentamiento global, la energía, la tecnología, la materia, la posibilidad de otra Tierra, el cambio del pasado e incluso la curvatura filosófica: "De neuronas a galaxias, ¿es el universo un holograma?". Los diálogos discuten aspectos tan fascinantes del mundo físico como la función del bit cuántico, la cosmología del universo primordial o la sabiduría contenida en las antiguas piedras talladas. Ofrecen visiones optimistas pero razonadas de la tecnología, considerando la cultura de la convergencia, los algoritmos, la desigualdad Belleza? Verdad, la ética de los hackers, la inteligencia artificial y otros temas. Desde una diversa gama de disciplinas, aportan diferentes perspectivas sobre la inteligencia, abordando aspectos como la neurofisiología del cerebro, la información afectiva, la innovación colaborativa y la sabiduría de las multitudes. Este volumen es la versión extendida en español del libro "Is the Universe a Hologram? Scientists Answer the Most Provocative Questions", publicado con prefacio de Tim O'Reilly por MIT Press y Oxford University Press en su plataforma en línea.

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Información

II. INFORMACIÓN

Introducción
Los científicos de la información describen una jerarquía de lo conocido y lo conocible, en una pirámide que asciende entre datos, información, conocimiento y sabiduría. En el tercer nivel está el conocimiento, y finalmente, en la cima, está la sabiduría. Esté uno de acuerdo o no en que esta pirámide describe con precisión cómo entendemos nuestro complejo mundo, una cosa está clara: nos estamos ahogando en datos. La humanidad ahora produce, recolecta y almacena cantidades ingentes de datos, pero extraer información o conocimiento de ellos es cada vez más difícil. Puede que estemos más informados, pero no por eso somos más sabios.
En 1999, Manuel Castells publicó su libro La era de la información, en el que describía lo que él llamaba la «sociedad red».1 Estábamos en plena era del PC, el ordenador personal se había extendido por todas las latitudes. Ese mismo año, los científicos del proyecto SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence)2 tuvieron una genial y algo utópica idea. Se trataba de realizar a gran escala la búsqueda de alguna forma de inteligencia más allá de nuestro sistema solar basada en el rastreo de datos. El inmenso radiotelescopio parabólico de Arecibo, en Puerto Rico, podía recoger datos a escala sobrehumana. Pero la capacidad computacional para procesar los datos planteaba un problema al que los científicos del SETI encontraron una solución muy original y sin precedentes hasta entonces.
La genial idea fue lanzar el proyecto SETI@home, que hizo un llamamiento mundial a voluntarios para formar una comunidad distribuida de usuarios de PC que permitiera al proyecto aprovechar el «tiempo libre» de sus ordenadores domésticos. La red global distribuida resultante procesaría la profusión de datos de ese gran telescopio. La aplicación que permitió esto fue un simple salvapantallas que procesaba en millones de ordenadores personales distintos, ubicados por todo el planeta, las señales de radio del telescopio, una vez descompuesto en multitud de paquetes de datos de dos minutos. Estos fueron enviados a los colaboradores voluntarios de todo el mundo que pusieron a disposición sus ordenadores. Los resultados de ese procesado de señales del espacio se reúnen de vuelta en la Universidad de California. Se esperaba descubrir si, en alguna de las secuencias de datos capturados en el espacio, surgía algo que pudiera ser considerado o reconocido como producto de seres inteligentes.
SETI es una buena metáfora de cómo la ciencia se enfrenta a la miríada sobrehumana de datos que la tecnología a su servicio es capaz de recolectar. Para hacerse una idea de la dimensión social alcanzada, sirva el dato de que más de cinco millones de usuarios ubicados en más de 233 países distintos han participado en este proyecto aportando, hasta ahora, con sus máquinas más de 308.000 millones de horas de ordenador. Para una indicación de magnitud según Wikipedia, a fecha de 23 de junio de 2013, con más de 278.832 ordenadores activos en el sistema (1,4 millones en total), SETI@home disponía del superordenador más rápido del mundo, capaz de calcular 33.86 petaFLOPS.3 Hasta el momento la señal más prometedora analizada por SETI ha sido la SHGb02+14a,4 la cual se origina en la constelación de Piscis y Aries a 1.000 años luz de la Tierra. Es decir, que se originó, al menos, ¡hace mil años!, cuando aquí estábamos en plena etapa oscura del preMedioevo.
El proyecto SETI ofrece una visión romántica de lo que es posible en la búsqueda de vida extraterrestre. Fue concebido en gran medida por Frank Drake, quien creó la ecuación de Drake para determinar el número de civilizaciones tecnológicas que podrían existir en nuestra galaxia.5 En 1974, Drake y Carl Sagan transmitieron el «mensaje de Arecibo» desde el radiotelescopio de Arecibo, en el norte de la isla de Puerto Rico, una comunicación de dos minutos de duración que se envió en dirección al objeto astronómico M13, una acumulación de unas 500.000 estrellas muy antiguas. La comunicación, basada en el paradigma de Leibniz de que «todo puede ser expresado por un uno o su ausencia», y con una longitud de 1.679 bits, contenía información sobre el Sistema Solar, la Tierra y la especie humana, y estaba escrita en lenguaje binario (ceros y unos). Se suponía que el código binario podría ser suficientemente universal, un lenguaje que la supuesta inteligencia extraterrestre sería capaz de traducir. Sin embargo, el experimento fue en gran medida simbólico, ya que M13 está situado a 25.000 años luz de la Tierra. Cualquier respuesta inmediata, viajando a la velocidad de la luz, no llegaría a la Tierra hasta dentro de 50.000 años. ¡Quién sabe en qué se habrá convertido la humanidad y el planeta dentro 50.000 años, al paso que vamos!
Desgraciadamente la proeza liderada por Frank Drake y Carl Sagan en el gigantesco Radiotelescopio de Arecibo, ya no podrá repetirse del mismo modo y en el mismo lugar. Será algo solo para la historia. El 10 de agosto de 2020 se partió un cable auxiliar y produjo daños en el plato principal del telescopio. El 7 de noviembre del mismo año, un segundo cable se rompió y atravesó la antena principal. El 19 de noviembre de 2020 la National Science Foundation, anunció que iba a desmantelar el telescopio ante la imposibilidad de reparar los daños. Finalmente, el 1 de diciembre de 2020 por la mañana, se rompió uno de los cables que formaba parte de la estructura de soporte del radiotelescopio, derribando el radiotelescopio mismo cayendo al plato o antena esférica inferior, destruyéndola y provocando daños irreparables a su estructura.6
El ser humano vive actualmente en un mundo en el que nos enfrentamos, continuamente, a cantidades de información de una magnitud impensable hasta ahora. ¿Qué más podremos comprender sobre esta era de la información?
Actualmente, la inmensa mayoría, somos «individuos conectados» (salvo en la parte cada vez menor del planeta con geografías «desconectadas»); funcionamos de facto como creadores, multi-distribuidores y consumidores de datos digitales. Y, además, a un ritmo impresionante. Según las proyecciones7 del estudio Digital Universe Study, que se elaboró ya en 2012, de los volúmenes de datos que se proyectan para 2020 se alcanzarán 40 ZB en total, o 5.247 GB por persona, a un ritmo tal que la cantidad de datos que se genera en el mundo se duplica cada dos años. Tengamos en cuenta, además, que encontrar señales en el ruido puede resultar más difícil a medida que nuestros datos proliferan y se mulitplican.
Espero que los diálogos vienen a continuación en este libro, que son reflexiones de una serie de sabios, nos traigan algún conocimiento, e incluso algo de sabiduría, y nos lleven hacia un mayor orden en nuestro espíritu. Ellos reflexionan en las páginas que siguen, por ejemplo, de la cultura de la convergencia, o de la lógica de las ciencias de la computación frente a la de la física; del conocimiento abierto y sus aperturas; o de hacer explícito lo implícito con el código de software. De la aparición de inteligencias no-biológicas, o de recordar el futuro. Del reto de la diseminación abierta del conocimiento, la inteligencia distribuida y las tecnologías de la información; también sobre considerar y plantear la tecnología como algo pensado para hacer del mundo un lugar mejor, y sobre la idea de que un ciberpespacio más justo se consigue con una combinación de ética y tecnología, teniendo en cuenta, que encriptar ha de ser un derecho humano.
Aprendida la lección mediante muchos científicos escépticos que conozco, tengo cierta prevención con la mayoría de promotores del marketing de la tecnología, ya que, como con cualquier herramienta, la tecnología puede ser –y está siendo– utilizada, tanto para bien como para mal. Pero también tengo en cuenta opiniones como la de Dieter Bohn, quien dice que no debemos ver la tecnología como una herramienta sino, más bien, como un instrumento.8 La tecnología debe ser como un violín, no como un martillo. Algo con lo que crear nuevas cosas, en el mismo sentido en que hay que usar un libro que, como le oí decir a Umberto Eco, es una pieza de cultura que genera más cultura.9 De manera similar, podemos considerar el carácter creador y transformador de la tecnología, sin perder de vista sus consecuencias no deseadas. No voy a negar que, en muchos aspectos, mis interlocutores de las páginas inmediatas a continuación eran más optimistas que yo antes de las conversaciones, seguramente porque sabían ya mucho más que yo. Y saber más no tiene porqué llevar al pesimismo. Todo lo contrario.
1 Manuel Castells: «The Rise of the Network Society», en The Information Age: Economy, Society, and Culture, vol. 1, Oxford, Blackwell Publishing, 2010 (hay version en español: La era de la información, vol. I, La Sociedad Red, Alianza Editorial, 2005.
2 SETI Institute: «Who We Are / Our Mission» (Instituto SETI: «Quiénes somos / Nuestra misión»), en línea: <https://www.seti.org/about-us/mission> (consulta: 12/1/2020).
3 Un petaflop es el cómputo de 1015, es decir 1.000.000.000.000.000 (mil billones) de operaciones en coma flotante por segundo (FLOPS) (http://www.webopedia.com/TERM/P/petaflop.html).
4 «Fuente de radio SHGb02+14a» (https://en.wikipedia.org/wiki/Radio_source_SHGb02%2B14a; modificado: 22/6/2019).
5 La ecuación de Drake, inventada por Frank Drake mientras trabajaba como astrónomo en el Observatorio Nacional de Radioastronomía en Green Bank, West Virginia, ofrece una forma de delimitar el número de posibles civilizaciones tecnológicas en el universo mediante «la identificación de factores específicos que se piensa que juegan un papel en el desarrollo de tales civilizaciones». Instituto SETI: «La ecuación de Drake», en línea: <https://www.seti.org/drake-equation-index> (consulta: 12/1/2020).
6 Información sobre el colapso del Radiotelescopio de Arecibo, Wikipedia, editado por última vez el 9 dic 2020, <https://es.wikipedia.org/wiki/Radiotelescopio_de_Arecibo>.
7 John Gantz & David Reinselhe: Digital Universe in 2020: Big Data, Bigger Digital Shadows, and Biggest Growth in the Far East, en línea: <https://es.slideshare.net/arms8586/thedigital-universe-in-2020> (consulta: 15/8/2013).
8 Dieter Bohn: «Technology Isn’t a Tool, It’s an Instrument», The Verge, en línea: <http://www.theverge.com/2015/10/11/9493425/technology-isnt-a tool-its-an-instrument> (consulta: 11/10/2015).
9 Lila Azam Zanganeh: «Umberto Eco: The Art of Fiction No. 197», The Paris Review, 185, Sumer 2008, en línea: <http://www.theparisreview.org/interviews/5856/the-art-of-fiction-no-197-umberto-eco>.

12 Cultura de la convergencia: donde los antiguos y los nuevos medios colisionan

Henry Jenkins y Adolfo Plasencia
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Henry Jenkins. Fotografía de Douglas Morgenstern
Cómo ampliar el acceso a las nuevas habilidades sociales y competencias culturales constituye, sin duda, el nuevo «currículo oculto».
No se trata de sustituir la alfabetización cultural tradicional por la alfabetización mediática. Se trata de ampliar la forma en que aprendemos y cómo procesamos esa información.
Henry Jenkins
Henry Jenkins es Provost Professor of Comunication, Journalism y Cinematic Arts and Education en la Annenberg School for Communication and Journalism de la Universidad del Sur de California (USC), en Los Ángeles.
Henry Jenkins llegó a la USC desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde fue profesor Peter Florez en Humanidades. Dirigió el programa de posgrado de Estudios Comparados de Medios (Comparative Media Studies) del MIT entre 1993 y 2009, estableciendo una innovadora agenda de investigación en una época de cambios fundamentales en la comunicación, el periodismo y el entretenimiento. Fue investigador principal en el MIT del Proyecto New Media Literacy, un grupo que se originó como parte de la Iniciativa de Aprendizaje y Medios Digitales MacArthur, y también ha dirigido el consorcio Convergence Culture, que construyó puentes entre los investigadores académicos y la industria de los nuevos medios digitales para ayudar a informar el replanteamiento de las relaciones de consumo en una era de cultura participativa. Jenkins escribió un libro blanco sobre el aprendizaje en una cultura participativa que se ha convertido en el trampolín para los debates sobre las nuevas alfabetizaciones en nuevos medios digitales alrededor del mundo, y su grupo ha desarrollado y probado materiales de educación y programas de desarrollo profesional para poner estos conceptos en acción.
Jenkins dirige ahora el grupo de investigación Civic Paths en la USC Annenberg School, que actualmente está explorando la «Civic Imagination» (Imaginación cívica) gracias a la financiación de la Fundación MacArthur. Su trabajo previo se presentó en su ensayo By Any Media Necessary: The New Youth Activism (Por cualquier medio disponible: el nuevo activismo juvenil).
Entre sus publicaciones se encuentran Textual Poachers: Television Fans and Participatory Culture (Piratas de textos: Fans de televisión y cultura participativa) (Routledge, 1992); Hop on Pop: The Politics and Pleasures of Popular Culture (Hop on Pop: La política y los placeres de la cultura popular) (Duke University Press, 2003); Convergence Culture: Where Old and New Media Collide (Cultura de la convergencia: donde los viejos y los nuevos medios colisionan) (NYU Press, 2006); Fans, Bloggers and Gamers: Exploring Participatory Culture (Fans, bloggers y jugadores: explorando la cultura participativa) (NYU Press, 2006); Spreadable Media: Creating Meaning and Value in a Networked Culture (Cultura transmedia: creando significado y valor en una cultura en red) (NYU Press, 2006); By Any Media Necessary: The New Youth Activism. Connected Youth and Digital Futures ...

Índice

  1. Cubierta
  2. Anteportada
  3. Portada
  4. Página de derechos de autor
  5. Dedicación
  6. Citación
  7. Contenido
  8. Prefacio
  9. Agradecimientos
  10. Cómo surgió este libro
  11. Ideas poderosas tratadas en el libro
  12. I. EL MUNDO FÍSICO
  13. II. INFORMACIÓN
  14. III. INTELIGENCIA
  15. IV. EPÍLOGO
  16. V. APÉNDICE
  17. V.I. Intento de una breve caracterización conceptual del COVID-19 (y sus congéneres)
  18. V.II. Marco: la existencia del sars-CoV-2 Se alterna entre los lados de la borrosa frontera entre lo No-Vivo y Lo Vivo
  19. V.III. Nuevas responsabilidades globales en el siglo XXI
  20. V.IV. Conclusión: Un mundo que ignorábamos
  21. ÍNDICE ONOMÁSTICO
  22. ÍNDICE ANALÍTICO