Historia de la geología

Una introducción

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• Editorial: Montesinos
• Año: 2006
• ISBN:
  9788496356801
• Categoría: Ciencias físicas
• Categoría: Geografía

Esta introducción a la historia dela Geología se inicia en el siglo XVI, a las puertas de la revolución copernicana, que convertirá la Tierra en un planeta y hará posible, conceptualmente, su estudio científico. A partir de aquí se considera la evolución de la geología, primero como una parte de una difusa historia natural, y después ya como disciplina, teniendo en cuenta no solamente las cuestiones internas de la misma, sino también los acontecimientos filosóficos e históricos que influyeron en ella.

HISTORIA DE LA GEOLOGÍA

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José Alsina Calvés

HISTORIA

DE LA GEOLOGÍA

Una introducción

M O N T E S I N O S

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Colección dirigida por Salvador López Arnal

© José Alsina Calvés

Edición propiedad de Ediciones de Intervención Cultural Diseño: Elisa N. Cabot

Imagen de cubierta: Isabel López Arango ISBN: 84-96356-80-9

Depósito legal: B-27.363-06

Imprime Novagràfik

Impreso en España

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A Álvaro, mi hijo, a quien creo haber transmitido mi amor a la naturaleza y a las ciencias naturales.

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A ti, yunque del aire, pensativa

de las altas y puras soledades;

a ti, duro tambor de tempestades,

armadura de siglos: piedra altiva.

A ti, en líneas y números cautiva,

vertical ambición de eternidades;

a ti, rostro sin voz de las edades

desnudo de cinceles: piedra viva.

A ti, cuando tu parto de la aurora,

cuando a eternos laureles elevada,

cuando fría en la sombra del secreto, cuando libre en la forma triunfadora, que canten en tu carne reposada

los catorce martillos del soneto.

DIONISIO RIDRUEJO.

Sonetos a la piedra. Primer soneto

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INTRODUCCIÓN

La historia de la Geología

o la historia de una ciencia histórica Cuando el historiador de la ciencia se enfrenta con su tarea, debe siempre empezar con una serie de justificaciones. No se trata de justificar los estudios de historia de la ciencia en sí mismos, esto sería propio de acomplejados, pero sí debe explicar por qué va a hacer unas determinadas cosas en vez de otras.

La historia de la ciencia es una disciplina compleja, equidis-tante del discurso científico, de la historia propiamente dicha y también de la filosofía. Esta complejidad hace que puedan utilizarse diversos enfoques, casi todos legítimos. Precisamente en función de esta pluralidad es bueno que indiquemos al lector qué razones nos han movido a preferir unos a otros.

Podemos enfatizar los aspectos internos de la ciencia, o podemos hacerlo con las características del medio social en el que va a desarrollarse. Podemos destacar la psicología individual de los científicos protagonistas, o podemos demostrar más interés por la sociología del conocimiento. Podemos demostrar más interés por la historia de las ideas o historia intelectual, o bien estudiar con más detalle las infraestructuras económicas y los modos de producción. Podemos también, y esto es lo que intentaremos en nuestro caso, mantener un cierto equilibrio entre estas opciones y tratar de realizar un estudio sincrético.

No acaban aquí nuestras afinidades electivas. Siempre que se hace historia de la ciencia hay una filosofía de la ciencia, aunque sea implícita, que da sentido y orienta la investigación. De la misma forma siempre (o casi siempre) que se hace filosofía 11

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de la ciencia hay que recurrir, en algún momento, a ejemplos historiográficos que ilustren y corroboren las tesis filosóficas que se sustentan.

Trabajar desde una filosofía de la ciencia implica un método.

Para explicitar este método realizaremos una revisión crítica de las corrientes más actuales de la metodología de la ciencia o epis-temología. Nuestra búsqueda será pragmática: no buscamos la teoría verdadera que nos proporcione el método verdadero, sino que buscaremos aquellas construcciones teóricas que se adapten mejor a las características de la materia que queremos estudiar.

Diremos de entrada que nos situamos en una perspectiva post-kuhniana de la historia y la filosofía de la ciencia. Consideramos que la publicación de La Estructura de las Revoluciones Científicas (ERC a continuación), marca un antes y un después, un auténtico giro copernicano en este tipo de estudios. Sin embargo la historia no se detiene en Kuhn: su propio pensamiento sufre una evolución, que se manifiesta en el Postscriptum, y después irán apareciendo otros modelos, como los Programas de Investigación de Lakatos, las Tradiciones de Investigación, de Laudan, la Epis-temología Evolucionista o las teorías del cambio conceptual.

Comenzaremos con una revisión, aunque sea somera, del pensamiento de Kuhn, como iniciador de una nueva tradición de investigación que algunos han llamado nueva filosofía de la ciencia.

La nueva filosofía de la ciencia se caracterizaría por un conjunto de postulados que serían compartidos no solo por Kuhn y sus seguidores más fieles, sino también por otros autores que han elaborado modelos de cambio científico alternativos, y que se han mostrado críticos con algunos aspectos del pensamiento kuhniano. Estos postulados serÍan:

1. La historia de la ciencia es la principal fuente de información para construir y poner a prueba los modelos sobre la ciencia.

2.No hay una única manera de organizar conceptualmente la experiencia.

3. Las teorías científicas se construyen y se evalúan siempre 12

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dentro de marcos conceptuales más amplios: los paradigmas o matrices disciplinares de Kuhn; los programas de investigación de Lakatos; las tradiciones de investigación de Laudan, serían ejemplos de estos marcos conceptuales.

4. Los propios marcos conceptuales cambian. Aunque son estructuras con una vida media más larga que sus teorías asociadas, en ninguna manera son entidades fijas o ahistóricas.

5. La ciencia no es una empresa totalmente autónoma. Dado que no hay un proceso algorítmico para la evaluación y comparación de teorías o, al menos, no hay una medida universal de su éxito, en las situaciones de cambio científico los factores de tipo

“externo” (ideológicos, sociales, psicológicos) pueden jugar un papel en el desarrollo científico. A partir de aquí puede haber diferentes valoraciones de la intensidad de este papel.

6. El desarrollo de la ciencia no es lineal ni acumulativo. El cambio científico es el resultado del conflicto entre teorías rivales, y este conflicto se resuelve casi siempre con la aceptación de una teoría y el rechazo de su rival. Esto puede traer consigo pérdidas explicativas.

7. La ciencia es una empresa cuya racionalidad no se puede determinar a priori. Los estándares o principios normativos se extraen del registro histórico de la ciencia exitosa.

8. Los propios modelos de desarrollo científico carecen de una base neutral de contrastación. La base para poner a prueba estos modelos filosóficos es la historia de la ciencia, pero como no existe una historia de la ciencia metodológicamente neutral, se plantea como apremiante el problema de establecer las relaciones e interacciones entre historia de la ciencia y filosofía de la ciencia.

Este conjunto de premisas constituye la gran aportación de Kuhn a la nueva filosofía de la ciencia. Serán la base del compromiso teórico compartido con el conjunto de autores que se moverán en esta línea de pensamiento, aunque sean críticos con algunos aspectos (o con muchos) del pensamiento kuhniano.

El pensamiento kuhniano en sentido estricto se articula, como 13

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ya es sabido, en torno a tres conceptos fundamentales: paradigma, ciencia normal y revolución científica.

El concepto de paradigma, fundamental en el pensamiento de Kuhn, adolece de una cierta ambigüedad. El propio Kuhn ha reconocido esta crítica en escritos posteriores a la ERC. Sin embargo insiste en que por encima de los distintos usos del término hay un concepto globalizador que se refiere a “todos los compromisos compartidos de un grupo científico”. Los diferentes usos del término serían, en última instancia, subconjuntos o aplicaciones particulares del concepto genérico.

En este sentido, otra aceptación bastante frecuente del término paradigma, como ejemplo o resolución ejemplar de un problema, sería un subconjunto de la primera aceptación, pues entraría dentro de los compromisos compartidos. De hecho Kuhn toma el término de la gramática, y más concretamente de la conjugación de los verbos: En la gramática, por ejemplo, “amo, amas, amat” es un paradigma, debido a que muestra el patrón o modelo que debe utilizarse para conjugar gran número de otros verbos latinos, v. gr.: para producir “laudo, laudas, laudat” 1 (p. 51).

El concepto de ciencia normal está estrechamente ligado al de paradigma:

El éxito de un paradigma (…) es, al principio, en gran parte, una promesa de éxito discernible en ejemplos seleccionados y todavía incompletos. La ciencia normal consiste en la realización de esta promesa, una realización lograda mediante la ampliación del conocimiento de aquellos hechos que el paradigma muestra como par-1. Thomas S. Kuhn (1975) La estructura de las revoluciones científicas.

Fondo de Cultura Económica.

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ticularmente reveladores, aumentando la extensión del acoplamiento entre estos hechos y las predicciones del paradigma, y por medio de la articulación ulterior del paradigma mismo (p. 52).

La ciencia normal es, pues, la ciencia que se practica en el se-no de un paradigma constituido, es decir, a partir de unos compromisos compartidos y con la finalidad de desarrollar las ex-pectativas que genera el propio paradigma.

El tercer concepto fundamental del pensamiento kuhniano es el de revolución científica. Kuhn lo define de la siguiente manera: Las revoluciones científicas se consideran aquí como aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible (p. 149).

Pero lo realmente original del concepto de revolución científica en Kuhn estriba en los mecanismos que propone para su realización. Dado que se enfrentan don paradigmas incompatibles, no existen instancias superiores a las que recurrir, y tampoco existe un lenguaje neutral al cual puedan traducirse las proposiciones de ambos paradigmas rivales para su contrastación.

Esta falta de una instancia superior ha valido a Kuhn la acusación de irracionalismo. Al no haber criterios racionales para adherirse a un paradigma o a su rival, los elementos decisivos van a ser de naturaleza irracional. Aunque el propio Kuhn ha rechazado estas acusaciones, veremos otros modelos en que partiendo de presupuestos cercanos a los suyos se intenta diseñar un modelo de cambio que pueda ser evaluado racionalmente.

No es nuestro objetivo discutir los pros y contras del pensamiento de Kuhn, ni las polémicas en torno al mismo . Pero sí debemos señalar que iniciaremos nuestro estudio a partir de un determinado periodo histórico, elección que después justificare-15

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mos, en que no puede hablarse de la existencia de un paradigma en geología.

Nuestra historia empezará cuando la geología se perfilaba como una disciplina difusa dentro de un contexto intelectual mucho más amplio aunque no demasiado bien definido: la historia natural. Si bien es cierto que Kuhn se refiere a estos periodos de la historia de la ciencia como ciencia preparadigmática nos dice muy poco sobre ellos. Por tanto, aunque el instrumento conceptual kuhniano nos será útil, especialmente a partir de un determinado momento de nuestra historia, necesitamos ampliar-lo para poder analizar determinados periodos.

Ampliaremos nuestro armazón conceptual con las ideas de Larry Laudan. En su libro El Progreso y sus problemas 2 Laudan expone su modelo de cambio científico, donde el concepto fundamental son las tradiciones de investigación (TI). Al igual que Kuhn, Laudan cree que las teorías científicas son insuficientes para entender las dinámicas de cambio, y que hay que agruparlas en elementos más amplios: estos son las TI, que juegan un papel análogo a los paradigmas o a los programas de investigación.

Pero las TI presentan una flexibilidad mucho mayor que los modelos anteriormente reseñados, lo que les permite describir con mayor exactitud determinados procesos históricos como los que pretendemos estudiar. Las características de las TI serían: Toda TI se caracteriza por un cierto número de teorías específicas, que la ejemplifican y la constituyen parcialmente; algunas de estas teorías serán contemporáneas, otras serán sucesoras temporales de teorías anteriores.

Toda tradición de investigación implica determinados compromisos metafísicos y metodológicos que caracterizan a una TI y la distinguen de otras.

2. Laudan, L. (1986) El progreso y sus problemas. Ed. Encuentro, Madrid. (1ª Edición inglesa, 1977).

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Cada TI (a diferencia de las teorías específicas) discurre a través de un cierto número de formulaciones diferentes, pormeno-rizadas (y en ocasiones contradictorias) y puede extenderse a lo largo de un considerable periodo de tiempo.

Es importante señalar que dentro de una TI pueden darse importantes procesos de cambio conceptual. No hay un centro firme, o al menos no es invariable. Esta mayor flexibilidad del modelo se debe a que se considera unidad básica del progreso científico la resolución de problemas.

Otro aspecto muy interesante del pensamiento de Laudan es su inclusión de las TI en el campo más amplio de la historia intelectual o historia de las ideas. La conexión entre ideas científicas con otras ideas de tipo filosófico, metafísico o religioso es un aspecto importante, especialmente si se considera que esta conexión no tiene por qué ser regresiva, y puede, en ocasiones, ser progresiva. Esto es de especial interés, especialmente para el inicio de nuestro estudio: la geología entre los siglos XVI y XVIII, cuando el campo delimitativo no está bien definido, y cuestiones como el Diluvio universal o la cronología bíblica juegan un papel importante. La teoría diluvial jugó un papel progresivo para resolver el problema de los fósiles y asignarles origen orgánico, o para elaborar el concepto de estrato o de diagénesis.

Hay elementos importantes del modelo de Laudan que podemos utilizar para el método historiográfico que intentamos sintetizar. Consideremos, por ejemplo, que la historia de la geología desde Steno a Buffon constituye una tradición de investigación.

La concepción discontinua o particulada de la materia, en clave mecanicista, sería uno de los compromisos ontológicos básicos de esta TI. El método deductivo, aunque presentado en forma inductiva sería uno de los compromisos metodológicos.

En el desarrollo de esta TI se producen importantes cambios conceptuales, pero también hay elementos invariantes dignos de mención. Así el concepto de estrato, la diagénesis, el principio de la superposición y el de continuidad serían elementos teóri-17

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cos importantes que no varían. El cambio conceptual más importante sería el paso de considerar el agua como elemento princi...

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