Autismo | Transferencia | Invención
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Autismo | Transferencia | Invención

Ciclo Internacional / la cigarra web intercambios

  1. 164 páginas
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Autismo | Transferencia | Invención

Ciclo Internacional / la cigarra web intercambios

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Citas

Información del libro

"La idea de armar un coloquio fue una especie de botella al mar. Como efectores públicos de salud, siendo un servicio del hospital público, teníamos muchísimas ganas de empezar a intercambiar con otros dispositivos que trabajaran con psicosis y autismo, desde el psicoanálisis de orientación lacaniana.Convocamos a la Fundación Avenir de Córdoba, Argentina; la Associació TEAdir de Cataluña, España; a las Escuelas Infantiles Patinete y el Espacio Torreon de Zaragoza, España; a hacerLugar de Buenos Aires, Argentina; a L'Antenne 110 de Genval, Bélgica. Les propusimos una conversación centrada alrededor de tres interrogantes que operasen como ejes articuladores del debate: ¿Cómo es posible que, partiendo de lecturas similares, teniendo las mismas referencias en los textos, cada quien hubiese inventado un dispositivo de notable eficacia pero absolutamente disímil de los otros? Y si cada dispositivo ha devenido un arreglo en sí mismo para poder producir algún orden de encuentro con eso que es también un arreglo del lado del autismo, y a ese encuentro de invenciones lo llamamos transferencia, transferencia en el autismo: ¿dónde situar sus detalles y cómo concebirla? Por último: si el dispositivo llama de algún modo a la construcción de una solución distinta para cada parlêtre, ¿es posible situar el acto del analista en un dispositivo colectivo, causando el surgimiento de esa nueva solución?El dispositivo ideado para poner al trabajo los interrogantes: cada institución debía presentar un caso a ser debatido por otra, para causar la conversación general. Lo fuimos logrando y de una manera preciosa, tanto por la transferencia de trabajo en acto, con el consecuente efecto de transmisión del psicoanálisis en relación al autismo y la psicosis, como por lo que cada uno y la cigarra en particular, recibió como interpretación" (Gustavo Slatopolsky).

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Información

Año
2021
ISBN
9789878372945

Segundo encuentro

11 de noviembre 2020

Apertura

Martina Cicchetti

Buenas tardes en Argentina y América, buenas noches en Europa. Hoy me toca abrir este segundo encuentro del ciclo sobre autismo, transferencia e invención.
En primer lugar, quería agradecer a cada uno de los dispositivos con los cuales, me parece a mi, estamos marcando el inicio de una serie de intercambios. Hoy tiene la forma de ciclo de tres encuentros, pero seguramente surgirán nuevos modos de encontrarnos y conversar. Agradecer porque ha sido muy placentero todo el armado y sumamente interesantes las preguntas que fueron y van surgiendo; hay clínica, lectura y posibilidad de repensarnos cada vez. Por eso: Associació TEAdir de Barcelona, Escuelas Infantiles Patinete y Espacio Torreón de Zaragoza, Antenne 110 de Bélgica, Fundación Avenir de Córdoba, Argentina y dispositivo soporte hacer Lugar de Buenos Aires, muchas gracias. Por supuesto también a mi querida cigarra, que junto a todo el equipo siempre vamos un poco más allá. Esto me da pie para volver a decir que estamos en dos Zoom en simultáneo. Uno en español y otro en francés, en el cual las traductoras y Christophe, están haciendo un trabajo increíble para que podamos sumarnos todos. Quiero hacer un especial agradecimiento y destacar la función de Lorena Buchner, Micaela Frattura, Guillermina Laferrara, Josephine Bataille y Cristophe Le Pöec, que siendo analistas se sumaron con mucho entusiasmo a esta locura que nos propusimos. Y sí, escucharon bien, son analistas que ofician de traductores en simultáneo. Muchas, muchas gracias.
Me parece importante destacar algunas cuestiones que surgieron durante el primer encuentro. Algunas preguntas que quedaron planteadas, que podríamos retomar como orientación en la lectura del ciclo.
En primer lugar, recorto como pregunta central: ¿cómo la transferencia se anuda en cada dispositivo? Porque cada uno demuestra una eficacia clínica notable pero, al mismo tiempo, se empiezan a ubicar ciertas diferencias de lecturas.
Ahora bien, otras preguntas: ¿qué sanciona el “hay del analista”? ¿Es efecto del acto de un Uno, de aquello que marca un antes y un después en las coordenadas de goce del parlêtre, o bien se puede pensar en tanto efecto de la transferencia al dispositivo? Aquello que se va ubicando muy bien sobre las diferencias de cada unos de los dispositivos, sobre cómo se espera, cómo se recibe y se acompaña al parlêtre en su iteración.
Esto lleva a otra pregunta: el miércoles pasado se planteó la transferencia institucional como una transferencia plural donde se juega la partida cada vez, donde los intervinientes se vuelven necesarios para el trabajo y las construcciones del sujeto. Ahora bien, esa necesariedad del interviniente, ¿no deberíamos considerar que constituye un lazo preferencial? ¿No habría una diferencia ubicable entre la transferencia a un Uno y la transferencia a la institución?
Por último, hay algo que me gustaría que podamos retomar sobre la afectación del cuerpo; algo hace acontecimiento para el parlêtre, pero también para el analista, en los cuerpos, se pone en juego goce, transferencia, y agregaría cierto lazo amoroso; entonces, ¿qué es lo que hace que una intervención tenga “efecto” de resonancia?
Les propongo sostener estas preguntas para intercambiar lecturas y darnos espacios de trabajo… vayamos a las presentaciones del día. En primer lugar, va a presentar Gracia Viscasillas por las Escuelas Infantiles Patinete y el Espacio Torreón, de Zaragoza. Y luego Marita Manzotti, por hacer Lugar, de Buenos Aires.
Después de las presentaciones habrá dos breves comentarios, uno de Matías Meichtri Quintans por la Fundación Avenir. El siguiente de Marta Gutiérrez y Howard Rouse por la Associació TEAdir.

Escuelas Infantiles Patinete y Espacio Torreón
Zaragoza, España

Gracia Viscasillas (*)

Hola a todos. En primer lugar, agradecer a Gustavo Slatopolsky y a la cigarra en pleno, por la invitación a este espacio, a esta locura –habéis dicho–, una locura que esperamos sea muy productiva. Para nosotros lo ha sido ya, productiva, a lo largo de todos los encuentros que hemos mantenido y que han constituido un working progress impresionante. Agradecer también a todas las instituciones que participan y a todas las personas que están asistiendo a estos encuentros y de las que esperamos también su participación.
Os presentaré en primer lugar unas líneas de las instituciones de las que hablaré hoy. Las Escuelas Infantiles Patinete y el Espacio Torreón son instituciones privadas, fundadas por un psicoanalista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, Pedro Gras Castellón, (**) que también nos acompaña hoy. Estas instituciones están inscritas en el ámbito educativo y sanitario, respectivamente. Pero más allá de ello, las definimos como “atravesadas” por el psicoanálisis, atravesamiento que descompleta el ideal educativo y el ideal curativo. En ambas instituciones trabajamos desde la orientación de la pratique à plusieurs, apuntando a un tratamiento del Otro que tenga efectos en el sujeto. En ambas, ocupan un lugar importante las reuniones de coordinación clínica del equipo.
En Patinete, desde hace 28 años, atendemos a niños desde meses hasta 3-4 años, entre los cuales algunos de ellos presentan autismo u otro tipo de dificultades. Definimos Patinete como una institución de geometría variable, en el sentido de que está abierta a la modificación de ritmos, tiempos, espacios, en la consideración de atender a la singularidad que un niño pueda presentar y requerir atender. Algo que nos caracteriza es también la apertura de la institución a las familias, que suelen acompañar a sus hijos en todo un primer tiempo –variable en cada caso– al inicio de su recorrido.
El Espacio Torreón abrió sus puertas hace 9 años. Es un espacio poliédrico, con múltiples vías que pueden entrecruzarse: están las tardes de trabajo en talleres en pequeño grupo y en diversos espacios, tratamientos individuales en diversas áreas, apoyo escolar, trabajo con familias. Atendemos a niños y jóvenes de tres a veintitantos años, atentos también a las necesidades que surgen conforme van creciendo. Por ejemplo, con los adolescentes, incluimos salidas a la ciudad, y ha ido surgiendo la creación de un blog en el que escriben sobre sus intereses, así como un programa de radio en el que cada uno tiene su sección y a la que también pueden invitar a otros. Comenzaré ahora a leer el trabajo que hemos preparado para este encuentro.

Lo que el psicoanálisis aporta al autismo y lo que el autismo aporta al psicoanálisis

“La transferencia es la gran ausente de la ultimísima enseñanza de Lacan”, nos recuerda Jacques-Alain Miller en El ultimísimo Lacan, (3) y añade: “porque la transferencia supone un Otro bien establecido y bien armado”. En el autismo nos confrontamos justamente a un parlêtre que cortocircuita el acceso al Otro. Y, sin embargo, muchos colegas afirmamos que el trabajo con el autista conlleva la transferencia. Se abre entonces un campo de investigación y formalización alrededor de esta cuestión, que es propicio a adentrarse en la última enseñanza de Lacan, y que conlleva la cuestión de cómo hacerse existir para el niño autista.
Desde nuestra experiencia, planteamos una distinción que, a efectos de diferenciación, hemos llamado –tal vez no muy acertadamente–, transferencia como efecto y transferencia como producto, como producción. De momento, nos situamos ante algo que nos interroga, pero le damos curso para pensarlo en esta oportunidad del “entre varios”.

Transferencia como efecto

Partiremos de una expresión de Antonio Di Ciaccia: “inventar una modalidad de acción que le sea conforme al niño autista”. Esta modalidad de acción bien podemos decir que puede tomar el nombre de pratique à plusieurs, teniendo en cuenta que en cada institución se hace una declinación particular de esta fórmula.
Consideramos que cada una de las instituciones que participamos en este ciclo ha inventado “una modalidad de acción que le sea conforme al niño autista”, y que esa invención ya está ahí antes de que un niño cruce el umbral de la institución. Cuando cruza ese umbral, se encuentra con un lugar y un Otro, pluralizado, no invasivo, un lugar fuera de exigencia, unos otros que van a acoger sus modos de estar allí, que van a estar atentos al detalle, y que van a intentar asociarse a su hacer buscando siempre el consentimiento del sujeto. En suma, esta “modalidad de acción” crea una cierta “atmósfera” –término que también tomamos de Di Ciaccia– que hace el lugar “vivible” para el niño.
Esto crea “efectos transferenciales”, y que estarían en la base de lo que denominamos transferencia como “producción”, como “producto”.
Respecto a la invención, es a la invención que cada institución supone, que aplicaríamos este término. A partir de ahí, reservaremos el término “invención” para nombrar aquello que el autista inventa para defenderse de la intrusión del Otro, lo que inventa para construir un neo-borde que, con el consentimiento a los hallazgos de los intervinientes, pueda hacerse más permeable y abrir al lazo con los otros.

Transferencia como producto

Nos referiremos aquí a la transferencia como producción de algo nuevo en el lazo al Otro, a la transferencia como “acontecimiento” en el trabajo con un niño autista: “un acontecimiento se produce y determina un origen, separa un antes y un después”, señala Jacques-Alain Miller en Un esfuerzo de poesía. (4) Cuando se produce este momento, es algo que hace acontecimiento para el niño y también para el analista, para el interviniente, que puede ocupar a partir de ahí un lugar de partenaire –en sentido fuerte– del autista.

Marco

Se trata de un niño de 9 años que acude a Torreón, y en cuya presentación se va decantando la imbricación del significante, imperativo, y el cuerpo, un cuerpo que él no posee. Su objeto privilegiado son los coches: él es el coche. Los acapara en sus manos y caen, o bien los hace caer por rampas de garaje o superficies, gritando angustiado “accidente, accidente”, con su cuerpo en tensión, al tiempo que retiene las cacas que, en la imposibilidad, manchan el calzoncillo; pareciera como si él mismo se fuese con las cacas. Se observa un sufrimiento extremo. Él trae su solución, precaria: taponar los agujeros; es lo que hace con la retención imposible de las cacas, y con el intento de tapar con plastilina todos los agujeros.
En los diferentes talleres, los diferentes intervinientes -según su estilo, pero también teniendo en cuenta lo que se transmite que ha funcionado–, irán aportando soluciones que a Marco le van sirviendo en los momentos puntuales. Todas ellas retoman la lalengua de Marco y sus soluciones.
Por ejemplo, introducen dispositivos de rescate (ambulancia, bomberos, grúa…), kits de reparaciones diversas, semáforos; ponen distintos tonos de voz aligerando los mandatos imperativos, que también enuncia en referencia a las cacas; cantan canciones que incluyen palabras sobre los coches; otra transforma en un rap sus mandatos; juegos en columpio que retoman su “preparados, listos, despegue…”, en los que el niño elige “un cohete”, “un tractor”, “un coche de carreras”…, y en los que la interviniente va introduciendo escansiones; otro introduce recuadrar un folio escribiendo “taller de reparaciones”, y el niño va colocando allí los coches; otra hace bolitas de plastilina que el niño toma para tapar agujeros, otro hace bordes de plastilina que Marco retoma y hace él mismo; se delimitan zonas con materiales y él las bordea con cojines; recurren a la escritura de lo que dice, a veces transformándola en relato; hablan à plusieurs; prestan su cuerpo dejándose tomar los brazos con los que el niño se envuelve en los momentos de agitación y en los momentos de pasaje de un espacio a otro… Haré en relación a esto último un pequeño señalamiento. Es de la reunión de ayer mismo, en la que Marina, una de las psicomotricistas, nos hace una indicación preciosa: la manera que este niño tiene de tomarnos los brazos para aferrar su cuerpo es como el cinturón de seguridad de un coche, es así como quedan nuestros brazos sobre su cuerpo.
Y todo ello, intentando una presencia no invasiva, no demandante, que guarda los silencios y recorta palabras, pues el objeto voz está muy presente para este niño. Como decimos, son intervenciones “reparadoras”, que le sirven para los momentos de crisis, y algunas de las cuales solicita y asocia a uno u otro interviniente. Hay sonrisa, hay mirada, hay apaciguamiento, pero el “accidente” insiste. Hay efectos transferenciales, y todos ellos hacen a la transferencia a Torreón: “Torreón, torreón, le gusta el torreón”, canta.
Pero un día hay una intervención que se recorta. Alberto, uno de los intervinientes con los que ha estado trabajando desde el inicio, ante un coche que Marco hace caer y el “accidente, accidente”, enuncia tranquilamente bajo la cobertura de otro coche que él toma: “En Torreón hay 0 accidentes”. Algo ocurre ahí, algo se detiene que se observa también en la corporalidad.
Marco toma este enunciado. Lo dirá al entrar a Torreón dirigiéndose a Alberto, lo repetirá y pedirá repetir en ocasiones, ante la inminencia del accidente, y le sacará de ello.
En la continuación del trabajo, pedirá a Alberto dibujar un cohete, que él mismo pintará y que, por primera vez, pide llevarse a casa. Los padres nos dirán que lo ha puesto en su habitación y que lo llama “El cohete de Alberto”, y que Alberto está muy presente en la casa. Además, dicen que ha surgido un interés nuevo por los planetas.
Ahora, saluda a Alberto y le llama por su nombre. Comienza a introducir no sólo coches, sino también muñecos en...

Índice

  1. Portadilla
  2. Legales
  3. Prólogo, Bruno de Halleux
  4. Primer encuentro. 4 de noviembre 2020
  5. Segundo encuentro. 11 de noviembre 2020
  6. Tercer encuentro. 18 de noviembre de 2020