La sucesión del mayordomo

Fernando Conde Moller

• Editorial: Estrella Editorial
• Año: 2021
• ISBN:
  9788418582103
• Categoría: Business
• Categoría: Accounting

Fernando Conde Moller es un referente español como consultor de estrategia de inversión y gestión inmobiliaria de familias empresarias, con la misión de velar por las siguientes generaciones. Con más de treinta años de experiencia en el sector inmobiliario, en 2011 impulsó lo que es hoy la FOMM (www.FOMM.es), un foro excepcional entre iguales para que directores de las principales oficinas de familia (family offices) y miembros de las propias familias encuentren un lugar donde intercambiar buenas prácticas en la gestión de las complejidades de este tipo de asuntos, así como de la gestión de sus patrimonios. Este es un libro de obligada lectura para todos aquellos líderes de familia y directores de FO, con el fin de encontrar las claves de una ordenada sucesión en una de las figuras de mayor responsabilidad en el entorno de una familia empresaria, el director general de un family office, llamado en estos círculos profesionales, coloquial y cariñosamente, el «Mayordomo». Es habitual tener preparada la sucesión en la gestión de la empresa. Pero ¿y en la gestión de los asuntos de familia, su incidencia en la empresa, su patrimonio común?; en definitiva, ¿en la del legado familiar? El autor invita a reflexionar de una manera abierta a quienes han de tomar esta decisión que resulta crítica en el entorno de las familias empresarias.

1. Malica se marcha

Notó que Sofía estaba tensa y malhumorada. Como suelen hacer los que llevan ya unos años casados, dejó pasar un tiempo hasta encontrar el momento para preguntarle qué le preocupaba. Su respuesta fue «Malica se marcha». Trató de convencerla de que eso pasa a menudo en todas las familias y que siempre se encuentra una sustituta. «No te preocupes por eso, mujer», intentó consolarla. Y se puso a dormir…

Pero, desde que Malica le soltó la noticia, la cabeza de Sofía no dejaba de pensar en el problema que se le avecinaba. No solo a ella, sino a toda la familia, pero era su responsabilidad, su misión y su cometido. Para los demás, en cambio, era algo fácil. Mamá lo solucionará y todo irá tan bien y tan fluido como siempre.

Malica sabía que a Antonio le gustaban las camisas con los dobles puños bien marcados y los cuellos almidonados, un bocadillo de pavo y un zumo de naranja a las siete en punto de la mañana con el periódico sobre la mesa y un café expreso recién hecho antes de salir. A los chicos los había visto crecer y les guardaba algún secretillo cuando llegaban más tarde de la hora prevista o dejaban la habitación desordenada. Sabía que a Lorena, la niña de sus ojos, le irritaba que le tocaran los apuntes y los libros que dejaba esparcidos por toda la mesa de estudio y por el suelo cuando estaba en época de exámenes.

Pero, sobre todo, conocía las manías de Sofía en la gestión de la casa: el orden, la limpieza, los horarios, su uniformidad. Malica percibía cuándo se avecinaba un mal día, y se hacía transparente. También sabía cuándo el señor o la señora podían atender una llamada al teléfono o no. Si había una cena y Lola, una pequeña perrita maltés enana, no estaba perfectamente limpia, de repente aparecía impecable para recibir a los invitados. Malica sabía que, tras veintiocho años de matrimonio, durante los que había estado veintitrés en la casa, de vez en cuando los señores discutían, y ella, en silencio, sabía cómo reaccionar durante las horas siguientes.

No voy a comentar las confidencias que los tres chavales, Pepe, de veintiséis años, Lorena, de veintitrés, y Lucía, de veintiuno, le habían hecho a Malica, a la que habían tenido en casa desde que habían nacido.

Pero Malica se va. Se quiere ir a su pueblo, con los suyos. Se lleva veintitrés años de nuestra historia y de nuestra histeria. Se marcha con toda nuestra gratitud y conociendo todas las intimidades de nuestra familia, una familia normal.

Malica había estado ahí toda la vida sin que nadie se diera cuenta de que ella era la artífice de que todo transcurriera con normalidad en la familia. Malica, siguiendo las instrucciones de Sofía.

Sofía iba y volvía del despacho, pero solo tenía en la cabeza cómo hacerlo para encontrar a alguien como Malica. A alguien capaz de entender, de interpretar, de ejecutar, de «desaparecer». A alguien de confianza para permitirle conocer las intimidades de la familia. La preocupaba si ese alguien encajaría con la cultura de casa y si no se marcharía a los dieciocho meses y la dejaría nuevamente frente al mismo problema. Además, tendría que saber planchar, servir la mesa cuando hubiera cenas de compromiso, cocinar… Las recetas tradicionales de la familia ya se las daría, pero, de momento, a Sofía se le venía el mundo encima.

La marcha de Malica y el problema al que se enfrenta Sofía, incomprendida y en solitario, os sonará a todos y a todas. Y, como decía al principio, pasa a menudo y en todas las familias.

Conclusión del capítulo

• Con la cabeza llena de preocupaciones no se puede rendir ni trabajar bien.
• Si tienes un problema, afróntalo y arréglalo.
• Ten siempre el radar encendido y avista posibles contingencias.
• Ten siempre un plan B.
• La confianza se consigue con los años, y no siempre. Tenlo en cuenta.
• Comparte tus inquietudes con quien consideres, pero no traslades tus problemas a quien no puede ayudarte.
• Transmite paz en la familia, no ansiedad.
• Skills para afrontar un problema: no parar hasta dar con la solución adecuada. Un problema de confianza y de servicio es un problema de todos. La sustitución y el solape. El caladero. El futuro de Malica.

En primer lugar, hay que decir que sustituir a alguien de confianza, además de un problema de mayor o menor dificultad, es un asunto delicado para una familia empresaria. Cuando alguien ha gestionado todos los asuntos privados de la familia, la cantidad de información y confidencias que acaudala en su interior es algo que se debe tener muy en cuenta y que debe tratarse con extrema sutileza.

La marcha de una persona de confianza no es un problema de una persona, de la madre, en el caso de Malica, sino que es un problema para toda la familia.

Una familia empresaria debe tener muy bien custodiados sus valores, su intimidad y los asuntos tanto de la familia como los individuales de cada uno de sus miembros. Todas las personas que tienen conocimiento de los aspectos particulares y personales de la familia seguirán «formando parte» de la familia toda la vida precisamente por el conocimiento que atesoran de nuestros aspectos más íntimos. Así pues, la persona debe comprender que tiene que guardar en lo más profundo de su ser toda la información que ha ido acumulando a lo largo de los años y no comentarla bajo ningún concepto con nadie que no forme parte del círculo íntimo de la familia.

Para ello es necesario aplicar una serie de reglas, que, si bien pueden parecer de sentido común, conviene recordarlas:

A. ANTES DE CONTRATARLA:

1. Debemos pedir referencias en todos los sitios en los que ha trabajado con anterioridad.
2. Hay que conseguir la máxima información posible sobre su persona y su entorno.
3. Es importante conocer su cultura y sus costumbres.
4. Hay que informarla claramente acerca de dónde va a entrar a trabajar, lo que supone y qué se espera de ella, así como cuáles son sus compromisos, sus derechos y sus obligaciones.
5. Debemos analizar durante la entrevista si es la persona que la familia necesita, si tiene las capacidades para asumir las funciones para las que se la contrata y si la vemos con la capacidad de asumir un compromiso de confidencialidad y transparencia.
6. Igualmente, es importante saber interpretar si para ella prestar servicios a una familia empresaria, a NUESTRA FAMILIA, es un trabajo adecuado. Es posible que coincida una doble necesidad: la de la familia de encontrar a un sustituto con premura y la de la parte contratada de necesitar un puesto de trabajo de forma inmediata. Eso puede llevar a las dos partes a distorsionar la realidad: por una parte, a pensar que el candidato es el adecuado y, por la otra, a creer que nunca encontrará un trabajo tan acertado como ese. Es lo que podemos llamar una «coincidencia fatal».
7. Para evitar la «coincidencia fatal» y asegurarnos de que se cumplen TODOS los requisitos anteriormente descritos, es muy aconsejable pedir ayuda. Otros ojos y otros oídos que no estén contaminados por la necesidad imperiosa de encontrar a alguien HOY, y que conozcan bien a la familia y la realidad familiar, pueden ser de mucha ayuda.
8. Según la edad de la siguiente generación, y si esta ya es lo bastante mayor, la persona que nos vayamos a meter en casa debería contar también con el beneplácito de esta nueva generación o, cuando menos, no contratarla en contra de su voluntad, pues eso siempre facilita el trato futuro y evita problemas desagradables. Quien preste servicios a una familia empresaria debe tener la capacidad de establecer vínculos de confianza, y esta debe ser bidireccional, en un sentido y en el otro.

B. DURANTE EL TIEMPO QUE TRABAJA:

1. Hay que tratarla con un respeto exquisito, con cariño, con delicadeza.
2. Debemos interesarnos por sus problemas y compartir sus alegrías.
3. Es importante felicitarla por sus aniversarios.
4. Debemos hacer que se sienta una persona querida, apreciada y a quien se respeta.
5. Hay que reconocerle el trabajo bien hecho y decírselo.
6. Debemos facilitarle las herramientas de trabajo necesarias para que desarrolle sus funciones con excelencia.
7. Hay que hacerle algún detalle en fechas concretas.
8. En definitiva, debemos tratarla con educación y con respeto y conseguir que su vida sea agradable mientras trabaje con nosotros.
9. Si en el momento previo a la contratación hablábamos de la «coincidencia fatal», ahora podríamos hablar de «exquisitez egoísta», que no hipócrita. Es decir, por nuestro propio interés debemos ser exquisitos en el trato con quienes están en nuestro círculo íntimo, pero ese trato debe ser también sincero. Un trato exquisito pero hipócrita no tiene visos de continuidad y puede suponer un efecto boomerang, contraproducente para nuestros propios intereses.

C. JUBILACIÓN Y AÑOS POSTERIORES:

1. Debemos pactar unas condiciones acordes a su responsabilidad y quizá algo por encima, por el plus de confidencialidad.
2. Hay que mantener el contacto de una forma cordial.
3. Hay que interesarse por su life style e intentar que siga viviendo con discreción en lo que respecta a nuestros asuntos.
4. En caso de que esté pasando por dificultades, debemos ayudarla en sus problemas.
5. Tenemos que ocuparnos de que tenga siempre una vida digna.

Este tipo de situaciones ocurren de manera indefectible en todas las familias; sin embargo, pueden darse en tres circunstancias diferentes:

1. Renuncia por parte de la persona.
2. Cese o despido.
3. Jubilación.

a. Renuncia por parte de la persona

La renuncia por parte de la persona empleada es algo que puede cogernos por sorpresa. Si nos sucede, tenemos que preguntarnos por qué se ha dado esta situación. Puede ser por una falta de encaje cultural, por no sentirse apreciado ni reconocido, por un reconocimiento de falta de capacidad por parte de quien renuncia o por un tema económico (puede haber recibido una oferta superior y quizá necesite el dinero para mantener el nivel de vida de su familia o por otros distintos motivos).

Es importante entender por qué ha sucedido esto. Para ello es recomendable tener una conversación afable con el empleado para intentar entender qué ha causado esta decisión, más allá de tratar de convencerle si es alguien que consideramos adecuado para nosotros. Una vez entendidos los porqués, debemos reflexionar sobre qué habríamos podido hacer nosotros para evitar esta situación. Si es por un tema de trato personal, tenemos que pensar si es un punto de mejora por parte de la familia o bien si consideramos de forma unánime o cuasi ...

Índice

• Cubierta
• Portada
• Créditos
• Reseñas
• Personajes del libro
• Presentación de Leopoldo Abadía
• Prólogo de Guillermo Perkins
• Introducción
• Cómo leer el libro
• 1. Malica se marcha
• 2. El señor Morales
• 3. La cosa se complica
• 4. Suiza provoca cambios
• 5. 'Dit i fet': el 'family office'
• 6. Todo pasa y todo crece
• 7. Algunos conceptos sobre los órganos de gobierno
• 8. Morales llama a la puerta de Antonio
• 9. El nuevo reto de Antonio: definir el puesto de trabajo de Morales y buscarle un sustituto, la sustitución del Mayordomo
• 10. El traspaso del testigo a la siguiente generación
• 11. Conclusiones
• Agradecimientos
• Colofón