Historia de la sociabilidad contemporánea
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Historia de la sociabilidad contemporánea

Del asociacionismo a las redes sociales

  1. 210 páginas
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Historia de la sociabilidad contemporánea

Del asociacionismo a las redes sociales

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Entre los historiadores existe un cierto consenso en que la sociabilidad no debe ser una nueva historia sectorial, sino un elemento más de carácter interdisciplinar que permita un mejor conocimiento de la realidad histórica, de la historia total o social. Este libro colectivo se organiza de modo cronológico y combina reflexiones de ámbito catalán, español y europeo sin renunciar a la perspectiva comparada. Partiendo de un balance historiográfico, las diversas contribuciones tratan cuestiones como las sociedades patrióticas de inicios del siglo XIX, el sindicalismo, las redes de sociabilidad Republicana en los siglos XIX-XX o la importancia de las casas del pueblo en el socialismo español. El volumen termina con una visión de las sociabilidades en la época del posfordismo, marcada por las continuidades y rupturas congruentes con el capitalismo neoliberal.

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Información

Edición
1
Categoría
Historia
Categoría
Historia social
«CONSCIENTES, ENÉRGICOS Y PENSADORES»: SOCIABILIDAD, SINDICALISMO Y MOVILIZACIÓN DE LOS TONELEROS ESPAÑOLES
Ramon Arnabat Mata
URV-ISOCAC
Adelante, pues; sigamos como hasta hoy conscientes, enérgicos y pensadores, y no será este el último triunfo que nuestra querida Federación nos tiene reservados.
¡Sea nuestra divisa, en el terreno de la lucha en defensa del trabajo, discusión franca y unión indivisible! En el de las ideas filosóficas, tolerancia mutua y fraternal respeto.
Solo así seremos dignos del Progreso, Emancipación y Justicia.
Circular número 6 de la Comisión Pericial (1889), reproducida en El Eco de Obreros Toneleros de la Región Española, número 20, de 30 de noviembre de 1889.
En este pequeño fragmento del artículo «Otra lucha, nuevo triunfo» de la Comisión Pericial de la Federación de Oficiales Toneleros de la Región Española, encontramos algunas ideas básicas de la sociabilidad, el sindicalismo y la movilización de los toneleros españoles. Por una parte, lo que se consideran valores de los trabajadores del oficio: consciencia de pertenecer a una categoría profesional cualificada –conscientes–, fuerza para defender su estatus profesional –enérgicos– y capacidad de reflexión crítica sobre su trayectoria y realidad –pensadores–. Por otra, los elementos clave de la organización sindical/profesional y de la movilización en defensa de su oficio: el debate integrador de la diversidad –discusión franca y tolerancia mutua– y la unidad de organización y acción profesional –unión indivisible y fraternal respeto–. Y, finalmente, los objetivos que se pretenden conseguir con esta organización y lucha: la mejora moral y material –el progreso–, el cambio social que permita recuperar el protagonismo de los trabajadores –la emancipación– y la igualdad y la retribución justa del trabajo –la justicia–. Una mezcla del ideario democrático, socialista y anarquista.
Agrupados en un sindicalismo de sector o de oficio y con una trayectoria autónoma de sesenta años (1871-1932), los toneleros españoles dejaron una profunda huella en las sociabilidades comunitarias locales, en el sindicalismo y en las movilizaciones sociales.1
GREMIOS, HERMANDADES Y COFRADíAS
Las primeras referencias escritas del oficio de tonelero en España las encontramos en un documento del 1015 conservado en el Archivo Capitular del Obispado de Barcelona. Y las primeras ordenaciones del gremio de toneleros de Europa son las de Barcelona del año 1257, momento a partir del cual la actividad profesional de los toneleros se hallará regulada en los gremios bajo diversas advocaciones.2 No será hasta el siglo XVI cuando la actividad de la tonelería experimente una gran expansión y con ella la formación de gremios. Sirvan como ejemplo las ordenanzas dictadas en 1550 en la ciudad cántabra de Castro Urdiales, y las dictadas un siglo más tarde, en 1646, en Bilbao.3
Los gremios, junto a las hermandades o cofradías, cumplían una cuádruple función: económico-profesional, asistencial, religiosa y festiva. A través de las cofradías o hermandades religiosas gremiales se canalizaban las funciones religiosa y festiva, siempre muy unidas. A la vez, cofradías o hermandades ofrecían espacios de sociabilidad y relación a los oficiales toneleros y, en algunos casos, a otros miembros de sus familias. Y en ellas hallamos el germen de las fiestas, danzas y bailes populares, como sucede con los toneleros catalanes, que eran los responsables de diversos elementos de las fiestas populares: los de Reus gestionaban el ball de diables y participaban activamente en el Carnaval; y los de Tarragona fueron los responsables del primer ball de gegants.4
Desde mediados del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX el sector de la tonelería creció para poder satisfacer la creciente demanda de toneles para conservar o transportar sobre todo vino y aguardiente, pero también aceite, pescado, cerveza, grasa. Ello comportó una mayor regularización y control del sector para garantizar la calidad y la homogeneidad de los envases. En Catalunya fueron las autoridades provinciales reales y la Junta de Comercio, en disputa con las autoridades municipales y los gremios de toneleros, las que marcaron las pautas.5 Los datos de los que disponemos para Catalunya nos permiten hablar de un importante sector industrial que, entre 1770 y 1880, llegó a ocupar a unos 8.000 trabajadores en el conjunto del Estado español.6 La tonelería también fue muy importante en otros países europeos como Francia, Italia, Alemania y Gran Bretaña, donde a medianos de siglo XIX había 20.000 toneleros censados.7
UNA ARISTOCRACIA OBRERA
Los toneleros aprovecharon la buena coyuntura por la que pasó el sector durante la segunda mitad del siglo XIX y consiguieron unos sueldos que se situaron en la franja alta de los sueldos industriales y unas condiciones de trabajo aceptables, tal y como puede comprobarse en el gráfico 1. En buena parte, ello se debía a que su oficio estaba muy regulado, tanto en lo referente a las tarifas de las diversas tareas como en la forma y las condiciones de realizarlas; sirva como ejemplo el hecho de que el horario de trabajo debía realizarse siempre con luz natural y estaba prohibido utilizar iluminación artificial. Además, al tratarse de tareas casi artesanales, con poca o nula división del trabajo, los oficiales tenían un gran control sobre su trabajo. Lo cual se reafirmaba con el control de la mano de obra especializada, mediante un sistema de aprendizaje que estaba muy regulado: «aprendían el oficio de padres a hijos, y no admitían, sino muy lentamente, elementos nuevos en su Sociedad».8
Gráfico 1. Sueldos y jornadas de trabajo
Image
Fuente: Elaboración propia a partir de la información recogida en los documentos de la FOTRE y de los datos que ofrecen Albert Carreras y Xavier Tafunell (coords.): Estadísticas históricas de España: siglos XIX-XX, Madrid, BBVA, 2005.
Los toneleros no formaban un grupo homogéneo, ya que su sueldo y condiciones de trabajo dependían de su categoría profesional (básicamente, oficial o aprendiz)9 y de la categoría del municipio donde trabajaban. Estas diferencias, que eran mínimas en épocas de crecimiento económico, podían llegar a ser muy grandes en épocas de crisis, lo cual provocaba conflictos entre los diferentes municipios de una misma región. Las diferencias eran aún más grandes entre los toneleros de las diversas zonas del Estado español: «las grandes distancias, la diferencia de usos en el trabajo, la diversidad de herramientas y la diferencia de cascos o vasijas, hacen que parezcan un oficio totalmente diferente según la región».10
A partir de los últimos años del siglo XIX se abatió una crisis de trabajo entre los toneleros, provocada por dos factores: la crisis vitivinícola filoxérica y la formación de un mercado mundial que dificultó la exportación de los vinos españoles y disparó la importación de toneles mecanizados por parte de los comerciantes vinícolas, todo lo cual debilitó su asociación sindical.11 La crisis económica provocó una crisis social que hizo que aumentaran sustancialmente los suicidios y la violencia entre los toneleros. Sirvan como ejemplo los casos que relatamos a continuación tomados de la prensa de la época. El año 1876, en el Puerto de Santa María «se quitó la vida un infeliz tonelero que deja a su mujer y cinco hijos en el mayor desamparo».12 El año 1894, en Reus, otro tonelero intentó suicidarse cortándose el cuello con la herramienta de trabajo.13 A veces la desesperación y la rabia cogían un cariz de clase, como en el caso del tonelero tarraconense que en el año 1898 «apaleó ayer a su amo en la calle del Gasómetro después de sostener ambos acaloradas disputas».14
DEL GREMIO A LA ASOCIACIóN OBRERA
Los estudios sobre el nacimiento del movimiento obrero establecen una relación directa entre algunas asociaciones gremiales y hermandades de maestros de finales del siglo XVIII y principios del XIX y las primeras asociaciones «modernas» de oficiales. Entre unas y otras hallamos las sociedades de socorros mutuos, que facilitarían esta transición, conviviendo con los gremios y con las sociedades obreras.15
En el caso de los toneleros puede servirnos de ejemplo el caso de la ciudad de Tarragona. La Hermandad de Cuberos San Luis Obispo se constituye en 1817 y funciona hasta 1890, agrupando a los maestros toneleros con el objetivo de que «sean estos socorridos en sus enfermedades, y en caso de imposibilitarse».16 Una hermandad que, después de llegar a su máximo esplendor durante la década de los sesenta del siglo XIX, entrará en crisis, pasando a ocupar su espacio la Sociedad de Oficiales Toneleros. En Barcelona, todo parece indicar que la última ordenanza del Gremio de Toneleros y Cuberos de la Ciudad de Barcelona17 sirvió de base para el reglamento de las sociedades de toneleros de la ciudad condal.
El paso a la sindicalización se da a partir del segundo tercio del siglo XIX, cuando la asociación gremial no sirve ni a los maestros, que eran los que se habían beneficiado de ella hasta este momento y que no consiguieron convertirse en propietarios, ni a los oficiales, para protegerse ante la presión de los nuevos empresarios y comerciantes vinícolas. Esta continuidad se explica, en parte, porque se mantiene sin grandes cambios el trabajo artesanal desde finales del siglo XVIII hasta finales del XIX.
Entre 1840 y 1860 se formaron asociaciones de toneleros de tipo mutual y de resistencia en Barcelona, Sant Martí de Provençals, Tarragona y Reus.18 Posiblemente, la primera sociedad constituida formalmente fue la Sociedad de Oficiales Toneleros de Reus, creada en el año 1841.19 Y, en la década de los cincuenta, tenemos documentada la Sociedad de Oficiales Toneleros de la Ciudad de Barcelona.20 Estas primeras sociedades de toneleros, fundamentadas en el ideario cooperativista y mutualista, igual que el resto del primer movimiento obrero catalán, nacen de la mano del republicanismo democrático.
A pesar de que en un documento de la Federación de Oficiales Toneleros se afirma que la Federación de Toneleros tiene sus antecedentes en el año 1848,21 será, sobre todo, a partir de la revolución de septiembre de 1868 cuando las asociaciones mutuales y de resistencia de los toneleros irán federándose a nivel local con otras sociedades obreras y a nivel de oficio con ...

Índice

  1. Cover
  2. Title
  3. Copyright
  4. Índice
  5. Presentación: Sociabilidades contemporáneas Ramon Arnabat y Montserrat Duch (coordinadores)
  6. Apuntes para una historiografía de la sociabilidad catalana contemporánea en una perspectiva mediterránea comparada Pere Solà Gussinyer
  7. Las sociedades patrióticas del liberalismo exaltado al liberalismo democrático (1820-1854): una práctica de sociabilidad formal liberal Jordi Roca Vernet
  8. «Conscientes, enérgicos y pensadores»: sociabilidad, sindicalismo y movilización de los toneleros españoles Ramon Arnabat Mata
  9. «El porvenir de la libertad»: cultura y sociabilidad republicanas en los siglos XIX y XX Manuel Morales Muñoz
  10. Las Casas del Pueblo en el socialismo español Enrique Moral Sandoval
  11. Sociabilidad agraria en la Cataluña contemporánea Antoni Gavaldà
  12. Franquismo y espacios de sociabilidad Elena Maza Zorrilla
  13. Asociacionismo y participación política de la juventud catalana Enric Prat Carvajal
  14. Solidaridades en el postfordismo Montserrat Duch Plana y Xavier Ferré Trill