Desórdenes

Volumen III

Alberto Quintana

• Editorial: Editorial Bubok Publishing
• Año: 2021
• ISBN:
  9788468562797
• Categoría: Historia
• Categoría: Teoría y crítica históricas

Piezas que no encajan es un ensayo irreverente que nace de la perplejidad. Del estupor que provoca este tiempo en el que vivimos, próximos a inteligencias artificiales o quién sabe qué otra clase de distopías sofisticadas.La vida real sin embargo no es virtual y en ella nos rodean muchas historias que de ninguna manera encajan en el cuento que nos han contado.El propósito de estos libros es mostrar algunos ejemplos. Se trata de una tarea laboriosa, porque el rigor exige recorrer con el dedo sus aristas. Para hacerlo el texto baraja sin rubor materiales de registros muy diferentes; así, la prosa resplandeciente de Julio Cortázar o la ironía lúcida de Vázquez Montalbán se mezclan con naturalidad -entre periódicos, recuerdos y libros de historia- con notas de Carl Schmitt y versos de Javier Krahe.La trilogía cierra con Desórdenes, un volumen un poco diferente. En cierta manera complementario. A diferencia de los anteriores, la narración toma distancia de los acontecimientos históricos para fijarse en un puñado de piezas problemáticas por las cuales acostumbramos a pasar de puntillas. El propósito es llamar la atención sobre la enorme cantidad de desorden que aparece en ellas a poquito que uno rasque.Son aspectos esenciales que forman parte de la urdimbre con la que todos armamos nuestra vida. Así, en él se repasan la melancolía, la política, el sexo, la independencia de Puerto Rico, la muerte o la locura.Entre otros personajes, los antropólogos Lévi-Strauss y Branislava Susnik contribuyen a aderezar el relato.Alberto Quintana tiene publicados varios ensayos. También una novela y un par de libros de poesía.

La locura

…que nos ronda

Y la enfermedad existe.

Negarlo es una locura,

ya que no hay nada tan triste,

tan penoso, tan obsceno

y a la vez tan poco ajeno;

porque, aunque nos desconcierte,

lo cierto es que la demencia

-igual que el sexo y la muerte-

son de esas zonas oscuras

que rondan nuestra existencia.

De una u otra manera llevo merodeando alrededor de la cuestión del Otro, en los aledaños de eso que llaman salud mental, desde hace más de treinta años. Siete de ellos -a caballo entre los 80 y los 90- me gané la vida con un contrato sumamente raro: técnico en rehabilitación y reinserción social de enfermos mentales crónicos. Se trataba de apoyar la reforma psiquiátrica en la Comunidad de Madrid a través de un recurso comunitario al que llamaron La Casa de Transición. Formé parte de un equipo multiprofesional bastante loco en términos teóricos y administrativos.

Aquella Casa de Transición fue probablemente, en su día, el principal ´recurso público intermedio´ alternativo a la hospitalización psiquiátrica con el que contó Madrid. Acabaron dando al traste con ella los sindicatos.

En aquel tiempo recibí entrenamiento en terapia sistémica (deserté de estudiar los seminarios de Jacques Lacan porque no lograba comprenderlos), asistí al cierre del viejo manicomio de Leganés y trabajé como terapeuta familiar al servicio del Comisión de Tutela del Menor en casos de malos tratos. También de abusos sexuales. Se trataba de un contexto coercitivo encerrado entre la espada de las medidas judiciales y la pared del espejo unidireccional.

Después de aquello me fui a vivir a países en los que el sistema público de salud mental estaba muy poco desarrollado, seguramente porque con lo que sus instituciones sanitarias alucinan es con el sida y la malaria.

Creo que los años transcurridos desde entonces hacen posible lanzar una mirada hacia atrás (aunque eso implícitamente presuponga saber qué está detrás y qué delante, lo que no deja de ser una arrogancia). Revisar aquella vivencia desde otras experiencias posteriores, más cercanas a la antropología -también a la literatura, que si bien es un recurso heterodoxo a veces es el único que parece posible frente a la sinrazón-.391 Un ejercicio autorreferencial que permita resignificar -¿tal vez redignificar?- algunas cosas vividas y escritas hace mucho tiempo.

Soy consciente de que tomarse en serio los sentimientos propios implica andar a cuestas con el espejo, pero ¿qué otro instrumento tenemos? Ellis y Bochner lo explican bien cuando plantean su trabajo ´autoetnográfico´392 y José Luis Cuerda mejor aún en el título de un libro: Si amaestras una cabra, llevas mucho adelanta...

Índice

• Preámbulo
• Introducción al tercer cuaderno
• Las palabras
• Hernán
• Los otros
• Branislava
• El nacionalismo
• Otro Pedro
• La política
• Patricio
• La locura
• Guillermo
• El sexo
• Claude
• La melancolía
• Eduardo
• La muerte
• Rafael
• Material utilizado
• Colofón