Vuelve a tu hogar y sana

Fisioterapia y Microosteopatía del Siglo XXI

Ángela Simo Hinojosa

• Editorial: Hakabooks
• Año: 2021
• ISBN:
  9788418575419
• Categoría: Medicina
• Categoría: Fisioterapia, medicina física y rehabilitación

La fisioterapia del siglo XXI está preparada para dar un salto cuántico a través de la microosteopatía, una técnica biodigital que, a través del reequilibrio del micromovimiento de los huesos, consigue relajar las fascias (auténticas autopistas de la información) y restablecer la conexión entre cuerpo y mente, lo que trae consigo un despertar de la consciencia.Tienes en tus manos la oportunidad de adentrarte en el maravilloso mundo de la Microosteopatía Cuántica: una nueva visión de la salud que no dejará de sorprenderte.

Capítulo 4

CONECTA CON EL SER

4.1 LA CUÁNTICA

La física cuántica nos enseña cómo el observador influye en lo observado y cómo lo observado influye en el observador. No hay separación entre el observador y lo observado ya que todo es energía. En el mundo de la materia, vemos que todo está separado, pero en el mundo de la energía, todo está unido, todo es uno.

El mundo de la cuántica es el mundo de la energía, un mundo invisible que no se ve, pero se siente, se percibe, y hoy en día se mide y se estudia profundamente. Los físicos cuánticos hablan del campo indivisible de información y energía que unifica toda la materia. Un campo inmaterial que organiza, conecta y gobierna las leyes de la Naturaleza. Una dimensión donde no existe el tiempo, donde solo existe el presente eterno, donde no existe el espacio porque no existe la separación, donde todo es uno, todo es consciencia pura unificada. Y a este campo de información invisible e indivisible le llaman el «campo unificado» o el «campo cuántico».

El principio básico de la física cuántica dice:

• La consciencia está creando nuestras experiencias de vida. Si cambias tu nivel de consciencia, cambias tus experiencias de vida. Y esto es lo que se llama la Creación consciente.

El campo unificado es una energía invisible que conecta todo aquello que es materia, es un campo invisible de información. Así que cuanto más consciente eres del campo unificado, más presente está en tu Vida. Además, es el campo unificado el que crea la materia. Einstein dijo que «es el campo de información el que controla la partícula y si cambias el campo, la partícula se comporta como onda...», pero ¿quién cambia ese campo? Nuestra consciencia. Es en el campo de la consciencia pura unificada donde el cerebro conecta con el orden, el corazón resuena con el Amor y la persona entra en un estado de armonía, equilibrio y coherencia interior. Tu cuerpo ya no es la mente, la mente eres tú y tu voluntad es mucho más grande que el programa, lo que hace que tu biología empiece a cambiar.

En la cuántica, la persona pasa de comportarse como partícula a comportarse como onda, de creerse materia a ser energía, y así se libera de las cadenas del pasado. Cuando la persona entra en contacto con el campo unificado, entra en contacto con el Amor inteligente y empieza a generar un sentimiento de plenitud, de armonía, de unidad, porque vibra en la frecuencia del Amor incondicional. El Amor es la firma, es la marca personal de ese campo unificado; cuando se reajusta esa frecuencia vibratoria entre tú y el campo, eres pura consciencia. Y desde ahí te conviertes en el Creador de tu Vida y generas un pensamiento coherente, una emoción elevada y lo manifiestas en el mundo de la materia a través de tus actos. Einstein decía: «Hay que entrar en un nivel superior de consciencia para solucionar los problemas que has creado en un nivel inferior de consciencia».

Las leyes cuánticas se refieren al mundo invisible e impredecible, el mundo de la energía, la información, las ondas, las frecuencias, todos los espectros de luz, la consciencia. Y todo esto está gobernado por un único campo que es invisible, un único campo de información al que llamamos el campo unificado. Este campo unifica la mente y la materia, no hay separación entre dos puntos de consciencia, es el mundo de la «consciencia unificada», donde el tiempo es un eterno presente y te desplazas de una dimensión a otra en función de la frecuencia vibratoria de la energía.

Cada frecuencia transporta un nivel de consciencia que nosotros experimentamos como distintas realidades, según accedemos a ellas. Por eso experimentas diferentes dimensiones en el instante presente eterno. Experimentas la realidad a través de la presencia, como una consciencia y no como un cuerpo dotado de sentidos. Es un ámbito de la realidad al que solo accedes cuando te encuentras totalmente inmerso en el presente eterno, el aquí y el ahora. Cada frecuencia vibratoria lleva una información propia y diferente de las demás, y eso te brinda acceso a una dimensión desconocida y distinta. Nicolás Tesla decía: «Si quieres entender el Universo piensa en términos de energía, frecuencia y vibración». Y yo añadiría que además de pensar para entenderlo, hay que sentir para experimentar el Universo. Somos seres pensantes, pero recordemos que también somos seres sintientes, y es la fusión de nuestra mente y nuestro corazón la que nos abre la puerta a otras dimensiones de la consciencia y nos permite explorar el Universo con otra visión.

Ernst Chladni, físico alemán, mostró al mundo cómo el sonido interactúa con la materia y transforma su estructura en función de la frecuencia que se emita, algo realmente visible a través de las placas de Chladni. Es decir que la materia se organiza según la frecuencia que recibe, de ahí la importancia de lo que pensemos y sintamos, ya que esa frecuencia es la que alcanza nuestras células y les aporta orden o desorden, equilibrio o desequilibrio, armonía o desarmonía, salud o enfermedad.

Si tú accedes a un espacio en el que transciendes los sentidos y te despliegas como pura consciencia en el campo de la energía unificada, puedes percibir numerosas posibilidades. En el campo unificado todo lo que existe es la eternidad del momento presente, a medida que tu consciencia se funde con el campo unificado, se transforma en consciencia unificada y todas las posibilidades existen en el momento presente eterno. El mundo cuántico es un multiverso que alberga múltiples posibilidades y donde todo está unido. El Dr. Joe Dispenza nos dice:

• «El campo unificado es una Inteligencia divina y amorosa, es un amor creador que se encuentra dentro de nosotros y a todo nuestro alrededor. Al depositar la consciencia en la divinidad, te fundes en ella y te conviertes en pura consciencia».

Para poder conectar con ese campo de energía, hay que conectar con el corazón, porque ahí es donde habita nuestra divinidad, es desde ahí que empezamos a emitir luz, nuestro campo se expande y nuestra consciencia se convierte en puro Amor, puro éxtasis y gran dicha.

Es gracias a la neurociencia que ahora sabemos que la conexión con el campo unificado se hace a través de nuestro corazón. Él es el centro del Amor, de la unidad, de la plenitud. Es el lugar donde se unen los opuestos, donde la polaridad desaparece, donde todo es UNO, y es desde ahí que nosotros creamos. Es el centro creador. Se ha observado que al generar sentimientos y emociones elevadas es cuando entramos en estados cerebrales de ondas alpha y theta, que activan el SNA parasimpático, el encargado de restaurar el orden y el equilibrio interno. Esto crea coherencia cerebral y coherencia cardiaca, lo que repercute inmediatamente en nuestro estado corporal y en todo nuestro campo de energía, aportando salud, bienestar y vitalidad a nuestras vidas. Como dice Greg Braden:

• «Hemos sido entrenados para interpretar el mundo sólo a través de nuestros cerebros y aunque el cerebro es muy importante, lo que sabemos hoy en día es que el cerebro es sólo una parte de un sistema mucho más grande. Sabemos que hemos nacido con la habilidad de armonizar el cerebro y el corazón, dos órganos separados que podemos armonizar en un único sistema para interpretar nuestro mundo desde otra realidad de consciencia. Cuando hacemos esto nos empoderamos y experimentamos una comunicación más completa entre el mundo y nuestro propio cuerpo».

La armonía entre el cerebro y el corazón crea una resiliencia que te facilita alcanzar un estado apropiado de consciencia del Ser que te permite recibir a la voz interior, esa voz que te guía hacia tu propósito de vida.

Hace más de veinte años, un día mi madre acompañó a una prima a mi consulta. Al terminar la sesión y salir a recepción, donde esperaba mi madre, mi prima comentó: «No sé qué es lo que hace tu hija porque casi no me ha tocado, pero la verdad es que se me ha pasado todo el dolor y me encuentro fenomenal», a lo que mi madre respondió: «Es que Ángela cura más con el amor que da que con lo que te toca». He de reconocer que en aquel momento me enfadé muchísimo con lo que dijo mi madre y le argumenté que curaba gracias a todo lo que había estudiado y aprendido. Con su frase sentí que ella no estaba reconociendo todas las horas de mi vida dedicadas al estudio y el aprendizaje, todos los cursos de postgraduado, las formaciones; yo que me he pasado toda la vida estudiando y formándome, ¡ante todo porque me encanta! Han tenido que pasar muchos años, pero, sobre todo, he tenido que vivir muchas experiencias de sanación consciente para reconocer que por mucho que aquello me molestara, mi madre estaba en lo cierto, y que era yo la que no estaba reconociendo el Amor que habita en mí. Nadie mejor que ella sabía que lo que mueve la intención de sanar y aliviar a los demás es el Amor.

Hoy conocemos, gracias a la neurociencia, la conexión que existe entre el cerebro y el corazón. Cuando la persona está alineada a su Ser, es el corazón el que gobierna al cerebro, que es quien a su vez activa el sistema nervioso para que restablezca el equilibrio, la armonía y la salud en el cuerpo. Si lo que nos mueve es el Amor, sanamos. Mientras escribo estas líneas, siento una gran dicha, y al elevar la mirada hacia el cielo, veo una sola nube en forma de corazón, en medio de un despejado cielo azul, y me rindo a la evidencia, me siento muy agradecida. El Amor siempre presente, dentro, fuera, y allí, donde ya no existe ni dentro, ni fuera.

Este es un salto cuántico que está dando la humanidad y hoy la neurociencia está demostrando científicamente lo que muchas corrientes espirituales milenarias llevan diciendo durante siglos y siglos. La neurociencia restablece el puente entre la mente y el espíritu, y nos demuestra que para alcanzar la salud tiene que restablecerse un estado de coherencia interna entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos, es decir, entre la mente, el corazón y el cuerpo. Y si el corazón, el Amor, es nuestra guía, mente y cuerpo se alinean y vivimos en un estado de coherencia y orden interno que nos proporciona salud, bienestar y felicidad.

¿Por qué decimos que la microosteopatía es cuántica?

El microosteópata observa y percibe el micromovimiento de cada hueso y lo reactiva, lo restablece y lo armoniza. Es un observador que actúa desde la intención. Y es la intención del observador la que pone en marcha de nuevo ese micromovimiento a través de un microimpulso que nace de un estímulo biodigital, es decir, de las yemas de los dedos. Las yemas de los dedos son auténticos sensores biodigitales que detectan lo que el ojo no ve y hacen visible a través de su sensibilidad táctil aquello que para el ojo es invisible. Las manos contienen miles de receptores que reciben información y a su vez transmiten esa información al cuerpo. Cuanto más se usan, más se especializan y más información perciben y detectan. Esos receptores son verdaderas antenas que nos conectan con el mundo exterior y nos informan de lo que está ocurriendo más allá de nuestro cuerpo, más allá de nuestra piel, más allá de nuestro ser.

La mano es un instrumento de la consciencia. La mente a través de las manos lleva a cabo todos sus proyectos, sus deseos, sus necesidades. La mente crea la idea, las manos la plasman, la realizan, le dan cuerpo, le dan Vida. El alfarero imagina una vasija, sus manos la crean. La escritora tiene una idea brillante, sus manos la escriben. El arquitecto concibe un espacio, sus manos lo dibujan. La fisioterapeuta quiere aliviar el dolor, sus manos activan el proceso sanador. La madre ama a su hija, sus manos la acarician. Las manos son el puente entre la idea y la acción; si no cruzamos el puente, las ideas no dejan de ser eso, meras ideas.

La mano, y en especial las yemas, es un instrumento de alta precisión que está conectado al corazón y al cerebro, y tiene capacidad para pensar y para sentir por sí misma. La mano es la gran aliada de la intención que mueve al microosteópata, pero quien realmente mueve esa intención es el Amor universal.

La física cuántica nos revela que el Universo no es una dualidad de materia y energía, sino que todo el Universo está hecho de una sola cosa: energía, y a esta energía la ciencia hoy le da diferentes nombres:

• Inteligencia universal
• Amor universal
• Amor inteligente
• Inteligencia amorosa

Los seres humanos, aunque parezca que somos materia física, en realidad somos seres energéticos, al igual que el resto de la energía del espacio. Nuestr...

Índice

• AGRADECIMIENTOS
• TESTIMONIOS
• INTRODUCCIÓN
• CALMA LA MENTE
• SERENA LA EMOCIÓN
• CONECTA CON EL SER
• BIBLIOGRAFÍA
• REGALO SORPRESA
• LA AUTORA