Crónica mexicana. Manuscrito # 117 de la Colección Hans Peter Kraus
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Crónica mexicana. Manuscrito # 117 de la Colección Hans Peter Kraus

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Crónica mexicana. Manuscrito # 117 de la Colección Hans Peter Kraus

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Las obras más conocidas de Fernando de Alvarado Tezozómoc son la presente- Crónica mexicana, escrita en castellano hacia 1598, que relata la salida de Aztlan de los aztecas-mexicas y termina con el inicio de la conquista, - y la Crónica mexicáyotl, compuesta en náhuatl en 1609, sobre las genealogías de los más altos pipiltin (nobles) mexicas, y exhibe sus méritos y derechos.La Crónica mexicana cuenta cómo los mexicas alcanzaron su esplendor y conquistaron el mundo por ellos conocido. Manuel Orozco y Berra, su primer editor, afirmó de la Crónicaque esta: narra las causas que motivaron las guerras y el resultado de estas, dejando traslucir cuánto había de grosero, de arbitrario, de injusto en la conducta de los monarcas de la triple alianza; los diálogos son naturales, el estilo duro, descuidado, propio de los pueblos a quienes pertenecen: en suma, es la tradición, la tradición verdadera que los mexica conservaban en sus seminarios y hacían aprender de coro a los jóvenes educandos.El Manuscrito número 117 de la Hans Peter Kraus Collection of Spanish American Manuscripts está en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América. Contiene la por ahora versión más temprana de la Crónica mexicana (1598) de Hernando de Alvarado Tezozómoc.Esta versión difiere bastante del de la Crónica mexicana publicado por Orozco y Berra en 1878 y luego repetidamente reeditado hasta nuestros días.Las diferencias son sus 160 folios numerados, en vez de los 158 conocidos. Además, de estar dividido en 112 capítulos, en vez de en 110. También hay abundantes acotaciones originales, ausentes todas en la versión hasta hoy conocida. Hay, además, diferencias significativas en materia de ortografía, de sintaxis y hasta de fraseología entre uno y otro texto.

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Información

Editorial
Linkgua
Año
2018
ISBN
9788490074602
Categoría
Historia
Coronica mexicana
[1r] ¶ Aquí comiença la Corónica mexicana. Trata de la deçendençia y linaxe, benida a esta Nueba España los yndios mexicanos que abitan en este Nueuo M[u]ndo, el tiempo que llegaron en la çiudad de Mexico Tenuchtitlan, asiento y conquista que en ella hizieron y oy abitan, rresiden en ella, llamado Tenuchtitlam.
Capítulo primero
1 ¶ La benida que hizieron y tiempos y años que estubieron en llegar a este Nueuo Mu[n]do, adelante se dirá.2 Y así, ellos propios persuadiendo a los naturales, por la estrechura en que estauan, determinó y les habló su dios en quien ellos adorauan, Huitzilopochtli, Quetzalcoatl, Tlalocateutl y otros, como se yrá tratando. La benida de estos mexicanos muy antiguos, [en] la parte que ellos binieron, tierra y casa antigua llaman oy día Chicomoztoc, que dize Casa de siete cueuas cabernosas; segundo nombre llaman Aztlan,3 que es dezir Asiento de la garça.4 Tenían [en] las lagunas de su tierra, Aztlan, un cu y en ella el templo de Huitzilopochtli, ydolo dios de ellos, y [en] su mano una flor blanca con la propia rrama del grandor de una rrosa de Castilla, de largor de más de una bara en largo, que llaman ellos aztaxochitl, de suaue olor.5 Antiguamente ellos se xatauan llamarse aztlantlaca; otros les llamaron aztecas mexitin,6 que este nombre de mexitin es dezir mexicano, como más claro dezir7 al lagar mana[n]tial de la uba, así mexi, como si del magué saliera mana[n]tial,8 y por eso son ellos agora llamados mexicanos, como antiguamente se nombrauan9 mexica, chichimeca (mexicano, serranos, montañeses), y agora por el apellido de esta tierra y çiudad de Mexico Tenuchtitlan.10 El tiempo que en ella llegaron, biniendo huyendo desbaratados de los naturales yndios de Culhuacan, su bezino, que agora es a dos leguas de su çiudad, persuadidos del demonio Huizilopochtli, llegaron a la d[ic]ha ciudad, que es agora Mexico Tenuchtitlan, porque el día que llegaron en esta laguna mexicana en medio della estaua y tenía un sitio de tierra y en él una peña y ençima de ella un gran tunal; y en la ora que llegaron con sus balsas de caño y carrizo hallaron en el sitio la d[ic]ha piedra y tunal y al pie dél un hormiguero, y estima ençima del tunal una águila comiendo y despedaçando una culebra; y así tomaron el apellido y armas y diuisa, el tunal y águila, que es tenuchca o tenuchtitlan, que oy se nombra así. Y al tiempo que llegaron a esta çiudad abían andado y caminado muchas tierras, montes, lagunas, rríos, primeramente [en] las más de11 las tierras y montes que oy abitan en Chichimecas, que es por Sancta Barbola, Minas de Sant Andrés Chalchihuites y Guadalaxara, Xuchipila, hasta Mechuacan, y otras muchas prouinçias y pueblos. Y en las partes que llegauan, si les paresçía tierra fértil, abundosa de montes y aguas, hazían asiento quarenta años y en partes treinta, otras beinte y diez, y en otras tres y dos y un año, hasta en tanta diminuçión q[ue] de beinte días, y luego alçauan el sarzo por mandato de su dios Huitzilupochtli, [que] les hablaua y ellos rrespondían y luego a su mandato, les dezía: «Adelante, mexicanos, que ya bamos llegando al lugar», diziendo: «Ca ça achitonca tonnenemican12 [1v] mexia».13 E trayendo ellos siempre su matalotaxe, las mugeres cargadas con ello y los niños y biexos, y los mançebos caçando benados, liebres, conexos, rratones y culebras [que] benían dando de comer a los padres, mugeres, hijos. Su comida q[ue] traían era maíz y frisol, calabaças, chile, xitomate y miltomate, que yban senbrando y coxiendo en los tiempos y partes que descansauan y hazían asiento, como d[ic]ho es. Y como libiano que era el chian y huauhtli, lo traían cargado los muchachos. Pero, sobre todo, en las partes que llegauan, lo primero [que] hazían hazer el cu o templo de su ydolo, dios de ellos, Huitzilopochtli, y como benían cantidad dellos, [que] heran de siete barrios, cada uno de su barrio traía el nombre de su dios, como era Quetzalcoatl, Xocomo y Matla, Xochiquetzal y Chichitic, Çentutl y Piltzinteuctli, Meteutl y Tezcatlypuca, Mictlanteuctli y Tlamacazqui y otros dioses, que aunque cada barrio de los siete traía señaldo su dios, traían asimismo otros dioses con ellos, y los que más hablan con los yndios eran Huitzilopuchtli y Tlacolteutl y Mictlanteuctli. El uno de los barrios se llamaua Yopica y Tlacochçalca y el tercero barrio Huitznahuac y Çihuatecpaneca y Chalmeca y Tlacatecpaneca, y el seteno barrio se llaman Yzquiteca.14 Y en las partes que llegauan que era tierra ynútil, dexaban con ojos liebres biuas y se multiplicauan, y en partes que les apellidauan sus dioses a caminar, dexauan en maçorca el maíz, en partes en flor y en partes la lleuauan rrezién cojida la sementera. De manera que benían caminando y haziendo labores y casas y torres de sus ydolos, hasta que llegaron a Culiacan y Xalisco y otras muchas partes y lugares, que les yban poniendo nombres, hasta llegar a Mechuacan y hazer asiento en él, dexando y sembrando siempre de su deçendençia y generaçión. Y llegaron a Malinalco y, llegados primero a Mechuacan, hombres y mugeres començaron a rretoçar en el agua de gran contento, adonde es agora Pascuaro, y los otros mexicanos, sus consortes, biendo cantidad dellos se quedauan, les tomaron forçiblemente sus mantas y atapador de sus bergüenças (maxtli) y a las mugeres sus hueipiles y naguas, de manera que los barones quedaron sin ataparse sus bergüenças y las mugeres, con la priesa, hisieron manera de capiçayo o capote bizcaíno, [que] llaman ellos çicuilli, que oy día las traen puestas por la calor que allí haze. Los barones usaron el traxe manera de güeipil, con su hombro labrado. Y la hermana mayor que allí quedó con ellos, llamada Malinalxoch, que se yntitulaua ser asimismo hermana del dios Huitzilopochtli, benía con ellos, después de aber consolado a los que quedaron en la parte de Mechuacan. Y trayéndola los padres atiguos dellos, los más ançianos, que la traían en guarda, dexándola dormida [en] un monte, la dexaron por de mala dissistión, con muchos rresabios, usando con ellos de sus artes, que mataua a muchos de ellos, que mirando a una persona, otro día moría, [que] le comía biuo el coraçón y sin sintir comía a uno la pantorrilla estándolo mirando, que es lo que llaman [en]tre ellos agora teyolocuani, tecotzana, teixcuepani, que mirando alguno y el qui miraua si a un monte o rrío le trastornaua la bista, que le hazía [en]tender beer algun gran animal o árboles y otras bisiones de espanto; y durmiendo una persona lo traía de su dormitorio cargada a cuestas y hazía benir una bíuora u otra sierpe, se la echaua alguno, por lo consiguiente un alacrán, que todas animales ponçoñosas llamaua con ellas hazer muchos males y daños causar muchas muer [2r] muchas muertes, çientopiés, arañas ponçoñosas; y usar del arte de bruxa, que se tra[n]sformaua del aue o animal que ella quería. Y por esta causa el dios Huitzilopochtli permitió no traerla en compañía de los mexicanos, que la dexaron adormida en un camino, siendo como era y se jataua de ser su hermana, la Malinalxoch, dexándola el dios y los biexos adormida. Y a esto dixo Tlamacazqui Huitzilopochtli, dixo a los biexos [que] la solían traer cargada, que se llamauan Cuauhtlonquetzque y Axoloa el segundo y el terçero llamado Tlamacazqui Cuauhcoatl y el quarto, Ococaltzin, díxoles: «No es a mi cargo ni boluntad que tales ofiçios y cargos tenía mi hermana Malinalxoch desde la salida hasta aquí, e cómo asimismo tanbién fue yo manda[d]o de esta benida, que mi prençipal benida es guerra y armas, arco y flechas, rrodelas se me dio por cargo traer, y mi oficio15 es guerra, y yo asimismo con mi pecho, cabeça, braços [en] todas partes tengo de uer y ser mi oficio. En muchos pueblos y gentes que oy ay tengo de estar por delante y fronteras y aguardar gentes de diuersas naçiones, y e de sustentar y dar de comer y beuer, y allí les tengo de aguardar y juntallos de todas suertes de naçiones; y esto no graçiosamente. Primero e de conquistar en guerras para tener y nombrar mi casa de preçiada esmeralda, de oro, y adornada de plumería, pura casa de esmeralda preçiada, trasparante como un cristal, de diuersas colores de preciada plumería, y en ella e de tener aues de diuersas colores de preçiada plumería, a la bista muy suabes y estimadas, y asimismo tener y poseer géneros de preçiadas maçorcas y cacao de muchas colores; asimismo tener todas suertes de colores de algodón y hilados. Todo lo tengo de beer y tener, pues me es mandado y mi ofiçio, y a eso bine. Ea, pues, padres míos, rrecogé cantidad de matalotaxe para este biaxe, que allí es donde lleuamos n[uest]ra determinaçión y asiento.» Y así, con esto, començaro de caminar y llegaron [en] la parte que llaman Ocopipilla, y en este lugar no permaneçieron mucho tiempo. Y binieron en el lugar que llaman Acahualçingo, y allí asiestieron mucho tiempo y allí estubieron hasta el postrer año [que] llaman bisiesto, acabamiento de una bida o término de tiempo justificado, que llaman yn xiuhmolpilli,16 en nueue términos de signo o planeta de años (chicnahui acatl), el término de años de estos antiguos mexicanos. Y, salidos de Ocopipilla y Acahualçinco, partieron de allí y binieron a la parte que llaman Coatepec, términos de Tonalan (Lugar del sol).
2 ¶ ¶ Capítulo segundo. Trata de lo que hizo, dixo la hermana de Huitzilopoch, Malinalxoch, quando rrecordó otro día, que la dexaron dormida y engañada
¶ Recordada la Malinalxoch, començó a llorar y plañir rreziamente y dixo a sus padres que allí quedaron con ella, diziendo: «Padres míos, ¿a dónde yremos, pues que con engaño manifiesto me dexó mi hermano Huitzilopuchtli? ¿Por dónd...

Índice

  1. Créditos
  2. Brevísima presentación
  3. Criterios de transcripción
  4. Coronica mexicana
  5. Glosario
  6. Libros a la carta