Carta de fray Toribio de Motolinía al Emperador Carlos V
S C. C. M. Gracia y misericordia y paz à Deo patre nostro et Dño. Jesu-Xpo.
Tres cosas principalmente me mueven a escribir esta a V. M., y creo serán parte para quitar parte de los escrúpulos quel de las Casas, Obispo que fue de Chiapa, pone a V. M. y a los de vuestros Consejos, y más con las cosas que agora escribe y hace imprimir: la primera será hacer saber a V. M. Como el principal señorío desta nueva España cuando los Españoles en ella entraron, no había muchos años questaba en México o en los mexicanos, y cómo los mismos mexicanos lo habían ganado o usurpado por guerra; por que los primeros y propios moradores desta nueva España era una gente que se llamaba Chichimecas y Otomíes, y estos vivían como salvajes, que no tenían casas sino chozas y cuevas en que moraban: estos ni sembraban ni cultivaban la tierra, mas su comida y mantenimiento eran yerbas y raíces, y la fruta que hallaban por los campos, y la caza que con sus arcos y flechas cazaban seca al Sol la comían; y tampoco tenían ídolos ni sacrificios, mas de tener por dios al Sol, e invocar otras criaturas: después destos vinieron otros indios de lejos tierra que se llamaron de Culhua, estos truxeron maíz y otras semillas y aves domésticas; estos comenzaron a edificar casas y cultivar la tierra, y a la desmontar; y como estos se fuesen multiplicando y fuese gente de mas habilidad y de mas capacidad que los primeros habitadores, poco a poco se fueron enseñoreando en esta tierra que su propio nombre es Anávac: después de pasados muchos años vinieron los Indios llamados mexicanos, y este nombre lo tomaron o les pusieron por un ídolo o principal dios que consigo truxeron, que se llamaba Mexitie, y por otro nombre se llama Texcatlicupa; y este fue el ídolo o demonio que mas generalmente se adoró por toda esta tierra, delante el cual fueron sacrificados muy muchos hombres: estos mexicanos se enseñorearon en esta nueva España por guerras; pero el señorío principal de esta tierra primero estuvo por los de Culhua en un pueblo llamado Culhuacan questá dos leguas de México; y después también por guerras estuvo el señorío en un señor y pueblo que se llama Ascapulco (Azcapotzalco), una legua de México, según que mas largamente yo le escribí al Conde de Benavente en una relación de los ritos y antiguallas desta tierra.
Sepa V. M. que cuando el Marques del Valle entró en esta tierra, Dios nuestro Señor era muy ofendido y los hombres padecían muy cruelísimas muertes, y el demonio nuestro adversario era muy servido con las mayores idolatrías y homicidios mas crueles que jamás fueron; porque el antecesor de Motecçuma señor de México, llamado Abicoci (Ahuizotl), ofreció a los Indios (sic) en un solo templo y en un sacrificio que duró tres o cuatro días ochenta mil y cuatrocientos hombres, los cuales traían a sacrificar por cuatro calles en cuatro hileras hasta llegar delante de los ídolos al sacrificadero: y cuando los Cristianos entraron en esta nueva España, por todos los pueblos y provincias della había muchos sacrificios de hombres muertos mas que nunca, que mataban y sacrificaban delante de los ídolos, y cada día y cada ora ofrecían a los demonios sangre humana por todas partes y pueblos de toda esta tierra, sin otros muchos sacrificios y servicios que a los demonios siempre y públicamente hacían, no solamente en los templos de los demonios, que casi toda la tierra estaba llena dellos, mas por todos los caminos y en todas las casas y toda la gente bacava al servicio de los demonios y de los ídolos; pues impedir y quitar estas y otras muchas abominaciones y pecados y ofensas que a Dios y al próximo públicamente eran hechas, y plantar nuestra santa fe católica, levantar por todas partes la cruz de Jesu-Cristo y la confesión de su santo nombre, y haber Dios plantado una tan grande conversión de gentes donde tantas almas se han salvado y cada día se salvan, y edificar tantas Iglesias y Monasterios, que de solos Frailes menores hay mas de cincuenta Monasterios habitados de Frailes, sin los Monasterios de Guatemala y Yucatán, y toda esta tierra puesta en paz y en justicia, que si V. M. viese cómo por toda esta nueva España se celebran las Pascuas y festividades, y cuán devotamente se celebran los oficios de la Semana Santa y todos los Domingos y fiestas, daría mil veces alabanzas y gracias a Dios. No tiene razón el de las Casas de decir lo que dice y escribe y emprime, y adelante, porque será menester, yo diré sus celos y sus obras hasta donde allegan y en qué paran, si acá ayudó a los Indios o los fatigó: y a V. M. omilmente suplico por amor de Dios, que agora que el Señor ha descubierto tan cerca de aquí la tierra de la Florida, que desde el río de Pánuco, ques desta gobernación de México, hasta el río grande de la Florida donde se paseó el capitán Soto mas de cinco años, no hay mas de ochenta leguas, que en estos nuestros tiempos y especialmente en esta tierra es como ocho leguas, y los pueblos a V. M. sujetos pasan de aquella parte del río de Pánuco, y antes del río de la Florida hay también muchos pueblos, de manera que aun la distancia es mucho menos: por amor de Dios V. M. se compadezca de aquellas ánimas, y se compadezca y duela de las ofensas que allí se hacen a Dios, e impida los sacrificios e idolatrías que allí se hacen a los demonios, y mande con la mas brevedad y por el mejor medio que según hombre y ungido de Dios y capitán de su Santa Iglesia, dar orden de manera que aquellos Indios infieles se les predique el santo evangelio, y no por la manera quel de las Casas ordenó, que no se ganó mas que de echar en costa a V. M. de dos o tres mil pesos de aparejar y proveer un navío, en el cual fueron unos padres Dominicos a predicar a los Indios de la Florida con la instrucción que les dio, y en saltando en tierra sin llegar a pueblo, en el puerto luego mataron la mitad dellos, y los otros volvieron huyendo a se meter en el navío, y acá tenían qué contar cómo se habían escapado: y no tiene V. M. mucho que gastar ni mucho que enviar de allá de España, mas de mandarlo, y confío en nuestro Señor que muy en breve se siga una grande ganancia Espiritual y temporal, y acá en esta nueva España hay mucho caudal para lo que se requiere, porque hay Religiosos ya experimenta...