Dirigir la evolución tecnológica
Responder al tipo correcto de cambio tecnológico resulta tan esencial como responder al cambio tecnológico en general. Para obtener buenos resultados, las empresas de nueva creación deben centrarse en las transiciones tecnológicas, es decir, puntos en los que un sector está cambiando de una forma básica de tecnología a otra más avanzada: es ahí donde las empresas establecidas juegan en desventaja y, en especial, aquellas que se muestran reacias a realizar cambios.
La tecnología sigue un desarrollo evolutivo. El avance tecnológico en el campo de los ordenadores se produjo porque los microprocesadores se hicieron cada vez más pequeños y potentes cuando los ingenieros encontraron la forma de introducir cada vez más información en un microchip. Aunque en el avance tecnológico toman parte factores institucionales, económicos y científicos, la evolución de la tecnología depende ante todo del proceso de investigación. Este patrón de evolución tecnológica también afecta a la actividad empresarial al determinar el ciclo de vida del producto: cuando la evolución tecnológica es lenta, los ciclos de vida de los productos tienden a ser más largos. El avance progresivo que se produce dentro de un marco tecnológico se plasma gráficamente en la denominada Curva S, cuyo nombre guarda relación con la forma serpenteante que tiene al representarse sobre un eje de abscisas. Desarrollada por Richard Foster, consultor de McKinsey, la curva S refleja el rendimiento de una nueva tecnología como una función de la cantidad de esfuerzo invertido en desarrollarla. La curva S demuestra que las tecnologías, al principio, mejoran su rendimiento lentamente debido a que existe un proceso de aprendizaje; los frutos de ese aprendizaje son unos conocimientos que, al ser aplicados, producen un avance destacable que luego se ralentiza en la fase final, momento en que suele aparecer una nueva tecnología, que a su vez conduce a una transición hacia una nueva curva S.
La curva S nos ayuda a comprender que las empresas establecidas no serán las que introduzcan nuevas tecnologías, ya que están acostumbradas a un nivel de rendimiento superior que todavía no han alcanzado las tecnologías recién introducidas. Asimismo, al evaluar la nueva tecnología, los dirigentes de las empresas establecidas suelen pronunciarse en su contra porque temen que la nueva tecnología canibalice a la ya existente, además de haber invertido en la tecnología que están utilizando y siempre tener la posibilidad de mejorar esa tecnología con la que ya cuentan. Por otra parte, la curva S subraya la importancia de irrumpir en el sector en el momento adecuado: entrar demasiado temprano supondrá realizar inversiones gravosas de las que se aprovecharán los competidores, pero entrar demasiado tarde significa arriesgarse a que otras empresas tomen la delantera. Los e-books (libros electrónicos) son un ejemplo de ello: hicieron su aparición demasiado pronto, antes de que la curva S llegase a su punto de aceleración, lo cual obligó a invertir en tecnología y quedarse sin dinero antes de lograr hallar el producto que pudiese competir con la tecnología de los libros de papel.
Otro aspecto importante de la evolución tecnológica es la emergencia de un diseño dominante, ya que las empresas compiten sobre la base de la existencia o inexistencia del mismo. Las condiciones anteriores a la aparición del modelo dominante resultan más favorables para las empresas de nueva creación, pues las trabas de entrada son menores y, una vez que el diseño dominante hace su entrada triunfal, sólo pueden competir en el coste. Un paradigma de ello es la industria automovilística, que se decantó por el diseño dominante de automóviles con motor de gasolina a comienzos del siglo XX, aunque en torno a 1900 los vehículos propulsados por vapor y electricidad gozaban de preferencia. Dado el papel que desempeñan, es esencial que el emprendedor comprenda por qué surgen los diseños dominantes. Son varias las razones que se pueden aducir al respecto: porque el diseño estaba en el momento adecuado en el lugar oportuno, por la conjunción de una serie de factores sociales, políticos y organizativos, o debido a la propia naturaleza de la tecnología que se presta a la formación de un diseño dominante.
La existencia de estándares técnicos o sobre los que se ha llegado a un acuerdo tácito es otro de los factores que los emprendedores deben tener presente. En primer lugar, porque los productos que se convierten en el estándar gozan de gran éxito debido a que las demás empresas no tienen otra alternativa que diseñar productos complementarios que se ajusten al estándar técnico. Es el caso de Microsoft: dado que el 80% de los ordenadores del mundo utilizan el sistema operativo Windows, el gigante informático se beneficia de altos márgenes. Lo más curioso de todo es que cuando un producto se convierte en el estándar técnico, ni siquiera los productos con un rendimiento superior pueden desbancarlo. Véase, por ejemplo, el teclado QWERTY que utilizamos actualmente y que data de 1880: su finalidad entonces era la de escribir más lentamente para que las letras de la máquina de escribir no se atascaran; aunque en torno a 1930 surgieron varios modelos que lo superaban, ninguno de ellos logró sustituirlo como modelo dominante. Los fabricantes no tienen...