CAPÍTULO 1
Introducción
En postproducción es vital aprender a mirar, y también decidir qué es importante y qué no. Por tanto, no solo debemos centrarnos en el manejo del programa, sino que es necesario aprender a distinguir lo que cada fotografía necesita.
Sobre el retoque en general y sobre este libro en particular
A lo largo del libro veréis que hay diferentes opciones de cómo realizar una misma tarea y también doy mi aportación personal al tratamiento final de la imagen. Debido a que la fotografía de retrato es muy amplia, intento generar un esquema ordenado de edición, dejando rienda suelta a la creatividad e intencionalidad de cada uno.
Por tanto, a lo largo de los distintos capítulos explicaré los conceptos clave de retoque, así como mi forma de abordar problemáticas comunes y además daré trucos y consejos que tienen que ver con mi manera de editar y con mi experiencia a lo largo de los años.
En el capítulo se incluyen una serie de cuestiones básicas y definiciones sobre la postproducción en general a las que podréis recurrir en caso de no disponer de estos conocimientos.
También he incluido al final del libro una variedad de imágenes en las que he explicado paso a paso cómo he abordado su postproducción, y de qué manera he aplicado las técnicas descritas previamente.
Cuando retocamos retratos estamos trabajando con personas y lo que queremos en nuestras fotografías (o por lo menos es mi caso) es que se vean reflejadas y representadas. Por eso trabajo con técnicas profesionales, cuidando los detalles para conseguir un acabado natural.
Desde este libro también quiero abogar por un retoque responsable en el que no hagamos sentir a las personas incómodas con sus cuerpos o que no encajan en un determinado canon de belleza.
La importancia de saber mirar una fotografía
La postproducción no es solo una cuestión de dominar las técnicas de retoque. Es imprescindible el dominio de la técnica para poder realizar correctamente el proceso de edición. Del mismo modo, la optimización del flujo de trabajo es fundamental para realizar de forma rápida y ordenada para ser más eficiente.
A la productividad y técnica se suman otras cuestiones que han de tenerse en cuenta a lo largo del proceso de retoque. Es importante aprender a analizar las imágenes y saber distinguir que necesitan para mejorar o brillar. Una imagen excesivamente retocada puede parecer artificial o irreal, al igual que una fotografía sin edición da impresión de inacabada. Es vital entrenar el ojo y la mente para encontrar un punto en el que la imagen alcanza su máximo potencial.
Para llegar a conseguirlo, además de paciencia, solamente tengo dos consejos: el primero es hacer muchas fotos. Aunque esta disciplina tiene una base teórica, hay que poner en práctica lo aprendido para evolucionar. El segundo es que mejoréis vuestra cultura visual. Ver fotos, cuadros, películas… dar de comer a vuestro imaginario visual para tener muchos referentes en la cabeza.
Puede parecer demasiado obvio, pero la cultura visual es como una planta que necesita ser regada para crecer. Con esto no me refiero simplemente a ver fotografías en las redes sociales, sino a consumir todo tipo de imágenes: ir al cine, visitar museos, etc. Todo esto alimenta nuestra cultura visual que se va haciendo más y más amplia. Aprende a analizar las imágenes que consumes: composición, circunstancias en las que se ha hecho, colores en la imagen o la postproducción. Analizar imágenes de distinta naturaleza te ayudará a comprender el cómo y el porqué de esas fotografías, cómo han sido tomadas y cómo se ha realizado la postproducción.
Para finalizar, añadir que, a mi modo de ver, la postproducción es un puzle que hay que resolver. Cada imagen tiene unas circunstancias y es necesario encajar todas las piezas y solucionar todas las incógnitas de forma creativa para llegar a un óptimo resultado.
A quién va dirigido este libro
Este libro está orientado a fotógrafos, retocadores y en general, a aquellas personas interesadas en aprender técnicas de retoque digital para retratos.
Será especialmente útil para quienes están empezando o tengas algunos conocimientos previos de edición fotográfica y quieran aprender la metodología de trabajo profesional y algunos trucos que más tarde podrán aplicar en sus imágenes.
Mi intención, por tanto, no es la de formar retocadores profesionales sino de abrir la puerta a fotógrafos a un mundo de posibilidades mediante la edición.
CAPÍTULO 2
Por dónde empezar
AL FINALIZAR ESTE CAPÍTULO HABRÁS APRENDIDO:
•Cómo afectan las variables del entorno de trabajo y el equipo a la edición de las fotografías
•Cómo debes organizar tu estudio o despacho para editar mejor tus fotografías
•Equipo necesario para el retoque fotográfico
•Por qué calibrar un monitor es importante y cómo hacerlo
•Qué formatos de fotografía debes utilizar en cada parte del proceso de edición
•Programas de edición que debes utilizar en función de tu estilo fotográfico
Espacio de trabajo
Antes de empezar a retocar las fotografías es importante buscar un espacio óptimo para esta tarea.
Hay varios aspectos que pueden hacer que no consigamos editar correctamente nuestras fotografías que van más allá del uso de los programas. La colocación del monitor, la luz de la habitación e incluso la ropa que llevemos puesta, pueden influir en la forma en la que vemos las imágenes y por tanto nuestra edición puede no ser fiel.
Para organizar de forma correcta el espacio de trabajo hay una normativa ISO 3664:2008/2009 para iluminación ambiental en zonas de control del color.
Algunas de las consideraciones más importantes a tener en cuenta son:
•Luz del espacio de trabajo a 5000 grados Kelvin y evitar luces directas y reflejos sobre el monitor. Lo ideal es proteger con una visera.
•Trabajar en un entorno pintado en tonos neutros y evitar colocar muchos objetos o superficies reflectantes tras el monitor.
•Luminancia del monitor entre 75 y 120 candelas (dependiendo de si hacemos caso a la normativa de 2008 o 2009).
A todo lo mencionado previamente se suma una distancia, inclinación y altura del monitor que nos permita ver la ima...