Dialéctica Erística: El Arte de Tener Razón
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Dialéctica Erística: El Arte de Tener Razón

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Dialéctica Erística: El Arte de Tener Razón

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Dialéctica erística: El arte de tener razón, es un pequeño tratado inconcluso escrito por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, basado principalmente en los Tópicos de Aristóteles. Fue publicado en 1864, póstumamente. La obra contiene una serie de apuntes en los que Schopenhauer recopiló treinta y ocho "estratagemas", o "trucos" dialécticos, argumentaciones desleales y engañosas utilizadas en las discusiones cuando uno de los contrincantes desea que prevalezcan sus tesis u opiniones propias sobre las del adversario, aun sabiendo que éstas son absurdas o plausibles o que no lleva razón alguna en el asunto a discutir.

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Información

Editorial
AMA
Año
2021
ISBN
9783985225323

Estratagema 1

La amplificación. La afirmación del adversario se lleva más allá de sus límites naturales, se la interpreta de la manera más general posible tomándola en su sentido más amplio y exagerándola. La propia afirmación, en cambio, se especifica cuanto se puede reduciéndola a su sentido más nimio, a sus límites más estrechos, pues cuanto más general sea su afirmación, a más ataques estará expuesta. El remedio más eficaz contra la amplificación es la definición correcta de los puncti y el status controversia [los puntos a discutir y las condiciones de la discusión].
 
Ejemplo 1: Afirmé: "Los ingleses son la primera nación en el arte dramático." El adversario quiso intentar una instantia y manifestó: "Que de todos era conocido que tanto en lo que a música se refiere, y, por consiguiente, tampoco en la ópera, hubieran hecho algo de importancia”. Le repliqué recordándole que "la música no está incluida entre las artes dramáticas; éstas se refieren únicamente a la tragedia y la comedia”, lo que él muy bien sabía, sólo que intentó generalizar mi afirmación para poder incluir en ella todas las representaciones teatrales, y, por consiguiente, también la ópera y la música, con lo que me derrotaría con seguridad.
A la inversa, se salva la propia afirmación mediante su limitación con respecto al primer propósito manifestado, si la expresión utilizada lo favorece.
 
Ejemplo 2: A dice: "La paz de 1814 incluso devolvió a todas las ciudades hanseáticas alemanas su independencia”. B responde con una instantia in contrarium que Danzig, había conseguido su independencia gracias a Bonaparte, la perdió con aquella paz. A se salva de esta manera "yo dije todas las ciudades alemanas, Danzig era una ciudad hanseática polaca".
Esta estratagema la enseña ya Aristóteles en los Tópicos.
 
Ejemplo 3: Lamarck niega a los pólipos toda clase de percepción sensible porque carecen de nervios. Pero, sin embargo, se sabe que perciben, pues buscan la luz en tanto que artificiosamente se mueven hacia ella de rama en rama; y atrapan su presa. De esto se ha concluido que la masa nerviosa está proporcionalmente esparcida por la totalidad del volumen de sus cuerpos, homogéneamente fundida; ya que es evidente que tienen algún tipo de percepción, aunque sin órganos perceptores específicos. Porque esto invalida su hipótesis, Lamarck argumenta de forma dialéctica: "En este caso cada una de las partes del cuerpo de los pólipos debería ser capaz de toda clase de percepción sensible, de movimiento, de voluntad, de pensamiento, siendo así que el pólipo tendría en cada punto de su cuerpo todos los órganos correspondientes a las especies de los animales más perfectos. Cada partícula podría ver, oler, gustar, oír, etc., y también pensar, juzgar, inferir; en definitiva: cada molécula de su cuerpo sería como un animal perfectamente desarrollado, y el mismo pólipo ocuparía un puesto superior al del ser humano, pues cada uno de sus trocitos poseería todas las capacidades que el hombre sólo tiene en conjunto. Además, no habría ninguna razón que impidiese aplicar lo que sobre los pólipos se afirma, también a cada mónada, el más imperfecto de todos los seres, y, finalmente, también a las plantas, que, por supuesto también viven, etc." Con el uso de tales estratagemas dialécticas traiciona un escritor que en su fuero interno es consciente de no tener razón. Porque se afirmó: "Su cuerpo entero es sensible a la luz, por lo tanto, es de naturaleza nerviosa", concluye que todo el cuerpo piensa.

Estratagema 2

Usar la homonimia para extender la afirmación anunciada a lo que puede comprenderse igualmente bajo el mismo nombre, pero que poco o nada tiene que ver con el asunto del que se está tratando; después, a continuación, se refuta triunfalmente la afirmación tomada en este sentido haciendo que parezca que se ha refutado la primera.
Anotación: Sinónimas son dos palabras para el mismo concepto; homónimos dos conceptos designados mediante la misma palabra (ver Aristóteles, Tópicos, Lib. I, cap.13). Bajo, agudo, alto, utilizados a veces para calificar cuerpos y otras para los tonos de voz, son homónimas. Honrado y probo son sinónimos.
Se puede considerar esta estratagema como idéntica al sofisma ex homonymia, sin embargo, la obviedad de tal sofisma no engañará en serio.
 
Omne lumen potes extingui (Puedes apagar toda la luz)
Íntel ectus est lumen (Esta unción es ligera)
Intellectus potest extingu (El entendimiento puede ser eliminado)
 
Aquí se nota enseguida que hay cuatro termini: lumen en sentido propio, y lumen entendido metafóricamente. Por otra parte, en casos más sutiles engaña; concretamente, en aquellos en los que los conceptos se designan con la misma expresión y están emparentados, pudiéndose intercambiar uno por otro con facilidad.
 
Ejemplo 1:
A "Aún no está usted muy iniciado en los misterios de la filosofía kantiana".
B "Ah, mire usted, de donde hay misterios no quiero saber nada".
 
Ejemplo 2:
Censuro el principio del honor, juzgando incomprensible que quien sufre una ofensa quede deshonrado a menos que no la repare con una ofensa aún más grande, o mediante la sangre del ofensor o la propia. Para fundamentar esto aduzco que el verdadero honor no puede ser manchado por lo que uno sufra, sino únicamente por aquello que uno haga; pues a cualquiera puede tocarle en suerte sufrir de todo. - El adversario atacó directamente al fundamento mostrándome triunfalmente que, si se acusase falsamente a un comerciante de estafa, de irresponsabilidad, o de negligencia en sus negocios, se le atacaría su honor, que habría sido únicamente manchado con lo que padeciese; y que esto solamente podría repararse en cuanto que se consiguiesen el castigo y la retractación pública de los agresores.
 
De este modo, con el uso de la homonimia, suplanta el honor burgués, o buen nombre cuya mancha acontece por la calumnia, por el concepto del honor caballeresco, conocido también como point d'honneur, cuya mancha acontece por ofensa. Y colmo un ataque al primero no podría quedar impune, sino que debería ser reparado mediante pública retractación, del mismo modo y con el mismo derecho, se repararía un ataque al segundo mediante otra ofensa aún mayor o mediante el duelo. Aquí tenemos, pues, la mezcla de dos cosas esencialmente distintas favorecida por la homonimia de la palabra honor y, además, también un mutatio controversias (cambio del asunto principal de la controversia) ocasionada asimismo por la homonimia.

Estratagema 3

Tomar la afirmación que ha sido formulada en modo relativo, como si lo hubiera sido en general, simpliciter, absolute, o por lo menos, entenderla bajo otro aspecto muy distinto al de su verdadera intención para seguidamente refutarla según este último. El ejemplo de Aristóteles es: "el moro es negro, por lo que a sus dientes se refiere, blanco; por lo tanto, es negro, pero no negro a la vez". Éste es un ejemplo imaginario que no engañará de verdad a nadie; tenemos en cambio, otro de la experiencia real.
 
Ejemplo 1:
En una conversación sobre filosofía, admito que mi sistema defiende y alaba a los quietistas. Poco después, recae la conversación en Hegel, y aseguro que, en general, no ha escrito más que disparates, o que, al menos, hay en sus escritos partes en las que el autor ha puesto la palabra y el lector debe añadirle el sentido. Él adversario no se aventura a rebatirlo ad rem, sino que se conforma con el uso del argumentum ad hominem: "yo había alabado a los quietistas y éstos, en cualquier caso, también escribieron muchos disparates".
Admitiendo este hecho, corrijo al adversario añadiendo que no admito a los quietistas como filósofos y escritores, es decir, no por sus aportaciones teóricas, sino como a hombres, por sus acciones y, simplemente, en un sentido práctico; con respecto a Hegel, me refería a sus aportaciones teóricas. Con esto se paró el golpe. Las tres primeras estratagemas están emparentadas; tienen en común el hecho de que el adversario habla en realidad de otra cosa distinta de la que se manifestó. Incurre en un ignoratio elenchi [desconocimiento de la refutación] aquél que se deja desarmar de esta manera.
En todos los ejemplos mostrados es verdadero lo que aduce el adversario, pero no está realmente en contradicción con la tesis, la contradicción es sólo aparente; así, quien es atacado deberá negar la consecutividad de la conclusión del adversario, es decir, que de la verdad de su tesis se desprenda la falsedad de la nuestra. Es, pues, refutación directa de su refutación por negationem consecuentiae [negación de la consecutividad].
No admitir premisas verdaderas porque se prevé su consecuencia. Contra esto, los dos medios siguientes, reglas 4 y 5.

Estratagema 4

Cuando se quiere llegar a una conclusión, no hay que dejar que ésta se prevea, sino procurar que el adversario admita las premisas una a una y dispersas sin que se dé cuenta durante el transcurso del diálogo; de lo contrario, lo impedirá con todos los medios a su alcance. O, cuando es dudoso que el adversario vaya a aceptarlas, se formulan primeramente las premisas de esas premisas; se hacen prosilogismos; entonces se deja que admita unas cuantas premisas desordenadas de tales prosilogismos enmascarando así la jugada hasta que haya admitido todo lo que queríamos. Luego se procede recapitulando el asunto desde atrás. Esta regla la de Aristóteles (Tópicos VIII, 1) no necesita ejemplo alguno.

Estratagema 5

Pueden usarse premisas falsas para demostrar la propia tesis cuando el adversario no admita las verdaderas, es decir, o porque no reconozca su verdad, o porque ve que de ellas se seguiría como conclusión inmediata nuestra tesis. Se toman entonces proposiciones que de suyo son falsas, pero verdaderas ad hominen, y se argumenta ex concessis, según la manera de pensar del a...

Índice

  1. Introducción
  2. Base de toda dialéctica
  3. Estratagema 1
  4. Estratagema 2
  5. Estratagema 3
  6. Estratagema 4
  7. Estratagema 5
  8. Estratagema 6
  9. Estratagema 7
  10. Estratagema 8
  11. Estratagema 9
  12. Estratagema 10
  13. Estratagema 11
  14. Estratagema 12
  15. Estratagema 13
  16. Estratagema 14
  17. Estratagema 15
  18. Estratagema 16
  19. Estratagema 17
  20. Estratagema 18
  21. Estratagema 19
  22. Estratagema 20
  23. Estratagema 21
  24. Estratagema 22
  25. Estratagema 23
  26. Estratagema 24
  27. Estratagema 25
  28. Estratagema 26
  29. Estratagema 27
  30. Estratagema 28
  31. Estratagema 29
  32. Estratagema 30
  33. Estratagema 31
  34. Estratagema 32
  35. Estratagema 33
  36. Estratagema 34
  37. Estratagema 35
  38. Estratagema 36
  39. Estratagema 37
  40. Estratagema final
  41. Pliegos anexos
  42. Sobre la controversia