Vuela

Encuentra tu pasión. Gánate la vida. Sé tu mejor versión.

Strange Gavin, Eva Dallo

• Editorial: K?an Libros
• Año: 2022
• ISBN:
  9788418223549
• Categoría: Personal Development
• Categoría: Self Improvement

Este libro del diseñador gráfico Gavin Strange es una guía práctica e inspiradora para encontrar y hacer el trabajo que amas, dirigida tanto a jóvenes como a adultos que buscan un cambio.

A menudo tendemos a creer que el trabajo y el placer son dos cosas opuestas e incompatibles. Sin embargo, es posible descubrir lo que nos hace vibrar y convertirlo en nuestra principal ocupación. Si escuchamos nuestros intereses y pasiones, podemos transformar, literalmente, nuestras vidas.

Gracias a su inusual carrera autodidacta, Gavin Strange, diseñador gráfico de Aardman Animations y creativo freelance bajo el seudónimo de JamFactory, nos invita a descubrirnos a nosotros mismos. A través de ejemplos prácticos y citas inspiradoras, nos acompaña en el camino hacia el cambio y nos recuerda que la vida es demasiado corta para no perseguir nuestra pasión.

Este libro te inspirará para:

• Hacer un balance de tus intereses y pasiones
• Desarrollar proyectos personales ambiciosos
• Redescubrir la sabiduría de los pueblos indígenas
• Mantenerte optimista y resiliente, sin miedo al cambio
• Cambiar tu mentalidad y motivarte a diario a vivir de tu pasión

Vuela es tu guía, billete y pasaporte a un nuevo destino. ¿Estás listo para despegar?

La crítica ha dicho…

«Una guía alegre e hilarante llena de lecciones sobre cómo descubrir tu pasión, convertirla en algo que te mantenga y dedicar el 100 % de tu tiempo a hacer lo que amas.» Huck Magazine

«Una fórmula única para motivarse, mantener la pasión y lograr ese equilibrio a menudo difícil de alcanzar entre pagar las facturas y disfrutar de la vida creativa al máximo. Una joya de libro.» Inky Goodness

Ahora que hemos entrado en la pista de despegue, ¡es hora de ponerse manos a la obra!

 

Para empezar, me gustaría cambiar completamente la manera como percibimos el «trabajo». Debería ser algo que nos emocionara, ¡no que nos deprima! Durante la infancia, el trabajo se puede ver como el momento en que dejamos de ser niños, el comienzo de la etapa adulta y un lugar en el que la diversión está estrictamente prohibida. No sé muy bien de dónde viene esto, porque no creo que se haya dicho nunca en voz alta, pero está claro que es lo que se da por sentado.

Esta noción de que el trabajo es algo que hay que soportar, algo que tiene que ser penoso, es una locura. ¡No tiene por qué ser así! Aunque es cierto que existen grandes excepciones. Hay un montón de trabajos que son laboriosos y francamente duros y a los cuales me gusta referirme como «trabajo auténtico». Por suerte, también existen algunas personas muy hábiles que son buenas en esas cosas. Así que, en realidad, este capítulo debería llamarse «El trabajo puede ser disfrutado, no soportado».

Si, como yo, tienes la suerte de trabajar en un sector que requiere pensamiento creativo (un enorme ámbito laboral) o quieres entrar a formar parte de la industria creativa, entonces no pienses en el trabajo como una necesidad, sino como una oportunidad.

Podría parecer que me estoy refiriendo lisa y llanamente al arte, y engrandeciéndolo. Pero el trabajo «creativo» no se limita al de los artistas, diseñadores y los que pintan. Para nada. La creatividad se utiliza en todas partes. Es la manera de resolver problemas: usar el conocimiento, la intuición y el ingenio para alcanzar el resultado deseado. Esto engloba, por tanto, casi todos los trabajos, ¿verdad? ¡Bien!

Se trata básicamente de que adoptes la actitud correcta. Intenta olvidarte del sueldo por un momento. ¿Y si te plantearas el trabajo como un desafío, como un juego, como una forma de pasar al siguiente nivel? La mayoría de nosotros pasaremos una enorme parte de nuestras vidas trabajando, por lo que deberíamos hacer algo que nos gustara, que nos resultara interesante y atractivo. Es una oportunidad para cambiar cosas, para dar forma a cosas, para hacer y romper cosas, para ser verdaderamente disruptivo.

NO TIENES TODAS LAS RESPUESTAS

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Respuestas. ¿Quién las tiene? Los adultos, al parecer. De niños vivimos en ese maravilloso mundo de Lego, interminables paseos en bicicleta y Thomas la Locomotora [escribe aquí tus propias obsesiones de infancia]. Un mundo libre de cualquier responsabilidad.

 

Esto se alarga durante años y años. Más Lego, más paseos en bicicleta, más Thomas la Locomotora (progresando de manera natural hacia las Tortugas Ninja, por supuesto). Es maravilloso, un estado aparentemente interminable de... bueno, de «juego».

Juego sin pensamiento ni razón. Y luego, ahí está. La pregunta.

«¿Qué quieres ser de mayor?»

Al principio es una pregunta inocente. Y tú sueltas, indefectiblemente, tu obsesión del momento.

«¡UNA TORTUGA NINJA MUTANTE!», respondes.

Toleran esta respuesta durante un tiempo, pero llega un punto en el que ya no puedes seguir diciendo que quieres ser un reptil genéticamente modificado con conocimientos de artes marciales.

Con los años, la pregunta se vuelve cada vez más frecuente y te acabas dando cuenta de que esperan una respuesta. Una respuesta adecuada. Una respuesta satisfactoria. Pero resulta que tienes quince años; ¿cómo puedes saberlo? La adolescencia es una época tumultuosa, y que te pregunten en ese momento qué quieres hacer durante los próximos cincuenta años resulta, como es comprensible, aterrador.

Algunas personas tienen una idea muy clara de lo que quieren ser desde muy pequeños. Tienen esa determinación y esa visión. Parecen saber por naturaleza cuál será el trabajo de su vida. Y está muy bien, y si es tu caso, tienes suerte. Pero estoy seguro de que yo no era el único que no tenía ni idea de qué responder a una pregunta tan importante a tan temprana edad.

Pero ¿sabes qué? Está bien no tener todas las respuestas. Esto no quiere decir que no debamos pensar y tener ideas sobre lo que nos gustaría hacer en la vida, pero, para descubrir las cosas que nos apasionan e interesan, hace falta tiempo. Un día, estos descubrimientos podrían dar lugar a una respuesta clara y concisa en forma de: «¡Esto es lo que quiero hacer!».

Lo anterior no aplica solo a los que abandonan los estudios o a los licenciados universitarios. A medida que nos hacemos mayores, la presión aumenta. Cuando conseguimos un «trabajo», a muchos nos puede parecer que lo más fácil es permanecer en él e ir escalando puestos. Se espera de nosotros que nos quedemos: «Bueno, tú lo elegiste, ¿por qué irte a otro lugar?».

¡Nada de eso! Tú tienes el control de tu carrera y de tu felicidad personal. Tienes que estar seguro de que estás invirtiendo tu tiempo y energía en las cosas que te importan. Es verdad, ¡eso es de idealistas! Sin embargo, ¿por qué no intentar vivir en un mundo ideal?

En su canción Dead Man’s Float, el rapero y poeta Sage Francis dice:

De entrada sentimos que tenemos el control de lo que hacemos pero, a medida que pasa el tiempo, puede ser muy fácil «encadenarse» a cosas o a una forma de vida que no necesariamente queremos llevar.

No es un proceso fácil. Es un desafío que dura toda la vida y que consiste en dejarse guiar por la propia intuición y los propios intereses, apuntando hacia las cosas buenas —alejándose de las que no lo son tanto— y manteniendo una actitud sincera y abierta, conectando y colaborando con los demás. La primera etapa de aprender a volar consiste en plantearse estas preguntas y encontrar las respuestas correctas. Tal vez ya las tengas.

 

Entonces, en lugar de preguntarnos «¿Qué quiero hacer de mayor?», quizá tengamos que reformular la pregunta y plantearnos «¿Qué tipo de persona quiero ser de mayor?».

Cambiar puede significar cosas diferentes para diferentes personas. Puede ser emocionante, aterrador, algo que temer o aceptar. Pero lo cierto es que todos necesitamos estar abiertos a la idea del cambio.

Para avanzar, normalmente algo tiene que cambiar. Puede ser tan simple como usar otro tipo de lápiz o tan profundo como modificar todo tu sistema de creencias. Pero independientemente de su envergadura, todos los cambios son válidos, pues significan que estás empezando a considerar otras posibilidades u otras formas de hacer las cosas.

A veces, la parte más difícil es darse cuenta y luego aceptar que las cosas deben cambiar. Es difícil porque da miedo. Mucho miedo. Nos encanta la comodidad de nuestra rutina. Es..., es... cómodo, una sensación muy agradable. Alterarla de repente parece de locos, pero a veces es necesario hacerlo para llegar a un lugar mejor. Plantéatelo como unas pequeñas turbulencias. Hazme caso, ¡pronto pasarán y luego estarás por encima de las nubes!

¿Así que quieres cambiar las cosas? ¿Quieres algo nuevo? Bien. ¡Bien! Si estás metido en la rutina, yo no te voy a ayudar a salir. Te voy a mostrar cómo puedes hacerlo tú mismo.

SÉ EL CAMBIO QUE QUIERES VER

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Es evidente que este libro está siendo superidealista y toda esta bonita sensiblería sobre limitarte a hacer lo que te apasiona y bla, bla, es molesta, ¿verdad? Bueno, tal vez soy un idealista. Pero ¿por qué no intentar crear tu mundo ideal en el que vivir?

Es muy fácil acabar devorado por el cinismo y la negatividad, pensar que a personas como tú no les suceden cosas buenas y que las oportunidades, simplemente, no se presentan. Así que comienza por canalizar parte de tu tiempo y energía a cambiar eso. Empieza por establecer puentes, por entablar conversaciones, empieza a sembrar semillas. No te concentres en lo que no sucede, sino en lo que podría suceder.

Si no te sientes representado por ningún grupo, créalo. Si hay algo de lo que no se está hablando, ponlo sobre la mesa.

Si trabajas en una organización de gran tamaño, tendrás que encontrar los límites de lo que puedes y no puedes cambiar. Ejerce una suave resistencia hacia aquellas cosas que te gustaría que fueran diferentes, ayuda y anima a otros con aquello que te gustaría cambiar. No estoy defendiendo una postura hostil o agresiva, sino todo lo contrario: puedes hacer cambios siendo una persona amable, cercana y apasionada.

Mi amiga y colega conferenciante en las Do Lectures Sarah Corbett fundó el Craftivist Collective, un grupo que combina manualidades (generalmente en forma de punto de cruz) y activismo para involucrar a las personas en el cambio social. Lo hace de manera respetuosa y pacífica, como una forma de «activismo amable». Y funciona. Hace unos años, Sarah estaba fastidiando todo el día a la miembro local del Parlamento —le enviaba peticiones y le transmitía problemas— hasta el punto de que la mujer le pidió que parara. «Estás perdiendo tu tiempo y el mío», le dijo. Sarah, evidentemente frustrada por semejante respuesta, fue consciente de que tenía que llamar la atención de la funcionaria de otra manera, por lo que decidió provocar en lugar de predicar. Usó sus conocimientos de manualidades para hacerle un pañuelo bordado con un mensaje personal y la frase: «¡Que no dé igual!».

Gracias a este toque personal, Sarah pudo reunirse con ella; se sentaron y hablaron la una con...

Índice

• Cubierta
• Portada
• Dedicatoria
• Introducción
• 1. El trabajo se debería disfrutar, ¡no soportar!
• 2. Es hora de cambiar
• 3. ¿Cuál es el plan?
• 4. ¿Cómo puedo destacar?
• 5. Los reveses y cómo lidiar con ellos
• 6. ¡Ponte en marcha y vuela!
• Recursos
• Sobre el autor
• Agradecimientos
• Acerca de "Vuela"
• Créditos
• Otros títulos de la colección
• Índice