Sueños de la razón
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Sueños de la razón

Umbrales del siglo XIX: 1799 y 1800

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Sueños de la razón

Umbrales del siglo XIX: 1799 y 1800

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Con una extrema lucide y una capacidad deslumbrante para hacer ver el sentido la fuerza y la irradiación de una energía vital que atraviesa como un ríom subterraneo y como una intensa corriente generativa un momento clave (el fin del siglo XVIII y el principio del XIX).

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Información

Editorial
Ediciones Era
Año
2016
ISBN
9786074454505
Categoría
Historia

1799

Lucinde y Julius miraban por la ventana del pabellón, refrescándose, en su ligera vestimenta, con el aire frío de la mañana. Estaban perdidos en la contemplación del amanecer que todos los pájaros recibían con una alegre canción.
“Julius –preguntó Lucinde– ¿por qué siento esta profunda nostalgia en esta maravillosa tranquilidad?”
“Sólo en la nostalgia encontramos la paz –respondió Julius–. Sí, sólo hay tranquilidad cuando a nuestro espíritu nada lo turba en su anhelo y en su búsqueda de sí mismo; sólo entonces podemos encontrar que no hay nada más allá de nuestra propia nostalgia.”
“Sólo en la tranquilidad de la noche –dijo Lucinde– brillan y resplandecen la nostalgia y el amor con tanto fulgor y plenitud como este sol glorioso.”
[...]
“Sólo en la noche –dijo Julius– el pequeño ruiseñor canta sus quejas y sus profundos suspiros. Sólo en la noche se abren las flores tímidamente y exhalan su dulce fragancia para embriagar al espíritu y a los sentidos con el mismo deleite. Sólo en la noche, Lucinde, fluyen divinamente de los labios el hondo fuego del amor y su atrevida elocuencia, que, durante el quehacer del día, cierran con delicado orgullo su dulce santuario.”
Friedrich Schlegel, Lucinde
*
La Filosofía de la Naturaleza, en tanto que se opone a la filosofía trascendental, se distingue fundamentalmente de ésta por el hecho de que postula a la naturaleza (no en la medida en que sea un producto, sino en la medida en que es al mismo tiempo productora y producto) como aquello que es autosuficiente, de tal manera que, en pocas palabras, se le puede llamar el espinozismo de la física [...] El primer problema de esta ciencia, la búsqueda de la causa absoluta del movimiento (sin ella, la naturaleza no tiene nada de total y no está cerrada sobre sí misma), de ninguna manera debe resolverse de forma mecanicista, porque la mecánica siempre hace nacer al infinito [a partir] del movimiento [...] Nosotros no conocemos sólo esto o aquello; más bien, conocemos primordialmente sólo gracias a la experiencia y por medio de la experiencia, y en ese sentido el conjunto de nuestro conocimiento no consiste sino en proposiciones empíricas. Estas proposiciones empíricas se vuelven proposiciones a priori sólo porque tenemos conciencia de ellas en tanto proposiciones necesarias [...] la diferencia entre las proposiciones a priori y a posteriori no es una diferencia que originalmente pertenezca a las proposiciones mismas, como algunos han supuesto. Por el contrario, es una diferencia que sólo se hace con respecto a nuestro conocimiento y a la manera en que conocemos a partir de estas proposiciones, de tal modo que toda proposición que es para mí histórica, empírica, se vuelve una proposición a priori a partir del momento en que logro, inmediata o mediatamente, comprender su necesidad interna. Ahora bien, debe existir la posibilidad general de conocer cada fenómeno natural primordial como puramente necesario.
En efecto, si no hay en la naturaleza ninguna contingencia, entonces ningún fenómeno primitivo de la naturaleza puede ser contingente; [...] si en cualquier totalidad orgánica todo se comporta y se sostiene en reciprocidad, entonces esta organización, como totalidad, debió preexistir a sus partes: el todo no pudo provenir de sus partes; al contrario, las partes debieron provenir del todo. Así pues, no somos nosotros los que conocemos la naturaleza a priori, es la naturaleza misma la que es a priori, es decir, que toda realidad singular en ella está previamente determinada por el todo o por la idea de una naturaleza en general [...] Como cualquier otra ciencia, ésta no se contenta con lo hipotético ni sólo con lo probable, ella tiene como objetivo lo evidente y lo cierto. Ahora bien, podría ser que estemos seguros que cada fenómeno natural está encadenado a las condiciones últimas de una naturaleza. Puede ser que ignoremos esta cadena de eslabones; o que ella esté enterrada en lo más profundo de la naturaleza. Descubrir estos eslabones es la tarea de la investigación experimental.
F. W. J. Schelling, Introducción al esbozo de un sistema de la Naturphilosophie
*
Todas las cosas suceden en nosotros mucho antes de tener lugar.
Vivificar todo es la finalidad de la vida.
El que sabe producir un conocimiento debe también saber producir una ignorancia. Porque cualquiera que puede hacer concebible una cosa debe asimismo poder volverla inconcebible. El maestro debe transmitir al mismo tiempo una ciencia y una nesciencia.
Sólo podemos devenir en la medida en que ya somos.
Novalis, “Otros fragmentos
*
Felizmente para la vieja condición política sobresalió entonces [después de la Reforma] una nueva orden, gracias a la cual el espíritu agonizante de la jerarquía hizo aparecer sus últimos destellos. La orden tomó a su cargo el reino del Papa y su poderosa regeneración, con una nueva fuerza de antigua disposición, y con una visión y una insistencia maravillosas, y más astutas que nunca. En la historia del mundo nunca había aparecido una sociedad como ésta [...] Para siempre será esta sociedad un modelo de todas las sociedades que sienten un deseo orgánico de difundirse incesantemente y de durar eternamente, pero también para siempre será una prueba de que una época desbocada basta para destruir las más astutas empresas y de que el desarrollo natural del género en conjunto inevitablemente hace fracasar el desarrollo artificial de sólo una parte. Todo individuo por sí mismo tiene su propia medida de habilidad, sólo la capacidad del género humano es ilimitada. Los proyectos que no se diseñen a partir de todos los recursos de la humanidad fracasarán. Todavía más valiosa será esta sociedad como madre de las llamadas sociedades secretas, que todavía no han madurado, pero seguramente será un verdadero germen histórico. Con seguridad, ni el nuevo luteranismo, ni el protestantismo son capaces de mantener una peligrosa rivalidad. La magia de la fe católica se volvió más firme bajo su mano; los tesoros de la ciencia regresaron adonde ellos estudiaban. Lo que se perdió en Europa, muchas veces buscan ellos recobrarlo en otras partes del mundo, en las lejanas tierras de oriente y occidente [...] Los Estados católicos, y especialmente la Sede papal, les deben a ellos, y sólo a ellos, haber sobrevivido a la Reforma [...] Actualmente, esta orden temible duerme, y en qué estado lamentable en los confines de Europa. Pero ¿tal vez resurgirá un día con el pueblo que la proteja, quizás con otro nombre, para difundirse de nuevo por su vieja patria?”
Novalis, “La Cristiandad o Europa”
*
Reverendo:
Lamento que se haya disgustado con el mundo espiritual, y sobre todo si yo debo asumir la responsabilidad. Siento mucho que sus ideas y las mías sobre la Pintura Moral difieran tanto que usted haya llegado a enojarse con mi método de estudio. Si me equivoco, me equivoco en buena compañía. Yo hubiera esperado que su plan comprendiera todas las especies de este Arte y especialmente que usted no rechazara que esa especie que le da existencia a todas las otras, es decir, las Visiones de la Eternidad. Usted dice que yo quiero que alguien elucide mis ideas. Pero usted debería saber que lo que es Grande es necesariamente oscuro para los débiles. No me interesa aquello que se puede hacer explícito para los tontos. Los más sabios de los Antiguos consideraban que lo que no era demasiado Explícito era lo más adecuado para la Instrucción, porque despierta las facultades para la acción. Me refiero a Moisés, Salomón, Esopo, Homero, Platón.
Pero como usted ya me ha favorecido con sus opiniones sobre mi Dibujo, permítame defenderlo en contra de una opinión errónea, aquella que dice que yo he supuesto que la Malevolencia no tiene Causa. ¿No es acaso el Mérito de uno una Causa de Envidia en otro; y la Serenidad, la Felicidad y la Belleza, una Causa de Malevolencia? Pero al deseo de dinero y a las necesidades de un Ladrón no se les puede atribuir el ser la Causa de su Robo, porque mucha gente honesta puede sufrir estreche ces más grandes con Fortaleza. Por lo tanto, debemos buscar la Causa en otra parte, no en el deseo de Dinero, ya que éste es la pasión del Miserable, no la del Ladrón.
En consecuencia, he probado que su Razonamiento no tiene las proporciones debidas, cosa que no se puede decir de mis imágenes. Éstas son las de Miguel Ángel, Rafael, y la Antigüedad, y los mejores Modelos vivientes. Me doy cuenta de que su mirada está deformada por las Caricaturas, que no deberían abundar como abundan. Me gusta divertirme, pero divertirse demasiado es lo más despreciable de todo. La alegría es mejor que la diversión y la felicidad es mejor que la alegría. Yo sé que un Hombre puede ser feliz en Este Mundo. Y yo sé que Este Mundo es un Mundo de Imaginación y de Visión. Todo lo que pinto lo veo En Este Mundo, pero no Todo el mundo ve igual. Para los ojos de un Miserable una Guinea es más hermosa que el Sol, y una bolsa raída por el uso de Dinero tiene proporciones más hermosas que una Viña colmada de Uvas. El árbol que a unos les provoca lágrimas de alegría puede ser para otros sólo una cosa Verde que se interpone en el camino. Algunos ven a la Naturaleza toda Ridícula y Deforme, y yo no voy a regular mis ...

Índice

  1. Al lector
  2. 1799
  3. 1800
  4. Bibliografía