¿Quién aprieta tus botones?
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¿Quién aprieta tus botones?

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¿Quién aprieta tus botones?

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La persona que aprieta sus botones casi siempre es alguien importante para usted: su cónyuge, su padre, su jefe, un miembro de su iglesia. Casi siempre esta persona difícil está relacionada con usted por cuestiones de sangre, amor, fe o dinero y por eso la relación no se puede cortar sin que cause dolor o una gran agitación en su vida.

Nuestros amigos y la cultura actual por lo general nos aconsejarán que abandonemos esas relaciones rápidamente para así terminar con ese triste capítulo y poder continuar con nuestras vidas. El psicólogo y autor doctor John Townsend no está de acuerdo: «La persona que aprieta sus botones no es alguien que uno pueda dejar fácilmente. Uno está entrelazado con esa persona en muchos niveles. Vale la pena buscar maneras en que esa relación pueda ser revivida y renovada».

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Información

Editorial
HarperEnfoque
Año
2006
ISBN
9781418583064
Categoría
Religión
Tercera Parte
common
common
common
IMPLEMENTA
TUS RECURSOS
common
5
RECURSO # 1: DIOS
SI EXISTE ALGO EN EL MUNDO QUE LLEVE a una persona a pensar en Dios, es una relación difícil. La pone directamente de rodillas.
Necesitamos buenas relaciones para sobrevivir, y estamos diseñados por Dios para un propósito relacional. Nos importan las personas, y cuando el amor o compañerismo que anhelamos encuentra problemas y desconexiones, es difícil ignorar el dolor e incomodidad que ocasiona. Es mñs, ya que somos bastante incapaces de controlar las acciones y palabras de otra persona, somos obligados a enfrentar nuestra propia impotencia. Y la experiencia de impotencia es a menudo una ruta directa a mirar hacia Dios.
Cuando dicto conferencias alrededor del mundo, escucho reiteradamente que muchas personas comenzaron a volverse a Dios como resultado de un problema de relaciones. Recientemente estuve hablando en una reunión acerca del crecimiento espiritual y emocional, y pedí a los asistentes que levantaran sus manos por la razón que habían venido. ¿Era asuntos emocionales o de conducta, relacionados con el trabajo, búsqueda general por crecimiento o un problema relacional? La gran mayoría escogió problemas de relacionales interpersonales. Matrimonios, flirteos, familia, el ambiente del trabajo y las amistades pueden hacernos sentir que hemos llegado al fin de nuestros recursos.
Tiene sentido: te importa un aprieta botones y quieres que las cosas marchen bien entre los dos. Sin embargo, esa persona es libre de escoger su comportamiento para contigo, sus actitudes e incluso si quiere estar en contacto contigo. El amar a alguien es realmente un dilema. Amar a una persona difícil puede ser muy, muy duro.
DIOS LO SABE
Dios comprende esta situación. La conoce conceptualmente y por experiencia. Dios la vive cada día, amándonos y solo queriendo una relación para nuestro bien; pero nos da la libertad de decirle no, lo que a menudo hacemos.
Las palabras de Jesús a la gente ilustra la profundidad de su emoción y empatía hacia nosotros:
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! (Mateo 23.37, 38).
Dios desea profundamente el contacto, sin embargo no pasa por encima del libre albedrío que también ha creado en nosotros. Se permite ese tipo de tensión, no porque sea bueno o agradable para Él, sino porque en libertad es la única manera en que podremos alguna vez tener una relación que brote desde adentro, del corazón, y no forzada ni controlada. Ese es el único tipo de relación en la que está interesado y, en última instancia, es la mejor manera en que hemos de relacionarnos con Él y con los demás.
SU INVERSIóN EN TU APRIETA BOTONES
Como ya hemos visto, los aprieta botones pueden ser personas complicadas que crean relaciones complejas. Sin embargo, Dios hace brillar la luz de la verdad y comprensión en estos asuntos. Él es quien «conoce los secretos del corazón» (Salmo 44.21). Él está consciente de las incongruencias, de los repentinos cambios de humor, de los contraataques, del acto de culpar y de todas las facetas de tu persona difícil que te desconciertan. Estos no son misterios para Él. Por el contrario, Él puede mostrar el camino a través de los laberintos.
Es por eso que colocar a Dios como el primer recurso para tratar con tu aprieta botones no tiene que ver con ser «religioso». No tiene nada que ver con eso. Se trata de someterse y seguir la realidad, la sabiduría, el apoyo y la dirección. Cuando te enfrentas a un problema en la vida, respecto de algo en lo que tienes poca experiencia, la mayoría de las personas llaman a un experto y consultan a alguien de experiencia. Los médicos están para asuntos de salud; los contadores para temas de impuestos y los profesores por asuntos educacionales. Literalmente, Dios tiene más experiencia que ningún otro en tratar con aprieta botones. Y Él conoce las respuestas a cualquier pregunta o situación acerca de personas complicadas. Ir al Arquitecto de las relaciones no es solo un asunto espiritual; está basado en la realidad.
El plan de reconciliación
Dios tiene una intención y un plan para tu aprieta botones, tal como lo tiene para ti. Esa intención es la reconciliación, proceso por medio del cual las partes enemistadas resuelven sus diferencias y se unen otra vez. Él quiere que tu persona difícil se reconcilie nuevamente con Dios mismo, con otros, y con su propio corazón. Es una de las cosas en la que Dios está más interesado para la humanidad: «Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de reconciliación» (2 Corintios 5.19).
Si tu aprieta botones está haciendo las cosas que tú lo ves hacer, generalmente indica que por lo menos una de estas tres áreas de reconciliación puede no estar operando. La persona podría no estar plenamente conectada a Dios y Su vida. Por cierto, no está reconciliado contigo y probablemente con otros. Y seguramente tiene partes de sí mismo que no están reconciliadas con otras, lo que coloca su vida en conflicto, especialmente en lo que se refiere a las relaciones.
En el equipo del aprieta botones
Es también importante darse cuenta que Dios está «a favor de» tu persona difícil, de igual forma está «a favor» tuyo. Desea profundamente la mejor vida posible para el aprieta botones, lo que es bueno saber, especialmente cuando ya no te queda amor ni buenos deseos y no sientes más que emociones negativas hacia él. Dios tiene una reserva inagotable de gracia y amor, no sólo para ayudarte a perseverar con esa persona, sino para llegar, directamente, de Él a la persona. A menudo he orado en mi vida: «Dios, ya no me queda amor por esta persona. Perdona, por favor dame algo del tuyo, porque aquí dentro ya no queda más». Y Él lo hace.
Por cierto esto no quiere decir que Dios está de acuerdo con las posiciones y comportamientos de tu aprieta botones. Puede estar más de acuerdo contigo que con él en relación a lo que está haciendo esa persona. Dios toma posiciones claramente definidas en muchos asuntos, tales como el engaáo (Salmo 101.7); la falta de amor (Mateo 24.12); el egoísmo (Santiago 3.16) y la irresponsabilidad (Proverbios 20.4). Pero, como Creador, Padre y Redentor, Él le ama y quiere lo mejor para él.
EL ARQUITECTO DE LA VIDA
Y DE LAS RELACIONES
Pero hay más en mirar a Dios que simplemente saber que Él ama y comprende la situación. Existen razones prácticas y funcionales también. Él es el Arquitecto de las relaciones. Él diseáó la naturaleza de las conexiones humanas, en toda su complejidad y funcionamiento. Él es la relación misma.
En su rol de Arquitecto, Dios diseáó la vida y las relaciones de acuerdo a ciertas reglas y leyes que operan de determinadas maneras. Ya que Él no falla, tampoco fallan sus leyes. Cuando vivimos en sumisión a ellas, la vida funciona mejor. Cuando somos antagónicos a ellas, las cosas deberían desmoronarse y de hecho lo hacen. Tal como ocurre con las leyes físicas del magnetismo, la gravedad y la electricidad, no puedes ir en contra de ellas por mucho tiempo. Trata de decir que no crees ni estás de acuerdo con la gravedad, y luego salta. Puedes durar algo en el aire, pero hasta Michael Jordan (el jugador de baloncesto más famoso de Estados Unidos) tiene que bajar tarde o temprano.
Por ejemplo, toma la ley de sembrar y segar, derivado de Gálatas 6.7: «No os engaáéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará». La idea básica es que para cada causa existe un efecto; por cada acción hay una consecuencia. Si sembramos amor, humildad y responsabilidad, deberíamos cosechar eso. Si fallamos en sembrar, deberíamos experimentar la desconexión, las reacciones a nuestro orgullo y las pérdidas.
Un aprieta botones que siembra egoísmos y arrogancia, debería—en una forma real y práctica—recibir de las personas todo tipo de pesares. Su familia debería estar confrontándolo. Sus amigos diciéndole que se van a ir y no van a regresar, sino hasta que demuestre que se preocupa por algo más que sí mismo. Su jefe no debería promoverlo porque irrita a sus compaáeros. He visto funcionar la ley del sembrar y segar de maneras poderosas cuando las personas permitieron que su aprieta botones la experimentara. A la inversa, la he visto interrumpida por rescatistas y facilitadores, y su poder temporalmente anulado por aquellos que están dispuestos a ayudar para que la persona evite las consecuencias. Dios disciplina a aquellos que ama (Hebreos 12.6). No cometas el error de anteponerte entre tu persona difícil y las reglas de Dios.
En la misma línea, tu persona difícil debiera notar una mejoría en la vida cuando llega a ser cariáoso, autocontrolado y honrado. Tú y otros se acercarán a él; los demás deberían apoyarlo y querer estar con él; en el trabajo le tendría que ir mejor. Todo esto es para decir que Dios y sus maneras son más grandes, mayores y fuertes que tu aprieta botones. Él está operando detrás de las escenas, y aunque los campos están blancos para la siega, existe una falta de obreros (Mateo 9.37-38). Enrólate como voluntario para ayudar a Dios con tu aprieta botones. Pueda que te diga que confrontes algo, o dejes de regañar, o trates con alguna ceguera en ti mismo. Lo que te diga, sin embargo, es para ti, la persona y la relación.
EL MENSAJE DETRÁS DE LA LOCURA
En una forma más profunda, debes estar consciente de que Dios puede estar haciendo algo detrás del escenario contigo, en y a través de tu relación con el opresor de botones. Puede estar trabajando contigo para que también lo conozcas mejor. Él no está muy interesado en resolver tu problema relacional solo para que seas una persona feliz. Sabe que eso no es en última instancia lo mejor parati. La felicidad no debería ser la meta en la vida; es un subproducto de algo más, lo cual es estar conectado con Él y Su vida. Dios no quiere ser tu Prozac (antidepresivo fuerte). Te quiere a ti. «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo» (Apocalipsis 3.20).
A menudo, la relación con el aprieta botones nos ayudará a crecer espiritualmente y a estar más conectados con Dios. Aprendemos acerca de la fe al manifestarse en la relación realidades no percibidas. Aprendemos acerca de la esperanza al desear ver cambios en el futuro que solo Dios puede producir. Aprendemos del amor al ver cuánto Él quiere ayudarnos a nosotros y a nuestra persona difícil.
Tengo una amiga casada con alguien que fue un aprieta botones. (¡Sí, esto ocurre y bastante a menudo!) Ella tenía un serio compromiso con su fe y su relación con Dios, pero las luchas que sostuvo en su matrimonio la cambiaron profunda y permanentemente. Por ejemplo, su visión del dolor es ahora abrazarlo. Ella no disfruta el dolor, pero no rehuye del dolor que la hace crecer espiritual y personalmente. Ella ve a Dios detrás del dolor, y se mueve hacia él.
Puedes estar orando y pidiendo dirección a Dios, y eso es algo bueno. Puede ser algo como: «Seáor, ayúdame a saber cómo tratar mejor a esta persona». Sugeriría que agregues a esa oración lo siguiente: «Seáor, ayúdame a ver la lección que quieres que yo aprenda de todo esto para mi vida contigo. Ayúdame a ver que no se trata solo de cambiarlo a él, sino acerca de transformarme a mí». Las realidades de Dios funcionan para todos nosotros. Él está integrado con sus verdades y estas son universales. Lo que es bueno para tu aprieta botones es bueno para ti también. Puede existir por delante un viaje de fe bajo el tumulto de tu relación difícil. Búscalo.
Fe al estilo de Abraham
¿Cómo unes a Dios, a ti mismo y a tu aprieta botones en la fe? Hay varios elementos involucrados y la mejor ilustración es la vida de Abraham, llamado el Padre de la fe. Dejó su entorno conocido y siguió a Dios en fe, como tú tendrás que hacerlo.
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Hebreos 11.8-10).
Abraham fue llamado. Esto es algo que Dios ha hecho por muchos aáos con su pueblo. Él se extiende hacia nosotros de muchas maneras. La fe trata de reconocer el llamado. Este puede llegar en la forma de una zarza ardiente, un verso de la Biblia que nos salta de la página, una conversación telefónica o un correo electrónico de un amigo. Lo importante aquí es estar abierto y atender. Está atento; escucha el llamado.
El atender o responder a ese llamado no es fácil en un mundo de bipers, teléfonos celulares y mensajes instantáneos. Probablemente necesitarás encontrar algunos minutos programados en tu día para poder oír la voz quieta y apacible en medio del bullicio del mundo moderno.
Durante este tiempo, confiesa a Dios que estás al final de tus recursos con tu aprieta botones; que has hecho todo lo que sabes y que no está respondiendo. Pídele ayuda, y hazle saber que estás abierto a cualquier respuesta y a cualquiera dirección suya. Haz realmente Tu voluntad, no la mía. Esto tiene lógica, puesto que tus soluciones no te han ayudado. Es hora de escuchar otra voz.
Los llamados varían por na...

Índice

  1. Cover Page
  2. Title Page
  3. Copyright Page
  4. Reconocimientos
  5. Contents
  6. Introducción: El tener botones, los oprimirá
  7. I. Entiende a Tu Aprieta Botones
  8. II. Deja Tu Pasado para Crear Tu Futuro
  9. III. Implementa Tus Recursos
  10. Conclusión: La relaciones replanteadas
  11. Notas finales
  12. Acerca del autor