IDEA 1
VIVE CON HUMILDAD
Salomón y la hormiga más sabia del mundo
Hace tiempo, escuché una historia que circula entre pueblos de Oriente Medio y que tiene mucho que ver con este tema:
En esta hermosa historia del pueblo judío se nos enseña sobre la importancia de mantenerse humilde y entender que siempre tenemos algo que aprender de los demás.
Humildad para aprender
Tras el orgullo viene el fracaso;
tras la humildad, la prosperidad.1
Salomón empezó correctamente su reinado. Cuando Dios se le apareció y le ofreció que pidiera cualquier deseo que tuviese en el corazón, Salomón pidió sabiduría. En esa respuesta, el nuevo rey demostró un profundo nivel de humildad, consciente de que no sabía lo que no sabía.
En el siglo veintiuno, los sistemas escolares de muchos países de Occidente enfatizan la necesidad de construir en los niños una fuerte autoestima. Al final del ciclo secundario, sin embargo, nos encontramos con jóvenes que salen muy seguros de sí mismos sin saber lo que no saben. . . y, lo peor, ¡tampoco lo quieren aprender!
Muchos de nuestros amigos y parientes han dejado de leer a los treinta años y ya no vuelven a tocar un libro en la vida. Nos resistimos a reconocer con humildad nuestras falencias y las áreas de nuestra vida en las que aún debemos trabajar. Si vamos a ser exitosos, debemos tener la actitud humilde de reconocer que siempre tenemos algo nuevo que aprender y que siempre podemos aprender de los demás, sin tener en cuenta qué estatus social tenga la otra persona.
Tengo un amigo que se llama David. Fue mi jefe por unos diez años y luego fue el presidente de la junta directiva de mi organización en Estados Unidos. David fue también presidente de Apple Computers de Canadá y uno de los vicepresidentes de esa organización a nivel mundial. David hizo cursos en Harvard y fue reconocido como el «Mejor gerente de Apple» en varias ocasiones.
Sin embargo, cada vez que viaja conmigo, David se sienta en la primera fila del auditorio, saca lápiz y papel y toma notas de las cosas que va aprendiendo de los conferencistas. David es muy inteligente, pero siempre está dispuesto a aprender.
Esa es una característica que he notado en la gente más exitosa que conozco (y conozco a muchas personas de éxito luego de haber viajado tres millones de kilómetros por cincuenta países). Las personas exitosas tienen una curiosidad insaciable. Siempre creen que pueden aprender algo de alguien. Llevan un cuaderno a mano y toman notas de las cosas que aprenden en las conversaciones. Es asombroso.
Hay varios proverbios salomónicos que deberíamos recordar regularmente con respecto a la importancia de ser humildes en la vida. Toma nota. Memorízalos. Te pueden ayudar a tener una actitud apropiada cuando haces negocios o tomas decisiones económicas para ti y tu familia:
Más vale humillarse con los pobres
que hacerse rico con los orgullosos2
Este proverbio enseña que es preferible ser pobre y humilde que rico y orgulloso. Rico y humilde. . . ¡perfecto!
Considera estos ejemplos de multimillonarios con humildad en el corazón que descubrí en una página llamada «Addicted 2 Success»:3
1. Ingvad Kamprad, el fundador de IKEA. Tiene un activo de, por lo menos, 3.000 millones de dólares. Sin embargo, en el 2006 todavía manejaba un Volvo de dieciséis años de antigüedad, porque era bueno y seguro.
2. Tim Cook, CEO de Apple. A pesar de haber ganado 378 millones de dólares solo en el 2011, el señor Cook y su familia viven en un condominio que le costó casi dos millones de dólares en Palo Alto, California. Dos millones parece mucho, ¡hasta que lo comparamos con su salario anual!
3. Chuck Feeney, dueño de Duty-Free Shops, ha entregado casi toda su fortuna de más de 6.000 millones de dólares a estratégicas obras de ayuda alrededor del mundo. ¿Sus activos actuales? Cerca de dos millones de dólares. «Yo vine al mundo para trabajar duro, no para hacerme rico», dice Feeney, que es un modelo de filantropía para Bill y Melinda Gates.
4. David Cheriton, profesor de Stanford que ganó 1.300 millones de dólares con la venta de sus acciones de Google. Vive sin despilfarros y maneja un Honda Odyssey.
5. Warren Buffett, presidente del Consejo y CEO de Berkshire Hathaway. Uno de los hombres más ricos del mundo (unos 74.000 millones de dólares de activos), todavía vive en la misma casa en Omaha, Nebraska, que compró hace cincuenta años por 31.500 dólares.
Necesitamos millonarios más humildes en nuestros países. Millonarios con propósito. Gente que tenga menos amor al dinero y mucho más amor a la humanidad. Por qué no, en una de esas, ¡tú puedes ser uno de ellos!
«Al que es orgulloso se le humilla, pero al que es humilde se le honra», decía el sabio Salomón,4 y yo creo que estaba en lo cierto. Solía decir: «. . .para recibir honores, primero hay que ser humildes».5
Humildad para vivir
Finalmente, la humildad de corazón nos ayuda a vivir y a tomar decisiones importantes en la vida. Cuando nuestra identidad está asociada con la casa donde vivimos, el auto que manejamos o la ropa que vestimos, nos resulta muy difícil despegarnos de esas cosas. Nos resulta difícil tomar decisiones difíciles.
La falta de humildad no nos permite tomar decisiones temprano en el proceso de sobrevivir a una crisis económica en nuestras vidas o en nuestras familias. Pero tomar decisiones temprano puede ahorrarnos un montón de dolores de cabeza.
Cuando nuestro orgullo personal nos apega a la imagen que hemos construido, las emociones no nos dejan hacer los sacrificios necesarios para comenzar el proceso de sanidad. Es el primer mes en el que no podemos pagar la renta, o en el que debemos tomar dinero prestado para comprar la comida, la ropa o pagar los servicios de la casa cuando tenemos que empezar a pensar en los sacrificios que debemos hacer.
Quizás debemos vender la moto o el auto, o mudarnos a otra casa, en otro barrio (o a la casa de nuestros padres o algún pariente). Quizás debemos bajar nuestro estándar de vida o sacar a nuestros hijos de la escuela privada a la que asisten. Y lo peor es que ¡nuestro cuñado lo sabrá!
El orgullo habla de debilidad de carácter, de una baja autoestima y de una relación insana con las cosas que tenemos. La manera apropiada de relacionarnos con las cosas debería ser: cuando las tenemos, las disfrutamos; y, cuando no las tenemos, ¡no las extrañamos!
La manera apropiada de relacionarnos con otros es colocarlos a ellos primero. Considerar al prójimo como más importante que uno mismo.
¿No es eso algo «marciano»?
Te dije que Salomón nos iba a cambiar los paradigmas de la vida. En el mundo en el que vivimos, cada uno busca colocarse a sí mismo primero. Sin embargo, las empresas y los emprendedores más exitosos que conozco han aprendido a colocar a los demás primero.
Se cuenta que Confucio dijo una vez: «La humildad es el sólido fundamento sobre el cual se construyen todas las demás virtudes». Y el autor de bestsellers Rick Warren dijo una vez: «La humildad no es pensar menos de ti mismo, es pensar menos en ti mismo».
Aprende a cultivar la humildad. Será la raíz de la cual crecerán todas las otras virtudes que te llevarán a imitar al hombre más rico del mundo. Salomón tuvo una muy fuerte dosis de humildad en su juventud y no parece haberle hecho mucho daño, ¿no te parece?