Gozo al instante
eBook - ePub

Gozo al instante

El arte de descubrir la felicidad interi

  1. 288 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Gozo al instante

El arte de descubrir la felicidad interi

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Gozo al instante de Chade-Meng Tan en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Desarrollo personal y Salud mental y bienestar. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2017
ISBN
9780718087364

CAPÍTULO SEIS

image

La felicidad está llena de tonterías

El trabajo con el sufrimiento emocional
image
Los grandes maestros espirituales tienden a ser gente divertida y, a veces, hasta hablan de inmundicias. Yo conozco por lo menos dos analogías sobre la mente en meditación que hablan de excremento. En una de ellas, se compara la mente con un pedazo de oro puro escondido dentro de una gran bola de estiércol de ganado. El oro representa a la mente en su naturaleza subyacente, perfecta y feliz, mientras que el estiércol representa las condiciones mentales que le sirven de obstáculo a la naturaleza feliz y perfecta de la mente. El oro ya está presente; no hay que crearlo. Todo lo que tenemos que hacer para conseguirlo es echarle agua para que se vaya todo el estiércol. En cierta forma similar, la felicidad ya está presente, así que nosotros no tenemos que crear las condiciones mentales para que exista; todo lo que tenemos que hacer es eliminar las condiciones mentales que obstaculizan la felicidad.
image
La otra analogía es la historia de un hombre que pisa sin querer un excremento de perro cuando se dirige a su casa. Las suelas se le llenan de suciedad, por lo que o entra a la casa con los zapatos así y mancha su alfombra o se puede lavar los zapatos en el traspatio de la casa, con lo que estaría usando la suciedad para fertilizar el suelo. El excremento representa el sufrimiento (toda la mierda) de nuestra vida. Cuando nos pasan cosas malas, podemos decidir entre dejar que nuestro sufrimiento permanezca maloliente para todo el resto de la vida, como el hombre que entró a su casa con los zapatos sucios, o dejar que promueva nuestro crecimiento espiritual, como el hombre que convirtió aquella suciedad en fertilizante para su césped.
En la vida, las emociones dolorosas son inevitables. Envejecemos, nos enfermamos, sentimos dolores físicos y nos enfrentamos a la muerte, tanto la propia como la de nuestros seres amados. Además, con mucha frecuencia, la vida nos obliga a estar en medio de cosas que nos desagradan grandemente, o nos impide que consigamos algo que queremos con desesperación, o perdamos aquello que tenemos y que nos es entrañable. En todos los casos, es inevitable que se produzca algún sufrimiento emocional. Hasta Matthieu Ricard, «el hombre más feliz del mundo», con sesenta mil horas de entrenamiento de la mente, y aún en entrenamiento, me dice que es imposible ser feliz todo el tiempo, porque los sufrimientos y las dificultades son inevitables en la vida, y hay mucho sufrimiento por todas partes. Por consiguiente, mientras nos entrenamos en el arte del gozo, es igualmente importante que también aprendamos a sufrir. El meditador que aprende el gozo sin aprender el sufrimiento es como el luchador que aprende a atacar sin aprender a defenderse: su entrenamiento se halla gravemente incompleto.
En este capítulo usaremos la paz interior, el gozo interior y el amor bondadoso para trabajar con el sufrimiento. Te sugiero que existen tres pasos para hacerlo: un paso de atención, un paso afectivo y un paso cognoscitivo.
Estos pasos son útiles en todas las situaciones en las que hay sufrimiento emocional, tanto si te sientes triste como si estás enojado, o te han humillado, o traicionado, o sientes odio, o cualquier otra de esas cosas malas. Hablaremos de estos pasos con algo de detalle. Sin embargo, algunas veces nuestras dificultades son tan intensas, y el sufrimiento emocional es tan grave, que hasta estos tres pasos fallan. En esa clase de momentos, practicamos el arte de sufrir.

Primer paso en el trabajo con el sufrimiento emocional: El paso de atención

El primer paso en el trabajo con el sufrimiento emocional se puede resumir en tres palabras: serena tu mente.
Cada vez que me aflige una emoción dolorosa, lo primero que hago es serenar mi mente. Lo hago utilizando mi atención. Pongo a funcionar mi concientización al máximo de su poder y después le presto atención a mi respiración, alejado de los pensamientos que alimentan mi sufrimiento. Unas veces me toma un segundo y otras me toma minutos; pero de cualquier manera, solo con prestarle una atención delicada, pero intensa, a la respiración, sereno mi mente.
Ya en el capítulo 2 hablamos acerca de la forma en que esto funciona. Prestarle atención a la respiración es algo que serena la mente de dos maneras: una fisiológica y otra psicológica. Fisiológicamente, prestarle atención a la respiración la hace más lenta y más profunda, y de esa manera estimula el nervio vago, el cual inicia entonces la respuesta de relajamiento. Psicológicamente, la atención intensa a la respiración trae la mente al presente, lejos del pasado y del futuro. De esa forma libera de manera temporal a la mente de lo que lamenta con respecto al pasado y lo que le preocupa con respecto al futuro.
Bajo condiciones normales, es fácil serenar la mente prestándole atención a la respiración, aunque es más difícil hacerlo bajo condiciones estresantes, que es precisamente cuando se necesita más hacerlo. Por fortuna, si lo practicas mucho bajo condiciones normales, entonces, cuando te vengan los momentos de necesidad, en medio del sufrimiento emocional, lo vas a poder activar de forma instintiva. Es como ir mucho al gimnasio para aumentar tu fortaleza y después hallarte colgado del borde de un precipicio. Tienes a tu disposición la fuerza física que te permitirá salir del apuro. De manera similar, el entrenamiento de los «músculos» de tu atención va a hacer que tus poderes de atención estén a tu disposición cuando te encuentres en situaciones muy dolorosas.
¿Hasta qué punto es útil serenar la mente en medio del sufrimiento? Permíteme ilustrarlo con una historia antigua.
Había una mujer en la India llamada Patacara. Era la hija amada de un rico mercader. Cuando tenía dieciséis años, se enamoró de uno de los sirvientes de su padre y se fugaron juntos.
image
La joven pareja llevó una vida dura en una aldea muy lejana. Cuando Patacara quedó embarazada, le suplicó a su esposo que la llevara a la casa de sus padres, en el poblado de Savatthi, para dar a luz allí. Él se negó.
image
Así que un día, mientras su esposo estaba ausente, ella se marchó sin contar con él. El esposo se las arregló para alcanzarla y le suplicó que volviera a su casa, pero ella se negó. Ahora bien, antes que llegaran a Savatthi, ella dio a luz a un hijo varón.
image
Puesto que ya no tenían ninguna razón para ir a Savatthi, se volvieron a su casa en la aldea. Cuando Patacara volvió a quedar embarazada, le hizo la misma petición a su esposo y él se volvió a negar. Así que de nuevo, estando él ausente, ella hizo el viaje a Savatthi sin él, y llevándose consigo a su hijo. Una vez más, el esposo la alcanzó, trató de persuadirla para que regresara, y ella se volvió a negar.
image
Aquel día hubo una fuerte tormenta eléctrica fuera de temporada. El esposo salió a cortar algo de leña para hacerle un refugio a Patacara. Mientras lo hacía, una serpiente venenosa lo mató. Entre tanto, Patacara dio a luz a un segundo hijo varón. Por la mañana, encontró a su esposo muerto. Desconsolada, se culpó por la muerte de él. Siguió su viaje hacia Savatthi y se quedó ante el río que había crecido a causa de la fuerte lluvia. Como no podía cruzar con los dos niños al mismo tiempo, dejó al mayor en la orilla y se llevó al recién nacido hasta el otro lado, pensando regresar para buscar al mayor. Mientras iba de regreso a mitad de camino, un águila se llevó al pequeño para comérselo. Patacara le gritó al águila. Cuando el niño mayor oyó sus gritos, pensó que su madre lo estaba llamando, así que entró al río y la fuerte corriente lo arrastró. Totalmente desconsolada, Patacara continuó su viaje hasta Savatthi, donde encontró que sus padres y su único hermano habían muerto porque su casa se había desplomado en medio de la tormenta del día anterior. En un solo día, Patacara perdió a todos sus seres queridos. En medio de su inmensa pena, se volvió completamente loca, se rasgó la ropa y comenzó a deambular por las calles de Savatthi semidesnuda.
image
Finalmente, Patacara acertó a entrar en el bosquecillo donde se estaba quedando el Buda. Cuando el Buda la vio, lo primero que le dijo fue: «Amiga, serena tu mente». Patacara reaccionó. Serenó su mente, recuperó los sentidos, y se dio cuenta de repente que estaba semidesnuda. Alguien le ofreció ropa y ella se la puso con rapidez. Había comenzado su curación. Patacara terminó alcanzando la iluminación y se convirtió en una de las mujeres más notables dentro del movimiento monástico budista.
image
Aprendí esta historia hace mucho tiempo, cuando era novato en la meditación. Nunca la he olvidado y la lección se me quedó grabada en la mente para siempre. Esa es la razón por la cual, por fuerte que sea el sufrimiento, por horrible que sea la situación, lo primero que hago antes que todo es serenar mi mente.
image

Segundo paso en el trabajo con el sufrimiento emocional: El paso afectivo

Este paso se encarga del sentimiento que produce vivir el sufrimiento emocional. El anterior paso de atención es necesario, pero muchas veces es insuficiente. Es necesario, porque sin serenar la mente primero, no se le puede comenzar a hacer frente a esa emoción difícil, y es insuficiente también porque con mucha frecuencia, la emoción regresa tan pronto como dejes de serenar de manera activa tu mente. Cuando eso sucede, es necesario este paso afectivo.
Este paso consta de dos partes. La primera consiste en estar dispuesto a experimentar el gozo en medio del sufrimiento emocional. La segunda consiste en estar dispuesto a experimentar en sí mismo el sufrimiento emocional.

Estar dispuesto a experimentar el gozo

¿Te sorprende oír decir que es posible tener acceso a momentos de un gozo puro, no adulterado, en medio de un sufrimiento emocional? A mí me sorprendió. En los capítulos anteriores hablamos de entrar con facilidad en el gozo, prestarle atención y fortalecer la mente con él; en otras palabras, hablamos de la capacidad para acceder al gozo al instante bajo las circunstancias normales, en las que no hay sufrimiento, tanto en la meditación como en la vida diaria. El hecho de que sea posible tener acceso al gozo al instante en esas circunstancias ya fue lo suficientemente sorprendente para mí. Así que quedé atónito al descubrir que algunas veces es posible, al menos en cierto grado, incluso bajo circunstancias muy dolorosas.
A medida que iba desarrollando más la habilidad de acceder al gozo en la meditación, me daba cuenta de que lo podía hacer, incluso cuando había tenido un día fatal y me sentía triste, enojado o descorazonado. Algunas veces, todo lo que tengo que hacer es serenar la mente y, mira por dónde, la mente se relaja en el gozo, a veces por minutos y a veces durante el resto del día. En otros momentos, medito sobre el amor bondadoso, lo que me fortalece la mente hasta llevarla al gozo, de nuevo, en ocasiones que duran unos pocos minutos, o en otras que duran mucho más tiempo.
Con esta experiencia aprendí dos cosas. En primer lugar aprendí, tal como han enseñado los maestros a lo largo de miles de años, que la paz y el gozo son los estados predeterminados de la mente. No es necesario crearlos; solo hace falta tener acceso a ellos. La mente, en su estado de paz y gozo, es como la luna: las emociones que impiden la paz y el gozo, como la tristeza y el odio, son como nubarrones negros en el cielo, que no permiten ver la luna. Esos nubarrones solo impiden ver la luna, pero no la destruyen, y basta que desaparezcan para que podamos verla. De manera similar, las emociones dolorosas solo obscurecen esa paz y ese gozo predeterminados de la mente, pero no los destruyen, de manera que la simple ausencia, o su separación, revelan la paz y el gozo de la mente. Para acceder a la paz y el gozo, no tenemos que hacer nada más que alejar de nosotros las emociones dolorosas que los oscurece.
En segundo lugar, aprendí que aunque la paz y el gozo son los estados predeterminados de la mente, no siempre es fácil lograr el acceso a ellos, y algunas veces, ni siquiera es posible. E incluso si logro tener acceso a ellos, no siempre puedo mantener abierto ese acceso en medio de esas emociones dolorosas.
Algunas veces, el acceso no dura más de un minuto ni incluso unos segundos. En los días difíciles, es como tratar de pararnos sobre las manos: solo ...

Índice

  1. Contenido
  2. Introducción: Cómo aprendí a ser alegre por diversión y por provecho
  3. Capítulo Uno: El gozo es lo adecuado para ti: Sorprendentes, y no tan sorprendentes, beneficios que implica el entrenamiento de la mente
  4. Capítulo Dos: ¿Una sola respiración? Debes estar bromeando: Sobre cómo tu gozo puede comenzar con la primera respiración
  5. Capítulo Tres: De una respiración a un Googol: Para asentarte en un gozo sustentable
  6. Capítulo Cuatro: ¿Quién? ¿Yo, feliz?: La inclinación de la mente hacia el gozo
  7. Capítulo Cinco: Enriquece tu mente en segundos: El gozo de las prácticas del corazón
  8. Capítulo Seis: La felicidad está llena de tonterías: El trabajo con el sufrimiento emocional
  9. Capítulo Siete: Una mente poderosa es mejor que el placer sexual: Una exploración más allá de los placeres mundanos
  10. Epílogo: Ni te detengas ni te estreses
  11. Reconocimientos
  12. Notas