Cuatro puntos de vista sobre el Apocalipsis
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Cuatro puntos de vista sobre el Apocalipsis

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Cuatro puntos de vista sobre el Apocalipsis

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Información del libro

Este libro explora las cuatro principales corrientes de interpretación del Apocalipsis: la preterista, la idealista, la futurista dispensacionalista clásica y la dispensacionalista progresiva. Cada autor no solo presenta su propia postura, sino que comenta brevemente las otras posturas presentadas. Este enfoque es ideal para comparar y contrastar las interpretaciones, de modo que se pueda llegar a una conclusión personal sobre la interpretación y significado del Apocalipsis.

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Información

Editorial
Vida
Año
2013
ISBN
9780829778496

CAPÍTULO UNO
EL PUNTO DE VISTA PRETERISTA SOBRE EL APOCALIPSIS

Kenneth L. Gentry Jr.

INTRODUCCIÓN

Mientras más nos acercamos al futuro, más lejos estamos de los eventos de Apocalipsis. Esta afirmación, aunque parece sonar rara, resume la perspectiva preterista evangélica de Apocalipsis.1 El punto de vista preterista afirma que la mayoría de las profecías de Juan ocurrieron en el primer siglo, poco después de que fueron escritas. Aunque las profecías fueron para el futuro cuando Juan las escribió y cuando sus primeros lectores leyeron Apocalipsis, ahora están en nuestro pasado.
El formato del presente libro hace imposible un análisis profundo de Apocalipsis y su estructura compleja.2 Sin embargo, estoy convencido completamente de que aun una reseña introductoria de varios pasajes claves, figuras y eventos en la profecía majestuosa de Juan puede demostrar la credibilidad de la posición preterista. En cuanto a estructura, es suficiente decir que la dinámica de Apocalipsis sugiere una espiral de eventos que involucra la reiteración de profecías anteriores (por ejemplo, note las semejanzas marcadas entre los sellos y las trompetas, Ap 6 y 8). La estructura espiral de Juan permite ocasionalmente una mirada hacia atrás y una reconsideración de eventos desde una perspectiva distinta, en lugar de una progresión cronológica irreversible.
La razón para esta estructura es interesante: Una autoridad sobre la hermenéutica, Milton S. Terry, quien apoya el método gramático-histórico y también es un preterista establecido, citado por Robert L. Thomas en su capítulo (en este libro), nota que «tales repeticiones apocalípticas sirven con un propósito doble de intensificar la revelación divina y mostrar “que está establecida por Dios y que él hará que acontezca dentro de poco”».3 Por supuesto ningún intérprete toma el progreso de Apocalipsis como irreversiblemente unidireccional, aun el dispensacionalista clásico Robert Thomas permite algo de mezcla entre pasado y futuro, interrupciones, etc. (por ejemplo Ap 11:15–19; 12:1ss; 19:1–4, 7–9).4
Antes de comenzar mi reseña, tengo que hacer notar lo que la mayoría de los cristianos sospechan y lo que casi todos los eruditos evangélicos (menos los dispensacionalistas clásicos) reconocen acerca de este libro que Apocalipsis es un libro altamente figurativo y no podemos estudiarlo con una sencilla y simple interpretación literal. A pesar de esto, el punto de vista preterista interpreta las profecías de Apocalipsis como una descripción intensa de los eventos históricos actuales en el futuro que está cerca al tiempo de Juan, aunque está comunicado a través del drama apocalíptico y envuelto en hipérbole poética. Aun el comentarista premilenial Robert Mounce escribe así: «El lenguaje de la profecía es altamente figurativo pero esto no disminuye la realidad de los eventos predichos. El simbolismo no es una negación del valor histórico de un texto, sino un asunto de género literario».5 Note los siguientes impedimentos a una interpretación literal preconcebida.
(1) La afirmación respecto al contenido. En su primera afirmación en Ap 1:1, Juan nos informa que su revelación fue dada para «mostrar» (Gr. deixai) el mensaje que el ángel iba a «señalar» (Gr. esēmanen). Como Friedrich Düsterdieck nota: «La palabra deixai ocurre en una manera especial para semainein, es decir la indicación del significado por medio de figuras».6 En verdad, cuarenta y una veces Juan dice que «ve» las profecías (por ejemplo 1:12, 20; 5:6; 9:1; 20:1). Además, algunas de sus visiones son obviamente simbólicas, tales como el Cordero inmolado (caps. 4 y 14), la bestia de siete cabezas (caps. 13 y 17), y la prostituta de Babilonia (cap. 17).
En su Evangelio, Juan muestra el problema de la interpretación literal entre los primeros oyentes de Cristo: Ellos no entendieron sus enseñanzas acerca del templo (Jn 2:19–22), nuevo nacimiento (3:3–10), agua de vida (4:10–14), comer su carne (6:51–56), ser libre (8:31–36), estar ciego (9:39–40), dormir (11:11–14), y Jesús como Rey (18:33–37). Este tipo de error aumenta si se emplea el método literal en Apocalipsis. La naturaleza visual del contenido de Apocalipsis, no solamente el método de su recepción, exigen una interpretación simbólica. Es decir, con la excepción de unos pocos lugares (por ejemplo Ap 1:20; 4:5; 5:6, 8; 7:13–14; 12:9; 17:7–10), los símbolos no están interpretados para nosotros. Y en uno de esos lugares donde sí recibimos una interpretación de un ángel (17:9–12), la bestia con siete cabezas no es una bestia literal.
(2) El precedente de profecías anteriores. Los profetas del Antiguo Testamento utilizan lenguaje figurativo para uno de dos posibles propósitos: para relatar con alta majestad alguna verdad espiritual, o para señalar dramáticamente algún evento histórico. Por ejemplo, Dios montado en una nube para bajar hasta Egipto (Is 19:1, ver más adelante: «El tema de revelación») y el lenguaje de acabar con lo creado (Ap 13:10, ver más adelante: «El sexto sello») hablan de la caída de ciudades antiguas. Terry ofrece muchas sugerencias de ayuda con respecto a esto,7 notando que «una rígida interpretación literal de lenguaje apocalíptico tiende a crear confusión y malos entendidos sin fin».8 Aun Robert Thomas quien emplea la interpretación literal, admite que «la fluidez del lenguaje metafórico en las Escrituras es innegable».9
(3) La dificultad con la interpretación literal consistente. Algunos casos de interpretación literal me parecen extraños, irracionales, e innecesarios. Por ejemplo, Robert Thomas afirma que las langostas extrañas de Apocalipsis 9 y los sapos raros de Apocalipsis 16 son demonios que literalmente tomaron esa forma física, que los dos profetas de Apocalipsis 11 literalmente exhalan fuego de sus bocas, que cada montaña en el mundo será abolida durante el juicio de la séptima copa, que la destrucción ardiente de la ciudad literal de Babilonia humeará por más de mil años, que Cristo volverá a la tierra sobre un caballo literal, y que la nueva Jerusalén es un cubo literalmente de 2.500 kilómetros de alto.10

LA EXPECTATIVA TEMPORAL (AP 1:1–3)

Me dedico ahora a una reseña del libro de Apocalipsis. En su libro La República, Platón afirma este importante refrán: «El comienzo es la parte más importante de la obra». Este principio tiene un significado especial para el que quiere interpretar Apocalipsis. Desgraciadamente, mucha gente entusiasta para la profecía salta el comienzo de ese libro, ellos nunca adquieren una base firme para lanzarse al camino difícil que está adelante. Pero como dice el profeta Isaías; «¿Acaso no lo sabían ustedes? ¿No se habían enterado? ¿No se les dijo desde el principio? ¿No lo entendieron desde la fundación del mundo?» (Is 40:21). El preterista insiste en que la clave de la interpretación de Apocalipsis está al comienzo del libro. Note la introducción de Juan:
Ésta es la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos lo que sin demora tiene que suceder … Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca. (Ap 1:1a,3, énfasis añadido)
Aquí, antes que las visiones dramáticas aparezcan, y las imágenes impactantes confundan al lector, Juan provee una pista clave para interpretar su libro: los eventos deben suceder «sin demora [Gr. tachos]« (v.1) porque el «cumplimiento está cerca [Gr. engys]».11
Los léxicos griegos y las traducciones modernas están de acuerdo en que estos términos significan cercanía temporal. En todo el Nuevo Testamento, tachos quiere decir «rápidamente, inmediatamente, sin demora, pronto».12 El término engys («cerca») también indica cercanía temporal: del futuro (Mt 26:18), del verano (24:32), y de una fiesta (Jn 2:13). El inspirado Apóstol Juan claramente informa a su audiencia original que vivió hace dos mil años que ellos deben esperar que las profecías se cumplirían (Ap 1:1) durante su vida. Como Milton Terry nota, los eventos de Apocalipsis ocurren «pocos años en el futuro desde cuando Juan escribió».13
El significado de estas palabras se ve no solamente en la introducción de Apocalipsis, sino también en la conclusión. Por eso, encierran el libro entero y lógicamente afectan su interpretación. Note cómo el libro concluye:
El ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el Dios que inspira a los profetas, ha enviado a su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder sin demora». También me dijo: «No guardes en secreto las palabras del mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca». (Ap 22:6,10, énfasis añadido)
Es más, los términos aparecen frecuentemente en Apocalipsis, mostrando el énfasis urgente de Juan sobre la expectativa temporal. Encontramos tachos («pronto») en 1:1; 2:16; 3:11; 22:6, 7, 12, 20 y engys («cerca») en 1:3; 3:10; 22:10.14 Así, Robert Thomas, quien se opone al preterismo, admite: «Un énfasis principal de Apocalipsis es sobre el tiempo corto antes del cumplimiento de todo».15 Juan enfatiza estos dos términos claros con significados semejantes, previniendo así cualquier confusión de parte de sus lectores acerca de cuándo las profecías ocurrirán.
El preterista, entonces, razona que Juan mismo positivamente afirma que los eventos están cerca de sus días. Consecuentemente, ellos deben estar en el pasado distante para nosotros. El preterismo está basado en la exégesis, y está arraigado en un principio firme de la hermenéutica. Pero para seguir adelante, tengo que responder a dos objeciones comunes a este análisis:
Objeción 1: Juan está hablando del tiempo de Dios y no de nuestro tiempo. Las Escrituras nos informan que mil años para el Señor es como un día (2 Pedro 3:8).
Esta objeción popular cae bajo el peso de la siguiente evidencia: (a) Apocalipsis es personal y motivador. Juan escribe a seres humanos aquí, pero no acerca de Dios. La afirmación de Pedro en 2 Pedro 3:8 es una afirmación teológica; Apocalipsis 1:1,3 son orientaciones humanas, que se deben oír y obedecer. Pedro está respondiendo al problema contrario al de Juan: Él explica (sobre la base de la eternidad de Dios) la demora de la Segunda Venida de Cristo (2 Pedro 2:4), mientras Juan está advirtiendo (sobre la base del sufrimiento humano) de la cercanía del juicio temporal.
(b) Apocalipsis es concreto e histórico. Juan escribe a siete iglesias específicas e históricas (1:4,11; 2:1–3:22) acerca de sus circunstancias malas presentes (están en «tribulación», 1:9; 2:9–10, 13), la necesidad que tienen de paciencia (1:9; 2:2–3,10,13,25; 3:10–11), y los juicios cercanos (2:5,16,25; 3:3, 11; 22:10, 18–19).
Robert Thomas cita con aprobación lo que dice William Lee acerca de las cartas a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3: «No se puede ignorar el carácter histórico que caracteriza todo en las epístolas … y que indican claramente el estado actual de las cosas que existían en las diferentes iglesias, según la mente de Juan».16 Es decir, un buen número de las alusiones históricas, geográficas, y políticas en las cartas muestran que Juan, en verdad, se está dirigiendo a iglesias específicas. Si estas cartas hablaran de eventos que iban a suceder 2.000 años en el futuro, sería una burla cruel. Dios responde al grito ansioso: «¿Hasta cuándo?» pidiendo que tengan paciencia todavía «un poco de tiempo» (6:10–11).17 Apocalipsis 10:6 promete que «el tiempo ha terminado». La naturaleza del libro sencillamente demanda una interpretación preterista.18
(c) Apocalipsis es enfático y explicativo. Las expresiones de inminencia son didácticas (no simbólicas), frecuentes (en la introducción, conclusión, y otros lugares), y variadas (ver arriba las discusiones de tachos y engys). ¿De qué otra manera Juan hubiera podido expresar un tiempo que está cercano sino por medio de estas palabras? Todas las traducciones en español emplean términos que expresan cercanía de tiempo.
(d) Apocalipsis es paralelo y harmónico. La expectativa temporal de Apocalipsis es paralela a la enseñanza de otros libros del Nuevo Testamento. Por ejemplo, Robert Thomas nota el paralelo entre Apocalipsis 6 y Mateo 24: «Jesús en su sermón claramente anticipó lo que iba a mostrar a Juan en más detalle». Pate está de acuerdo.19 Estoy de acuerdo, también. Es interesante ver que en Mateo 24:34 Jesús tiene la misma expectativa que tiene Juan: «Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan» (énfasis añadido, compare con 24:36). Él anima a sus oyentes, igual que Juan, a esperar estos juicios durante sus propia vidas.
En Marcos 9:1, Jesús promete que algunos de sus oyentes no «gustarán la muerte» antes de ver «el reino de Dios venido con poder». Esto casi seguramente se refiere a la destrucción del templo en obediencia a Cristo (y no a la transfiguración, que ocurre solamente seis días después). Hay muchas otras notas semejantes a la cercanía temporal de eventos controlados por Dios en el Nuevo Testamento (ver Mt 26:64; Hch 2:16–20, 40; Ro 13:11–12; 16:20; 1 Co 7:26, 29–31; Col 3:6; 1 Ts 2:16; Heb 10:25, 37; Stg 5:8–9; 1 P 4:5, 7; 1 Jn 2:17–18). ¿De qué otra manera el Nuevo Testamento pudiera expresar la cercanía temporal con igual claridad? Como todos estos versículos claramente muestran, los juicios divinos están «prontos», «cercanos», «a la mano», «a la puerta», «presentes», «la hora ha llegado», «el tiempo es corto», «la ira de Dios se acerca», «el día se acerca», queda «poco tiempo». Estos eventos deberán ocurrir «en esta generación», antes de que algunos «gustarán la muerte».
Objeción 2: Estos eventos ocurren en el primer siglo, pero ocurren otra vez después en la historia, o por medio de un cumplimiento doble o por medio de la repetición hasta el fin mientras la naturaleza «ya-pero-todavía-no» de la profecía se desenvuelve.
Hay tres dificultades con este tipo de objeción. (a) No hay ninguna justificación exegética para ella; la afirmación es sencillamente una afirmación teológica. Es más, esta interpretación no solamente invalida el significado de las declaraciones explícitas de Juan («estas cosas tienen que acontecer pronto»), sino también contradice una orden directa de un ángel que contrasta la responsabilidad de Juan con la de Daniel. Un ángel mandó a Daniel a «sellar» su profecía para los tiempos postreros (Dn 12:4), pero manda a Juan (quien vive en los últimos tiempos, 1 Jn 2:18): «No guardes en secreto las palabras del mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.« (Ap 22:10, énfasis añadido). Sin embargo, Marvin Pate afirma que Apocalipsis «no implica que Nerón cumplió la expectativa completa del anticristo venidero, pero, como un precursor al anticristo, él representa un buen comienzo».20 Voy a demostrar ahora que Nerón sí cumple las profecías de Apocalipsis. ¿Por qué buscamos más cumplimiento?
(b) Nos obliga a creer que muchos eventos específicos, cosas, y personajes de Apocalipsis aparecerán repetidamente durante el trascurso de la historia. ¿En el mismo orden? ¿En l...

Índice

  1. Cover
  2. Title Page
  3. CONTENIDO
  4. Prefacio
  5. Introducción a Apocalipsis
  6. 1. El punto de vista preterista sobre el Apocalipsis
  7. 2. El punto de vista idealista sobre el Apocalipsis
  8. 3. El punto de vista dispensacionalista progresivo sobre el Apocalipsis
  9. 4. El punto de vista dispensacionalista clásico sobre el Apocalipsis
  10. Conclusión
  11. Bibliografía
  12. Índice
  13. Abreviaturas
  14. Copyright
  15. About the Publisher
  16. Footnotes