El Antiguo Testamento
EN EL PRINCIPIO
Génesis 1—11
«Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra.» Se afirma con tranquila dignidad y sencillez sin discusión ni explicaciones.
Los primeros 11 capítulos del Génesis son parte de una obra mucho más larga: el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia, que Moisés escribió según la tradición. Los escribió para el pueblo de Israel de camino a Canaán, la tierra prometida.
Génesis 1–11 prepara el escenario y contiene la clave para nuestra comprensión de la Biblia entera, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos. En estos pocos capítulos, Dios nos revela que es el Creador, nuestro Padre amante, el proveedor, y un juez justo. Dios crea al hombre a su propia imagen, con voluntad libre. Satanás, el gran engañador, introduce el pecado en la perfecta creación. Dios no puede tolerar el pecado. Como él es un juez justo, el pecado tiene consecuencias. Sin embargo, él tiene un plan para redimir al hombre y poner fin al poder de Satanás para siempre.
El plan redentor de Dios, que se introduce en Génesis 1—11, nos provee el telón de foro de por qué Dios escogió a Noé, y por qué escoge a Abraham. Esta es también la razón por la que hará que Abraham sea una bendición para el mundo. El plan de Dios para la redención del mundo pasa por Abraham y la nación de Israel y nos conduce al final a Jesucristo, nuestro Salvador.
Génesis 1 — 11
La creación; Adán y Eva
Caín y Abel
Noé y el diluvio
La torre de Babel
Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno.
GÉNESIS 1:31
«He colocado mi arco iris en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra … Nunca más las aguas se convertirán en un diluvio para destruir a todos los mortales» GÉNESIS 9:13—15
Quién escribió el Génesis
Las tradiciones antiguas hebrea y cristiana dicen que Moisés, guiado por Dios, redactó Génesis a partir de documentos antiguos que ya existían en su tiempo. El libro del Génesis termina unos trescientos años antes de Moisés. Este solo pudo recibir esta información por revelación de Dios, o informes históricos que se transmitieron desde sus antepasados.
Cómo está organizado el Génesis
El libro empieza con el «himno de la creación”, seguido de diez «relatos» que constituyen el esquema del Génesis. Parece que se incorporaron en conjunto por Moisés, con las adiciones y explicaciones que Dios le daba. Estos once documentos son los siguientes:
1. El himno de la creación (1:1—2:3).
2. La historia de la creación de los cielos y la tierra (2:4—4:26).
3. La historia de «los descendientes de Adán» (5:1—6:8).
4. La historia de Noé (6:9—9:28).
5. La historia de Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé (10:1–11:9).
6. La historia de Sem (11:10—26).
7. La historia de Téraj (11:27—25:11)
8. La historia de Ismael, hijo que Abraham tuvo con Agar, la criada de Sara (25:12—18).
9. La historia de Isaac, el hijo que tuvo Abraham (25:19—35:29).
10. La historia de Esaú, o sea, Edom (36:1–43).
11. La historia de Jacob (37:2–50:26).
Estos once documentos forman el libro del Génesis.
- Las primeras seis historias abarcan el período desde la creación hasta aproximadamente 2000 a. C. (Génesis 1-11).
- Las cinco últimas historias abarcan la vida de Abraham y de tres generaciones después de él, desde 2000 a.C. hasta 1800 a.C. aproximadamente.
El libro empieza con la creación y los primeros seres humanos en el jardín del Edén. Termina con los descendientes de Abraham en Egipto.
Entre el final de Génesis y el principio del siguiente libro, Éxodo, hay un lapso de unos cuatrocientos años.
1. «El Himno de la Creación”, 1:1–2:3
Una descripción poética, con movimiento mesurado, mayestático, de los pasos sucesivos de la creación, enmarcada en el frecuente número bíblico de siete. En toda literatura, científica u otras, no se encuentra un relato más sublime del origen de las cosas.
¿Quién escribió el «himno de la creación”? Lo usó Moisés, pero se escribió, sin duda, mucho antes. La escritura era de uso común mucho antes de los días de Moisés. Además, algunos de los «preceptos”, «mandamientos”, «normas» y «enseñanzas» de Dios existían en los días de Abraham, seiscientos años antes de Moisés (Gn 26:5).
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla.»
Génesis 1:27–28
¿Cómo supo el escritor lo que sucedió antes de que apareciera el hombre? Sin duda Dios reveló el pasado remoto como después dio a conocer el futuro distante a los profetas.
¿Quién sabe si Dios mismo enseñó este himno a Adán? Y quizá, se recitaba de boca en boca, en el círculo familiar, o como un ritual en los cultos primitivos (los himnos constituían una gran parte de las formas más primitivas de literatura), de generación en generación, hasta que se inventó la escritura; así que Dios mismo se cuidó de su transmisión hasta que al fin encontró su debido lugar como la afirmación inicial en el divino libro de las edades.
¿Quién hizo a Dios?
Todos los niños hacen esta pregunta y nadie la puede responder. Hay cosas que no están a nuestro alcance. No podemos concebir el principio ni el final del tiempo, ni las fronteras del espacio. Si el universo siempre existió, o se hizo de la nada. Sin embargo, no podemos concebirlo.
Si la Biblia es la Palabra de Dios, como creemos, y si él sabía desde el principio que iba a usarla como instrumento principal en la redención de la humanidad, ¿por qué será difícil creer que Dios mismo dio el germen y núcleo de esa Palabra?
Gn 1:1 LA CREACIÓN DEL UNIVERSO
«En el principio» Dios creó el universo. Lo que sigue, en los «siete días”, es una descripción de la formación de una sustancia ya creada en preparación para la creación de Adán.
Gn 1:2–2:3 LOS SIETE DÍAS
No sabemos si los siete días fueron días de veinticuatro horas, o períodos largos, sucesivos. La palabra «día» tiene varios sentidos. En 1:5 se usa como sinónimo de luz. En 1:8 y 1:13 parece querer decir un día de veinticuatro horas. En 1:14 y 1:16 parece referirse a las doce horas del día. En 2:4 parece abarcar todo el período de la creación. En pasajes tales como Joel 3:18, Hechos 2:20, y Juan 16:23 «aquel día» parece querer decir la totalidad de la era cristiana. En pasajes tales como 2 Timoteo 1:12 parece referirse a la era que sigue a la segunda venida del SEÑOR. Y en el Salmo 90:4 y 2 Pedro 3:8, «para el SEÑOR un día es como mil años, y mil años como un día».
Nótese que los seis días forman dos pares de tres (días 1 y 4; 2 y 5; 3 y 6). En el primero de cada par se crea el reino que es poblado después por los objetos o seres que se crean en el segundo.
Primer día: La luz, 1:2–5
Dios creó los cielos y la tierra en el principio, algún día en el pasado sin fecha. Todo estaba oscuro, vacío y sin forma hasta que Dios dijo: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir. Vemos que el poder creador de Dios lo manifiesta simplemente hablando. Su primera palabra creadora convocó a la luz en medio de las tinieblas.
En Juan 1:1—2 aprendemos que el «Verbo» (Jesús) existía en el principio, y que el «Verbo» estaba con Dios, y era Dios. Juan nos dice además, que «por medio de él [el Verbo] todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir» (1:3).
Dios no se limitó a hacer un universo físico: «Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno» (Génesis 1:31). Todo lo que Dios hace es muy bueno, porque el Verbo mediante el cual él creó todas las cosas es la esencia misma de la bondad, la belleza y la luz: «En él [Jesús] estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas» (Juan 1:4), ahora, lo mismo que al principio de la creación.
¿Creación, o Re-creación?
Aunque la mayor parte de los estudiosos de la Biblia creen que el Génesis es un relato de creación, algunos creen que nos da un relato tanto de la creación como de la re-creación. Según estos últimos, el v. 1 relata la creación original, mientras que el v. 2, «la tierra era [llegó a ser] un caos total”, habla de un tiempo posterior a la creación inicial cuando Dios re-creó los cielos y la tierra después que habían llegado a ser algo sin forma y vacío, tal vez debido a algún acontecimiento catastrófico. La palabra hebrea para «era» que se usa en el texto original aquí se traduce por «llegó a ser» en los otros lugares en que aparece en la Biblia.
Segundo día: El firmamento, 1:6–8
El firmamento (expansión), llamadoa «cielos”, es la atmósfera o capa de aire entre la tierra, cubierta de agua, y las nubes por arriba, hechas posible por el enfriamiento de las aguas de la tierra.
Tercer día: La tierra y la vegetación, 1:9—13
Hasta este punto, la superficie de la tierra parece que estaba cubierta totalmente de agua. Dios mandó que el agua se reuniera en un solo lugar que él llamó «mares». Nos figuramos que la corteza terrestre, al enfriarse y hacerse más gruesa, empezó a encorvarse, y empezaron a aparecer las islas y los continentes. Todavía no había lluvia, pero densas nieblas humedecían la tierra recién formada, todavía caliente por su calor interior. Por todas partes había un clima tropical, y la vegetación debe de haber crecido rápido y en proporciones gigantescas.
Cuarto día: Sol, luna y estrellas, 1:14–19
El cuarto día, Dios creó el sol, la luna y las estrellas. Es posible que las estaciones empezaran cuando la superficie de la tierra dejó de recibir el calor primario de su interior, haciéndose dependiente del calor del sol.
En el versículo 16 aprendemos que «el astro mayor» gobierna el día, y el «menor» la noche. Estas fuentes de luz tienen tres funciones primarias (vv. 17—18): Dan luz a la tierra, gobiernan el día y la noche y separan la luz de las tinieblas.
Estos pasajes son hermosos ejemplos de cómo manifiesta Dios su imagen y sus características divinas en toda su creación.
Quinto día: Los animales marinos y las aves, 1:20—25
Con la bendición de Dios y a su mandato «sean fructíferos y multiplíquense”, las criaturas marinas y las aves llenaron las aguas y se multiplicaron en la tierra.
El universo que Dios creó
Los astrónomos estiman que la vía láctea, la galaxia a la que pertenecen nuestra tierra y sistema solar, contiene sobre treinta billones de soles. Muchos de estos son mayores que nuestro sol, que es millón y medio de veces más grande que la tierra. La vía láctea tiene una forma semejante a la de un reloj poco profundo; su diámetro es de doscientos mil años luz. (Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año a un promedio de trescientos sesenta mil kilómetros por segundo). Hay por lo menos cien mil galaxias como la vía láctea, algunas de ellas separadas por millones de años luz. Todo esto puede que sea solo u...