Los principios del éxito
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Los principios del éxito

  1. 624 páginas
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Los principios del éxito

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Información

Año
2016
ISBN
9780829702453

PRIMERA PARTE

Los Fundamentos del éxito

Aprenda las bases del juego y cíñase a ellas. Las soluciones emparchadas no perduran.
JACK NICKLAUS
Legendario golfista profesional

PRINCIPIO

1

SEA CIEN POR CIENTO RESPONSABLE DE SU VIDA

Debe ser responsable de sí mismo. No puede cambiar las circunstancias, las estaciones ni el viento, pero sí puede lograr cambios en usted.
JIM ROHN
El más importante filósofo empresarial de Estados Unidos
Uno de los mitos más persistentes de la cultura estadounidense de hoy es que tenemos derecho a una vida excelente que, de alguna forma, en algún lugar, alguien (sin duda no nosotros) tiene la responsabilidad de llenar nuestra vida con infinita felicidad, proporcionarnos fascinantes opciones profesionales, una familia cariñosa y unas beatíficas relaciones personales por el simple hecho de existir.
Pero lo que es realmente cierto, y la única lección en la que se basa todo este libro, es que hay solo una persona responsable de la calidad de vida que usted lleva.
Esa persona es usted.
Si quiere tener éxito, tiene que hacerse cien por ciento responsable de todo lo que experimente en su vida. Esto incluye el nivel de sus logros, los resultados que obtiene, la calidad de sus relaciones, su estado de salud y su estado físico, sus ingresos, sus deudas, sus sentimientos, ¡todo!
No es fácil.
De hecho, la mayoría de nosotros estamos condicionados a culpar a algún factor externo a nosotros mismos por esos aspectos de la vida que no nos agradan. Culpamos a nuestros padres, a nuestros jefes, a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, a nuestro cónyuge, al clima, a la economía, al gobierno, a nuestra carta astral, a nuestra falta de dinero, a cualquiera o a cualquier cosa que podamos culpar. Nunca estamos dispuestos a reconocer dónde se encuentra el verdadero problema, en nosotros mismos.
Hay una maravillosa historia acerca de un hombre que va caminando una noche y encuentra a otro hombre de rodillas que busca algo a la luz de un farol. El transeúnte le pregunta qué busca y él le contesta que está buscando una llave que perdió. El transeúnte se ofrece a ayudar y se agacha para colaborar en la búsqueda. Después de una hora de búsqueda infructuosa dice: «Hemos buscado por todas partes y no aparece. ¿Está seguro de que la perdió aquí?».
El otro le respondió: «No, la perdí en mi casa, pero aquí, bajo este farol, hay más luz».
Es hora de que dejemos de buscar fuera de nosotros mismos las respuestas de por qué no hemos logrado los resultados que deseábamos, porque es uno mismo quien crea la calidad de vida que lleva y los resultados que produce.
Es uno, ¡nadie más!
Para alcanzar el mayor éxito en la vida, para lograr todo aquello que es importante para usted, debe asumir el cien por ciento de la responsabilidad de su vida. Ningún porcentaje menor servirá.

CIEN POR CIENTO DE RESPONSABILIDAD DE TODO

Como ya lo dije en la introducción, apenas un año después de haber terminado mis estudios de postgrado, tuve la suerte de entrar a trabajar para W. Clement Stone, un multimillonario autodidacta que contaba en ese entonces con un patrimonio de 600 millones de dólares. El señor Stone era también el primer gurú del éxito de Norteamérica. Era el editor de Success Magazine, autor de The Success System That Never Fails [El sistema infalible para triunfar] y coautor, con Napoleon Hill, de Actitud mental positiva.
Cuando estaba terminando mi primera semana de entrenamiento, el señor Stone me preguntó si yo asumía el cien por ciento de responsabilidad de mi vida.
—Eso creo —le respondí.
—Esta es una pregunta que exige un sí o un no como respuesta, jovencito. O lo hace o no lo hace.
—Bueno, no estoy seguro.
—¿Alguna vez ha culpado a alguien por cualquier circunstancia en su vida? ¿Se ha quejado alguna vez por algo?
—Umm… sí… supongo que sí.
—No suponga. Piense.
—Sí, sí lo he hecho.
—Muy bien, entonces, eso significa que no se responsabiliza por el cien por ciento de su vida. Responsabilizarse el cien por ciento significa reconocer que es el promotor de todo lo que le ocurra. Significa que entiende que usted es la causa de todas sus experiencias. Si realmente quiere tener éxito, y sé que quiere, tendrá que dejar de culpar, de quejarse, tendrá que aceptar la responsabilidad total de su vida, y eso implica todas las consecuencias, tanto sus éxitos como sus fracasos. Ese es un requisito primordial para crear una vida de éxito. Solo al reconocer que usted ha sido el responsable de todo lo que le ha ocurrido hasta el momento, podrá encargarse de crear el futuro que desea.
—Verá, Jack, si acepta que es usted el responsable de las situaciones en las que ahora se encuentra, entonces podrá deshacerlas y recrearlas a voluntad. ¿Entiende eso?
—Sí, señor, lo entiendo.
—¿Está dispuesto a aceptar el cien por ciento de la responsabilidad de su vida?
—Sí, señor, ¡lo estoy!
Y lo hice.

DEBE RENUNCIAR A TODAS SUS EXCUSAS

El noventa y nueve por ciento de los fracasos proviene de personas que tienen el hábito de inventar excusas.
GEORGE WASHINGTON CARVER
Químico que descubrió más de 325 usos para el maní
Si usted desea crear la vida de sus sueños, va a tener que aceptar también el cien por ciento de la responsabilidad de su vida. Esto implica renunciar a todas sus excusas, a todas sus historias de víctima, a todas las razones de por qué no puede y por qué hasta el momento no ha logrado y todas las circunstancias externas a las que usted atribuye esa culpa. Tiene que renunciar a ellas para siempre.
Tiene que adoptar la posición de que siempre ha tenido el poder de cambiar las cosas, de poder lograrlo, de producir los resultados deseados. Por cualquier razón —ignorancia, falta de conciencia, temor, necesidad de estar en lo cierto, necesidad de sentirse seguro— usted ha decidido no ejercer ese poder. ¿Quién sabe por qué? No importa. Lo pasado, pasado. Todo lo que importa ahora es que, de aquí en adelante, es usted quien elige —correcto, se trata de una elección— usted elige actuar como si tuviese el cien por ciento de responsabilidad de todo lo que le ocurra o le deje de ocurrir.
Si algo no sale como lo planeó, se preguntará: ¿Cómo lo hice? ¿En qué estaba pensando? ¿Cuáles eran mis convicciones? ¿Qué dije o qué dejé de decir? ¿Qué hice o qué dejé de hacer para obtener ese resultado? ¿Por qué hice que la otra persona actuara así? ¿Qué debo hacer distinto la próxima vez para lograr el resultado que quiero?
Unos años después de haber conocido al señor Stone, el doctor Robert Resnick, un psicoterapeuta de Los Ángeles, me enseñó una fórmula muy sencilla, pero muy importante, que me aclaró aún más el concepto del cien por ciento de responsabilidad. La fórmula es:
E + R = D
(Evento + Respuesta = Desenlace)
La idea básica es que todo desenlace que experimente en la vida (ya sea éxito o fracaso, riqueza o pobreza, salud o enfermedad, intimidad o alejamiento, gozo o frustración) es el resultado de la forma como ha respondido a uno o varios eventos previos en su vida.
Si no le gustan los resultados que está obteniendo actualmente, hay dos alternativas entre las que puede elegir.
1. Puede culpar al evento (E) por su falta de resultados (D). En otras palabras, puede culpar a la economía, al clima, a la falta de dinero, a la falta de educación, al racismo, a las posiciones sesgadas en cuanto al género, a la administración actual de Washington, a sus padres, a su cónyuge, a la actitud de su jefe, a sus empleados, al sistema o a la ausencia de sistemas, y así sucesivamente. Si es golfista, culpará hasta a sus palos de golf y al campo en el que ha jugado. Sin duda todos estos son factores reales, pero si fueran el factor decisivo, nunca nadie tendría éxito.
Jackie Robinson nunca habría llegado a jugar béisbol en las ligas mayores, Barack Obama nunca habría llegado a ser el presidente de Estados Unidos, Sidney Poitier y Denzel Washington nunca se habrían convertido en estrellas de cine, Dianne Feinstein y Barbara Boxer nunca habrían sido senadoras de Estados Unidos, Bill Gates nunca habría fundado a Microsoft y Steve Jobs nunca habría iniciado Apple Computers. Por cada una de las razones por las que no es posible, hay cientos de personas que han enfrentado las mismas circunstancias y han alcanzado el éxito.
Muchos superan los llamados factores limitantes, por lo que no pueden ser estos factores limitantes los que lo limiten. No se trata de condiciones ni circunstancias externas que le impidan actuar, ¡se trata de usted! ¡Nos frenamos! Pensamos en limitaciones y adoptamos comportamientos de autoderrota. Defendemos nuestros hábitos autodestructivos (como beber, fumar y no dormir lo suficiente) con lógica indefendible. Ignoramos la retroalimentación útil, dejamos de educarnos y aprender nuevas habilidades, desperdiciamos el tiempo en los aspectos triviales de la vida, nos entretenemos en cotorreos inútiles, comemos alimentos poco saludables, no practicamos ningún ejercicio, gastamos más dinero del que ganamos, no invertimos en nuestro futuro, evitamos conflictos necesarios, nos abstenemos de decir la verdad, no pedimos lo que queremos, y luego nos preguntamos por qué nuestras vidas no funcionan.
2. Sin embargo, uno puede cambiar sus respuestas (R) a los eventos (E), a como son las cosas, hasta obtener los desenlaces (D) que uno desea. Se puede cambiar de forma de pensar, se puede cambiar la forma de comunicarse, se pueden cambiar las imágenes mentales (la autoimagen y la imagen del mundo) y se puede cambiar el comportamiento, las cosas que se hacen. Esas son las cosas sobre las que usted tiene control. Desafortunadamente, la mayoría nos dejamos llevar hasta tal punto por los hábitos que nunca cambiamos de comportamiento. Nos quedamos estancados con nuestras respuestas condicionadas a nuestros cónyuges y nuestros hijos, a nuestros colegas en el trabajo, a nuestros clientes, a nuestros estudiantes y al mundo en general. Somos una colección de reflejos condicionados que operamos sin control. Hay que retomar el control de los pensamientos, las imágenes mentales, los sueños y nuestro comportamiento. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos tiene que ser intencional y estar acorde con nuestros propósitos, valores y metas.

SI NO LE GUSTAN SUS RESULTADOS, CAMBIE SUS RESPUESTAS

Veamos algunos ejemplos de cómo funciona esto.
Recuerdo estar viviendo en Los Ángeles durante un terremoto terrible. Dos días después, vi cómo el noticiero CNN entrevistaba a las personas que iban al trabajo. El terremoto había dañado una de las principales carreteras que lleva a la ciudad. El tráfico estaba estancado y lo que normalmente tomaba una hora se había convertido en un viaje de dos o tres horas.
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El reportero de CNN golpeó en la ventanilla de uno de los automóviles detenidos en el tráfico y le preguntó al conductor cómo le iba.
Este respondió enfurecido: «¡Odio a California, primero los incendios, luego las inundaciones y ahora el terremoto! No importa a qué hora salga de mi casa en la mañana, siempre llegaré tarde al trabajo, ¡Qué aburrido!».
A continuación, el reportero golpeó en la ventanilla del siguiente carro e hizo la misma pregunta al segundo conductor. Este conductor se deshizo en sonrisas. Respondió: «No hay problema. Salí de la casa a las cinco de la mañana. No pienso que, en estas circunstancias, mi jefe pueda pedirme más. Tengo muchos casetes de música y mis cintas para aprender español. Tengo mi celular. Tengo café en un termo, tengo mi almuerzo y tengo un libro para leer. Estoy muy bien.»
Si el terremoto o el tráfico (el evento) fueran realmente las variables determinantes, todos tendrían que estar disgustados. Pero no todos lo estaban. Era su respuesta individual al tráfico lo que les daba el desenlace específico. Era el tener pensamientos negativos o positivos, el salir de casa preparados o no preparados, lo que determinaba la diferencia. Era toda una cuestión de actitud y comportamiento lo que hacía que sus experiencias fueran totalmente distintas.

HE OÍDO QUE VA A HABER UNA RECESIÓN; HE DECIDIDO NO PARTICIPAR EN ELLA

Un amigo tiene una agencia distribuidora de Lexus en el sur de California. Cuando estalló la Guerra del Golfo, la gente dejó de comprar Lexus. Mi amigo y su equipo de ventas sabían que si no cambiaban su respuesta (R) al evento (E) y nadie entraba a la agencia, poco a poco el negocio iba a quebrar. Su respuesta normal (R) hubiera sido seguir publicando avisos en los periódicos y en la radio y luego esperar que llegaran los clientes a la agencia. Pero eso no daba resultado. Su desenlace (D) era una constante reducción en las vent...

Índice

  1. Cover Page
  2. Title Page
  3. Copyright Page
  4. Dedication
  5. CONTENIDO
  6. Prefacio
  7. Introducción
  8. I. Los fundamentos del éxito
  9. II. Transfórmese para el éxito
  10. III. Constituya su equipo de éxito
  11. IV. Cree relaciones exitosas
  12. V. El éxito y el dinero
  13. VI. El éxito en la era digital
  14. Epílogo: Aumente sus facultades capacitando a los demás
  15. Los principios del éxito: Herramientas gratis para alcanzar el éxito
  16. Lleve el poder del cambio a su organización: discurso, capacitación y taller de Los principios del éxito
  17. Lecturas recomendadas y recursos adicionales para el éxito
  18. Acerca de los autores
  19. Agradecimientos
  20. Autorizaciones
  21. Índice