North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures
eBook - ePub

North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures

la modernidad mexicana y el espectro de Asia

  1. 240 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures

la modernidad mexicana y el espectro de Asia

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Orientaciones transpacificas propone y traza los contornos de una orientacion intelectual hacia el Este y el Sur de Asia en la tradicion intelectual y artistica mexicana de los siglos XX y XXI. El libro abarca un arco temporal amplio, desde el Porfiriato tardio, pasando por los imaginarios culturales del nacionalismo posrevolucionario, hasta la Guerra Fria y la expansion del neoliberalismo en los albores de este nuevo siglo. Torres-Rodriguez demuestra que, aunque despues de la independencia mexicana se corta el importante vinculo comercial y las redes imperiales que mantuvieron materialmente unidos al virreinato de la Nueva Espana con el continente asiatico durante el periodo colonial, el Este y el Sur de Asia continuan constituyendo un punto de referencia crucial a traves del cual la tradicion intelectual mexicana afirma su centralidad global y ancla sus discursos de singularidad cultural y/o excepcion politica. Mas alla de comprender el orientalismo mexicano como una imitacion ornamental o accidental de los archivos orientalistas europeos, Torres-Rodriguez lo reconceptualiza como una orientacion espacial, corporal y geografica enraizada en la propia historia (post)colonial mexicana y en una tradicion transpacifica de larga duracion. Este estudio marca el giro transpacifico en las cronicas de viaje del diario de Jose Juan Tablada, en las fotografias paisajisticas de Manuel Alvarez Bravo, en los ensayos culturales y en las campanas de alfabetizacion de Jose Vasconcelos, en los ensayos marxistas sobre el modo de produccion asiatico de Roger Bartra, en la novela negra de Rafael Bernal, en la opera coral juarense de Marcela Rodriguez y Mario Bellatin y en las instalaciones tijuanenses de Shinpei Takeda. Orientaciones transpacificas revisa el enfasis tradicional en la relacion trasatlantica con Europa y demuestra que es una imaginacion transpacifica y verdaderamente planetaria–en vez de una mera dialectica entre excolonia y metropolis–la que define la conceptualizacion sobre la modernidad cultural y literaria mexicana. Orientaciones transpacificas explora los puntos de interseccion entre el orientalismo mexicano y las ideologias centrales del latinoamericanismo para develar la influencia espectral de Asia en la formacion de definiciones culturales y continentales que son fundamentales para el campo de los estudios latinoamericanos.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures de Laura J. Torres-Rodríguez,Laura J. Torres-Rodr?guez en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia mexicana. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2019
ISBN
9781469651903
Categoría
Historia

CAPÍTULO 1

VISUALIDAD. EL ARCHIVO JAPONÉS DE JOSÉ JUAN TABLADA

EN 1913, el periodista Francisco Gándara publica un artículo sobre el poeta José Juan Tablada en Revista de Revistas junto a una serie de fotografías. El escritor mexicano aparece ataviado con un kimono ejecutando diferentes ceremonias. Las imágenes fueron tomadas en el pabellón japonés que el poeta erigió en los predios de su vivienda en Coyoacán con la ayuda de sus empleados domésticos nipones.28 La crónica, que podría clasificarse dentro del género del “reportaje arquitectónico o la decoración como autoficción” (Preciado 80), reproduce un interior burgués coreografiado con dispositivos de exposición mediática. Tablada posa con una vestimenta reservada al dominio del espacio privado, asociada comúnmente al ámbito de lo femenino. Sin embargo, como analiza Christopher Reed, la práctica japonista de fin de siglo estuvo íntimamente vinculada, más que a procesos de feminización cultural, a nuevas formas de exhibición del cuerpo masculino en el espacio doméstico: “la asimilación del japonismo como una intensa forma de domesticidad homosocial devino paradigmática de los usos del arte japonés a finales del siglo diecinueve” [the realization of japonisme as a form of intense homosocial domesticity became paradigmatic of the uses of Japanese art in late nineteenth-century] (Reed 6). De forma similar, Preciado asocia el reportaje doméstico con la exposición mediática del apartamento de soltero como un interior posdoméstico mediante el cual se teatralizan nuevas identidades masculinas.29 En este sentido, la foto no sólo registra el japonismo de Tablada como una nueva forma de ver, sino como “una nueva forma de verse ser visto” [a new way of seeing himself being seen] (Reed 3).
Images
Figura 1. José Juan Tablada tomando el té. Fotografía incluida en Francisco Gándara “Tablada,” en Revista de Revistas, 22 de junio de 1913. Acervo del Archivo Histórico del Excélsior
Por otro lado, la foto abre una ventana privilegiada para visibilizar el soporte material de una práctica que usualmente sólo podemos examinar en sus manifestaciones literarias: el orientalismo modernista. Es importante resaltar la conexión entre la producción de la imagen–su visualidad–con los discursos culturales y estéticos del fin de siglo mexicanos.30 Las fotos escenifican los parámetros de representación atribuidos, por lo general, al modernismo; la cámara abate “la cuarta pared” para aventurarse en un mundo imantado por el arte japonés. En la foto se muestra la tensión, muy propia al modernismo, entre la defensa de una autonomía estética, teatralizada como un espacio interior, y su transformación en plataforma pública desde la cual impulsar un programa cultural. La apropiación cultural de “lo japonés” apuntaría entonces a la forma en que esta demanda de autonomía se reviste para poder visibilizarse.31 La foto representa una primera escena en la relación de extimidad con Japón que la introducción anticipa, donde el seno mismo de la intimidad burguesa–el espacio doméstico de la casa–se organiza a partir de los signos de un afuera geográfico y cultural. Así, el concepto de extimidad, a través de la paradójica topología que envuelve, nos permite visualizar la construcción de lo supuestamente lejano y ajeno–en este caso, Japón–como una exterioridad íntima mediante una apropiación cultural orientalizante.
Aunque la mayor parte de la crítica sobre la producción japonista de Tablada se concentra en su experimentación con las formas literarias japonesas y chinas, desde la publicación digital del archivo gráfico de Tablada, José Juan Tablada: letra e imagen (2003), se ha hecho evidente la importancia de la visualidad en el estudio de las relaciones de contigüidad que el escritor establece entre los procesos de modernización estética japoneses y mexicanos (Mata 1000).32 Además, como explica Reed: “La visualidad es central al japonismo … Philippe Burty, que acuñó el término japonisme para titular una serie de artículos publicados en 1872, lo describe como un fenómeno visual” [Visuality is central to Japanism … Philippe Burty, who coined the term japonisme for the title of a series of articles published in 1872, cast it as a visual phenomenon] (26-27). Por supuesto, este énfasis en la visualidad no excluye el estudio de la escritura japonista de Tablada. Sin embargo, me permite destacar su práctica japonista como el nodo que coreografía varios registros estéticos–la escritura, la decoración, la arquitectura, el paisajismo, las artes visuales–para ensamblar diversas formas de inscripción de lo nacional en un periodo de profundas transformaciones políticas.
A pesar de que la fotografía fija el encuadre de este paisaje interior como un orden estable, dicho espacio interior debe entenderse en su dimensión performativa. En su conceptualización de la forma paisaje, Jens Andermann sostiene que la “representación [paisajística] remite a la puesta en relación entre cuerpo y entorno”, y por ello debe concebirse “como ensamble móvil y dinámico de interacciones imprevisibles entre agentes humanos y no-humanos, esto es, ‘creación de dimensiones en una multiplicidad que cambia necesariamente de naturaleza en la medida que hace aumentar sus conexiones’” (3). En 1913, los parámetros de la representación modernista están ya en crisis por los sucesos de la Revolución Mexicana. Como se verá a lo largo de este capítulo, lo que aparece como estático e invariable en realidad se encuentra ya en proceso de transición y cambio. En 1914, el poeta sale forzado al exilio sin poder preservar su colección de arte japonés, la cual será saqueada, junto con su casa, por los ejércitos zapatistas, en ese mismo año. Así, los eventos que preceden la destrucción material de su emporio artístico transforman decididamente las coordenadas espaciales y visuales que hacen su japonismo inteligible a los espectadores de la época. Por ello, el hecho visual y sus marcos discursivos deben entenderse en su naturaleza heurística. El japonismo empezará a perfilarse no ya como un marco de visibilización de la autonomía artística que se realiza en el espacio interior, sino como óptica modeladora del paisaje nacional. Dicho cambio refleja la creciente heteronomía de la esfera artística con relación a las políticas culturales del Estado posrevolucionario. Las permutaciones del imaginario japonista se articulan como formas de correspondencia transnacional mediante las cuales se hacen visibles nuevos imaginarios nacionales en gestación. Siguiendo las lógicas de la extimidad, Tablada leerá primero en ese afuera geográfico nuevas formas de expresar la modernidad estética mexicana. En los recorridos itinerantes de estas escenas japonistas, podemos marcar los puntos de quiebre entre el modernismo y la vanguardia–entre el nacionalismo porfiriano y el revolucionario–pero también sus continuidades.
En consonancia con lo anterior, el presente capítulo gira en torno al análisis de dos libros del escritor: En el país del sol (1919) e Hiroshigué (1914). Sin embargo, sus reflexiones exceden la producción de Tablada con el propósito de confirmar la importancia de su legado en las formas de visualidad posrevolucionarias. Además, estas exploran las transformaciones que el japonismo sufrió en los años de transición entre el Porfiriato y la Revolución con respecto a otros registros culturales, como la fotografía y las prácticas de documentación institucionales. Así, el capítulo también aborda una serie de fotografías paisajistas de Manuel Álvarez Bravo que demuestran la forma en que, durante la década del veinte, la óptica japonesa, impulsada en parte por Tablada, se naturaliza a tal punto como encuadre del paisaje nacional que abre la posibilidad de ser deconstruida fotográficamente. Álvarez Bravo sedimenta visualmente, a través de la utilización del pastiche fotográfico y la desfamilarización, el recorrido de este capítulo. Finalmente, las conclusiones del presente aparte analizan el destino institucional de una colección de estampas japonesas eróticas amasadas durante el Porfiriato. Aunque la procedencia de la colección es difícil de determinar, resulta interesante resaltar el comportamiento institucional en torno a su existencia, ya que la misma se mantuvo fuera del alcance del público general durante el pasado siglo y se clasificó bajo el nombre de “la colección secreta”. El ocultamiento institucional de la colección demuestra que ciertos aspectos del japonismo porfiriano resultaron intraducibles a las nuevas coordenadas sociales posrevolucionarias. En las formas institucionales de exhibir y encuadrar los objetos japoneses se leen una vez más las concepciones cambiantes en torno a la raza, el género y la sexualidad que se generaron en el contexto de diputas por definir y ensamblar nuevas ideologías comunitarias en el México posrevolucionario.

LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS Y COMERCIALES DE JAPÓN Y MÉXICO (1874-1900)

La fotografía de Tablada nos permite interrogar lo que tradicionalmente permanece fuera de campo en el estudio de la escritura modernista: las condiciones materiales que sostienen la posibilidad para una obra de generar capital simbólico mediante la exhibición de atributos japonistas. En la medida en que Japón representó durante el Porfiriato un modelo de producción manufacturera, resulta natural que las artes decorativas hayan determinado inicialmente las coordenadas de representación espacial del japonismo de Tablada.
Como resalta el historiador Mauricio Tenorio-Trillo, “Los poetas mexicanos le dieron la misma importancia a Japón que los científicos y políticos mexicanos: es decir, vieron la posibilidad de modernizarse simultáneamente por el Este y por el Oeste” [Mexican poets saw in Japan the same importance that Mexican scientists and politicians saw: that is, the possibility of modernization by simultaneous Easternization and Westernization] (227). De hecho, es en este contexto de investigación científica donde ocurre el primer contacto significativo entre el Japón de la era Meiji (1868-1912) y México. En 1874, una comisión integrada por el astrónomo Francisco Díaz Covarrubias y el ingeniero Francisco Bulnes viaja al Japón para observar y reportar el paso de Venus por el disco solar. Como menciona el crítico Daniar Chávez Jiménez, el gobierno mexicano pretendía mostrar a las otras naciones reunidas en Yokohama para la ocasión, “su voluntad de llevar al país hacia la modernidad y el desarrollo económico-científico que caracterizaría al siglo XIX, que se instituía mediante los dogmas de las ideas liberales” (59).33 A su regreso, Díaz Covarrubias publica un informe de sus impresiones culturales que influirá muchas de las políticas del gobierno mexicano hacia el país asiático en las décadas siguientes. El interés de establecer relaciones comerciales con el Japón se insertaba dentro del modelo de modernización económica basado en la exportación de materias primas. Según expresa Enrique Cortés en su libro Relaciones entre México y Japón durante el Porfiriato, Díaz Covarrubias aboga por el aprovechamiento del alto consumo de plata mexicana en Japón–el principal artículo mexicano de exportación–y de la posibilidad de importar, a cambio, productos manufacturados como porcelanas, sedas, muebles y otros artículos domésticos “que eran más económicos, pero de igual calidad que los europeos” (32). En este sentido, los intentos diplomáticos porfirianos en Japón reproducen la orientación de los criollos de la Nueva España, cuyas aspiraciones de autonomía económica y hegemonía cultural estaban vinculadas a su capacidad de heredar y mantener la infraestructura imperial transpacífica. Tanto la moneda mexicana, que en esa época todavía circulaba en Japón, como los productos japoneses que llegaban a México se comerciaban costosamente a través de intermediarios ingleses. Por lo tanto, el objetivo consistía en restablecer el lucrativo comercio transpacífico de la época colonial en el contexto liberal, lo cual explica que Díaz Covarrubias también sea de los primeros en recomendar “la inmediata construcción de un ferrocarril transcontinental que comunicaría a los dos océanos y a la vez sería el paso entre Europa y Asia” (Cortés 35). Más tarde, el gobierno de Porfirio Díaz intentaría subsidiar la construcción del ferrocarril interoceánico de Tehuantepec y la operación de varias compañías mexicanas de vapores que enlazaran directamente los puertos mexicanos con la costa occidental asiática.
La mayoría de los esfuerzos de comercio directo resultaron infructuosos, aunque en 1888 se firma un importante Tratado de Amistad y Comercio entre ambas naciones. Para Japón, este representó el primer acuerdo establecido en igualdad de condiciones con una nación latinoamericana desde la forzada apertura de dicho país en 1854. Japón ya había firmado un tratado comercial con el Perú en 1873 que favorecía notablemente a la emergente nación latinoamericana en pleno boom de explotación del guano.34 Como argumentan Daniel M. Masterson y Sayaka Funada-Classen, “este ‘tratado desigual’, que se firmó solo cinco años antes de que comenzara la era Meiji, reflejaba el estatus internacional relativamente débil de Japón” [this ‘unequal treaty,’ signed only five years after the beginning of the Meiji era, was reflective of Japan’s relative weak international status] (14). En cambio, el tratado con México le ofrece a Japón la posibilidad de renegociar sus acuerdos previos con otras potencias europeas instaurados en condiciones claramente desfavorables para la nación asiática.
Por otro lado, el deseo japonés de negociar acuerdos comerciales con las emergentes naciones latinoamericanas estuvo relacionado con la necesidad de sentar las bases diplomáticas para su nueva política migratoria. La era Meiji inaugura las políticas expansionistas japonesas que, como observa Jerry García, se afianzan a partir de dos estrategias de colonización: la ocupación civil y militar–de las islas Ryukyus, de Taiwán, de Corea, y de Manchuria–y la migración: “la segunda [forma de colonización] involucró la migración de súbditos japoneses a lugares como las Américas donde la colonización no se dio por medio de la ocupación sino a través de una forma pasiva de asentamiento dirigida a fortalecer a Japón a partir del comercio y las remesas” [the second involved movement of Japanese subjects to such places as the Americas where colonization was not occupation but a passive form of settlement focused on strengthening Japan through commerce and remittances] (22). El Tratado de Amistad y Comercio entre México y Japón establece libertad de desplazamiento recíproca entre ambos países y representa el primer proyecto migratorio en México avalado por el gobierno (11). En 1897, se instala la Colonia Enomoto en el sur de Chiapas, la primera colonia agrícola japonesa en asentarse en las Américas de forma oficial (24).35 Según observan Masterson y Funada-Classen, estos esfuerzos gubernamentales comunes estuvieron apoyados por una percepción general de afinidad política y cultural entre ambas naciones:
Es importante tener en cuenta … que los líderes japoneses durante la era Meiji vieron a México como una nación racialmente tolerante … Posteriormente, en un número de ocasiones importantes durante las primeras dos décadas de la inmigración, los diplomáticos y líderes militares japoneses enfatizaron lo que consideraban como los lazos ancestrales entre el pueblo japonés y el mexicano. Estas actitudes contrastaban notablemente con las que se mostraban comúnmente en Perú y otras naciones, como México, con poblaciones indígenas considerables. En otras naciones de América Latina había poca afinidad entre los japoneses y las poblaciones nativas.
[It is important to consider … that Japan’s leaders during the late Meiji era viewed Mexico as a racially tolerant nation … Subsequently, Japan’s diplomats and military leaders stressed what they viewed as the ancient ancestral ties between the Japanese and Mexican peoples on a number of important occasions during the first two decades of immigration. These attitudes sharply contrasted with those commonly held in Peru and other nations with sizable Indian populations, like Mexico. In other Latin American nations, there was little affinity between the Japanese and native people.] (19)
El Porfiriato consideró la inmigración japonesa en México como un componente esencial al intercambio transpacífico que pretendía fomentar. En este sentido, las relaciones diplomáticas con el Japón aparecen como una solución posible al fracaso de los programas de transformación poblacional a través de la inmigración europea impulsados por el régimen Díaz en la década de los 1880. En principio, la inmigración japonesa permitiría contrarrestar el fracaso a gran escala de los programas oficiales para fomentar la colonización mayormente italiana de los territorios norte y oeste mexicanos. Este proyecto formó parte del intento porfiriano de poblar y consolidar el territorio nacional a partir de la colonización e integración económica.
A partir de este recorrido es posible apuntar varias observaciones. En primer lugar, el país asiático se presentaba como una opción alterna a Europa para el consumo de productos importados, pero también como un ejemplo de desarrollo a partir del cual modelar la industria nacional en estado embrionario. Díaz Covarrubias comenta al respecto:
El cultivo de los gusanos de seda, los artefactos de este producto, las obras de ebanistería, de porcelanas y de lacas o barnices en las que los japoneses no tienen rival abrirían nuevos senderos a las actividades y al genio imitativo de nuestro pueblo, haciéndolos prescindir poco a poco de su predilección por la funesta minería de los metales preciosos, única que hasta hoy cultiva en grande escala. Además de esto, el pueblo japonés, tan pobre como laborioso, … proporcionaría a nuestros propietarios un gran número de jornaleros baratos, activos e inteligentes; a la vez que una colonia japonesa ofrecería a nuestro pueblo el saludable ejemplo de todo lo que pude lograrse con la constancia, la laboriosidad y la economía, aun en medio de las condiciones más desfavorables. (el subrayado es mío, 129)
Japón aparece entonces como un modelo económico de modernización y de reproducción social bajo los parámetros positivistas de productividad. Pero esta cita también nos permite hacer una observación relacionada con la representación de los trabajadores japoneses: en ella los mismos aparecen como el prototipo de una mano ...

Índice

  1. Cover
  2. Title Page
  3. Copyright Page
  4. Contents
  5. Lista de Ilustraciones
  6. Agradecimientos
  7. Introducción: El Pacífico. Una historia desligada
  8. Capítulo 1: Visualidad. El archivo japonés de José Juan Tablada
  9. Capítulo 2: Textualidad. La India de papel de José Vasconcelos
  10. Capítulo 3: Temporalidad. El Estado bajo sospecha: Roger Bartra y el modo de producción asiático
  11. Capítulo 4: Espectros de Mao. El complot mongol de Rafael Bernal
  12. Capítulo 5: Resonancia. La hipermodernidad “oriental” y el fin de siglo japonista
  13. Epílogo: Escenas de extimidad hemisférica
  14. Bibliografía
  15. Índice Analítico