Fenómenos de transición entre los siglos XVIII y XIX
Andreas Gelz, Susanne Schlünder y Jan-Henrik Witthaus, Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, Universität Osnabrück y Universität Kassel
Las transformaciones sociales, políticas, científico-técnicas, comunicativas y mediáticas que se producen a lo largo de los siglos XVIII y XIX, sirven como punto de partida para enfocar la aparición de los fenómenos que marcan profundamente dicho período. Teniendo en cuenta el estado de la cuestión, se destacan cuatro campos de especial interés, caracterizados por problemáticas diversas y fenómenos específicos: 1) los períodos entre siglos que constituyen los umbrales de transición histórico-cultural de los siglos XVII al XVIII y del XVIII al XIX, 2) el entramado de los espacios metropolitanos y coloniales así como los efectos interculturales, reconocibles en la literatura de la migración o del exilio, 3) el orden establecido de los géneros y los arquetipos femeninos y, por último, 4) las transformaciones y transgresiones en el campo de los géneros literarios, de las disciplinas artísticas y de las estructuras intermediales. Estos campos perfilan –como desiderátum– un marco adecuado para la investigación sobre dichos períodos y, asimismo, a la hora de organizar la presente sección, han servido como base y criterio para ordenar el polifacético y dinámico entramado de los siglos XVIII al XIX. Además se pretende generar renovados enfoques de discusión e intercambio entre los especialistas y sus respectivas líneas de investigación.
En relación con el primer campo, destacan, por ejemplo, estudios en torno a las relaciones culturales entre los siglos XVII y XVIII, considerando, para el llamado «Siglo de las Luces» en España, no solo su ocaso que, según algunos investigadores, coincide con la muerte de Fernando VII, sino también sus más tempranas manifestaciones. Con este telón de fondo, son múltiples los interrogantes que se inscriben en este fenómeno de transición, abierto tanto a la identificación de las posibles continuidades –por ejemplo, en el campo de la economía política u otros ámbitos disciplinarios–; como también a las rupturas en el régimen y cambio de la dinastía de los Habsburgo a los Borbones. En este panorama de cuestiones generales pueden agruparse las contribuciones de Rosa Ma Aradra Sánchez, Francisco Javier Álvarez Amo, Ana Contreras Elvira y Jan-Henrik Witthaus. En el artículo de Rosa Ma Aradra Sánchez se observan los cambios en el sistema clásico de los géneros literarios, y se presta especial atención a la emergencia de nuevas textualidades (género epistolar, autobiografía, memorias, etc.) y a la formación de una subjetividad literaria moderna. Francisco Álvarez Amo analiza el mismo tema, haciendo referencia al sujeto lírico en el Bajo Barroco. Insiste en formas de autorrepresentación empleadas con mayor frecuencia por los autores –su ejemplo es la obra de Eugenio Gerardo Lobo– y en las transformaciones estilísticas consecuencia de la adopción poética del lenguaje común y del tono conversacional de nuevas formas de sociabilidad que ponen al mismo nivel al poeta y a su público. En el artículo de Ana Contreras Elvira se estudia la obra del dramaturgo Nicolás González Martínez, que sirve como caso paradigmático para ejemplificar los modos barrocos de introducir las ideas ilustradas e, incluso, revolucionarias en la España del siglo XVIII. Jan-Henrik Witthaus contribuye con un esbozo investigativo sobre las transformaciones del pensamiento económico en España, al hacer hincapié en la evolución del concepto de «interés», desde las narrativas picarescas hasta las prosas científicas de las Luces.
En segundo lugar, cabe considerar las investigaciones sobre las relaciones entre el espacio metropolitano y colonial, destacando cuestiones identitarias como epistémicas en el marco de un conjunto de nuevas problemáticas, correspondientes a las posibles interdependencias entre España y el régimen colonial en la América hispana y el Caribe, el papel de los intelectuales criollos (Pablo de Olavide, Gertrudis Gómez de Avellaneda), o el fenómeno de la remigración a España. No menos significativa resulta el interrogante sobre las consecuencias de las Independencias americanas y, ya con anterioridad a la Generación del 98, la conciencia de crisis y el debate identitario sobre la decadencia de una España imperial. Dentro de este marco temático situamos los artículos de Beate Möller, Rolando Carrasco y David Loyola López. Beate Möller observa el papel trascendente que desempeñan los conceptos de la «felicidad pública» y del «bien común», tanto en España como en el Nuevo Mundo, lo cual se estudia mediante el caso del periódico bonaerense El telégrafo mercantil. Rolando Carrasco aborda el discurso ilustrado en torno a las primeras experiencias de vuelos en globos aerostáticos por los cielos de América, así como el campo de tensiones simbólicas, sociales y epistémicas entre el Nuevo sistema de navegar por los aires (1762) del criollo peruano Santiago de Cárdenas y la Disertación sobre el arte de volar (1790) del erudito Cosme Bueno. David Loyola López tematiza la producción de unos literatos liberales españoles que, después de la emigración liberal en 1823, se asentaron en Londres. En esta ocasión se hace patente el gran significado de la revista Ocios de españoles emigrados (1824–1827).
Los fundamentos tradicionales del reglamento social de los géneros –véase, por ejemplo, la Perfecta casada de Fray Luis de León– se ven transformados de manera fundamental en el proceso de transición de los siglos XVIII al XIX, lo cual se relaciona con textos preceptivos y literarios (entre otros, de Benito Jerónimo Feijoo, Josefa Amar y Borbón o Emilia Pardo Bazán) y las nuevas formas de sociabilidad del período (tertulias, Sociedades Económicas de Amigos del País). Dentro de este horizonte temático María Luisa Guardiola Tey se dedica en su artículo al estudio de dos arquetipos femeninos del tardío siglo XIX, que son relacionados con el mundo laboral de aquella época. Al ofrecer una lectura de dos novelas relevantes –La Tribuna (1883) de Emilia Pardo Bazán y La fabricanta (1904) de Dolors Monserdà de Macià–, se tematizan las cuestiones de clase y género como elementos significativos en la creación de un modelo femenino, haciendo audible la demanda por la autodeterminación de las mujeres.
Finalmente, un conjunto de especialistas analiza la dinámica generada entre los distintos géneros y los procesos de recepción estético-literaria, así como sus efectos multimediales y artísticos en el contexto de transición. En este apartado agrupamos los artículos de Madeline Sutherland-Meier, Raquel Macciuci, Eli Cohen, Amy Liakopoulos y Ma Pilar Espín Templado. En el artículo de Madeline Sutherland-Meier se comparan dos obras teatrales: una de Gaspar Melchor de Jovellanos, El delincuente honrado (1773), y la otra de Antonio Valladares, El vina...