Porque a veces el CorazĂłn se siente como ir montado en un Caballo
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Porque a veces el CorazĂłn se siente como ir montado en un Caballo
Ă propos de ce livre
Suele decirse que la obra de un poeta es, en el fondo, su autobiografĂa. Sin que importe el grado de sinceridad: nadie puede aguantar mucho tiempo la respiraciĂłn. Porque a veces el corazĂłn se siente como ir montado en un caballo equivale, por tanto, a cuarenta y nueve años de vida y veintiocho de travesĂa literaria de A.E. Quintero (CuliacĂĄn, Sinaloa, 1969). Desde Cuenta regresiva (1996) hasta Cuenta Progresiva, un maravillo libro que se publica aquĂ por primera vez y cuyo titulo ya explica el final de un ciclo. Porque este volumen encierra dentro un urĂłboros: esa especie de dragĂłn o serpiente mitolĂłgica que se muerde la cola. Sin principio ni fin. Circular. Inacabable. Como sĂłlo es posible con la mejor poesĂa.Y, sin embargo, a pesar de esa unidad y de la inconfundible voz propia de A.E. Quintero, estamos ante un autor que pertenece a una rara estirpe de poetas en continua mutaciĂłn: Rilke, Pound, Garcia Lorca... Conscientes todos ellos de que la manzanas pertenecen al ĂĄrbol, por muy lejos que caigan del tronco. AsĂ, Porque a veces el corazĂłn se siente como ir montado en un caballo atesora momentos de una lĂrica feroz junto otros de narrativa liquida. La mirada se detiene en lo cotidiano, pero tambiĂ©n hay matices o giros irracionales que amplĂan esa cotidianidad. El humor aparece, y no es vulgar. Como tampoco es vulgar el sexo. O sĂ. O no importa. Pues no se trata de romper dualidades ni de usar cĂłdigos binarios. La clave, la combinaciĂłn de su caja fuerte, quizĂĄ la encontremos en el siguiente verso: "la vida es un acto de hambre ".El apetito, la vitalidad de A. E. Quintero le llevan a servirse de todo, a escribir sobre todo, a herirnos con todo. Un poeta cuya obra cambia de plumaje manteniendo la altura. Un libro que hay que leer. Y releer. Porque, aunque no lo sepamos, sus poemas son ya una parte de nosotros mismos.Josep M. RodrĂguez